El pasado 10 de octubre de 2022, en el contexto de la Conferencia Anual de Embajadores de la UE 2022, pronunciaba su discurso de apertura del Alto Representante, Josep Borrell. Y entre sus diferentes partes del discurso voy a señalar las siguientes líneas, a partir de las cuales haré mi análisis:

Nuestra prosperidad se ha basado en la energía barata procedente de Rusia. Gas ruso: barato y supuestamente asequible, seguro y estable. Se ha demostrado que no [es] el caso. Y el acceso al gran mercado de China, para exportaciones e importaciones, para transferencias tecnológicas, para inversiones, para tener bienes baratos. Creo que los trabajadores chinos con sus bajos salarios han hecho mucho mejor y mucho más para contener la inflación que todos los Bancos Centrales juntos.
Entonces, nuestra prosperidad se basó en China y Rusia: energía y mercado. Claramente, hoy, tenemos que encontrar nuevas formas de energía desde dentro de la Unión Europea, tanto como podamos, porque no debemos cambiar una dependencia por otra. La mejor energía es la que se produce en casa. Eso producirá una fuerte reestructuración de nuestra economía, eso es seguro. La gente no es consciente de eso, pero el hecho de que Rusia y China ya no sean los que [ellos] fueron para nuestro desarrollo económico requerirá una fuerte reestructuración de nuestra economía.
El acceso a China es cada vez más difícil. El ajuste será duro y esto creará problemas políticos.
Por otro lado, delegamos nuestra seguridad a los Estados Unidos. Si bien la cooperación con la Administración Biden es excelente y la relación transatlántica nunca ha sido tan buena como lo es hoy, [incluida] nuestra cooperación con Estados Unidos y mi amigo Tony [Antony] Blinken [Secretario de Estado de Estados Unidos]: estamos en una relación fantástica y cooperando mucho; ¿Quién sabe qué pasará dentro de dos años, o incluso en noviembre? ¿Qué hubiera pasado si, en lugar de [Joe] Biden, hubiera estado [Donald] Trump o alguien como él en la Casa Blanca? ¿Cuál hubiera sido la respuesta de Estados Unidos a la guerra en Ucrania? ¿Cuál hubiera sido nuestra respuesta en una situación diferente?
Estas son algunas preguntas que tenemos que hacernos. Y la respuesta para mí es clara: tenemos que asumir más responsabilidades nosotros mismos. Tenemos que asumir una mayor parte de nuestra responsabilidad para garantizar la seguridad.
Ustedes, los Estados Unidos, se ocupan de nuestra seguridad. Ustedes, China y Rusia, proporcionaron la base de nuestra prosperidad. Este es un mundo que ya no existe.

En efecto, este mundo ya no existe, pero este mundo se vio así desde Europa, a la que ha señalado Josep Borrell, cuando lo que es cierto para una parte, lo es al 100% para Alemania, que ha sido quien ha llevado este diseño adelante, creando estructuras que han expuesto al país al desastre y que han llevado a la absoluta irrelevancia a Europa. Es cierto que tampoco Francia está precisamente a la altura, o mejor dicho, está absolutamente llena de sus tics más absurdos, que la lleva a un alejamiento de la realidad que está pagando, y que va a pagar todavía más.

Respecto a China, no estamos tampoco ante un movimiento reciente y hace tiempo ya que China ya no es barata (ni segura) para Occidente, a pesar de lo cual Merkel siguió ese camino. Como explicaba, y anticipaba, en enero de 2021 en esta parte de este documento:

La mayoría de las empresas consideran que los costes de organizar traslados a larga distancia superan los beneficios de los costes de producción. El factor de riesgo juega un papel predominante aquí. Por razones principalmente de seguridad, existe un movimiento espontáneo para re-regionalizar ciertas cadenas de valor, iniciado por las empresas en 2014, mucho antes de la crisis de la pandemia de COVID-19. A esto se suma el aumento de los costos de producción en los países emergentes. La cadena de valor de la región europea incluye países donde el costo de producción puede ser más barato que en China. Una hora de trabajo en la industria en Rumania se factura a 9 euros, en Francia es 38 y en China 12. Desde 2013/2014, el comercio mundial ha aumentado menos rápidamente que el PIB mundial, lo que es relativamente sintomático. Si la pandemia confirma que es peligroso tener un solo productor en la distancia, esta tendencia hacia la regionalización ya estaba en marcha. También deben tenerse en cuenta las cuestiones de flexibilidad. Si este movimiento es favorable para Europa del Este y el Norte de África, lo es mucho menos para Francia y Europa Occidental. Por otro lado, si reemplazamos a China con Rumania, no revertimos la globalización. Por su parte, la globalización financiera continúa y se expande. Los montos de deuda y activos externos continúan creciendo, los flujos internacionales de capital son gigantes. Estamos ante una tendencia a la regionalización productiva, no otra cosa.

