Buenos días,

Hoy en el Trazo de Kalamos hemos de volver a Polonia, y con ella a Alemania, Washington, a Rusia y al Nord Stream 2.

Donald Tusk, ex primer ministro de Polonia y presidente del Consejo Europeo de la UE, calificó a Nord Stream 2 como el mayor error de la carrera de Angela Merkel. La canciller alemana le habría confiado que ella no había tenido otra opción debido a la presión del lobby del sector económico en Alemania: no olvidemos que el gas es el elemento puente o de transición y que impulsa la Revolución Industrial 4.0.

Estas declaraciones, que recoge el diario británico The Telegraph muestran un momento bastante claro, ya que estas son palabras que se pronuncian en la ciudad polaca de Gdansk. Para poder entender su magnitud correctamente pasemos a contextualizar:

1/ Tusk está de vuelta a su Polonia natal tras el período en Bruselas para intentar recuperar al poder.

2/ Este discurso y la narrativa dominada desde los medios de comunicación anglosajones, hilvanados a través de la estrategia AUKUS también, algo de lo que hablaremos con más detenimiento: no olvidemos que Rupert Murdoch tiene presencia en los tres países AUKUS y es fundamental, controla el discurso a favor del Brexit, el discurso soberanista, contando como socio a José María Aznar López en España, como se puede ver aquí y aquí además de ser la gran sombra sobre el Partido Popular, Vox y Ciudadanos y casualmente trabajar a la par con Steve Bannon remando ambos en la misma dirección a favor de AUKUS e impulsándola en Iberoamérica, como se puede ver en este enlace y comprender en su cabalidad mediante este artículo de Esteban Hernández del 16 de noviembre y este del 27 de septiembre, y pasando por la fusión entre la demócrata NBC y Sky, controlada por los Murdoch (ya no es sólo la Fox, y enésima muestra de que el establishment norteamericano es un bloque, da igual si se es un militarista republicano como un imperialista demócrata, tienen la hegemonía y la estrategia AUKUS está presente como método nacionalista e imperialista agresivo para debilitar tanto a China como a Europa con la vía del soberanismo para esta última, por ejemplo, entre otras aproximaciones).

En definitiva, Donald Tusk tiene que recuperar su perfil de "buen polaco", porque en este contexto ser un funcionario de la Unión Europea no es que sea, dada la preponderancia alemana y los frutos de la política populista del Germany First de los gobiernos de coalición CDU/CSU-SPD, precisamente una tarjeta de presentación extraordinaria en Polonia... y realmente, aunque no lo entiendan, Europa no es la Europa que reparte los premios Carlomagno. Europa es Grecia, Italia, España, Francia... el Reino Unido (que ya no está)... es decir, que el SPD tiene muchísimas cosas que hacerse perdonar y que demostrar si quiere ser realmente creíble fuera del círculo que da el premio Carlomagno y fuera de los coros de la campana de cristal de Alemania, que por cierto se resquebraja a marchas forzadas, lo sepan los alemanes o no, y nunca importa lo que sabes: importa lo que pasa y lo que pasará.

Esta situación gira alrededor de que el Germany First de la Canciller Merkel se ha impuesto (atención al precio pagado y que hay que sumar a Kiev 2014/2015), ante todo porque la Unión Europea no ha podido frenar la infraestructura que en Varsovia es más conocida como el oleoducto Ribbentrop-Molotov. El lenguaje crea realidades y otras veces las lanza: un claro eco del terror polaco de ser aplastado entre Moscú y Berlín, como suele suceder en su historia desde la parte final de la Mancomunidad polaco-lituana. La Historia ayuda a entender las visiones y a ser instrumentalizadas por terceros como los anglosajones y otros en esta zona.

Es, por consiguiente, ciertamente muy relevante que un político no extremista, opuesto al enfrentamiento frontal entre el actual gobierno de Morawiecki y Bruselas, que se dedique a alimentar las fobias de su nación hacia Alemania. Da la idea de la transversalidad en el espectro político de la consideración de Berlín como una amenaza interna para Occidente, idea ésta con la que está encantados Washington-Londres-Canberra, que se dedican a dividir los escenarios de competencia y a polarizar para debilitar a sus rivales: China y Alemania/Francia. La lucha por la hegemonía indica que hay tres motores en competencia y que son capaces de generar grandes espacios que opten a la hegemonía global: la América del Norte, la Europa Occidental y Asia Oriental, y sus respectivos espacios de crecimiento e influencia.

