Europa

Para mantener su dominio y abrir brecha hasta la victoria Estados Unidos tiene una sola estrategia: Europa. La necesidad de construir una nueva relación transatlántica ya es una dinámica iniciada durante la administración Trump y que se fundamenta, cómo no, en un clásico: debilita y divide a tu “enemigo”, manifestada en el Brexit, los aranceles, las sanciones a Rusia y las acciones de partidos que comparten tácticas, estratagemas y vínculos de muy diverso y notable vínculo con la esfera que impulsó a Donald Trump, hizo el Brexit, del que hablaré muy pronto. Las acciones de Trump “contra Europa” hay que leerlas en este sentido, lo mismo que una parte del Brexit: debilita al otro lado de la negociación, el eje franco-alemán, y a ser posible, divídelo también a él. Pero el objetivo está clarísimo para Estados Unidos, y también debería estar muy claro para los europeos: para mantener su dominio, Estados Unidos debe acelerar su integración de mercado y de todo tipo con Europa.

Para reconstruir su soberanía digital, y esto es algo urgentísimo, Europa tendrá que redoblar sus esfuerzos e inversiones. De lo contrario, tendrá que contentarse con alianzas estratégicas, o lo que es lo mismo,  pasar a ser “ciber-vasallos” de los estadounidenses, abriendo el mercado europeo, excesivamente fragmentado y con intereses contrapuestos, para que los gigantes norteamericanos acaben lo que ya han empezado con Apple, Microsoft, Google, Netflix, HBO, Facebook, Amazon, IBM, Tesla... o sus contrapartes chinas, que pretenden exactamente lo mismo que las norteamericanas. La Unión Europea se basó en la apertura comercial y el mercado común, pero los colosos estadounidenses y chinos han destruido el sentido de estos principios de la UE. Si Europa quiere empezar por proteger sus negocios y los derechos de sus ciudadanos tiene que crear colosos que puedan ir al choque sin miedo con los norteamericanos y los chinos, mediante contramedidas, y si esto es absolutamente imperioso y cierto con los chinos, lo es aún más con los norteamericanos. A su vez, la Unión Europea debe contar con la suficiente fuerzas y autoridad, además de refrendo democrático y supervisión para asegurar la protección de sus ciudadanos y ofrecer otro modelo al mundo. En no pocos sentidos, el orden internacional basado en el equilibrio de poder entre los Estados y la ley, ese binomio creado a partir de 1945, y que permitió un crecimiento paulatino del derecho internacional y el multilateralismo ha sido minado de forma determinante tanto por Estados Unidos como por China. Estados Unidos ha usado la extraterritorialidad y China ha empezado a mostrar ya su rostro verdadero como Imperio, "o conmigo o contra mí", y al final ambos contendientes aprenden mutuamente destrozando a una Unión Europea que cuenta con un mercado demasiado fragmentado, pero que para la economía del futuro, tal y como la perciben chinos y norteamericanos, es el cadáver económico, comercial y político sobre el que crecer y arrebatar al otro la superioridad en los datos, el comercio y la economía. Es un claro ejemplo de un Juego de Suma Cero con una de las partes demasiado débil. Europa debe resistir los embates de ambos y fortalecer un modelo distinto que cuente con los medios diversos para influir, convencer y ejecutar a nivel global.

En este aspecto, la Unión Europea se erigió partiendo de un mercado común y la apertura comercial, para pasar ahora a un escenario en que tanto sus empresas como sus directivos pueden arrostrar demandas por comerciar con ciertos Estados, viéndose en la necesidad de retirarse de tales escenarios. Por otro lado, los contratos públicos en el seno de la Unión Europea están abiertos a terceros, pero la reciprocidad no se suele dar en todos los casos con los otros agentes. Este último punto, el de la reciprocidad, se ha consolidado como un elemento central de la reflexión en los círculos ejecutivos de Europa, en lo que se refiere ante todo al establecimiento de contramedidas contra la extraterritorialidad de Estados Unidos.

Si bien es cierto que se cuenta con un reglamento europeo datado de 1996 cuya finalidad es la brindar protección a las empresas europeas contra las sanciones extraterritoriales, a la hora de la verdad resulta que no se puede aplicar, así que, seamos claros, la Unión Europea habrá de tomar medidas discriminatorias que equilibren esta asimetría, y que, siendo un desafío claro, no es con mucho el peor, pero sí que resulta clave hallar una solución satisfactoria a este punto. Existen, y esto es necesario subrayarlo, ciertas propuestas encaminadas hacia una corrección de tal situación, como el informe parlamentario de Pierre Lellouche y Karine Berger, que data de 2016 y que aborda la extraterritorialidad a un nivel propositivo mediante medidas a nivel nacional, europeo y entre dos naciones. También se hace necesario subrayar la propuesta del Instituto Notre Europe-Jacques Delors de hace un par de años que propone replicar el sistema estadounidense en lo que se refiere a instrumentos legales, estructuras organizativas y control judicial.

No obstante, ¿qué otras medidas podrían adoptarse por parte de la Unión Europea en lo que respecta a la cuestión de la extraterritorialidad y a Estados Unidos? La Unión Europea en el fondo cuenta con ciertos mecanismos que deberían usarse de una manera sabia, inteligente y no por ello menos contundente: luchar contra la corrupción en cualquier nivel y escala, tanto en los Estados miembros como en el seno de la Unión Europea. El hecho de crear una suerte de "fiscalía general europea" que actúe de oficio o a instancia de parte, ya sea un Estado, una organización no gubernamental, una asociación o fundación o particulares, que ejecute un proceso judicial completo ante los órganos judiciales a la escala adecuada y hasta donde sea necesario, unido a la redacción de informes vinculantes de carácter anual que supervisen el Estado de la Unión en tales asuntos, incluidos los países miembros, y eleve en dicho informe medidas concretas que sean de obligado cumplimiento, además de la supervisión de los medidas exigidas en el pasado. El uso del "palo y la zanahoria" se antoja también necesario. Premiar a los Estados y organismos de las formas más adecuadas, además de castigar a los entes y elementos que corrompen y son corrompidos, también es fundamental. Una buena idea idea podría ser conceder distintivos de calidad a organismos, empresas, Estados e instituciones que reporten ventajas sociales y económicas, mientras que incurrir en la reiteración de prácticas destinadas a corromper o a ser corrompido debería penalizarse y señalarse en el plano social y económico.

Otros aspectos que subrayaría serían la lucha contra la evasión fiscal, sin dejar de lado el respeto medioambiental, a la biodiversidad y mantenerse en la vanguardia de la lucha contra el calentamiento global. De hecho, el factor medioambiental será un elemento crucial y al respecto el Reino Unido se mostrará sin duda muy activo y a la vanguardia, tal y como se analizó en otra entrada en esta revista digital, que recomiendo recuperar.

Otra faceta que debe usar la Unión Europea se halla en la protección de datos personales y una mayor fiscalización y penalización, cuando corresponda, en cuanto al uso y abuso que hacen de ellos las GAFAM y Netflix, entre otras compañías.

Baste como ejemplo lo sucedido en septiembre de este año. Recordemos la secuencia de acontecimientos: el 16 de julio de 2020 el Tribunal de Justicia de la Unión Europea emitía resolución judicial por la que declaraba que Estados Unidos no da garantías suficientes para proteger la privacidad de los datos, y con ello declaraba inválido el acuerdo de 'Escudo de la privacidad' de 2016 entre la Unión Europea y Estados Unidos, por el cual las empresas norteamericanas como Apple, Google, Facebook entre otras pueden llevarse los datos de usuarios europeos a Estados Unidos. Recordemos que ya está en vigor en la Unión Europea el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR), basado en parte en reglas establecidas previamente en el mencionado acuerdo 'Privacy Shield'. Sin embargo, el TJUE considera en julio que Estados Unidos no garantiza un nivel de protección adecuado. Se trata de una decisión importante, que marcará el inicio de otra nueva etapa en las relaciones entre los Estados Unidos y la Unión Europea en materia de privacidad. El 9 de septiembre de 2020 The Wall Street Journal informaba que Irlanda, mediante la Comisión de Protección de Datos, había enviado una orden judicial a Facebook mediante la cual se le pedía que cesase esta actividad, y cuyo efecto es que, al estar la sede europea de Facebook en ese país, con ello se cumple la sentencia del TJUE, y sus efectos alcanzan a todos los usuarios de la Unión Europea.

Facebook afirmaba que esta decisión en cuanto entrase en vigor tendría consecuencias graves para los usuarios, llegando a poner en duda la continuidad de su negocio en Europa, tal y como se recoge en esta declaración.

Lo que Facebook tiene que que hacer es gestionar los datos de los usuarios europeos en servidores fuera de Estados Unidos, en servidores en territorio de países de la Unión Europea, de forma presumible, y con ello duplicará sus servicios en Europa ya que los datos de los usuarios no pueden transferirse a Estados Unidos. Si Facebook no cumpliese con la normativa, Irlanda tiene el poder por parte de la Unión Europea de multar a Facebook con hasta el 4% de los ingresos anuales de la compañía. Estamos ante la punta de lanza de unas acciones que han de enfrentar para actuar de acuerdo con la legalidad las grandes tecnológicas estadounidenses.

Esto mismo respecto a los datos personales se podría aplicar para reforzar y asegurar otros mecanismos ya existentes, en servicios financieros o derecho de competencia, como elementos más urgentes.

No obstante, dos medidas, además de las aquí expuestas resultan fundamentales. Una tiene que ver con el cambio en la mentalidad europea y la comprensión del momento y del presente que ya se nos ha echado encima; y, el otro tiene que ver con el papel del euro. Es imprescindible revisar la posición del euro en el sistema financiero internacional para limitar de una vez por todas el uso del dólar en el comercio internacional y como moneda de reserva. Sobre este asunto hablaré sucintamente más abajo. El segundo aspecto vinculado con el euro y su posición viene de un elemento central, que parece que con la crisis de la pandemia de COVID-19 nos hemos olvidado, pero que no podrá mantenerse en "standby" mucho más, por mucho que le interese a Estados Unidos, y más con China que ha empezado a moverse en esa dirección, como ya tuve ocasión de tratar bajo el epígrafe "¿La réplica de China?" en este artículo. Y es que las monedas digitales de los bancos centrales de los tres grandes bloques económicos: el dólar, el euro y el yuan o renminbi, que han de venir vinculadas al avance de la tecnología disruptiva de los 5G, donde la peor parte, con diferencia la lleva Estados Unidos, estando ambos elementos vinculados, moneda digital y 5G, y anunciando con cierta seguridad el fin del sistema monetario centrado en el dólar, tal y como el Washington Times ya se ha planteado, y que trataría de salvar en cierto modo Estados Unidos por dos vías: la integración transatlántica con Europa, el lanzamiento de Libra de Facebook, de lo que ya he hablado aquí, y el vasallaje ciber de la UE a las grandes empresas estadounidenses, mientras se apropian de las tecnología europea y de Ericsson y Nokia, y tratan de frenar el paso de la UE a la siguiente revolución industrial que empieza a avanzar en estos instantes ya China, de lo que también hablaré más abajo; además de que la UE ayude a Estados Unidos a echar al 5G y el capitalismo digital de China de mercados como ASEAN, África y América Latina.