Hace tiempo que China no es lo que Alemania esperaba: el gran mercado en el que Berlín pretendía liberarse de Europa, porque ha resultado demasiado cerrado, opaco, dirigista y absolutamente depredador. Por otro lado, la ventaja tecnológica alemana en ciertos campos ha sido expuesta a China para sus intereses, y además China ya hace un tiempo que no es, ni va a volver a ser, salarios baratos. China es ya el Superpower que tiene la ventaja tecnológica, también sobre aspectos capitales respecto a Estados Unidos, de tal manera que sólo es posible una colaboración entre Estados Unidos, Europa, Japón, Taiwán, Corea del Sur, Australia, etcétera, y de una gran intensidad, para contrarrestar a China y su propia estrategia para alcanzar la hegemonía global definitiva. De todo ello, la posición de Europa y Estados Unidos es el elemento central con respecto a China, tal y como expliqué aquí.

En fin, en términos generales, los políticos alemanes, con ciertas excepciones pero no muy extendidas y desde luego muy ignoradas, tienden a caer en dos categorías, y ambos no han venido entendiendo por qué el mundo ha exigido con impaciencia tanto de su país: pues he aquí que empezamos con las consecuencias que todo el mundo veía claras, menos ellos. Suele haber dos tipos de políticos alemanes, y otros elementos del establishment, aquel que se ha venido preguntando con "asombro" sobre el por qué hay tan pocos países que han emulado el exitoso modelo económico y social alemán. Evidentemente, ignoran o achacan a otros sus partes de responsabilidad en el surgimiento del neoliberalismo y en el fracaso de Europa, que se ha basado en su interés, algo de lo que hemos venido hablando a menudo, y probando, desde la revista académica digital del Instituto Symposium, Hermes Kalamos. La otra categoría es la que se posiciona en el campo "defensivo", y rechaza cualquier crítica a su enfoque de la seguridad nacional, según el cual el militarismo estadounidense sólo causa desastres y Alemania viene a ser algo así como una evolución, una forma de la manida superioridad moral-intelectual alemana, fruto de su historia.

Realmente ambas categorías les ha dado exactamente igual los destinos de Europa, a la que han manejado con un principio geoeconómico y neomercantilista, se han alineado con los rusos, sabiendo perfectamente lo que hacía con Ucrania en 2014, y como concluye Schroeder: ¿Y? Pues que ahora tras esa idea tan genial en que Alemania acaparaba el gas natural barato que necesitaba, y a través de Alemania pasaría a todo el continente para impulsar su industria, mientras sus industriales y aquellos que forman parte de la entente ruso-alemana, pensaban abrir o cerrar la llave de paso del gas natural. Por resumirlo, los franceses estaban encantados porque habían hecho en un acuerdo bilateral imponiéndose a la Unión Europea y sus mecanismos un acuerdo con los alemanes para hacer la "Europa de la energía", y a cambio de los franceses aceptar el gas natural ruso, con la llave de paso simbólica y real en Alemania, Francia pensaba que podría imponer también su energía nuclear... y luego les pusieron pegas. Lo mismo se puede decir de los viajes de Mariano Rajoy a Berlín a ver al gobierno de coalición CDU-SPD y volver con unas ideas industriales consistentes en bajar los costes, igual que hacía Alemania... y esta falta de inversión en tecnología, recursos estratégicos muy necesarios, etcétera luego han traído problemas de una mayor desindustrialización para España, y ahora estos problemas para Alemania, que no ha pensado estratégicamente.

Sobre la forma en que la República Federal Alemana ha construido su hegemonía, y ha jugado un papel clave en la implantación del neoliberalismo (algo de lo que ellos mismos les gusta pensar que es un producto estadounidense, cuando la palabra neoliberal gira en la tradición de los imperios coloniales europeos, incluida la propia Alemania). Uno de los mitos fundacionales de Alemania es, por consiguiente, la idea ordoliberal, que resulta ser algo más que teoría económica. La combinación de marginalismo con la necesidad de un estado fuerte y una sociedad cohesionada preparó las bases para elevar a la figura de la UE con liderazgo alemán, pero ya son más que evidentes sus límites, por lo menos desde 2018, llegando a su fin ya, aunque como siempre que estamos ante élites fracasadas y sus relaciones simbióticas, tenemos la resistencia a abandonar el centro del poder, por un lado, y a su necesaria transformación por otro (transformación implica cambio y cambio implica dejar a un lado a gran parte de las mismas élites y sus bastiones académicos, políticos, en los medios de comunicación, empresarial y un amplio etcétera). Sobre la forma en que Alemania construye su hegemonía e impulsa el neoliberalismo a través de la lucha entre bancos centrales y un amplio etcétera puede leer este documento.

