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Hoy cambiamos de escenario radicalmente y nos vamos hasta las islas Salomón, antiguo protectorado británico y estado independiente de Melanesia (Pacífico Sur), desde 1978. Su ubicación en la Melanesia, o "islas habitadas por personas de raza negra", en griego, la sitúa en la esfera de Australia, donde los aborígenes fueron avasallados, por decirlo de alguna manera. La Melanesia es una zona con una preponderancia de islas de gran tamaño que se extiende por un espacio que abarca desde el este de Nueva Guinea hasta las islas Fiji, incluyendo Islas Salomón, Vanuatu y Nueva Caledonia. De hecho, aunque en el archipiélago se hablan hasta 70 idiomas distintos, el inglés pidgin es el idioma oficial, desarrollado ante todo en las plantaciones de Queensland (Australia) a finales del XIX, en plena época del comercio negro (1863-1903).

La Melanesia

Y es que el archipiélago se han visto alterado por violentas protestas y que ha supuesto el movimiento de tropas de la región en un intento por restablecer la calma en Honiara, la capital de las Islas Salomón, que es presa de disturbios que en pocos días han provocado al menos cinco muertos y un número indeterminado de heridos. El Primer Ministro Sogavare afirma que el coste de los daños causados por los disturbios asciende a más de 200 millones de dólares y ha hablado de "injerencia extranjera" detrás de las protestas, para castigar a su gobierno por su reconocimiento diplomático en Beijing.

De acuerdo con el primer ministro Manasseh Sogavare, los disturbios fueron causados por unas no especificadas "potencias extranjeras", que supuestamente se encargaban de hacer circular una serie de "falsas y deliberadas" acusaciones sobre las razones que llevaron a las Islas Salomón de las relaciones diplomáticas estrechas con Taiwán en 2019 a abrirse hacia la República Popular de China y unirse a la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, nuevas rutas de la seda), dentro del contexto marcado ese año 2019 de aislar cada vez más a Taiwán, en pocas semanas, las Islas Salomón y Kiribati cerraron las relaciones diplomáticas con Taipei para abrirlas oficialmente con la República Popular de China. De hecho, con esa iniciativa China recuperaba Kiribati, ya que las relaciones oficiales con Beijing se interrumpieron en 2003. Ese año, la República Popular China instaló una estación espacial en un atolón de este país para monitorear el primer viaje de sus astronautas al espacio.

Beijing ha venido utilizando su peso económico para aislar diplomáticamente a Formosa, facilitar la reconquista de la isla y ganar socios en el Pacífico potencialmente útiles a largo plazo en el enfrentamiento con Estados Unidos. De hecho, durante la Segunda Guerra Mundial las Islas Salomón devinieron un muy duro campo de batalla y bajo la ocupación japonesa (1942-1943) la situación se volvió particularmente inestable; de ese momento y de los bombarderos es la destrucción de su capital, Tulagi en las Islas Floridas, cerca de Guadalcanal, con lo que la capital se trasladó a Honiara, en la costa septentrional de la isla de Guadalcanal.  

Desde 2011 hasta ese momento, la República Popular China había gastado 1.600 millones de dólares en ayuda y préstamos a países de esa región del planeta, exactamente cuatro veces más de lo que Taipei puede gastar. Taiwán quedaba con esa iniciativa de China con sólo 15 aliados, la mayoría de ellos en América Latina y el Caribe. China y Taiwán han sido rivales en el Pacífico Sur durante décadas y algunas naciones insulares han cambiado de alianza.

Las Islas Salomón se hallan a 2.575 kilómetros al noreste de Sydney y 1.600 kilómetros al este de Fort-Moresby, capital de Papúa-Nueva Guinea. Es un archipiélago formado por seis grandes islas (Choiseul, Nueva Georgia, Santa Isabel, Malaita, Guadalcanal, San Cristóbal o también llamada Makira, además de las islas Santa Cruz). En total se extiende a lo largo de 1.400 kilómetros y su superficie total es de 29.785 kilómetros cuadrados.