Al respecto cabe destacar que, grosso modo, la pandemia tiene dos efectos contradictorios en este desarrollo, y que ha resultado en un balón de oxígeno para Estados Unidos:

1/ Efecto de ralentización en el despliegue de 5G, Incluso en Europa este efecto de ralentización es un hecho contrastado: en Francia, parece que se está ralentizando el lanzamiento de 5G. La excepción es Australia, por ejemplo, el proveedor de Internet Telstra decidió aumentar su inversión en 5G debido a la pandemia de COVID-19. Para Europea también ha sido interesante esta cuestión, pues permite armar una estrategia que permita crear las condiciones para mantener, reforzar, ampliar y lanzar una acción conjunta con los Ericsson y Nokia, para mantener un mínimo de dos jugadores, a los que hay que dotar de recursos europeos que garanticen el control del bloque Europa, pensando en el 5G, 6G y así en adelante.

2/ Efecto acelerador, en particular sobre la urgente necesidad de salir del actual sistema monetario, tal y como Forbes alertaba.

Otro aspecto que debe tener presente Europa, el último pero no por ello menos importante, parte del hecho de que cabe percibir el éxito de China en la adaptación de los colosos norteamericanos, pero adaptados al mundo de China y sujetos por la maquinaria administrativa, además de financiados y dirigidos por ella. Es decir, si China no hubiera replicado, y mejorado las GAFAM con BATX; si China no hubiera creado un equivalente a Netflix, llamado iQIYI, el cual también ha desembarcado en España, con la intención de conquistar el mercado... es decir, si no se entiende que la clave es la economía de datos, y cómo se imbrica en la economía productiva, la Unión Europea comete un error mayúsculo, y pasa a convertirse en un enorme y nutritivo banco de peces y plancton para que la ballena norteamericana o la ballena china lo devore, bajando salarios, destruyendo derechos sociales y laborales, además de libertades civiles. Y esto, hay que entenderlo, da igual cuál de las dos "ballenas", si la china o la norteamericana, engulle a Europa, además de pagarlo el capitalismo productivo y tecnológico que queda, lo pagaremos los ciudadanos. Se trata de una partida en la que basta con que exista un jugador para que cambien las características del juego. Ahora mismo hay dos, y quizás en un futuro el proceso nacionalista y el capital humano indio con una demografía fuerte aboquen a un tercer jugador, más temible con el tiempo que China y Estados Unidos.

Es en este escenario que cabe repasar con mucho detenimiento la entrada en el blog de "Postpolítica" de Esteban Hernández, titulada: "La falacia de los precios baratos: los errores que cometemos con las grandes tecnológicas", en la que aborda, a partir de las lecturas de 'Break ‘Em  Up', de Zephyr Teachout, 'Liberty from All Masters', de Barry Lynn, 'Monopolized', de David Dayen y 'Goliath', de Matt Stoller. En la reflexión que construye y prueba Esteban Hernández los consumidores tenemos muy poco que ver con la auténtica cuestión de fondo. Partiendo del hecho de que tanto los diferentes legisladores como los jueces pasan a abandonar conceptos que antaño importaban como justicia, equilibrio de poder, y pasan a asumir el de la eficiencia. Dicha cuestión, la eficiencia se construye en el plano de las tecnológicas sobre los principios de más barato y más rápido, ergo más eficiente, así que cuanta mayor tendencia a una suerte de especialización más costes se ahorran y más eficiente se es. Para justificar esta cuestión de precios y de eficiencia para el consumidor, que parten de una precarización y de un descenso de los salarios que repercute en el beneficiario, ya que o vulneran las leyes fiscales, laborales y sociales o bien mueven sus capitales directamente a paraísos fiscales. La conclusión es obvia: si tenemos un legislador que establece desde el máximo poder federal, de ahí insisto en la necesidad de construir una Unión Europea política, laboral, social y salarial, de la misma forma en que el legislador federal de Estados Unidos existe y emprende una actividad que repercuta en una serie de leyes sobre redes, cuyos efectos inmediatos sean una limitación drástica de la elusión fiscal, además de mecanismos de monitorización y penalización por incurrir en tales prácticas. Si a ello sumamos una convergencia salarial, social y laboral al alza, también por ley, tenemos un monopolio constreñido y afianzado por los poderes públicos. La inversión pública debe entonces fortalecer a estos colosos, pero como contrapartida de la obligatoria presencia con capacidad de control de dichos colosos y de garantía de un comportamiento legal. Pero insisto. Para ello es urgente un gran poder federal.

Sea como sea, Europa debe crear sus propios colosos, controlarlos con un poder supranacional, tanto por vía administrativa como judicial, capaz de imponer un modelo que proteja a los ciudadanos y cree riqueza, que contribuya al buen funcionamiento, no ya de la sociedad europea, también que sea un modelo más apropiado para otros eventuales jugadores y se cambien para mejor las reglas del juego. Es decir, la Unión Europea necesita un navegador para cualquier dispositivo electrónico, al estilo de Google Chrome, Microsoft Edge, Mozilla Firefox o Safari. Recuerdo que a pesar de no estar en la Unión Europea, Opera, el navegador de la compañía noruega, ahora mismo lo controla China. Pero sigamos, buscadores... Alemania cuenta con Ecosia, que promete plantar un árbol por cada búsqueda, pero también Francia cuenta con Qwant, que defiende una protección de datos escrupulosa, o metaGer, un motor de búsqueda privado con sede en Alemania, o el caso de SwissCows, motor de búsqueda privado de seguimiento cero situado en Suiza y alejado en infraestructura segura en ese país.. Europa debe trabajar en copiar la estrategia de China con el 5G y el 6G, así por ejemplo, hay que trabajar intensamente desde las instituciones y desde el capital privado europeo en mantener, fortalecer y ampliar la sueca Ericsson y la finlandesa Nokia, de la misma manera que China tiene a Huawei o ZTE. Otro tanto cabe decir de los operadores de telecomunicaciones. Es imposible poder hacer frente ante tal cantidad de operadores, y otro tanto cabe decir de medios de comunicación, de la industria cinematográfica, de los fabricantes, pues se trataría de se trata de tener compañías insignia en el mundo para la imagen, sonido, ordenadores, teléfonos móviles, tabletas, todo tipo de vehículos, moda, telecomunicaciones, etcétera. Tampoco hay que olvidar el despliegue de Galileo para sustituir al GPS como navegación por satélite en el sector civil.

Recordemos que Baidu compite contra Google, y la aspiración es global desde una región del globo; Alibaba lo hace contra Amazon; Tencent lo hace contra Facebook; Xiaomi contra Apple y también contra Samsung; Huawei y ZTE son multidimensionales; JD.com pelea en el campo del e-commerce; Weibo da la pelea a Twitter; como ya he mencionado más arriba, iQIYI planta cara a Netflix. De hecho, en China podríamos decir que existe la antítesis de GAFAM en BATX+HZ (Baidu, Alibaba, Tencent, Xiaomi + Huawei y ZTE). Es preciso señalar que ambos, tanto chinos como norteamericanos comparten la consolidación de posiciones de gran dominio, captura de mercados en ASEAN y la UE, capitalizaciones de mercado reseñables, fuerte crecimiento. Además, China presenta durante unos años un mercado interno de usuarios enorme, mayor que el de Estados Unidos y Europa juntos, pero tan solo durante unos años, los suficientes mientras va capturando otros mercados en otras partes del mundo. En ambos casos, tanto chinos como norteamericanos presentan algo en común: el asalto al continente europeo, pues saben que el mercado europeo está muy fragmentado, no hemos creado ningún coloso, hay excelente tecnología, población y una posición de centralidad en el tablero geopolítico. Acaparar a Europa para asaltar al rival en el resto de escenarios es la estrategia que ambos tienen en común, y es, obviamente, cada vez más exclusiva y excluyente del rival, mostrando ambos un rostro o unos hechos, más allá de sus sonrisas, cada vez más feroces. Otro aspecto clave para China es que el gobierno central anima a estos agentes a que participen en la llamada New Silk Roads, con un grandísimo componente digital, pues se trata de acaparar tantos datos como sea posible, e invertir la hegemonía norteamericana del 80% de los datos globales, para que China sea el nuevo hegemón. El crecimiento de estos colosos chinos se ha fundamentado en una doble estrategia, pues han sumado una característica cuantitativa en la producción, cada vez más sofisticada, y un enfoque claramente más cualitativo, visible para el gran público en los terminales de telefonía móvil chinos, muy por encima en prestaciones y relación calidad/precio, con los norteamericanos y los surcoreanos, su auténtica competencia, y sin olvidar a los japoneses.

En ciertas cuestiones, Europa ya ha empezado a dar ciertos pasos que parecen prometedores. El punto de partida de ciertos elementos viene por la aprobación del plan de recuperación y el presupuesto de la Unión Europea para 2021-2027. El equipo que lidera Thierry Breton, comisario europeo de Mercado Interior, se halla inmerso en estos momentos en los puntos de partida para acelerar los proyectos. En el sector espacial, la Comisión Europea, otro elemento en que Europa debe moverse tanto en el plano público como en el privado, aprendiendo y mejorando la experiencia de la NASA, tal y como se hizo un artículo de aproximación. Bien, la Comisión Europea, como decíamos, es patrocinadora de dos importantes infraestructuras de satélites, la constelación de navegación Galileo y la red de observación terrestre Copérnico, y se muestra más que dispuesta a proporcionar a los países europeos una nueva constelación de satélites. El propósito es garantizar a los gobiernos de la Unión Europea la seguridad de las comunicaciones gubernamentales y proporcionar a los ciudadanos europeos un buen servicio de Internet, especialmente en las zonas de difícil acceso.

El nombramiento de Thierry Breton, del que he hablado en el párrafo anterior, como comisario europeo para el Mercado Interior también resulta interesante. En esta misma revista digital se publicó un artículo de análisis y estudio a partir de la propuesta del SPD de la formación de un 28º Ejército, donde se aborda también la situación de la defensa en Europa, y donde hallamos lo de siempre: egoísmo, mercado fragmentado, en un mundo de colosos. No es casualidad el que China acelere también en el sector armamentístico y progrese en armas que son claves en la revolución militar que estamos viendo ante nuestros ojos. Sobre el particular, recomiendo repasar el mencionado artículo sobre la propuesta del SPD. Respecto a la evolución y características del ejército chino, y su sector industrial-militar, ya convertido en el segundo del mundo en cuanto a ventas y otros factores, según el SIPRI, hablaremos en un dossier geopolítico especial en esta misma revista digital. Al respecto, Thierry Breton anunció esfuerzos para la creación de un Fondo Europeo de Defensa para desarrollar proyectos conjuntos. En palabra del propio Breton, es muy importante desarrollar una"industria europea de defensa" para tener tecnologías "soberanas" . “La defensa será un tema absolutamente imprescindible durante los próximos cinco años de esta Comisión y estará bajo mi responsabilidad, con la creación por primera vez de una industria europea de defensa coordinada en parte por la Comisión Europea” .

Es oportuno que recordemos que el cargo como miembro de la Comisión Europea presidida por Ursula von der Leyen está dirigido hacia el mercado interior, digital, servicios, industria, defensa y espacio. "Lo importante es que tenemos tecnologías de defensa limpias y soberanas", añadió Breton, recordando la reciente creación de un Fondo Europeo de Defensa para desarrollar proyectos comunes (...) Se invertirán 13.000 millones de euros para empezar a construir una industria de defensa europea coordinada en toda Europa sin dejar a ningún miembro atrás. Todos deben, a su nivel, apropiarse de una parte de la defensa [europea]", tal y como recoge este enlace.