Kishore Mahbubani, nacido en Singapur (1948) en el seno de una familia hindú de habla sindhi, desplazados a Singapur desde la provincia de Sindh durante la Partición de la India, y que se ha desempeñado como diplomático y consultor geopolítico de Singapur, además de ser Representante Permanente de Singapur ante las Naciones Unidas entre 1984 y 1989, y nuevamente entre 1998 y 2004, y ejercer como Presidente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas entre 2001 y 2002, precisamente sucediendo a Lavrov; Mahbubani cuenta con un nombre chino, siendo conocido en chino como 马凯硕 (o en pinyin Mǎ Kǎishuò), pues se imbuyó de la cultura china, presente en Singapur y en otras partes del sureste de Asia, ante todo como consecuencia del impacto del Imperio británico como punta de lanza de diferentes potencias, incluida Rusia, y su asalto al gran centro de poder que era y es China, tras controlar a India, y que generó una comunidad china en toda esta zona, que ya existía anteriormente, pero desde aquel momento esos efectos se multiplicaron. Bien, Mahbubani escribió un libro llamado Can Asians Think? Understanding the Divide Between East and West, y que debe ser leído junto a The Clash Of Civilizations: And The Remaking Of World Order de Samuel P. Huntington. El libro de Mahbubani fue escrito hacia el final de los años 1990, tras la alineación del extremo oriental de Asia y el sureste asiático completamente en la disciplina neoliberal de la mano del Consenso de Washington, y de los diferentes intentos de cuestionar el dominio del mundo a Occidente por parte de Asia que se vinieron al traste. Mahbubani sacudía el plano estratégico de Asia con ese recopilatorio de ensayos bajo el título de ¿Pueden los asiáticos pensar?, se entiende que estratégicamente para liberarse e imponerse a Occidente.

Pero Europa no ha tenido un Mahbubani en los puestos de dirección que piense en términos continentales y que sepa qué hacer y cómo. A lo largo de todos los años de gobierno encabezados por Angela Merkel, años decisivos en todos los aspectos, la esencia de la estrategia de Merkel sobre los cimientos del poder alemán ha sido siempre e invariablemente económica. Cuando Rusia invadió Crimea, su atención se centró en las sanciones, pero Alemania accedió a más gas ruso que nunca hasta entonces; desde que China comenzó a hacer gala de sus ambiciones estratégicas y su poderío militar, ha intentado fortalecer los lazos económicos con Beijing pensando que podría avasallar el mercado asiático... cuando más bien ha sido China la que ha entrado con fuerza en Alemania y en Europa a través de este país.

Lo mismo cabe decir de la formulación del euro, algo que Mervyn King sintetiza perfectamente bien desde su experiencia y conocimiento como gobernador del Banco de Inglaterra, y con su conversación con Schäuble:

"El euro se creó pretendiendo que una unión monetaria es viable sin unión fiscal. Eso provoca constantes tensiones, como ya vimos en 2010 en el Sur: en ausencia de transferencias fiscales del Norte al Sur es muy difícil mantener unida la zona euro. Con la covid, Europa no ha optado esta vez por la austeridad sino por los fondos europeos: por las transferencias fiscales. Pero de momento es algo temporal, para una sola vez, y en cambio ese es un reto permanente para la eurozona”. “El ministro alemán Wolfgang Schäuble vino una vez a mi despacho en Threadneedle para pedirme consejo sobre cómo solucionar los problemas del euro. Y yo no tengo la solución, pero sí le di tres opciones: desempleo permanente en el Sur, más inflación en el Norte o unión fiscal. ‘No me gusta ninguna de las tres’, dijo. Y ese es el problema, porque lo único seguro es que llegará otra crisis y entonces será tarde para arreglar el avión en pleno vuelo. Argumentar como hizo Schäuble en su día que el superávit alemán es útil para el conjunto del euro porque genera déficits en otros países es no haber entendido las consecuencias de una unión monetaria."

A lo que añade:

Cuando España ingresó en el euro pudo crecer con gran rapidez, pero perdió competitividad a raudales: los salarios subieron a lomos de una burbuja y la competitividad desapareció por el camino. (...) España ha hecho los deberes, ha hecho duras reformas, pero el desempleo sigue muy arriba. Los españoles tienen que aceptar que el alto desempleo tal vez sea el precio por estar en el euro [tal y como está organizado ahora, que supone también salarios bajos, paro y abaratamiento de las cadenas de suministro y producción de la industria alemana... pero vamos a hacer ver, como los alemanes, que esto nosotros no lo sabemos]. España salía de una dictadura y Europa fue un salto hacia la democracia; entiendo que los españoles estuvieran dispuestos a hacer en su día ese sacrificio. (...) Pero el precio es muy alto. El resto del Sur tiene problemas parecidos. Si a los italianos les hubieran dicho hace 20 años que si entraban en el euro no iban a crecer nada de nada, ¿se hubieran unido al euro? Lo dudo”.