El hecho de que ASEAN quizás pueda ser el mercado más prometedor, pero ya está totalmente afectado por esta estrategia de los AUKUS, que va más allá de submarinos, reventar contratos a Francia, alentar a los "soberanistas", y la ruptura del "euro" aprovechando que es una unidad monetaria pero no fiscal ni bancaria y que lo hace vía la Red de la Teoría Monetaria Moderna (por si fuera poco). Al firmar un acuerdo estratégico con Australia pasa a desequilibrar sus relaciones internacionales entre China y los anglosajones (AUKUS), inclinándose hacia el bando más conflictivo, contribuyendo al agravamiento de las tensiones regionales y al debilitamiento económico de su gran vecino, China. La rivalidad está surgiendo cada vez más visiblemente entre el RCEP pro-China y el CPTPP anti-China, dos gigantescas zonas de libre comercio con numerosos solapamientos, será una fuente de divisiones para la ASEAN y toda la región y, por tanto, de debilitamiento estratégico… como está pasando para África, sólo que de otra manera.

La excusa de Merkel sobre el lobby económico está en línea con la actitud de Berlín durante los últimos meses: disculparse por lo que se ha hecho, pero protegiendo el oleoducto de sanciones e interrupciones. Con esto es lo que está lidiando el ejecutivo en los últimos días con Estados Unidos, según un documento negociador revelado por Axios. Los alemanes intentan convencer al Congreso de Washington, mucho más opuesto al Nord Stream 2 que a la administración Biden (o más bien, el juego del "poli bueno" y el "poli malo" de la misma comisaría), de que no sancione más el trabajo, prometiendo una serie de represalias si se utiliza Nord Stream 2 como arma de presión desde Moscú. Las propuestas van desde acusaciones públicas hasta "posibles" contramedidas sobre proyectos energéticos, desde "evaluar" la suspensión de reuniones bilaterales hasta "identificar" respuestas a nivel de la Unión Europea. Sinceramente: medidas muy suaves, difícilmente aceptables para el Congreso.

Es poco probable que el gobierno del nuevo canciller Olaf Scholz revoque este enfoque. Podría endurecer ligeramente las represalias y ciertamente adoptará una retórica más agresiva con la "verde" Annalena Baerbock, una canciller combativa. Pero para cerrar Nord Stream 2 debe suceder un evento serio.

La situación actual alrededor del Nord Stream 2

De acuerdo con DW, las autoridades alemanas suspendieron la aprobación de Nord Stream 2 después de "descubrir" que Gazprom, el propietario del gasoducto, sólo tiene su sede en Suiza y no en Alemania. El procedimiento se reanudará tan pronto como la empresa rusa abra una sucursal en la República Federal.

La repentina objeción legal, que era imposible que la Autoridad de Energía Alemana ignorara, se ha venido utilizando en esta etapa para presionar a Moscú sobre la crisis de Bielorrusia, al igual que cierto documento lanzado como propuesta por el SPD y las JUSOS y que señalan los sueños alemanes de expandirse por el este, el Drang nach Osten posmoderno disfrazado de Ostpolitik. Como de costumbre, Berlín siente vergüenza por un tema que afecta a Rusia y Europa Central y del Este, atrapado entre el deseo de extender su influencia en el territorio y su dependencia del Kremlin en el sector energético.

La suspensión de Nord Stream 2 es parte de este enfoque esquizofrénico. Desplazada por la maniobra de Vladimir Putin y Alyaksandr Lukašėnka de utilizar a los migrantes para obligar a los occidentales a abandonar Bielorrusia, Alemania trata de amenazar al Kremlin en el tema energético, el más relevante, además de esquivar a los franceses y británicos que acusan a Merkel de timidez.

Pero esta es una disposición muy contundente. El Nord Stream 2 es útil sobre todo en Berlín, que no podrá mantener la posición por mucho tiempo antes de volver a mostrar su propia inconsistencia sobre el tema.

Por su parte, Emmanuel Macron le dice a Vladimir Putin que Francia tiene "la voluntad de defender la integridad territorial de Ucrania". Juntos, los gobiernos francés y alemán advierten a Moscú de "graves consecuencias" si utiliza las armas que está acumulando en las fronteras contra Kiev. Los cancilleres de los países de la Unión Europea acuerdan centrarse en los mercenarios del Grupo Wagner, empresa vinculada al Kremlin.