Desde Francia se impulsa un movimiento mucho más amplio, al respecto cabe tener muy presentes la palabras de Emmanuel Macron, presidente de la República francesa, quien ha reflexionado en The Economist con gran acierto en lo que respecta a la falta de previsión, reflexión y coordinación en Europa. Además de merecer una lectura pormenorizada, pues mencionaba el 21 de octubre de 2019 lo siguiente:

Europa olvidó que era una comunidad, que poco a poco se pensaba como un mercado, con una teleología que era expansión. Este es un grave error porque redujo el alcance político de su proyecto, desde los años 90. Un mercado no es una comunidad. La comunidad es más fuerte: incluye elementos de solidaridad, convergencia, que hemos perdido, y de pensamiento político.

Entonces, básicamente, Europa se construyó como el "socio menor" de los estadounidenses. Esto es lo que está detrás del Plan Marshall desde el principio. Esto fue de la mano de un Estados Unidos benévolo, el máximo garante de un sistema y un equilibrio de valores, basado en la preservación de la paz mundial y la hegemonía de los valores occidentales. Eso tenía un precio, era la OTAN y el apoyo a la Unión Europea. Pero se ha producido un cambio en la última década, y no se trata solo de la administración Trump. Tenemos que mirar muy a fondo lo que está sucediendo en el lado estadounidense.

(...)Emmanuel Macron, presidente de la República francesa en entrevista a The Economist

A lo que añade:

Desde el comienzo de mi mandato, impulsé mucho esta idea de una soberanía militar y tecnológica europea.

Así, en primer lugar, Europa está perdiendo gradualmente el hilo de su historia; segundo, se está produciendo un cambio en la estrategia estadounidense; en tercer lugar, el reequilibrio del mundo va de la mano del surgimiento –en los últimos 15 años– de una potencia china que crea un riesgo de bipolarización y margina claramente a Europa. Y a este riesgo del “G2” Estados Unidos / China, se suma el regreso de poderes autoritarios, en la vecindad de Europa, que también nos debilita muy profundamente. Este resurgimiento de potencias autoritarias, esencialmente Turquía y Rusia, que son los dos principales actores de nuestra política de vecindad, y las consecuencias de la Primavera Árabe están creando una forma de ebullición.

Todo ello conduce a una extraordinaria fragilidad de Europa que, si no se piensa en una potencia en este mundo, desaparecerá, porque será objeto de un golpe. Finalmente, hay una crisis interna europea: una crisis económica, social, moral y política que comenzó hace 10 años. Europa no ha revivido las guerras civiles a través de conflictos armados, pero ha vivido el egoísmo nacional. En Europa, hubo una división Norte-Sur en el tema económico y Este-Oeste en el tema de las migraciones, con la consecuencia de un fuerte aumento del populismo, en todas partes de Europa. Estas dos crisis, económica y migratoria, afectaron duramente a las clases medias. Subiendo impuestos, haciendo ajustes presupuestarios a espaldas de las clases medias, lo que en mi opinión es un error histórico. Esto es también lo que explica el aumento de los extremos en toda Europa. Una Europa que se ha vuelto mucho menos gobernable.

Teniendo en cuenta todos los retos de los que hablo, tenemos una Europa donde muchos países están gobernados por coaliciones, con mayorías frágiles o equilibrios políticos inestables. Mira Alemania, Italia, España, Bélgica, mira el Reino Unido que conoces, mira Francia. Por supuesto, tenemos instituciones sólidas, una mayoría hasta 2022. Pero también tenemos una crisis social muy dura, de la que no hemos salido, que era la forma francesa de vivir esta crisis. No hay un país en Europa que se salve. Excepto aquellos que le han dado la espalda a la democracia liberal y han decidido ser mucho más duros. Podemos decir que Hungría y Polonia son inmunes a estas crisis, incluso si tenemos señales de advertencia en Budapest.Emmanuel Macron, presidente de la República francesa en entrevista a The Economist

En el contexto del Discurso del presidente de la República, Emmanuel Macron, sobre la estrategia de defensa y disuasión de la Academia Militar, el pasado 7 de febrero de 2020, considero relevante subrayar las siguientes ideas, las cuales destaco a continuación:

La última década ha visto los equilibrios estratégicos, políticos, económicos, tecnológicos, energéticos y militares, ampliamente cuestionados, y hoy vemos el amanecer de lo que podría socavar la paz adquirida después de tantas tragedias en nuestro continente (…) una nueva jerarquía de poderes [que] está surgiendo, a costa de una competencia estratégica global, sin inhibiciones, llevando para el futuro riesgos de incidentes y escalada militar incontrolada".

"[Los europeos] deben darse cuenta colectivamente de que, por falta de un marco legal, podrían verse rápidamente expuestos a la reanudación de una carrera armamentista convencional, o incluso nuclear, en su suelo. No pueden limitarse a un papel de público."

"La libertad europea de acción, defensa y seguridad de Europa no puede basarse en un enfoque puramente militar. Para construir la Europa del mañana, nuestros estándares no pueden estar bajo el control estadounidense, nuestras infraestructuras, nuestros puertos y aeropuertos bajo capital chino y nuestras redes digitales bajo presión rusa. A nivel europeo, necesitamos controlar nuestras infraestructuras marítimas, energéticas y digitales. Aquí también nos equivocamos mucho. Terminamos pensando, en los años noventa y 2000, que Europa se había convertido en un mercado grande, cómodo, teatro de influencias y depredaciones a toda costa ”, de hecho subrayó el presidente Macron, hablando de un “error fatal".

Vivimos en el mundo de la interoperabilidad, con equipos cada vez más digitalizados. Gastando lo que gastamos para tener un equipo perfecto y entregando las infraestructuras de conexión entre nuestros equipos y nuestros países a otros, sin garantía, todavía sería una extraña ingenuidad. Me permitirán no querer participar".

"Si esta elección pudiera parecer justificada en ese momento, en vista del tamaño de los arsenales acumulados antes de la caída del Muro de Berlín", continuó, "el gran error fue sin duda, sólo en Europa, prolongarlo durante los últimos 20 años, o incluso se aceleró durante la crisis financiera, cuando otras potencias, importantes o regionales, mantuvieron o incluso intensificaron sus esfuerzos de defensa".Partes del Discurso del presidente de República Emmanuel traducidas del francés.

Y también es muy oportuno recoger las palabras de Emmanuel Macron en la entrevista concedida a Le Grand Continent, traducidas en su plenitud en el diario El Confidencial , y de la cual aconsejo su lectura detenidamente, y de las que me voy a permitir destacar las siguientes:

Creo que es indispensable que nuestra Europa vuelva a encontrar las vías y los medios para decidir por sí misma, valerse por sí misma y no depender de los demás en todos los proyectos: tecnológico, como dije, pero también sanitario y geopolítico, y poder cooperar con quien quiera. ¿Por qué? Porque creo que somos un espacio geográfico coherente en cuanto a valores, en cuanto a intereses, y que es bueno defenderlo en sí mismo. Somos una agregación de diferentes pueblos y diferentes culturas. No existe tal concentración de idiomas, culturas y diversidad en ningún otro espacio geográfico. Pero algo nos une. De hecho, sabemos que somos europeos cuando nos envían fuera de Europa. Sentimos nuestras diferencias cuando estamos entre europeos, pero sentimos nostalgia cuando nos alejamos de Europa.

Pero de una cosa estoy seguro: no somos Estados Unidos de América. Son nuestros aliados históricos, apreciamos como ellos la libertad, los derechos humanos, tenemos profundos vínculos, pero tenemos, por ejemplo, una preferencia por la igualdad que no existe en los Estados Unidos de América. Nuestros valores no son exactamente los mismos. Tenemos efectivamente un apego por la democracia social y una mayor igualdad, pero nuestras reacciones no son las mismas. También creo que la cultura es más importante, mucho más importante, aquí. Por último, nos proyectamos hacia otro imaginario que está conectado con África y el Próximo y Medio Oriente y tenemos una geografía distinta a la suya, que puede desalinear nuestros intereses. Lo que es nuestra política de vecindad con África, con el Próximo y Medio Oriente, con Rusia, no representa una política de vecindad para los Estados Unidos de América. Por lo tanto, no es sostenible que nuestra política internacional dependa de ellos o siga sus pasos.

Y lo que digo es aún más válido en relación con China. Por eso creo que el concepto de autonomía estratégica europea o soberanía europea es muy fuerte, muy fecundo, al afirmar que somos un espacio político y cultural coherente, que ante nuestros ciudadanos tenemos el deber de no depender de otros y que esta es la condición para tener peso en el concierto contemporáneo de las naciones.Emmanuel Macron, presidente de la República francesa en entrevista a Le Grand Continent

Todo ello sitúa el eje desde Francia en impulsar la capacidad y la soberanía operativa europea, y se insiste en que ambas deben ir de la mano de la soberanía digital para que garantice a Europa la protección de los datos generados en el continente y que permita gozar de una independencia tecnológica en las telecomunicaciones, lo que incluyen los datos, y por supuesto, la nube, que son prioridades en el doble campo civil y militar.

Francia está preocupada por el monopolio estadounidense en el procesamiento y almacenamiento de datos, con las GAFAM y particularmente de las NATU (Netflix, Airbnb, Tesla y Uber) el caso de Netflix, y más con la pandemia de COVID-19, pues han disparado su potencial, al igual que el caso chino. A ello se suman las elecciones tecnológicas que se harán para el 5G, con la presencia de operadores chinos, y ante todo, Huawei. Europa se halla en una situación de fragilidad extrema, pues está atrapada entre dos gigantes que también han transformado el Viejo Continente en un terreno de juego comercial y estratégico, algo sobre lo que reflexiona Esteban Hernández en su libro "Así empieza todo. La guerra oculta del siglo XXI", y que en esta revista digital pudimos mantener una conversación con el autor, que aconsejo repasar.

De lo inminente e inefable momento de choque en Europa de los colosos norteamericanos y chinos, momento que ya ha llegado y en el que estamos ya inmersos, varios actores del espectro de la tecnología han insistido durante bastantes años, y lo han hecho describiendo la realidad a la que Europa se enfrenta, que es el vasallaje definitivo o a Estados Unidos o a China, salvo que se tomen medidas y acciones eficaces, eficientes y sabias al respecto.

De entre todas ellas quiero señalar una de ellas en particular, pues creo que aportan claridad en sus diagnósticos y forma de enfrentar esta situación. Hablo de la Iniciativa Disruptiva Europea Conjunta, en inglés Joint European Disruptive Initiative, o JEDI

Creo oportuno citar de su propia web el siguiente extracto, que paso a traducir al español, pero que podrá leer en su versión original consultado su web:

"El propósito de la Iniciativa Disruptiva Europea Conjunta (JEDI) es llevar a Europa a una posición de liderazgo en tecnologías disruptivas. Está impulsado por 3.700 líderes del ecosistema de tecnología profunda de Europa en 23 países.

JEDI está lanzando Tech GrandChallenges para empujar las fronteras de la innovación, con un método radical basado en la excelencia, sin retorno geográfico, velocidad, altas expectativas y asunción de riesgos audaces.

Centrado en valores humanistas, un enfoque impulsado por un propósito para resolver los principales problemas sociales en medio ambiente y energía, salud, digital y nuevas fronteras (espacio y océanos) a través de la innovación."