NOTA: En la cita de arriba, lo que está entre corchetes es una apostilla mía, un comentario personal sobre las declaraciones del Sr. King.

Es importante señalar que lo que Mervyn King hace aquí es poner de manifiesto que la estructura económica de España es la que es por el funcionamiento del euro, y que este funcionamiento, totalmente ilógico consistente en una unión monetaria, pero no fiscal ni bancaria, genera un modelo desastroso para el Sur, y más por las decisiones políticas tomadas como élites. Para el caso de España y su vinculación a Alemania en cierto momento y la forma en que se define un modelo de crecimiento por voluntad de las élites españolas tienen que leer este análisis que escribí en su día.

Todo esto pone de relieve una situación en la que Alemania gana sobre España, Portugal y la más industrializada Italia, de hecho su potencial competencia, y de esta manera las mantiene vinculadas a ella y genera un espacio de dominación geoeconómica, con un enfoque en los salarios bajos, también en la propia Alemania, y en la exportación fuera de Europa, o esa era la gran idea de Alemania: exportar lujo a Rusia a cambio de convertirse en la llave de paso del gas natural para su propio beneficio y control geoeconómico, exportar a Estados Unidos, que esto se ha matizado y bastante, y exportar ante todo a China, con un juego en el que el coloso asiático se ha preparado para capturar la propia Alemania y Europa, razón por la cual no hemos avanzado en la integración europea, ni en adquirir los medios para ser un Superpower, que como ya he explicado muchas veces, es la clave de una soberanía... pero con una Francia que realmente tampoco entiende el juego y es de la misma opinión que Alemania, es decir: que Europa se escribe "Francia" o Europa se deletrea "Alemania", cuando ambos no tienen el modelo de generar capacidades soberanas a gran escala en campos como la industria, la tecnología, la investigación y un amplio etcétera.

Un caso paradigmático, en este sentido, es Irlanda. Resulta que Irlanda entra en la Unión Europea y en el euro... y ya no forma parte de los PIIGS, incluso después de la crisis de 2008. ¿Por qué?

La economía irlandesa ha sostenido su crecimiento a lo largo de los años en las altas tasas de inversión, desarrollo tecnológico y la innovación, y esto se manifiesta en las altas tasas de crecimiento de la producción, las cuales se han derivado generalmente por las exportaciones, a lo que ha contribuido la pertenencia de Irlanda a la Unión Europea y la moneda única.

Esto se explica por la aplicación del modelo de crecimiento de Solow, ya que gracias a la incorporación del progreso tecnológico y a la innovación se llega a conseguir que una economía que tiene crecimiento per cápita no llegue a su estado estacionario, sino que siga creciendo a lo largo de los años. Con el progreso tecnológico, las mejoras en la tecnología contrarrestan continuamente la acumulación de los rendimientos decrecientes de capital, por lo tanto crece la productividad del trabajo, tanto directamente debido a las mejoras de la tecnología, como indirectamente por la acumulación adicional de capital que estas mejoras hacen posible.

El avance tecnológico que concedió a Irlanda el estatus de un centro de alta tecnología tuvo lugar en 1987. Tanto la innovación como el cambio que experimentó la industria irlandesa sobre la década de los 90 es la que ha hecho que Irlanda se convirtiera en el corazón de la industria de alta tecnología en Europa.¿Por qué motivos Irlanda se convirtió en la sede de múltiples empresas manufactureras de alta tecnología? El sector de la alta tecnología en Europa abarcaba a la producción del hardware y software. Estaba localizado en gran medida en Irlanda, ya que aproximadamente un 40% de los ordenadores vendidos en Europa estaban ensamblados en Irlanda. De acuerdo con los datos de la OCDE, tanto Irlanda como Estados Unidos fueron los máximos exportadores de software en la OCDE, teniendo respectivamente un 29% y 26% de cuota de fabricación de los mismos. También hay que destacar el caso de actividades de Microsoft en Irlanda, ya que aproximadamente el 9% del personal que trabajaba en ese sector poseía una muy alta preparación académica.

En definitiva, vemos cómo fue aumentando el porcentaje de manufacturas exportadas de alta tecnología a medida que industrias como informática, farmacéutica, maquinaria eléctrica, etcétera se consolidaban y ampliaban fruto de un plan gubernamental y de un sector privado inteligente. Es decir, cambiaron radicalmente su economía y prosperaron económicamente.