El endurecimiento de la posición francesa está relacionado sólo en parte con la escalada entre Ucrania y Bielorrusia. Por supuesto, el uso táctico de los migrantes por parte de Minsk ha preocupado a París. Asimismo, los movimientos rusos en el Mar Negro lo atemorizan, con el envío de armas que parecen ser el preludio de una ofensiva y con la eliminación de las barreras aduaneras entre Rusia y las repúblicas rebeldes de Donbas, como para señalar una anexión formal. El objetivo de Putin, sin embargo, no parece ser tomar Bielorrusia y Donbas, sino trazar una línea roja, eliminar la primera línea defensiva, y hacer caer definitivamente esos dos territorios bajo su propia influencia, pero no tragárselos formalmente. No es una coincidencia que el presidente ruso le diga a su homólogo francés que no le gustan en absoluto las maniobras navales estadounidenses en el Mar Negro, demasiado cerca, de hecho, dentro de las vitales vías fluviales rusas en la región del flanco sur.

La posición francesa también se ve afectada por la competencia ahora abierta con Rusia en África, y que se manifiesta incluso en la incorporación del idioma ruso en el ámbito universitario en República Centroafricana. Desde África Central hasta Libia, pasando por Malí, los rusos, utilizando mercenarios del Grupo Wagner (de los que Putin no sabe nada aunque come a diario en el Kremlin con el presidente del Grupo Wagner y allí donde haya una proyección organizada del Estado corporativo ruso están los Wagner como parte de un modus operandi híbrido que consigue objetivos para el establishment ruso, pero a parte de esto, irónicamente no se conocen de nada), intentan suplantar la zona de influencia tradicional francesa. Las sanciones que París ha propuesto con éxito a otros países de la UE lo dejan claro; no obstante Moscú no es un enemigo absoluto para Francia. En el corazón del razonamiento estratégico francés, siempre servirá para contrarrestar a Alemania. Y jugarlo también contra Turquía, ese oponente existencial, desde la propia África en la línea del Sahel y del Mediterráneo y ruptura del eje Mar Rojo-Oceáno Atlántico, hasta el Levante, donde París mira con buenos ojos la parada impuesta a Ankara en Siria por la presencia rusa. Pero Francia está acostumbrada a actuar, y más si sabe que enfrentarse a un peso pesado le otorga rango. Intenta erigirse en mediador entre Estados Unidos y Rusia.

Por otro lado, los que me habéis leído ya sabéis que hace tiempo que la estrategia de Londres como parte de los AUKUS es manejar la Europa Central y golpear a Berlín, de igual manera que en los países euro es romper por la brecha social, económica y política. En esta situación Reino Unido y Francia están adoptando perspectivas coincidentes. Londres envió a diez ingenieros para ayudar a Varsovia a construir la barrera anti-migrante con Bielorrusia. Sobre todo, el primer ministro Boris Johnson dijo que las naciones europeas deben elegir entre recibir gas ruso a través de "nuevas tuberías gigantes" y defender a Ucrania. Agregar que estar del lado de los países del Este sirve para proteger la paz y la democracia, no para rodear a Rusia. De los cuales, recordó Johnson, no debemos olvidar la sangre derramada para derrotar al nazismo (un eco a lo Churchill, cómo no).

Alemania es el objetivo obvio de sus palabras. Londres está tratando de encajar en el centro de Europa, el antiguo imperio soviético europeo, que es tan anti-ruso... como anti-alemán puestos en la disyuntiva que deja atrás las perspectivas kantianas. Esto lo hace compatible con las prioridades geopolíticas de Estados Unidos, que de hecho lo presiden militarmente y ayudan a desprenderse de las potencias vecinas desde un punto de vista infraestructural.

El imperativo contemporáneo del Reino Unido es ganarse el favor de Estados Unidos, demostrar que es el mejor de su clase, demostrarle su utilidad. Esperando recibir a cambio ayuda para mantener unido el reino (ojo a Irlanda del Norte... en menor probabilidad a Escocia...), y el reconocimiento de la influencia mundial. Para ello se propone defensor de los países del Este. Por eso ataca a Alemania, sabiendo que frenarla siempre agrada a los estadounidenses.

Pero con los propios estadounidenses, no todo es sencillo. Ni Londres ni París digirieron la luz verde de Washington a Berlín para terminar el Nord Stream 2 a cambio de dinero e inversión en Ucrania. Ven un aumento de la influencia alemana en el Este, el el Drang nach Osten posmoderno disfrazado de Ostpolitik, pero con la retórica más subida de tono por parte de Annalena Baerbock, más acalorada contra Rusia pero también contra China (recuerden los tres espacios de hegemonía y dos de ellos cooperando: Europa Occidental y Asia Oriental... una de las pesadillas AUKUS) y que sirve para tranquilizar a Estados Unidos. Es decir, seguir haciendo negocios con la República Popular de China sin abrazar plenamente la contención de Beijing solicitada por los estadounidenses y con Rusia... pues más de lo mismo pero sin que lo parezca.