A petición del gobierno, Australia envió personal policial para apoyar a las autoridades locales; las Islas Fiji también desplegarán un contingente de 50 efectivos para intentar restablecer la calma en Honiara, la capital de las Islas Salomón. Con estos refuerzos, el contingente liderado por Australia desplegado en Guadalcanal, la principal isla del archipiélago de Oceanía, al este de Papúa Nueva Guinea, que también desplegará unidades, cuenta con casi 200 soldados y policías. El despliegue fue solicitado por las autoridades locales sobre la base de un acuerdo firmado en 2007, que prevé la intervención de Canberra con personal civil y militar en caso de que se produzcan acontecimientos que amenacen la soberanía nacional del pequeño Estado insular.

El primer ministro de Australia, Scott Morrison, tuvo cuidado de enfatizar que la presencia de la policía y las tropas australianas era para asistencia y no para intervención.

"Es nuestra esperanza y ambición que nuestra presencia busque calmar la situación en las Islas Salomón y restablecer algo de paz".
"Nuestra presencia allí no indica ninguna posición sobre los problemas internos de las Islas Salomón".

El despliegue sigue a la Misión de Asistencia Regional a las Islas Salomón (RAMSI) de larga duración, una misión de mantenimiento de la paz que comenzó en 2003 después de años de tensión étnica y violencia entre milicias de las islas de Guadalcanal (que alberga la capital, Honiara) y Malaita.

Por su parte, el señor Sogavare afirma tener la esperanza de que la presencia australiana ayude a restablecer el orden para que el Parlamento pueda reunirse sin interrupciones, y rechazó las llamadas del líder de la oposición, Matthew Wale, para que dimitiera y dijo que está "muy seguro" de que el sostenimiento de su gobierno es seguro.

"No me voy a inclinar ante nadie", dijo. "Estamos intactos, el gobierno está intacto y vamos a defender la democracia". "Ese tipo [Wale] está detrás de todo lo que está sucediendo ... animó a la gente de Malaita a venir a Honiara para perturbar nuestro Parlamento". "Está perdiendo el tiempo pidiendo mi renuncia ... lo que está avanzando es totalmente antidemocrático".

Wale dijo que "rechaza categóricamente" las sugerencias que incitó o fue responsable de los disturbios en la capital, Honiara, y añadió que la gente se sentía impotente para cambiar las cosas en el país.

"La gente de este país siente que los procesos democráticos no les están funcionando, que su propio gobierno es el títere de China", dijo.

Wale dijo que era "una locura" culpar a las potencias extranjeras por los disturbios.

"No creo que haya nadie detrás", dijo."Todo esto es doméstico".

Añadió que agradeció el apoyo de Australia:

"[El señor Sogavare] debería haberlo pedido de esa manera antes, porque ahora parece que tenía conocimiento previo de lo mal que se podía poner la situación", dijo.

De acuerdo con Al Jazeera, las personas que protestan en las plazas y calles de Honiara, son principalmente de otra isla, Malaita. Salieron a la calle para protestar contra la pobreza y el desempleo, se sienten ignorados por el gobierno de la provincia de Guadalcanal, pero también protestan contra la nueva política prochina del gobierno de Sogavare, que como ya se ha explicado más arriba, ha cortado sus lazos con Taiwán, con la que la minoría de Malaita tenía profundos y duraderos vínculos culturales y económicos.

La crisis se inició la semana pasada, cuando la población, que ronda las 650.000 personas, y que han de enfrentar dificultades económicas generalizadas, se echó a la calle para protestar contra el gobierno, acusado de corrupción y de haber "vendido" el país a los intereses de Beijing. Durante los disturbios, los manifestantes intentaron quemar la residencia privada del Primer Ministro Manasseh Sogavare además de asaltar el parlamento, antes de que pudieran ser dispersados por la policía con gases lacrimógenos y disparos de advertencia.

No obstante, la ira popular, lejos de calmarse, se concentró sobre todo en el barrio de "Chinatown", habitado por la comunidad china, donde, como mostraron los vídeos que circularon por las redes sociales y prensa, se incendiaron varias tiendas y negocios.

El gobernador de la isla de Malaita, Daniel Suidani, dijo en un comunicado esta semana pasada que Sogavare había "elevado el interés de los extranjeros por encima del de los habitantes de las Islas Salomón" y que debería dimitir.