El crecimiento económico del país se vio impulsado, entre otros motivos, porque la población estaba preparada profesionalmente para desempeñar las actividades que requerían las empresas de alta tecnología. Esta alta cualificación se debía a que en gran medida aquellos emigrantes que habían regresado a Irlanda después de haberse formado en el extranjero. La entrada de Irlanda a pertenecer a la Unión Europea tuvo diversos impactos que afectaron a su desarrollo por distintas vías, pues la Unión requiere una transformación económica que aquí las élites se han negado a hacer con la finalidad de aprovechar los ciclos de especulación, siendo un caso definitivo el de Catalunya, tal y como explica Manel Pérez, donde:

"No hay región en Europa que haya sufrido una destrucción en la industria como la de Catalunya. Pasa de ser uno de los motores a convertirse en una región más, con un peso industrial de segunda fila. La composición interna de la burguesía va cambiando y pasa de una élite muy industrial a una más rentista, más financiera. Se dedica más a comprar inmuebles y vivir del turismo, en vez de producir bienes y servicios a gran escala."

Esto ha tenido su reflejo en las élites políticas del país, y en la situación real de España, por decisiones de las élites españolas:

1/ Transferencias: Irlanda recibió transferencias por parte de la UE las cuales fueron considerables, hasta tal punto que en 1991 llegaron a ser del 6.6% de su PIB. Luego fueron cayendo como porcentaje del PIB pero los aportes fueron muy significativos en cuanto a su destino para mejorar tanto el capital humano, las infraestructuras y promover nuevos proyectos de industria nacional y de investigación y desarrollo.

2/ Reforma en el sistema de Finanzas Públicas: las transferencias recibidas de la CEE (Comunidad Económica Europea) hicieron que Irlanda debiese modificar su sistema de finanzas públicas hacia uno más moderno que incluyera planeamiento a largo plazo, presupuestos multi-anuales, auditorias sistemáticas e introducción de evaluaciones de efectividad.

3/ Estabilidad Macroeconómica: Irlanda se tuvo que someter al tratado de Maastricht que le ayudó a imponer limitaciones a su política fiscal y además le permitió una disciplina financiera sostenida en el tiempo.

4/ Entrada al Mercado Común: La eliminación de las barreras comerciales y de movimiento de personas en la UE hicieron que la economía irlandesa se abriera a las fuerzas de la competencia externa, lo cual incentivó a que las empresas allí establecidas lograsen mayor índice de competitividad. Por lo que la entrada de Irlanda a un mercado unificado, fue uno de los factores que ayudó al éxito para atraer inversión extranjera directa y además aumentar la competitividad de las empresas locales.

Estos factores han sido claves para la transformación que vivió la economía irlandesa, sentando las bases para el crecimiento guiado por las exportaciones y la inversión extranjera directa en un contexto neoliberal, y como tal, alejado del pilar de la igualdad, evidentemente.

Adicionalmente, las operaciones de grandes empresas transnacionales que están fusionándose con compañías domiciliadas en Irlanda apuntalan la inversión directa, al establecer sedes y laboratorios vinculados a la alta tecnología, con miras a beneficiarse de la tasa de impuestos corporativos que se aplica allí: 12,5%, la más baja en un país desarrollado, además de factores como los ya apuntados aquí, con lo que en esta fase que anuncié en el ya mencionado documento, estamos ante una gran concentración del capital, tanto en términos horizontales así como en términos verticales.

Según cifras de la Cámara de Comercio Estados Unidos - Irlanda, hay unas 700 compañías estadounidenses operando en Irlanda. Entre estas se incluyen empresas de gran tamaño como Intel, Dell, Google, Hewlett Packard, Facebook, Apple, Johnson and Johnson y Pfizer. Esta última empresa anunció en noviembre de 2016 que se fusionaría con la empresa Allergan y trasladando su sede a Irlanda, ejemplo de la participación y centralidad en la época de concentración de capital en la que estamos inmersos, y donde Europa no sale bien parada, salvo que tome el camino que ya he señalado.

En definitiva, Irlanda ha sido altas tasas de inversión, desarrollo tecnológico y la innovación al progreso tecnológico como caballos de batalla, creación y adaptación de sus capacidades industriales a los tiempos y se preparan en un contexto nórdico para emprender la Revolución Industrial 4.0.