Como podemos comprobar, la JEDI pretende poner al paso a Europa con Estados Unidos y China en cuanto a tecnologías disruptivas, y esto es algo, de nuevo otra factor más, en lo que ningún país de Europa puede ponerse ni a la sombra de Estados Unidos o China sólo, ni siquiera una dupla de países. Conviene entender que requiere el esfuerzo de Europa como continente. Y es este un esfuerzo generoso, decidido y vigoroso. De modo que tenemos un desafío en los colosos de los datos, en la fabricación de soportes y terminales, en la revolución militar que estamos presenciando ante nuestros ojos, en el comercio, en la protección de los derechos de los europeos... y en las tecnologías disruptivas, entre muchísimos otros campos. La inspiración de JEDI se halla en los métodos de DARPA, la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa de Estados Unidos, que se centran en la rapidez, en manejar y tratar de alcanzar metas y expectativas muy altas y asumir riesgos importantes para proveer de soluciones a los grandes desafíos que presenta nuestra sociedad a través de la innovación en campos tales como las energías renovables, el espacio, la salud, la inteligencia artificial o la defensa.

Solicitudes internacionales de patente por país de origen (2019)

PaísTotal
China58.990
Estados Unidos52.660
Japón19.353
República de Corea19.085
Francia7.934
Reino Unido5.786
Suiza4.610
Suecia4.185
Países Bajos4.011
UE2748.797
UE27+Reino Unido54.583

Elaboración propia, fuente.

Principales solicitantes del PCT (2019)

SolicitantePaís Total
Huawei Technologies CO., LTD.China4.411
Mitsubishi Electric CorporationJapón2.661
Samsung Electronics CO., LTD.República de Corea2.334
Qualcomm IncorporatedEstados Unidos2.127
GUANG DONG OPPO MOBILE TELECOMMUNICATIONS CORP., LTDChina1.927
BOE TECHNOLOGY GROUP CO.,LTDChina1.864
Telefonaktiebolaget LM Ericsson (Pública)Suecia1.698
PING AN TECHNOLOGY (SHENZHEN) CO., LTD.China1.691
Robert BOSCH CorporationAlemania1.687
LG Electronics INC.República de Corea1.646

Elaboración propia, fuente. Obsérvese cómo de las 10 principales 4 son de China, 7 son asiáticas, dos son europeas y sólo una es norteamericana.

Principales solicitantes del PCT por institución docente (2019)

SolicitantePaís Total
University of CaliforniaEstados Unidos470
Tsinghua UniversityChina265
Shenzhen UniversityChina 247
Massachusetts Institute of Technology (MIT)Estados Unidos230
South China University of TechnologyChina164
Board of Regents, The University of Texas SystemEstados Unidos161
Dalian University of TechnologyChina141
Harvard UniversityEstados Unidos140
Seoul National UniversityRepública de Corea136
Leland Stanford Junior UniversityEstados Unidos132

Elaboración propia, fuente. Del Top-10, sólo una universidad no es estadounidense ni china, pero es surcoreana. El resto, estadounidenses: 5 centros son estadounidenses y 4 son chinos. No hay ninguna universidad europea hasta la británica Oxford, que ocupa el puesto número 20 con 96 solicitudes, las siguientes europeas son la también británica Imperial Innovations LTD. con el puesto 52  y 63 solicitudes; y, la  École Polytechnique Fédérale de Lausanne (Suiza) con el puesto 53 y 62 solicitudes

Sin embargo, creo que debe quedar muy claro algún aspecto de este documento, y ha llegado el momento de ello. Los principales esfuerzos que debe hacer Europa no están en la persecución de los competidores. Se trata de alcanzar los elementos básicos para despegar, tales como los datos, la Inteligencia Artificial, la aplicación de lo cuántico... otros elementos deben corresponder a ententes privados en asociación con subvenciones públicas. Pero no se trata de hacer un Facebook "europeo", pues Facebook está en fase de mutación hacia otro lugar distinto de lo que hemos visto ahora, tal y como ya monitoreamos en esta revista digital, pensando en ejecutar una estrategia estadounidense de "fagocitacion" de la UE por parte de Estados Unidos. Se trata de proyectarnos en la próxima generación tecnológica, que se acerca a pasos agigantados, y más por la competencia entre ambos grupos de colosos y con la ferocidad de los dos titanes, chinos y norteamericanos, también en ciertos aspectos aún acoplados, aunque tendrán tendencia a desacoplarse aún más. Pero con el ojo puesto en Europa ambos. No se trata de perseguir lo que ya ha quedado obsoleto, se trata de proyectarnos en las siguientes evoluciones y en alcanzar el liderazgo, o por lo menos mejorar nuestras capacidades y proyectarnos hacia el futuro con inteligencia y buenas decisiones en 10 años.

Se trata de que China acaba de lanzar el marketing de la oferta 5G, usando simplemente y ante todo, y sirva esto de referencia para Europa, tres agentes: China Mobile, China Unicom y China Telecom. China ya cuenta con más de 100 millones de personas y cincuenta ciudades cubiertas con 5G, incluidas, por supuesto, Beijing, Shanghai y Cantón. Y ahora entenderán a lo que me refería en el párrafo anterior: no está ni desplegada siquiera parcialmente el 5G, del que no paramos de oír hablar en los medios de Occidente, cuando en China ya se trabaja en el 6G, y se ha lanzado el primer satélite de 6G con éxito el pasado 6 de noviembre, el Tianyan-5, desarrollado de forma conjunta de manera público-privada al contar con la participación de la Universidad de Ciencia y Tecnología Electrónica de China, la Chengdu Guoxing Aerospace Technology y la Beijing Weina Xingkong Technology. De lo que de verdad se es trata es de proyectarnos en el 6G y en las siguientes generaciones tecnológicas, y Beijing tiene claro que sumando capacidades y competencias, además de otros factores, realmente cuenta con tan sólo en este momento, dos competidores, Corea del Sur y Estados Unidos. Ya está constituido un grupo de trabajo integrado por 37 personas de universidades, instituciones y empresas, en ese ejemplo público-privado del que hablaba. Huawei también dijo mediante entrevista con el South China Morning Post, de la que se hacen eco en la web corporativa de Huawei, en boca de su director ejecutivo, Ren Zhengfei, que había estado trabajando en 6G durante los últimos tres a cinco años.

La ya mencionada China Unicom y ZTE cerraron un acuerdo para investigar y desarrollar la red 6G conjuntamente, en competencia con Huawei. Su plan de trabajo prevé discutir las perspectivas del 6G y sus tendencias tecnológicas, investigar las tecnologías 6G clave y cooperar en todos los estándares. ZTE también ha subrayado que la alianza con China Unicom para las tecnologías 6G claves incluirán el desarrollo de la tecnología de integración espacial, aérea y terrestre, tecnología de terahercios y de comunicación de luz visible.

Por su parte, China Unicom hacía lo propio y aportaba más detalles, pues el objetivo de la entente con ZTE es promover la fusión entre las redes 6G y satelitales, y, atención a este aspecto pues proveen los diferentes espacios de acción e integración en el contexto de la nueva revolución industrial que está empezando China como avanzadilla del mundo, y que se base en:

1/ Internet de las cosas

2/ Internet de los vehículos (todos los vehículos) y,

3/ Internet industrial

Para Ma Jihua, un reputado y veterano analista de la industria tecnológica global, le dijo al Global Times que el 6G se convertirá en el campo de batalla de la próxima década. Respecto al pacto de cooperación entre China Unicom y ZTE, el señor Ma añadió que "sólo cooperando con múltiples actores interseccionales en la industria, las empresas pueden garantizar que no serán marginadas una vez que se pongan en uso los estándares y la tecnología 6G".

Con el 6G, ingresamos al dominio de terabytes por segundo en la descarga, es decir, que se estiman en 10 veces más rápidas que las del 5G. El objetivo también es aumentar aún más las capacidades de la Inteligencia Artificial, las comunicaciones en el espacio, por ejemplo, unificando los modos de transmisión entre satélites y redes terrestres, y cubrir los océanos. Ya es evidente el enorme potencial en las áreas de defensa y seguridad, entre otras muy destacadas.

También considero relevantes la declaraciones de Fu Liang, experto en la industria de las telecomunicaciones con base en Beijing, al Global Times en las que resaltaba que la red de comunicaciones del futuro, incluida la 6G, romperá la estructura de centralización de Internet y evitará que una empresa o empresas de un gobierno establezcan el dominio.

Investigadores de diferentes países están estudiando qué banda de frecuencia debería adoptar el 6G y si incluirá satélites para formar una red conectada entre el espacio y la Tierra.

Para el señor Ma, una cosa está muy clara, "la investigación del 6G de China es más avanzada que la del 5G debido a una base de talento grande y muy sofisticada, una sólida experiencia técnica y una fuerte demanda de aplicaciones (...) La brecha se está ensanchando, ya sea en la tecnología de banda ancha de fibra óptica o en las redes móviles … Si China usa una 'ametralladora pesada' mientras Estados Unidos sostiene un arco y una flecha en el campo de batalla 6G dentro de 10 años, no habrá una competencia entre los dos en el sector de las telecomunicaciones".

Debemos recordar que la economía digital representa más de un tercio del PIB de China y aporta más del 50% en una fase de implementación tan reducida del 5G, en proporción con el tamaño del país ahora, y en este contexto.

Ma dijo que los tres operadores de telecomunicaciones chinos han triplicado su inversión en 5G durante el año pasado. La epidemia de coronavirus SARS-CoV-2 ha estimulado el apoyo de las políticas de China a 5G, junto con la creciente demanda de los consumidores de una mayor velocidad en las redes para gestionar las necesidades del teletrabajo, la educación en línea y la transmisión en vivo, que son la punta de lanza de lo que vamos a experimentar de una manera más permanente.

Por su parte, la tercera apuesta de China para el 6G viene de Xiaomi, que a través de su cofundador, Lei Jun, dice que Xiaomi ya está realizando una investigación previa sobre la próxima generación de comunicaciones inalámbricas. Y no es la única noticia que ha proporcionado Xiaomi, pues ha alcanzado la marca de los 100.000 millones de dólares en su capitalización el mercado de valores de Hong Kong, en tan sólo 10 años, consolidándose como el tercer mayor vendedor de teléfonos inteligentes del mundo, sacando del podio a Apple. Xiaomi se está revelando como el auténtico vencedor de la guerra emprendida contra Huawei por Estados Unidos, con lo que en el tercer trimestre de este 2020, la surcoreana Samsung lidera el listado, seguido de Huawei y Xiaomi, en cuarta posición Apple, pero la quinta posición es de Vivo, también china. Si establecemos una comparativa con hace un año, Samsung ha aumentado un +2,9%, Huawei ha perdido un -22%, Xiaomi ha ganado un +42%, Apple ha perdido un -10,6% y Vivo ha ganado un +4,2%. El resultado es que Xiaomi ha roto el techo de cristal en el que parecía habitar a corto plazo y ha disparado su facturación un 35% en un año, y ha logrado duplicar sus ingresos operativos. Xiaomi tiene como producto estrella los teléfonos inteligentes, ante todo los de gama media, que suponen dos tercios de su facturación. Aunque ahora se prepara para asaltar otro mercado en el sector al lanzar su nuevo modelo premium y con 5G, el M11, que es el primer modelo que funciona con el Snapdragon 888, el producto top de gama de Qualcomm. La segunda fuente de ingresos, con el 25%, viene asociada al Internet de las cosas. Además, ha logrado reducir su dependencia del mercado interior chino, pasando en dos años del 70% al 46% del total de los ingresos de la compañía. Además de este anuncio, está reforzando su capacidad de aceleración de expansión y aumentar la participación de mercados clave, como el del 6G y todo lo que traerá, para ello recaudo prácticamente 4.000 millones de dólares extra en fondos. Vemos pues que la guerra iniciada contra  empezada contra China da resultados, pero no los esperados, por lo menos a corto plazo, pues ha reforzado tanto a corto plazo a Xiaomi que ha quemado etapas y ahora es un agente de gran fortaleza más en manos de la estrategia de Beijing. Como tal cuestión ya se ha consolidado, Washington ha reaccionado preparando un paquete de medidas para contener también a Xiaomi, al igual que hace con Huawei, y que aborda Chong Koh Ping para The Wall Street Journal el 15 de enero de 2021.