Y es que, como se ha explicado más arriba, las Islas Salomón fueron incluidas en la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China y Beijing anunció planes para construir un estadio multimillonario en el país, inmediatamente se pasó a conceder a las empresas chinas el derecho a construir infraestructuras, carreteras, puentes y redes eléctricas para reactivar la Gold Ridge, que en su día fue la mina de oro más lucrativa del país. El brusco cambio de política exterior provocó numerosas protestas y el gobernador de la isla de Malaita, Daniel Suidani, prohibió la entrada de empresas chinas en la provincia y decidió aceptar la ayuda al desarrollo de Estados Unidos. No obstante, desde 2019 China avanza para hacerse con el control económico de las Islas Salomón, y el gigante asiático aprovecha su posición como el principal socio comercial de las Islas Salomón, que ha concedido la exención de aranceles al 97% de las exportaciones del archipiélago, lo que abre el camino a un nuevo aumento de las exportaciones al mercado chino.

A esto hay que añadir que determinada por la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, cuando se adoptó la Convención de Montego Bay (10 de diciembre de 1982), y que entró en vigor el 16 de noviembre de 1994, se consagran dos principios clave que conviene tener presentes:

1/ El concepto jurídico de Estado-archipiélago; y,

2/ El acceso a la al rango de gran potencia oceánica de los micro-estados al obtener derechos soberanos sobre una zona económica de grandes dimensiones, dándose proporciones de relación tierra/océano muy altas.

Es decir, la Zona Económica Exclusiva (ZEE) un espacio marítimo u oceánico ubicado entre las aguas bajo soberanía (constituidas principalmente por el mar territorial) y la alta mar, sobre el cual un Estado ribereño (o a veces varios) tiene derechos exclusivos de explotación de recursos.

De acuerdo con el artículo 56 de la Convención de Montego Bay, 1982:

“En la zona económica exclusiva, el estado costero tiene:
a) derechos soberanos para fines de exploración y explotación, conservación y manejo de los recursos naturales, vivos o no vivos, de las aguas sobre el lecho marino, el lecho marino y su subsuelo, así como respecto de otras actividades tendientes a la exploración y explotación del área con fines económicos, como la producción de energía a partir del agua, corrientes y vientos;
b) competencia, de conformidad con las disposiciones pertinentes de la Convención, con respecto a:
i) el establecimiento y uso de islas, instalaciones y estructuras artificiales;
ii) investigación científica marina;
iii) protección y preservación del medio marino ”.

Kiribati, ya mencionada y objeto de la atención de todos los actores, y con gran influencia de China en estos momentos, cuenta con 811 kilómetros cuadrados de tierra, pero una Zona Económica Exclusiva (ZEE) de 3 millones y medio de kilómetros cuadrados.

Hasta ahora, la historia confirma que el éxito de la BRI no se puede dar ni mucho menos por sentado, ni siquiera en los países en desarrollo que necesitan infraestructura. Especialmente donde persisten las fragilidades geopolíticas endógenas, que sería precisamente el caso de las Islas Salomón, donde hace tan sólo 20 años se libraba una guerra civil, y que pueden alimentar la oposición al proyecto geopolítico de Beijing.

Los habitantes de Malaita, que es la isla más poblada del archipiélago, consideran corrupto a Sogavare, y están convencidos de que se ha embolsado sobornos a cambio de entablar relaciones con la República Popular de China, no le han perdonado que le haya negado a su provincia el referéndum por la independencia y rechazan la presencia de trabajadores chinos. Por lo tanto, exigen que el gobierno limite las interacciones con Beijing y reinicie los proyectos de desarrollo en Malaita. Al respecto, un informe de Transparencia Internacional acusa a la élite política del país de corrupción "generalizada" y a las instituciones locales de "falta de integridad y credibilidad".

Si se prolonga en el tiempo, la oposición local a la presencia china podría conducir a los proyectos de infraestructura con los que China intenta sacar a las Islas Salomón (pero atención, también a Papúa Nueva Guinea, de lo que hablaremos en un artículo en el Instituto Symposium) de la esfera de influencia australiana en Oceanía. Por supuesto, todo esto para Canberra es una oportunidad de oro para utilizar su discurso para persuadir a Honiara de que se distancie de la República Popular de China.

La rivalidad está surgiendo cada vez más visiblemente entre el RCEP pro-China y el CPTPP anti-China, dos gigantescas zonas de libre comercio con numerosos solapamientos, será una fuente de divisiones para la ASEAN y toda la región y, por tanto, de debilitamiento estratégico…

Resuena John Mearsheimer: “Aunque es posible contener a China militarmente, contenerla económicamente es imposible.