La soberanía consiste en aplicar una capa de exclusividad a unos territorios cada vez más amplios y multicontinentales, que sean capaces de oponerse a los de tus rivales por construir una nueva hegemonía global, esta vez definitiva. Y en el mejor de los casos, lo que hacemos en Europa es "bonito", pero absurdamente pequeño, o va con un retraso escandaloso sobre los elementos de la vanguardia, de tal manera que no se puede igualar y sólo encaja ya como parte de un todo bien organizado y con auténticas capacidades de lucha a gran escala, que son o Estados Unidos y su alianza, o bien China. Llevo tres años advirtiendo esto, y los datos no han hecho más que darme la razón en el camino que señalaba, ahora con la competencia extrema y feroz desatada a escala global y en pos de la victoria definitiva, y Francia y Alemania con sus peleas y su estruendoso fracaso que no reconocen porque no les conviene, aunque la realidad es tozuda. Hasta ahora, el euro sobrevive porque Francia y Alemania han conseguido una ventaja que es meramente temporal, y que ya se está agotando: Alemania ha multiplicado su mercado interno y consolidado su dominio geoeconómico restando a Francia, mientras que Francia se ha beneficiado de las condiciones de préstamo alemanes para su deuda pública que ha llevado hacia su poderío militar... En Alemania, el euro ha beneficiado al sector privado, mientras que en Francia ha permitido consolidar el rol del Estado a un coste reducido. Pero llegamos ya al fin de esta lógica, y con ello a un choque cada vez menos disimulado entre Francia y Alemania. La gran inversión alemana en su ejército, es algo más que algo necesario en vista del desastre en este campo, es realmente la ruptura de este balance, y esto es tan sólo una señal de ello y de la competencia entre Berlín y París.

Lo explicaba en enero de 2021 en esta parte de este documento:

En este sentido merecen muchísimo respeto y admiración los esfuerzos de Francia, con la creación de lo que Emmanuel Macron definió como un "MIT à la française", y que le ha valido al país europeo para situar la Universidad de Paris-Saclay como la decimocuarta del mundo y la tercera de Europa en un año, tras Cambridge y Oxford, ocupando el primer puesto en matemáticas, logrando con ello lograr tres cosas: visibilidad, atraer fondos y captar profesores, investigadores y alumnos... y tal y como reflexionaba Ellen Hazelkorn, del Instituto de Tecnología de Dublín, a Livemint, "Se trata de prestigio nacional. Los ranking son menos sobre estudiantes y más sobre geopolítica". El lugar destaca porque desde hacía 10 años que allí hay algunos laboratorios de las principales agences de investigación francesas, caso de la École Polytechnique o el sincrotón SOLEIL, además de instalaciones de multinacionales como Danone, Areva o Thalès dedicadas al estudio. Además, dos años antes ya se había creado alrededor de esta concentración de talento e inversiones, un clúster tecnológico, como se recoge en este artículo que explicaba el motivo por el que se construía ahí la Universidad de Paris-Saclay. Además, se reflexionaba sobre qué modelo tomar como referencia, si el Silicon Valley, es decir gran polo de innovación pero sin un fuerte gobierno común, o mejor el modelo MIT, por ser justo lo opuesto, tal y como se preguntaba Jacques Biot en 2017, como presidente de la Polytechnique... Al final optaron por un modelo que ha supuesto una mezcla entre un MIT y un Silicon Valley, como puede seguirse en este artículo, que recoge todo el ciclo de planificación y creación.
Insisto en que esto es muy meritorio para Francia, como su programa de Inteligencia Artificial, por mencionar tan sólo un par de elementos. Pero sucede lo mismo. ¿Es suficiente a corto o medio plazo para Europa? ¿Y para la misma Francia? Debemos ser conscientes del potencial que al respecto tienen los numerosos y especializados centros norteamericanos o bien chinos, sin olvidar la fábrica de talento de India, que algún momento puede decidir mejorar para sus propios fines. Es muy meritorio, insisto, lo logrado por Francia, pero insuficiente si no se crean más Silicon Valley y MIT en toda Europa, con una planificación conjunta y especializada, y para ello, la coordinación debe ejercerla la Unión Europea, al igual que la financiación, y la sincronización entre los sectores público y privado a escala europea. Lo contrario es terrible para Europa. Así que tomar el modelo francés como modelo está muy bien, pero debe ser a gran escala europea.

Hoy día todos los indicadores de calidad de enseñanza universitaria europea van a la baja en comparación con las grandes referencias, y es un problema de no enfocar las cosas más que a escala ridícula. Lo único que ofrecemos es un blanco al que atacar con facilidad por parte de actores como China ante todo, o Rusia en otros aspectos, que busca crecer para acaparar recursos y así hacerse imprescindible, apuntalando con ello, o esa era la idea, su sector atómico, espacial e industrial militar.