Gráfico que muestra el estado del 5G en Estados Unidos. Arabia Saudí cuenta con infraestructura de Huawei, Corea del Sur es autóctona. Fuente OpenSingal.

¿Y en Europa? Por de pronto, se puede actuar a corto y a medio y largo plazo. A corto plazo hay una cuestión en la que apenas se entra, y es preciso que por lo menos, mencionemos aquí para tomar acción.

La acción de los GAFAM y la prensa. Es urgente una respuesta europea

Nuestras democracias se basan, entre otros, en un pilar básico, y también es necesario reflexionar al respecto a nivel europeo. Hasta ahora la prensa europea presenta una falta de visión clara que está siendo aprovechada por la competencia frontal y agresiva de Google, Amazon, Facebook, Apple, en mayor o menor medida. Nuestros medios de comunicación se enfrentan a estos colosos que tienen a los medios de comunicación y de información en clara dependencia estructural, en una relación puramente neocolonial. ¿El motivo? Que nuestros medios están fragmentados, pierden capacidades y al final calidad, ya que dependen de la accesibilidad, distribución y visibilidad digital de sus contenidos, cosa que sucede a través de unos algoritmos de los que realmente no sabemos mucho, y que acaban también por obtener datos en cantidades ingentes de los lectores, además de audiencia online, publicidad, e incluso financiación de su I + D. Un dato clave, tan sólo Google y Facebook ejercen un monopolio de más del 50% de la publicidad online a nivel global, y se calcula que ambas captan más del 80% de la publicidad que alguna vez alcanzó a los medios. La pandemia de la COVID-19 no ha hecho más que acentuar esta situación, haciendo manifiesto una paradoja: las audiencias digitales de los medios europeos se han disparado pero están perdiendo el 70% de su facturación, mientras que, obviamente, los GAFAM están gozando un periodo de crecimiento muy y muy destacado en sus ingresos sin que contribuyan en modo alguno de una forma mínimamente apropiada a las economías de los países donde se han establecido en Europa, ni tampoco a los sectores mediáticos a los que roban. Estos colosos están saqueando en cuanto a recursos y en capital humano a Europa sin ni siquiera prestar una compensación económica real.

De hecho, ciertos periódicos como The Guardian o The Independent se han decidido a implementar una estrategia para superar esta dependencia. Pero, como sucede en lo que estamos tratando, una solución individual o de un grupo pequeño de individuos no logra nada, se trata de soluciones colectivas europeas de gran eficacia. Además hay que contar con los escándalos que han afectado a GAFAM (Cambridge Analytica, diversas filtraciones, promoción de contenidos de odio o empujados por potencias extranjeras) han puesto de relieve importantes disfunciones perjudiciales para nuestro funcionamiento económico y democrático y para la convivencia. Más aún, creo que se puede comprender la estrategia de adquisición o condicionamiento del tratamiento informativo y de líneas editoriales, precisamente por no contar con periódicos de alcance verdaderamente europeo, y que puedan ser un equivalente perfecto a The New York Times, USA Today, Los Angeles Times, The Washington Post, donde ha entrado Jeff Bezos de Amazon, el New York Post, de Rupert Murdoch, el mismo dueño de la FOX y de Sky en Reino Unido. Hablamos de auténticos colosos, tanto en circulación como en conexiones con el poder de los GAFAM, de una forma u otra, y que han empezado no sólo a influir, también a controlar. ¿Cuánto falta para que La Vanguardia, Le Monde, The Guardian, The Independent, La Stampa, Die Zeit, entre muchos otros, acaben no ha influidos por los GAFAM, que esto ya hace tiempo que pasa, me refiero a que pasen a estar bajo su control directo? En Europa se debe pensar en crear periódicos transeuropeos, cabeceras compartidas en varios países, con los mejores periodistas y columnistas, traducidos en el idioma estratégico (inglés, francés, alemán, italiano, español, etcétera). Formar unas 5 cabeceras comunes europeas, que recojan la pluralidad, con secciones destinadas a cada país concreto (Bélgica, Francia, Alemania, Austria, Italia, España, Reino Unido...) además de cooperar en formar un espíritu de continuidad en Europa, propiciaría el primer paso que juzgo necesario, crear medios lo suficientemente grandes e influyentes, capaces de trasladar una visión del mundo distinta.  Igualmente se trataría de hacer con semanarios al estilo de los que ya contamos en Europa, como The Economist o el Financial Times, pero con otros formatos y temáticas. Pero, obviamente, esto no sería todo.

En este sentido percibo que la Comisión de Ursula von der Leyen entiende por lo menos la urgencia de actuar desde cualquier nivel para promover medios de comunicación libres, independientes e innovadores en Europa. Más allá de la directiva sobre servicios de medios audiovisuales, la Comisión Europea adoptó el 3 de diciembre de 2020 por primera vez un plan de acción para los medios de comunicación en Europa, bajo la acción decidida del ya mencionado Comisario de Mercado Interior, Thierry Breton. El plan propone de una manera concreta poner en marcha una verdadera estrategia industrial para los medios de comunicación, para movilizar una financiación considerable en el marco del plan europeo de recuperación para apoyar a los medios en la crisis, pero sobre todo para acelerar su transformación digital, para fortalecer su capacidad de I + D y fomentar de su cooperación, en particular para crear nuevas plataformas de agregación de contenidos de calidad como alternativas a las grandes plataformas globales, y este último punto sí que resulta fundamental.

Precisamente se destaca en la dinámica de este plan para los medios, complementado con un plan a favor de la democracia, que promueva la cooperación periodística transnacional garantizando la libertad editorial, que la legislación de servicios digitales (Ley de Servicios Digitales) y el de los mercados digitales (Ley de Mercados Digitales). Hay que señalar que estos últimos cuentan con el objetivo de no solo garantizar los derechos de la ciudadanía en lo que a  términos de transparencia algorítmica y acceso a sus datos se refiere, pero más aún, también para controlar mejor y ante todo poder poner freno al monopolio de ciertos elementos de los GAFAM, que con sus acciones destruyen sectores industriales enteros, empezando por los medios, con la intención de liquidarlos y adquirir los que les convengan a precio de saldo mientras los saquean.

Por consiguiente resulta imperativo que se perciba de una vez la urgencia para que los medios de comunicación se organicen a escala continental, formándose plataformas de lectores a nivel continental. Se trata tanto de la realidad de nuestra soberanía como del futuro de nuestras democracias liberales.

Digitalización y ciertos desafíos de inteligencia

Ericsson y Nokia también están comenzando a trabajar en la próxima generación y han firmado asociaciones con las avanzadas surcoreanas Samsung y SK Telecom. A nivel estratégico, el objetivo es ofrecer soluciones tecnológicas, pero también estándares y no seguir el ejemplo del pelotón. Cabe destacar que mientras que el 4G y el 5G son generaciones de telefonía estandarizadas para todo el mundo, con el 6G creo que nos acercamos al surgimiento de un mundo de telecomunicaciones por lo menos bipolar, con China de un lado y Estados Unidos del otro. Al igual que en los campos político, económico, diplomático y militar, Europa podría constituir entonces una tercera vía. Pero para eso, debe actuar con rapidez, inteligencia y con una mente estratégica común, proyectándose como bloque y cambiando el mercado, las tácticas, las estrategias y un amplio etcétera. Y ya no sólo es el 6G, es la Inteligencia Artificial, la computación cuántica y cuantos elementos disruptivos se conocen ahora y se planteen en una competición frenética entre ambos bloques: estadounidenses y chinos.

"Hubo un momento de Galileo, y ahora estamos en una encrucijada en conectividad, comunicaciones cifradas, cuántica, y no hay duda de que nos quedamos atrás de los estadounidenses y los chinos",  explicó en Bruselas, destacando que ya existen dos programas europeos, Govsatcom y Quantum Communication Infrastructure, que pueden combinarse para formar la base de un gran proyecto europeo de conectividad y comunicación, reflexionaba con gran acierto el Comisario Thierry Breton. Aunque sobre la cuestión de cómo Europa trata de contrarrestar a SpaceX y Amazon se tratará en un Dossier Geopolítico Especial sobre la cuestión espacial en la Unión Europea, con lo que no profundizaremos más en este caso.

También es preciso señalar ahora que el Comisario Europeo de Mercado Interior ha trabajado desde su responsabilidad en el impulso con éxito para la regulación del espacio digital mediante la Ley de Servicios Digitales  (DSA) y la Ley del Mercado Digital (DMA), que fueron presentadas el 15 de diciembre de 2020, actualizando, al fin, la directiva relativa a Internet y comercio electrónico de 2020. Y que entrarán en vigor en los próximos 18 meses tras la votación en sede del Parlamento Europeo y el acuerdo de los 27 Estados miembros. No obstante, cabe esperar la ofensiva de los GAFAM para tratar de retrasar lo máximo posible su aplicación mediante la labor de lobby en todas partes que les sea posible, ya que las plataformas pasarán a estar obligadas a someterse a lo estipulado en el texto legal, de acuerdo con los parámetros allí fijados, con el objetivo también de respetar la libertad de expresión, permitiendo, si fuera necesario, intervenciones rápidas a posteriori, con el principio de exención de responsabilidad que se mantiene, pero aplicable a los proveedores de hosting exclusivamente; además, por el hecho de prestar servicios, quedarán sujetas dichas plataformas a obligaciones adicionales. Cada plataforma contará con un representante legal en Europa, y cada Estado miembro tendrá un regulador responsable de hacer cumplir la normativa y hacer auditorías, también sobre algoritmos que hagan más virales ciertos contenidos. Además, cualquier autoridad pública nacional podrá cursar órdenes de retirada directamente a las plataformas en cuestión; se contará adicionalmente con una serie de elementos de confianza, terceros, como pueden ser oenegés o titulares de derechos para que las plataformas reaccionen de una forma inmediata. Los reguladores nacionales formarán parte de una suerte de junta europea que funcionará bajo la coordinación de la propia Comisión, junto con todas las contrapartes. Se impondrán sanciones, varias de ellas de forma sucesiva, que representarán un porcentaje de la facturación de la empresa que incurra en las mismas, pudiendo catalogarse las infracciones de graves y reiteradas y llegar a la prohibición para operar en territorio europeo

Hemos tenido ocasión de apreciar la gran guerra de Estados Unidos contra Huawei para bloquear el despliegue de este gran paso en la realización de la fallida economía digital, reforzando el principio de que debe sustentarse en un componente firme y sólido de economía real o productiva.