Por lo tanto, de momento, tanto París como Londres están compitiendo para defender Kiev, pero desde aproximaciones distintas y con finalidades distintas.

La actitud proactiva británica corre el riesgo de que Estados Unidos no la aprecie plenamente. Al igual que este verano, cuando el ansia de liderazgo de Londres la llevó a una incursión en las aguas de Crimea, una provocación no bienvenida en Washington. Ahora esta contradicción vuelve a ayudar a Polonia a aumentar el diafragma con Bielorrusia: realmente un favor a Rusia y a Lukašėnka.

Conclusiones

Realmente Alemania está centrada en un claro MacGuffin geopolítico inverso. Y me voy a explicar. Un MacGuffin es, en la ficción, un objeto, dispositivo o evento que es necesario para la trama y la motivación de los personajes, pero realmente insignificante, sin importancia o irrelevante en sí mismo.

En este sentido, el lobby alemán y la geopolítica alemana está centrada en aquello que es lo más irrelevante en este momento, aunque en teoría es necesario para "la trama". Al hacerlo, concentra sus energías en defender los granos de arena que hay en una playa azotada por el viento: una pérdida de tiempo y un esfuerzo enorme que no sólo no trae recompensas; realmente no salvarán el Nord Stream 2 ahora mismo, sólo van a perder tiempo, energías, causar división, aislarse y debilitarse. De hecho, esto es una reedición de lo que ya Antony Blinken estudió, y hasta editó un libro: Ally versus Ally: America, Europe and the Siberian Pipeline Crisis, y es que no es más que la reedición de la reedición del fin de la Guerra Fría, la cual tanto Alemania como Estados Unidos se niegan a abandonar.

Al empeñarse Alemania en esta retórica y sus acciones no hace más que generar conflicto y lanzar en los brazos de los AUKUS a la Europa Central y del Este, con lo cual refuerzan lo que dicen querer combatir: a los populistas soberanistas inspirados por el eje Washington-Londres-Canberra, que ganan la justificación que precisan; consiguen que Francia (y ahora también Italia) se vayan posicionando también contra Alemania, generando una discusión de objetivos y prioridades, igual que ASEAN se divide entre el RCEP pro-China y el CPTPP anti-China, aquí será igual pero además con Rusia y China, doble cadena de ruptura, que se manifestará en África y Oriente Medio.

Insisto en que este escenario, sumado a la cuestión de que el euro es una unión monetaria, pero no fiscal ni bancaria, la dispersión atomizante y autodestructiva de las empresas europeas y de sus intereses manifestada en las acciones de los gobiernos nacionales Francia contra Italia en el Sahel, Francia con Alemania y viceversa en Europa del Este y también algo en la región MENA, las alianzas entre Turquía y Alemania... hasta que no se produzca una simplificación con reparto de sedes entre los principales países de la Unión Europea (sedes y centros repartidos entre Madrid, Barcelona, Milán, Roma, Nápoles, París, Berlín, Lyon, Dortmund, Varsovia...), con una política exterior común, un ejército europeo (de verdad), unos servicios de inteligencia europeos, políticas transeuropeas, y un amplio etcétera no conseguiremos nada más que seguir en este juego de división y desaparecer en el contexto de la Revolución Industrial 4.0 siendo vasallo de Beijing o de Washington.

¿Han pensado los alemanes que quizás la solución pasa por, además de lo dicho hasta ahora, cosa que implica a todos, una Drang nach Süden y una política del Sur, mientras se contemporiza con el flanco Este? Sólo el continente unido puede lanzar una ofensiva con éxito que cree un mercado de 1.100 millones de personas (MENA + UE), unidos a través de tierra, o mediante estrechos de poca amplitud o cortas travesías marítimas... además, ahí hay energía y minerales de sobra. Si los hay en una abundancia tal en España que me sorprende que no se planifique desde Europa aprovechar la increíble y estratégica riqueza natural de España, ya que dada la formación geológica de España y del archipiélago canario hay minerales estratégicos absolutamente clave... por ejemplo, en Canarias hay un yacimiento para abastecer la producción global de tecnología por 10 años, y respecto al alto impacto ambiental Japón y Suecia están emprendiendo minería de alto valor y con bajo impacto: todo es cuestión de inversión y tecnología, de una economía circular. Y si no la quieren, seguro que los AUKUS la querrán (y no creo que la quieran compartir con los alemanes, italianos y franceses, vamos ni de broma... igual se entiende un poco el interés en José María Aznar y en el Partido Popular, Vox y Ciudadanos por parte del eje Washington-Londres-Canberra).