Salvo que se emprenda un gran proceso federal completo, lo que incluye un presupuesto federal ambicioso, no será posible, a corto plazo, revertir el vicio de concepción inicial del euro, que consiste en que esta moneda es demasiado fuerte para los países importadores y demasiado débil para los exportadores en términos netos, y en el frente interno, dependiendo de la gestión de las élites locales en un contexto de gran expansión financiera fruto de una etapa que ya se ha acabado, pero que ha llevado a la consolidación de unas élites concretas con unos intereses concretos, como los del señor Schroeder con Rusia, que son los de una parte del SPD y de la industria alemana, o como los de una parte de las élites de España, por ejemplo. Es decir, que tenemos un modelo en el que ya no existimos, pero nuestras élites sí, con todos los vicios y errores que nos han traído hasta aquí, y del que se ha beneficiado ante todo Alemania, porque en el frente externo ha exportado, también hundiendo a la clase trabajadora alemana, y en el frente interno del euro ha hundido salarios y generado grandes masas de parados, lo que ha abaratado las cadenas de producción y suministro de la industria alemana.

Es evidente, algunos países de forma aislada podrían llevar a cabo un sabotaje monetario, pero al precio de una destrucción de los ahorros, una bancarrota estatal, una inflación todavía mucho mayor y, por consiguiente, lo que ya estamos empezando a ver en este contexto un régimen político autoritario destinado a garantizar el orden social en condiciones tormentosas, y donde los elementos futuristas de la nueva Revolución Industrial se empiezan a aplicar, lo cual se desea hacer con este contexto de salarios más bajos, inflación que si no se sabe manejar mengua la capacidad adquisitiva de las clases trabajadoras, o que aspiran a serlo, con lo que, con tanto paro los salarios siguen empujando a la baja, y en un contexto de transición de hegemonía, con una crisis del pensamiento obrerista y su representación política y sindical, algo que anticipé sobre el modelo estudiado de una forma total, incluyendo los aspectos de las élites vinculados a su poder cultural, etcétera en este documento hace ahora un año. Este es el modelo de mantenimiento del neoliberalismo, hipernacionalista, construido sobre un mayor imperialismo, y de élites bloqueadas, que aceptan una cierta transformación industrial porque ha llegado la lucha por la hegemonía global y que ahora va a resolverse de forma definitiva, en un contexto hiperfinanciero en el corazón de la hegemonía, y con un retador/es de grandes capacidades que cambian su rumbo de una manera agresiva e inteligente, caso de China en nuestros días y los venideros. Este es el modelo de Trump, Putin y otros, que va a extenderse salvo que dejemos de pensar en términos nacionalistas, y emprendamos los cambios necesarios.

Ante todo, debe darse, al igual que el New Deal y el momento en que empezó a funcionar de verdad, que fue a ambos lados del Atlántico, una adaptación ideológica a ambos lados del Atlántico que postule que el objetivo del euro es el crecimiento del empleo, no tanto del dólar porque con los Demócratas en la Casa Blanca y con el control del Congreso esto ya es así. Una vez se dé este elemento de sintonía y armonización, debe procederse a un pacto a gran escala que una todo el bloque Occidental con una sola moneda para uso comercial y de crecimiento, manteniéndose las monedas euro, dólares (canadienses, estadounidenses, australianos...), yenes, wones, el nuevo dólar taiwanés, etcétera. ¿Por qué? Porque China ya lo ha hecho y lo está aplicando ya en su espacio. Además, se deben crear empresas únicas participadas en pie de igualdad entre los socios, y mecanismos jurídicos y políticos federales para controlar los abusos y situar todas las capacidades para un bien común.

En Europa, es decir en la Alemania hegemónica, la crisis de 2011-2013 ha demostrado que el empleo y el crecimiento fueron las variables de ajuste para mantener la unidad monetaria. El capital, o sostenibilidad del símbolo de la moneda, prevaleció sobre el trabajo, y esto es el elemento central de la derrota europea. Por consiguiente, se debería en adelante, cuando menos en parte, equilibrar la importancia de estos dos factores de producción en la política de la moneda. La moneda no es neutral en la gestión de las relaciones sociales. Y el euro es, en su formulación actual, incompatible con el pleno empleo, genera hipernacionalismos, grandes desigualdades, desinversiones en sectores clave para posicionar a Europa en el mundo, un perfil autoritario, como mínimo iliberal pero con tendencia a moverse hacia el autoritarismo, y conflictos en la brecha, como es el caso de Rusia y Ucrania, que pueden escalarse hasta proporciones nunca vistas.

Por esta razón, si el ejército alemán se encuentra hoy en condiciones desastrosas es sobre todo porque en sus años en el poder Merkel siempre ha minimizado los aspectos puramente militares que subyacen en la estrategia de cualquier potencia, a la vez que se ha sacrificado todo el proyecto europeo, de manera tal que lo de Francia es, sinceramente, una quimera cuya realidad llega ya: Turquía y Rusia barren a Francia del tablero, y es particularmente claro con una Rusia que va tomando país tras país y recurso tras recurso a una Francia que se imagina primera potencia militar (en Europa), pero no es capaz de llevar a cabo nada en África que vaya de la mano de una Europa a la que aspira a tragarse y que por ciencia infusa todo el mundo entregue las llaves de sus cancillerías y de sus empresas a Francia, con una línea en política exterior a la que se oponen los países del centro y del Este de Europa respecto a Rusia, lo mismo que los países del Báltico... algo que incluso Alemania ahora trata de corregir.