La Administración Trump no solo ha frenado la entrada de Huawei en su territorio para el 5G —donde, a diferencia de otros países, los móviles 4G de esa marca están prácticamente ausentes—, sino que ha presionado a sus aliados europeos y del Pacífico para que siguieran esa línea preventiva. Además, ha forzado a una empresa como Google para que dejara de suministrar componentes esenciales de su popular sistema operativo Android para móviles, a Huawei y alguna otra empresa china, lo que les puede dañar gravemente. Japón ha rechazado adquirir Huawei para su red 5G, como Australia y Nueva Zelanda, y algunos aliados europeos (Dinamarca no lo ha prohibido, pero la empresa TDC la ha apartado, como está haciendo Noruega). Pero no, significativamente, el Reino Unido —que forma parte de la alianza de inteligencia anglosajona Five Eyes (Cinco Ojos)— que decidió seguir adelante con Huawei, salvo para funciones de núcleo (core) de la red 5G. Hasta el punto de que la BBC se preguntaba el 20 de febrero de 2020 si Huawei sería una amenaza para los Five Eyes. El Reino Unido acordaba el 14 de julio de 2020 expulsar a Huawei para 2027 lo más tardar, bajo los argumentos dados en este artículo.

La Comisión Europea, en esta línea, ha recomendado a los Estados miembros de la UE que excluyan a proveedores de “alto riesgo” de sus redes, si bien sin mencionar a Huawei ni a China. Europa, como ya se ha señalado, cuenta con dos empresas la sueca Ericsson y la finlandesa Nokia, capaces de fabricar equipamiento para redes 5G, y competir con Huawei, aunque a precios más caros. La surcoreana Samsung es también un rival en esta competición. De no reaccionar, la Unión Europea como tal está nuevamente perdiendo una carrera tecnológica, no de redes instaladas. Ahora la Comisión Europea pretende centrarse y no perder la siguiente, la de la 6G. Sea como sea, Europa debe invertir fuertemente en Nokia y en Ericsson.

De hecho, existe un debate interesante con Huawei, ¿por qué les compramos relés para 5G cuando podríamos hacerlo de un fabricante europeo o bien mediante un consorcio de varios países europeos? La pregunta es pertinente pues es el líder mundial en este sector. Y aplicando la cuestión a España urge abandonar estrategia desplegada mediante la cual en diez años se ha reducido en un 25% el coste unitario de la mano de obra en la industria, el resultado de esta política ha sido el abandono de Nissan y otros elementos que sitúan a España en la banda equivocada, también en lo industrial. Así, también urge que España plantee un plan agresivo donde se tenga en consideración la potencial riqueza minera y ponerla en explotación, pero no para extraerla simplemente. Debe desarrollarse una industria que transforme y diseñe para tratar de acercarnos a un ciclo lo más completo posible, que incluya el reciclado, pero también el diseño, con la finalidad de reducir el precio de la unidad y hacerla competitiva por la vía de la tecnología, la eficiencia y el diseño.

La transición energética hoy representa tanto una oportunidad como una amenaza, ya que se importan los materiales necesarios. Debes saber que una batería eléctrica constituye entre el 30 y el 40% del valor de un coche eléctrico. Sin embargo, por el momento no fabricamos ninguna batería eléctrica, que es un monopolio asiático, ni células solares ni turbinas eólicas, mientras que Dinamarca y Alemania producen energía eólica. En las condiciones actuales, la aceleración de la transición energética conducirá a una aceleración de nuestras importaciones de materiales. Hay varios proyectos europeos, incluido uno franco-alemán en torno a Total y PSA, que implica la repatriación de parte de la producción. Esto llevará tiempo y seguirá estando fuera de sintonía con las capacidades de los coreanos, chinos y japoneses en esta área. El interés de los europeos es pensar en el coche eléctrico del mañana. Hay etapas intermedias en las que podemos desarrollarnos, pero estamos muy por detrás de Asia. Si importamos del 30 al 40% del valor añadido para nuestra industria del automóvil, habrá repercusiones en el empleo en Europa.

La economía japonesa va bastante bien. El crecimiento per cápita es mayor que el de Europa. Japón está experimentando una explosión en la oferta monetaria paralela a la ampliación del déficit público. Esta política se ha aplicado durante veinte años. Aparte de los aumentos del IVA, la inflación es casi nula allí y realmente no hay burbujas en los precios de los activos. El punto es que existe un consenso en Japón sobre mantener una mayor cantidad de dinero creado por el estado en depósitos bancarios, sin reaccionar, sin comprar activos. Tener dinero, que es más nacional, cuando la inflación es cero no es una penalización. Además, hay muy poca diversificación de divisas. Su nacionalismo financiero les ha permitido mantener tipos de interés cero durante veinte años sin que ocurra nada, mientras que en Europa hemos experimentado en el pasado una hemorragia de capitales con destino a Estados Unidos.

Cuando eres una moneda de reserva, gravas un impuesto al resto del mundo. Si el euro se convierte en una importante moneda de reserva internacional, se aplica su derecho de señoreaje; el resto del mundo invertirá en deuda en euros a tipos de interés bajos. Esta transferencia se está produciendo en detrimento de los países emergentes. Un emergente que pone sus reservas de divisas en dólares tiene una baja remuneración y está sujeto a impuestos. Por otro lado, el sistema monetario internacional produce una creciente volatilidad de los movimientos de capitales principalmente entre la OCDE y los países emergentes, en el origen de la volatilidad de los tipos de cambio de estos últimos que les resulta muy perjudicial. Desde hace treinta años nos alarmamos por un capital excesivamente cíclico en los países emergentes. Cuando les va bien, se inundan de capital (con burbujas y mayor liquidez), y tan pronto como se paralizan, el capital se va y hay crisis en cascada. Amplificamos enormemente las debilidades económicas de los países emergentes y no podemos gestionar las fluctuaciones del tipo de cambio. El ejemplo del real brasileño, que se vendió a 2 reales por dólar en 2014 frente a 6, luego 5, 30, 5,40 con la crisis de COVID-19, muestra que ningún país puede resistir cambios en el tipo de cambio. La única solución para superar el problema de la volatilidad en los movimientos de capitales consiste en establecer mecanismos de control sobre las entradas de capitales de corto plazo. Por tanto, una acción comprada durante tres días se gravará mucho más que una acción comprada durante diez años.

La mayoría de las empresas consideran que los costes de organizar traslados a larga distancia superan los beneficios de los costes de producción. El factor de riesgo juega un papel predominante aquí. Por razones principalmente de seguridad, existe un movimiento espontáneo para re-regionalizar ciertas cadenas de valor, iniciado por las empresas en 2014, mucho antes de la crisis de la pandemia de COVID-19. A esto se suma el aumento de los costos de producción en los países emergentes. La cadena de valor de la región europea incluye países donde el costo de producción puede ser más barato que en China. Una hora de trabajo en la industria en Rumania se factura a 9 euros, en Francia es 38 y en China 12. Desde 2013/2014, el comercio mundial ha aumentado menos rápidamente que el PIB mundial, lo que es relativamente sintomático. Si la pandemia confirma que es peligroso tener un solo productor en la distancia, esta tendencia hacia la regionalización ya estaba en marcha. También deben tenerse en cuenta las cuestiones de flexibilidad. Si este movimiento es favorable para Europa del Este y el Norte de África, lo es mucho menos para Francia y Europa Occidental. Por otro lado, si reemplazamos a China con Rumania, no revertimos la globalización. Por su parte, la globalización financiera continúa y se expande. Los montos de deuda y activos externos continúan creciendo, los flujos internacionales de capital son gigantes. Estamos ante una tendencia a la regionalización productiva, no otra cosa.

Hay una renta real a extraer emitiendo la moneda de reserva dominante, se ve muy bien en el caso norteamericano. Europa debe beneficiarse de esta anualidad. Ser moneda de reserva supone que atraes ahorros de otros países pagándolos a bajo precio. Esto es lo que los estadounidenses han estado haciendo desde la década de 1960 para financiar gran parte de su crecimiento. Esto permite tener una deuda externa creciente que financia inversiones con tasas de interés muy bajas. El euro, que constituye sólo el 21% del total de monedas de reserva de los bancos centrales del mundo, frente al 26% en 2008, no está en condiciones de hacerlo. El dólar se mantiene en 62-63%, mientras que el yen y la libra esterlina han subido significativamente (5%). Europa tiene un superávit externo. Podría decidir adoptar una estrategia de desarrollo de una moneda importante de reserva internacional como alternativa al dólar. El momento parece adecuado. Pero para extraer esta renta, se necesita un activo de reserva. La gente no adquiere dólares, está comprando letras del Tesoro de Estados Unidos. Por tanto, urge una deuda del tesoro europeo, de la deuda federal. Mientras tenga deudas de 19 euros con diferentes calificaciones, no podrá hacerlo. Los grandes inversores compran principalmente deuda francesa, alemana u holandesa. Es insuficiente. Si tuviéramos una gran deuda federal en euros, generaría una demanda internacional colosal que nos permitiría extraer esta renta de la moneda de reserva y tener más crecimiento y más inversión en la zona euro. Esto es lo que han estado haciendo los estadounidenses durante sesenta años. Lograr este objetivo requiere "la unificación de los mercados de capitales".

Conclusión del apartado para Europa

Muchos proyectos europeos se bloquean o ralentizan, porque los grandes Estados miembros, empezando por Francia y Alemania, hablan de Europa pero actúan a nivel nacional. Estrategias de Inteligencia Artificial fragmentadas, políticas industriales descoordinadas, agencias de innovación dispersas, cada uno por sí mismo en licencias 5G, diferentes actitudes hacia China...

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, tiene la intención de hacer de su 'acuerdo verde' la piedra angular de la política Unión Europea durante los próximos años. Y esto tan solo puede funcionar si la UE, la Comisión, el Consejo y el Parlamento, cambia radicalmente su forma de trabajar en cuatro puntos:

1/ Velocidad

2/ Prioridades

3/ Obtención de resultados

4/ Medios financieros

Estamos olvidando que si el mundo se había acelerado antes de la pandemia, ahora es muchísimo más rápido aún en todos los términos de evolución geopolítica y avances tecnológicos.

La Unión debe eliminar de una vez por todas las convocatorias de propuestas de seis o doce meses de duración, las consultas públicas que se prolongan durante más de un año, y probablemente reformar por completo el marco financiero plurianual de siete años: un verdadero Gosplan que obstaculiza agilidad política y falta de visión estratégica. Europa debe ser atrevida, experimentar mucho más, correr riesgos. No estamos haciendo nada de eso hoy.

Resulta imposible avanzar con presupuestos que están repartidos en miles de proyectos individuales, principalmente para tratar de satisfacer a todas las partes interesadas en los 27 países de la Unión Europea. Esto, además, supone que los recursos, que son dinero de los contribuyentes de todos y cada uno de los países de la Unión Europea se derrochen, pues se alcanzan muy pocos resultados decisivos. Hay que tomar decisiones firmes y enfocadas, y estar preparado para adaptarse a las necesidades geopolíticas y estratégicas cuando eso no funcione. Y para ello todos, sector público y sector privado, sea que hablemos de automóvil, Inteligencia Artificial, 6G, navegación por satélite, industria militar, I + D, robótica, Universidades, fabricación de terminales, medios de comunicación y prensa escrita, agricultura y ganadería, el textil, la faceta ciber, el espacio y los satélites de la órbita baja terrestre, la Luna, las infraestructuras, la cuántica, los semiconductores, los procesadores, el almacenamiento, el acero, las energías verdes, la cuestión salarial, la educación  básica y un largo etcétera no se halla todo ello compartido como un interés y una gestión en común.