Conclusiones

El 11 de enero de 2021 escribía el siguiente comentario sobre la obra de Saint-Simon:

De modo tal que el acto de equilibrio redunda con claridad en un orden falso, no una paz perpetua sino una guerra permanente, seguida en cuanto se cuenta con las condiciones para ejercerla y, con ello, Europa se debilita y siembra su propia ruina ante los colosos que previó en su día Tocqueville en la Democracia en América, Estados Unidos y Rusia; hoy, si Europa no se forma, sucumbirá peleándose guerras sobre el continente europeo en un contexto hipernacionalista, neoliberal, imperialista, autoritario marcado por profundas crisis con un combustible social altamente inflamable y precursor y desencadenante del desastre.
En definitiva, Europa entera, sin excepciones, vive realmente en un estado de sangrienta anarquía del que solo los ingleses se han beneficiado y que no hay esperanza de enmendar, cuyo futuro es terrible, como me permito reflexionar, ya sea por el colapso de la República imperialista de Estados Unidos bajo el prisma de los republicanos y su deriva con el trumpismo, esté Trump o no, propiciando conflictos entre europeos. O también podríamos enzarzarnos en "guerras civiles" europeas para regocijo de China en caso de que no pueda acaparar a Europa y no sólo aislar, también privar de esta pieza central de la estrategia a Estados Unidos, y luego repetir el escenario de la Segunda Guerra Mundial con Estados Unidos y una alianza dirigida por China. Por tanto, hay que salir de Westfalia de una vez, y el único método eficaz, argumenta Saint-Simon, es restablecer entre las naciones europeas, incluido el Reino Unido, la unión que existía en el siglo XIV, pero extendida a las realidades geopolíticas, geoeconómicas y estratégicas del siglo XXI.
La forma neoliberal e imperialista del poder y cómo se conforma. Un ejemplo. De momento ambos son aliados, aunque de conseguirse los objetivos, igualmente sería cuestión de tiempo que ambos hipernacionalismos neoliberales, imperialistas chocasen.

Como ya he mencionado, la guerra entre Rusia y Ucrania es precisamente la primera guerra que anticipaba en mi comentario del 11 de enero de 2021, una guerra entre dos sujetos geopolíticos, ambos en crisis, ambos dominados por el neoliberalismo según la versión compartida por los elementos del establishment soviético que pusieron los pilares de su propio orden, que ha conducido a una gran inflamación del componente social, hipernacionalismo, autoritarismo y lucha por la doctrina de Carl Schmitt, de la misma manera que hizo el Tercer Reich. Es decir, en estos momentos hay dos procesos que surgen en paralelo: desarrollar tecnologías y capacidades para ser soberano como bloque, e imponerlas en tu espacio de dominación; y/o ampliar los dominios de tu bloque de dominación. Esto se puede hacer de dos maneras: de una forma kantiana, cosmopolita y enfocada a un orden social, o bien por la aplicación de la doctrina de la guerra, donde puedes intentar conseguir una y/o otra cosa al estilo del Tercer Reich amparándote en la guerra, lo cual en estas condiciones es el elemento perfecto. Rusia sólo puede adquirir más espacio para obtener energía y otros elementos con los que jugar en el lado de Estados Unidos o China, y así se comporta en todas las partes que puede, usando para ello la guerra de diferentes formas. Esto sienta un precedente para esta época para otros actores en su fase de transformación o de disolución, y que se traduce en hacer la guerra a los rivales, esperando dominarlos, aunque al final no pueda en cierto momento por entrar de lleno en las zonas de influencia exclusiva entre China y Estados Unidos, y estas zonas de influencia son cada vez más extensas, abarcan ya casi toda la Tierra, y limitan los movimientos en los que los resortes de seguridad desaparecen. Si a esto se suma Europa con Alemania y Francia y sus respectivos subgrupos dentro de este espacio en este contexto el desastre es total y absoluto.

Es importante entender esto y conducir los elementos de la mejor manera, tanto en Estados Unidos como en Europa. Ya no hay margen ni posibilidades de nada más, y todo, absolutamente todo, está en juego.

En este sentido, la versión autoritaria liberal como forma de contener no es más que otra forma de acercar el desastre, no queda más remedio que lanzar una gran transformación en la estela de Roosevelt pero como matriz debe ser no ya sólo Estados Unidos o sólo Europa: deben ser ambas a la vez dada la naturaleza de la apuesta definitiva, y con vocación de englobar al mundo entero al final de la transición de hegemonía.