Y quisiera señalar aquí el campo de la cuántica, pues tiene unas consecuencias económicas y geoestratégicas tan y tan importantes, absolutamente inmensas, sin descuidar por supuesto otras, que resulta difícil estimar en un patrón de tiempo. De nuevo, estamos rodeados de una competencia a muerte entre colosos, empezando por Google, IBM que lo considera clave para su regreso y afianzamiento global, y Microsoft por parte de Estados Unidos, compiten con ferocidad con sus rivales, los colosos chinos, que presentan avances excepcionales fruto de sus esfuerzos. Es evidente, que estamos ante una tecnología que va a ser disruptiva y cuyas aplicaciones son impresionantes. En ello Europa no está, y lo que está en juego es precisamente la autonomía estratégica europea.

Europa, que parecería haber comprendido la medida del desafío con el lanzamiento del Quantum Flagship a finales de 2017, dotando el programa con mil millones de euros. Pero encontramos las persistentes debilidades típicamente europeas también aquí: los programas se dividen en docenas (o incluso cientos) de subprogramas, cada uno de ellos con unos pocos millones, sistemáticamente en forma de consorcios, haciendo totalmente inviable el trabajo para los investigadores, que tendrán la mayor dificultad imaginable para encontrar el claves para su aplicación en un gran industrial, el cual tampoco existe, pues está fragmentado sin aprovechar recursos técnicos, humanos y financieros a plenitud como consecuencia de lo fragmentado y enconado de las posiciones, haciendo tan difícil poder distinguir una estrategia clara y vencedor, con ello poder sacar a relucir el liderazgo y la industrialización de Europa. A esto se suma un enfoque probablemente excesivo en la parte hardware, mientras que Google y Microsoft muestran claramente que también está en la capacidad de desarrollar algoritmos adaptados al funcionamiento tan singular de lo cuántico.

En este sentido no puedo más que sumarme a las palabras de Jean-Marie Guéhenno, ex Secretario General Adjunto de Naciones Unidas, y de André Loesekrug-Pietri, director de la ya mencionada JEDI, cuando señalan la necesidad de crear un grupo de trabajo europeo de manera urgente para poder dar respuesta a cuestiones cuya escala y naturaleza exceden a las capacidades de cualquier nación europea por sí misma. Se trata de alcanzar campos como la cibernética, Inteligencia Artificial, espacio, 6G, semiconductores, almacenamiento de energía, biología sintética, genética y que,

"tendrá que enfocarse en los desafíos que afectan de inmediato nuestra soberanía y que podría, si no los controlamos, debilitar nuestras sociedades democráticas. Un "grupo de trabajo" muy ágil que no estará sujeto a limitaciones administrativas, y cuyo criterio debe ser la rapidez de implementación, nuestros valores y excelencia tecnológica, no el retorno geográfico. Un "grupo de trabajo" para convencer a cada país de que ya no vea a Europa como una extensión de su propio poder, sino como un verdadero proyecto común."Jean-Marie Guéhenno y André Loesekrug-Pietri en artículo conjunto para Les Echos.

En este sentido merecen muchísimo respeto y admiración los esfuerzos de Francia, con la creación de lo que Emmanuel Macron definió como un "MIT à la française", y que le ha valido al país europeo para situar la Universidad de Paris-Saclay como la decimocuarta del mundo y la tercera de Europa en un año, tras Cambridge y Oxford, ocupando el primer puesto en matemáticas, logrando con ello lograr tres cosas: visibilidad, atraer fondos y captar profesores, investigadores y alumnos... y tal y como reflexionaba Ellen Hazelkorn, del Instituto de Tecnología de Dublín, a Livemint, "Se trata de prestigio nacional. Los ranking son menos sobre estudiantes y más sobre geopolítica". El lugar destaca porque desde hacía 10 años que allí hay algunos laboratorios de las principales agences de investigación francesas, caso de la École Polytechnique o el sincrotón SOLEIL, además de instalaciones de multinacionales como Danone, Areva o Thalès dedicadas al estudio. Además, dos años antes ya se había creado alrededor de esta concentración de talento e inversiones, un clúster tecnológico, como se recoge en este artículo que explicaba el motivo por el que se construía ahí la Universidad de Paris-Saclay. Además, se reflexionaba sobre qué modelo tomar como referencia, si el Silicon Valley, es decir gran polo de innovación pero sin un fuerte gobierno común, o mejor el modelo MIT, por ser justo lo opuesto, tal y como se preguntaba Jacques Biot en 2017, como presidente de la Polytechnique... Al final optaron por un modelo que ha supuesto una mezcla entre un MIT y un Silicon Valley, como puede seguirse en este artículo, que recoge todo el ciclo de planificación y creación.

Insisto en que esto es muy meritorio para Francia, como su programa de Inteligencia Artificial, por mencionar tan sólo un par de elementos. Pero sucede lo mismo. ¿Es suficiente a corto o medio plazo para Europa? ¿Y para la misma Francia? Debemos ser conscientes del potencial que al respecto tienen los numerosos y especializados centros norteamericanos o bien chinos, sin olvidar la fábrica de talento de India, que algún momento puede decidir mejorar para sus propios fines. Es muy meritorio, insisto, lo logrado por Francia, pero insuficiente si no se crean más Silicon Valley y MIT en toda Europa, con una planificación conjunta y especializada, y para ello, la coordinación debe ejercerla la Unión Europea, al igual que la financiación, y la sincronización entre los sectores público y privado a escala europea. Lo contrario es terrible para Europa. Así que tomar el modelo francés como modelo está muy bien, pero debe ser a gran escala europea.

Lo mismo digo sobre las tasas que se han implantado en España siguiendo a Francia sobre las plataformas de vídeo de pago, caso de, tal y como recoge en esta noticia El Confidencial,

HBO, Disney TV, Amazon Prime, Rakuten, Filmin y Sky—y el resto de nuevos operadores contribuyan como hacen Mediaset (Telecinco y Cuatro), Atresmedia (Antena 3 y La Sexta), Movistar, Vodafone y Orange a la financiación de la televisión pública y el desarrollo del cine y la cultura europeos. Un objetivo que pasa por que destinen una parte de sus ingresos a este cometido, como acaba de aprobar recientemente Francia.

El Gobierno galo ya ha puesto en marcha la maquinaria para imponer una tasa por la que Netflix, Amazon Prime o Disney TV destinen entre el 20 y el 25% de su facturación en el país a la creación de series y películas francesas. El decreto que prepara Macron consiste en implantar una tarifa variable en función del tiempo que los estrenos se emiten posteriormente en las plataformas. Así, para tener derecho a programar obras a menos de un año de su estreno en el cine, Amazon o Netflix deberán invertir el 25% de sus ingresos. Para un periodo menos favorable, entre 13 y 24 meses, la tasa será del 22,5%. Finalmente, al 20% de su facturación, deberán esperar al menos 25 meses.

De nuevo, una gran medida... pero, ya hemos visto cómo se preparan los gigantes norteamericanos de este sector, y cómo son replicados por China. ¿De verdad es inteligente hacer pagar el cánon a Filmin? Si Estados Unidos y China están compitiendo por crear grandes plataformas con este servicio, que van camino de ser grandes colosos, y que son fundamentales en la captación de datos, y por ende de dinero, además del poder blando o, mejor dicho, de Smart Power, siguiendo a Nye, ¿no nos estaremos equivocando de nuevo? Además que surge la cuestión de cómo competir con un mercado y empresas tan fragmentado, y hablo de los audiovisuales en general, ya sea en la creación como en la distribución. Y recuerdo que la pandemia está acabando con todas las salas de proyección que son europeas, mientras que las norteamericanas, gozarán de un monopolio insultante. ¿Cuánto tardarán en aparecer las salas de distribución de China del mismo tamaño? O creamos una efectiva plataforma que aúne a las salas europeas, tanto para un cine más comercial, como para otro de más calidad, a escala europea, o vamos muy mal. Lo mismo digo de series y películas, hay que crear una industria unificada europea. Y en el caso de las plataformas de vídeo de pago, como decía, siendo como son tan claves, y que pelean por ellas tanto Estados Unidos como China, ¿de verdad tiene sentido que paguen un canon, que acabarán por pagar gustosas, mientras Europa no tenga sus propias plataformas de gran importancia, como las chinas y las norteamericanas? Yo creo que lo prefieren, sinceramente. De modo que Europa debe impulsar urgentemente también la formación de estas plataformas europeas. Y recuerdo que Sky es británica, y por ende europea, lo mismo que Filmin, FlixOlé u otras. Pero de nuevo, ha de ser un plan europeo público y privado quien lo diseñe y lo ejecute creando un mercado directo europeo y exportable a todo el mundo, con un producto diferenciado y de calidad, y donde también deberían entrar compañías como Movistar, Vodafone u Orange,  entre otras, y las televisiones públicas y privadas europeas de mayor calidad y prestigio.

Respecto al 5G, el problema no es que Europa se esté quedando atrás en esta tecnología, no así en en sus posibilidades de aplicación, donde Huawei goza de una posición de preeminencia. De hecho, en palabras de Thierry Breton, durante el discurso pronunciado en la Conferencia de Seguridad de Múnich de 2020, en el que rogó que Europa conquiste y preserve su soberanía tecnológica. De hecho, en entrevista con Lea Salamé en France Inter, en aquel momento, manifestaba que Europa tenía entonces más del 50% de las patentes sobre el 5G, el 30% son chinas y el 16% son estadounidenses. La cuestión estriba en su mercado fragmentado, su incapacidad de oponer gigantes con las capacidades de Huawei o Apple, a pesar de que esta última no dio en el blanco con el 5G y que Motorola al hundirse su hueco dejado en el 5G no lo cubrió nadie. Además hay que señalar los conceptos Europa y su desconexión en la capacidad industrial y un largo etcétera que incluye el hecho de que el Internet industrial no puede generar los datos suficientes, con el gran volumen de impacto económico positivo que va asociado, porque a día de hoy está concentrado en China.

Tampoco podemos olvidar las declaraciones de 6 de febrero de 2020 del Fiscal General William Barr, que promovió la adquisición de Nokia y/o Ericsson, ya que son las que están más cerca de competir con Huawei en infraestructura. Es cierto que luego Pence rechazó la hipótesis, y que Margrethe Vestager, Comisaria de Competencia no cerraba la puerta a esta opción, demostración de la atomización de las posturas europeas y de no tener una posición estratégica común, cosa que la Comisión Europea con Ursula von der Leyen quiere corregir. Resulta relevante, cómo Estados Unidos sí que "ofrece" esa colaboración, mediante adquirir Nokia y Ericsson (digamos "que nos hace el favor" de convertirnos en vasallos"), pero no ofrece ni siquiera cooperación y compartir en áreas tales como por ejemplo el almacenamiento en la nube, donde cuenta con una posición muy ventajosa. De modo que aquí queda retratada, como siempre, la oferta norteamericana y lo que entiende por "colaboración europea". En este sentido, Francia a través del Presidente de la República Emmanuel Macron, zanjaba el 28 de agosto de 2020 que Europa tiene dos proveedores europeos para el 5G que ofrecen a Europa una genuina solución industrial y totalmente segura y que son Nokia y Ericsson. No es de extrañar, por lo visto simplemente en este Dossier Geopolítico Especial que desde Estados Unidos llamen a través de POLITICO al Presidente de la República francesa think-tanker-in-chief o bien authoritarian, caso de The New York Times. Simplemente, una Europa que cumpla las condiciones temidas por Brzezinski, autónoma políticamente, y formada también en un sentido político resulta algo profundamente desagradable para Estados Unidos, pues nuestro lugar para el Tío Sam es el de vasallos, no el de iguales.

En el mismo sentido cabe entender las teorías de la conspiración las cuales desde hace años vienen en la dirección de demonizar el 5G, y que vienen de Estados Unidos, también impulsadas por QAnon, siendo asumidas en Europa por grupos colonizados culturalmente y que son dirigidos para encaminar a un electorado hacia unas posiciones que, casualmente, benefician los intereses de Estados Unidos y sus necesidades geopolíticas alrededor de la contención de Europa, sostenimiento del dólar y el apuntalamiento del petróleo, desde según qué posiciones de determinada izquierda, y también desde otras posiciones desde la derecha, y desde esta última tratando de conseguir una deriva en los partidos mainstream para conseguir sus objetivos como puede ser el submundo alrededor del Tea Party y su conquista de la hegemonía en el Partido Republicano, las ideas pro-Brexit y la asunción de partes de esa agenda por parte de los conservadores británicos (también en cuanto al 5G como recogen The Guardian y The Verge), la deriva del centro derecha italiano, tratando de destruir las posiciones del partido de Berlusconi para crear un mainstream nuevo con la Lega y los Fratelli d'Italia (en este caso, dada las responsabilidad de Gobierno en regiones o a aspirar a nivel nacional a sentarse en el Palazzo Chigi, tanto la Lega como Fratelli d'Italia desean retrasar la implantación del 5G, por ejemplo aquí, o bien aquí , etcétera...  y que, como es natural, contaría también con el apoyo de un gran productor de petróleo como la rusa Lukoil, la cual podría estar moviendo a su "pope", Alexander Dugin, tal y como se recoge en esta entrevista de El Confidencial, donde se aporta evidencias; mientras Estados Unidos acosa con sanciones al sector gasista ruso, encabezado por Gazprom, y sus intentos de conectar con la Unión Europea a través del Nord Stream 2 y el Turkish Stream. El mismo caso se da en Alemania.

En definitiva, me gustaría que recuerden lo siguiente: ¿por qué fracasó la Unión Soviética en ciertos aspectos clave de la carrera atómica y espacial con Estados Unidos? Fundamentalmente Europa está cometiendo exactamente los mismos errores estratégicos en todos los sectores que llevaron al fracaso a la Unión Soviética que competía con Estados Unidos, mientras que nosotros, Europa, competimos con Estados Unidos y China. ¿Cuáles fueron? Falta de financiación adecuada, las famosas peleas entre las oficinas de diseño, la dispersión de proyectos y la falta de un liderazgo civil independiente que dirigiese el programa.

Sólo cabe una solución: Europa tiene que abandonar inmediatamente esta adaptación nefasta del modelo soviético, aplicable no sólo a estas cuestiones, también a la dispersión entre las diferentes repúblicas, etcétera. No podemos olvidar que Leónidas Breznev y su gestión habían convertido al PCUS y al mismo Estado en una suma desarticulada de feudos territoriales, en la que el poder se ganaba y se conservaba si se contaba con el suficiente apoyo de esos nichos locales. Además, Gorbachov concedió todavía más poder a los barones territoriales, ya que era la única manera de que le aprobasen sus políticas. Es decir, que se acababa dejando a las diferentes repúblicas que hiciesen los ajustes necesarios, y en cada uno de ellos, la nomenklatura era de un sentido u otro, y tomaba las directrices de acuerdo con su hegemonía, fuese esta del Ejército, los servicios de inteligencia, la energía, el sector armamentístico u otros. Esto se parece demasiado a la forma descentralizada de tomar las decisiones con el caso del déficit, pues sin una estructura económica saneada y productiva, coordinada y transeuropea, resulta que los ajustes en determinados países conducen a mayores problemas, que tampoco resuelven nada, más al contrario, los empeoran y seguimos metidos en una espiral negativa. Puse como ejemplo en esta misma revista digital el caso de España, y que recomiendo repasar para poder hallar soluciones reales que nos beneficien a todos.

Europa tiene, no obstante, una gran cantidad de activos además de un verdadero potencial en varias tecnologías estratégicas claves, como puede ser una actividad de investigación y desarrollo muy fuerte en los sectores tecnológicos de energía cuántica y verde, es el hogar de líderes mundiales de la industria 5G y el continente  más avanzado en el ámbito de la robótica, razón por la que China y Estados Unidos van a presionar también en estas líneas, además de ser una potencia mundial espacial. Pero a pesar de estas ventajas, sigue dependiendo significativamente de Estados Unidos y cada vez más de China para la mayoría de sus infraestructuras digitales críticas, ya sean centros de datos, computación en la nube, plataformas de información y comunicación, pero también para supercomputadoras, Inteligencia Artificial, y esto es sumamente importante, al igual que el campo de la cuántica, además de hacerlo en sistemas autónomos, biología sintética o cables submarinos, que ya tratamos en un artículo en esta revista digital.

Por otro lado, lo que Estados Unidos quiere de Europa por parte de la nueva administración estadounidense es que la UE actúe como socio capitalista y que "no haga preguntas", simplemente que pague, y que ponga su economía y población en lo que a datos se refiere, y no es algo exclusivo de economía y datos. Quiere el vasallaje cibernético y estratégico de Europa y que no actúe como competidor en cuestiones de tecnología y política económica y comercial. Es muy probable que haya fricciones en la industria de la aviación, la inteligencia artificial, el 5G y la tecnología en general. Además, pretende usar varios mecanismos para endosar deuda e inflación hacia Europa. No obstante, hay que tener clara una cosa: Europa tiene, lo crean o no, ciertas ventajas, de hecho considerables. Recuerden el acuerdo con China. Eso sólo ha sido posible con Estados Unidos en unas horas muy bajas, aunque es seguro que traten de revertirlo, entorpecerlo, además de reventar el proceso de unidad política europea. Recuerden a Brzezinski, en "El Gran Tablero Global" (2016, 81-84), donde nos explica que una Europa convertida en duro competidor económico-tecnológico de Estados Unidos cuyos intereses geopolíticos en Oriente Medio y otras zonas del mundo pudieran divergir de los norteamericanos, además de que también señalaba que para eso Europa debía conseguir una normalización de las relaciones con Rusia, y yo sumaría Turquía y Ucrania, dadas las riquezas y bazas estratégicas para proyectarse en la región por parte de Europa. En definitiva, a pesar de los equilibrios de intereses y poder, el enfrentamiento entre la Unión Europea y Estados Unidos es inminente y supera al de Trump, que tan sólo pretendía asustar y atemorizar, cuando Estados Unidos presenta claros síntomas de colapso en su poder, y el eje de gravedad de la relación trasatlántica gira hacia Europa, a la par que el global en término de comercio lo hace entre esta última y Asia, cada vez más. La única manera de evitar esto es que Europa se plegue a los deseos de Estados Unidos y abandone toda capacidad autónoma de actuación. No olviden una cosa: el soberanismo en Europa significa para cualquier nación, incluidas Alemania, Francia, Reino Unido y Rusia, la derrota como jugadores ante Estados Unidos y China. ¿Quieren sobrevivir? Actúen de una manera conjunta, estable, confiable, decidida e inteligente.

Y dentro de esta dirección, considero que conviene tener presentes las palabras del exgobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King en entrevista al diario El País, pues aporta las siguientes ideas que creo que deben considerarse con urgencia:

"Pero con la covid quizá pase una cosa buena: que los recursos pasen de sectores y empresas inviables a sectores y empresas con futuro”.

“La economía moderna pone el acento en la eficiencia. El sistema financiero es un buen ejemplo: antes de la crisis la banca era muy eficiente y ganaba montones de dinero, pero luego vimos lo frágil que era, y se hizo un esfuerzo (con un éxito solo parcial) por aumentar su resiliencia (...) Yo no luché en ninguna guerra. No pagué por mi educación. En nuestros países tenemos Seguridad Social, prestaciones, sanidad pública. Pero el coronavirus ha puesto de manifiesto lo frágiles que son nuestras sociedades, incluso las más avanzadas: los políticos deben centrarse en eso, en aumentar la resiliencia del sistema"

"Lo que hace falta es que los Gobiernos apoyen a empresas y trabajadores: no son los bancos centrales quienes tienen que hacer eso, y no tienen mandato para hacerlo"

"El euro se creó pretendiendo que una unión monetaria es viable sin unión fiscal. Eso provoca constantes tensiones, como ya vimos en 2010 en el Sur: en ausencia de transferencias fiscales del Norte al Sur es muy difícil mantener unida la zona euro. Con la covid, Europa no ha optado esta vez por la austeridad sino por los fondos europeos: por las transferencias fiscales. Pero de momento es algo temporal, para una sola vez, y en cambio ese es un reto permanente para la eurozona"

"El ministro alemán Wolfgang Schäuble vino una vez a mi despacho en Threadneedle para pedirme consejo sobre cómo solucionar los problemas del euro. Y yo le di tres opciones: desempleo permanente en el Sur, más inflación en el Norte o unión fiscal. ‘No me gusta ninguna de las tres’, dijo. Y ese es el problema, porque lo único seguro es que llegará otra crisis y entonces será tarde para arreglar el avión en pleno vuelo. Argumentar como hizo Schäuble en su día que el superávit alemán es útil para el conjunto del euro porque genera déficits en otros países es no haber entendido las consecuencias de una unión monetaria."

"Con la pasada crisis descubrimos que hay un límite al dolor económico que puede imponerse en la búsqueda de una Europa federal sin una respuesta política. Y en la próxima crisis pueden resurgir las divisiones en esa batalla entre la voluntad política y la realidad económica"

"El síntoma más evidente del gran desequilibrio que tiene la economía mundial son los bajísimos tipos de interés. La otra cifra preocupante es el nivel de deuda. Tarde o temprano veremos quiebras de empresas, reestructuraciones de deuda privada, y crisis de deuda soberana en los emergentes. También necesitamos una reforma de la gobernanza monetaria global, que corre el peligro de fragmentarse. Ojalá seamos suficientemente audaces"Mervyn King, exgobernador del Banco de Inglaterra en entrevista a El País.

¿Qué pretendo con estas citas? Que entendamos que Europa se construye con pilares que trascienden lo económico y van hacia términos culturales, aquello que compartimos como europeos. Que la forma de construirla es desde una moneda unida, con la deuda mutualizada. Que la unidad política se tiene que construir desde el federalismo. Que la sostenibilidad del sistema se basa en la industrialización y digitalización de toda la Unión Europea, de tal manera que converjamos y nos necesitemos unos a otros, como efectivamente es así (por ejemplo, la riqueza minera de España, que es muy interesante en términos estratégicos, necesita de la tecnología sueca y finlandesa, y viceversa; o de la industria nuclear y automotora francesa, o de la alemana, y viceversa. Que las pantallas de Phillips deben ser las pantallas que provean todos los terminales que necesitamos en Europa, o que Olivetti debería crear junto a otros socios europeos los ordenadores de todo tipo que Europa necesita, mediante consorcios industriales europeos. Que la estabilidad social de Europa se hace por la vía salarial, y la forma de lograrla es con políticas sociales, industriales, etcétera. Son unas simples pinceladas. Así se hace Europa. Pongamos punto y final y usemos la razón.

El siguiente artículo de la serie puede leerse aquí.

La serie completa de estos artículos temáticos consta de las siguientes partes: [1] [2] [3] [4] [5] [6] [7] y [8]