Buenos días y buen fin de semana,

Y es que acabamos la semana de una manera francamente interesante. En una larga conferencia de prensa, que abarcó las 2 horas, en defensa de su primer año en la Casa Blanca, el presidente Joe Biden hizo unas declaraciones inquietantes para determinadas partes dentro de los aparatos internos de poder así como para las contrapartes aliadas:

“Rusia será responsable si invade Ucrania. Pero una cosa es si es una pequeña incursión, y luego terminamos discutiendo sobre qué hacer o no hacer, etc. Otra cosa es si realmente hacen lo que pueden con las fuerzas concentradas en la frontera. Sería un desastre para Moscú. Nuestros aliados y socios están listos para imponer altos costos y un daño significativo a la economía rusa”.

Exactamente, ¿suena a lo que parece que suena, o suena a lo que parece que es? Aquí vamos a intentar ver las diferentes partes del prisma, con calma. Sin sobresaltos y tratando de reducir todos los sesgos, tanto los positivos como los negativos.

¿De qué está hablando el presidente Joe Biden? Del campo de la estrategia, simplemente. Es decir, la acumulación de tropas y medios rodeando a Ucrania tiene sentido en el plano de un embolsamiento, que pasaría a reforzarse con la flota rusa del mar Negro. Si hubiera una ofensiva contra Rusia, y subrayo contra Rusia, habría de pasar una de las líneas a través de Ucrania... y meterse allí sería una trampa mortal: un llano enorme imposible de defenderse, a espaldas de los potenciales atacantes tendríamos a los Cárpatos, donde sí está la línea establecida por los estrategas atlánticos: entre Gdansk y Constanța. Los rusos oponen su línea roja entre Kaliningrado y Tiraspol, donde se apoya en Crimea transformada en superfortaleza, con Odesa y la Flota del mar Negro en apoyo proyectando su poder sobre la dimensión terrestre desde el mar y el aire. Si a esto le sumamos el fracaso en la línea de atraer o derribar a Lukashenka, que hubiera roto el embolsamiento por el Norte, y con todo lo que ha pasado el presidente bielorruso ha establecido un "casi" sí a todo a Vladímir Putin.

Como una imagen, decimos en español, vale más que mil palabras, lo vamos a ver más claro:

Aquí tienen perfectamente trazadas ambas líneas y sus respectivos espacios, con los lugares donde se aproximan y friccionan. La atlántica, de Gdansk a Constanța; la rusa de Kaliningrado a Tiraspol con el apoyo de Odesa
La Geografía importa a la hora de trazar estrategias y desarrollar tácticas de diferentes tipos. Geografía física de Europa. Fuente de la imagen. Se ha usado sin fines de lucro y para ilustrar este artículo.

Es decir, una ofensiva atlántica es una trampa mortal que obligaría a la retirada, con los Cárpatos a las espaldas. Insisto, no es un buen escenario para un ataque en la dirección oeste-este.  

Para comprender más se hace necesario que amplíen la lectura de este Trazo de Kalamos, con este otro Trazo de Kalamos, este Trazo de Kalamos, también este Trazo de Kalamos, y este Trazo de Kalamos.

Ahora bien, pasemos a cambiar la dirección del ataque: es decir, en dirección este-oeste. Aquí es donde tienen sentido las palabras del presidente Joe Biden. En tal circunstancias se podrían considerar dos escenarios:

1/ "Pero una cosa es si es una pequeña incursión, y luego terminamos discutiendo sobre qué hacer o no hacer, etc."; y,

2/ "Otra cosa es si realmente hacen lo que pueden con las fuerzas concentradas en la frontera (atención a la frase, "otra cosa es si realmente hacen lo que pueden con las fuerzas concentradas en la frontera"). Sería un desastre para Moscú", concluye Joe Biden.

Es decir, en el primer caso tendríamos una campaña de corto alcance, alrededor de las zonas rebeldes... pero no hay que precipitarse, porque esa campaña implicaría una adhesión... y tendría más consecuencias, además de desmontar una línea discursiva de Moscú, de la que hablé en este Trazo de Kalamos, que intranquilizaría a Bielorrusia, Rusia se haría a sí misma una sabotaje en Ucrania, y pondría en alerta a según qué "príncipes" del Cáucaso que podrían pasarse con todo a Turquía, y recordemos lo sucedido en Azerbaiyán, de lo que hablábamos precisamente esta misma semana en el Trazo de Kalamos, y que recomendamos repasar... más que nada para saber de lo que estamos hablando.

El segundo escenario viene dado por la frase: "(...) otra cosa es si realmente hacen lo que pueden con las fuerzas concentradas en la frontera. Sería un desastre para Moscú". Lo que está explicando el presidente Biden es que en caso de que se desatase una ofensiva real de Moscú para chocar como un oleaje furioso contra los Cárpatos, momento en que se chocaría de pleno con la línea trazada por los estrategas atlánticos entre Gdansk y Constanța, en caso de que siguiera con la ofensiva se hallaría Rusia atorada en esa posición, y se activaría el contraataque de la Alianza, iniciando una Gran Guerra entre dos frentes, al cabo de unos días, y más con la promesa de gestionar los recursos del Extremo Oriente ruso tendríamos desde China dispuesta a sacar tajada, pasando por Australia, Nueva Zelanda, Japón, Corea del Sur... y podría hasta provocarse un corrimiento de tierras estratégico de primera magnitud donde se competiría por añadir al Extremo Oriente ruso y sus riquezas naturales, Corea del Norte y todos sus recursos, momento en que las variables podrían dispararse, ya que es determinante, y ahí entonces cabe preguntarse por Taiwán, con la Alianza enfrascada en Europa, ¿y China jugando a capturar...? ¿E India? ¿Y Pakistán? Etcétera.

Si el escenario Pacífico e Índico se mantuviese en calma, igualmente señala el presidente Biden una evidencia desde el punto estratégico: las fuerzas concentradas no son suficientes para una acción como la que estamos hablando, deberían ser de al menos unos 500.000 efectivos, de ahí el "otra cosa es si realmente hacen lo que pueden con las fuerzas concentradas en la frontera. Sería un desastre para Moscú". Y efectivamente, sería un desastre para Moscú, porque adicionalmente, Lukashenka se sentiría inseguro y buscaría protegerse, con lo que trataría de hablar con quien hiciese falta para mantenerse en el poder, el Cáucaso se encendería, y veríamos hasta dónde llega ya la influencia de Turquía en varios términos, se movería Asia Central... Por no hablar de la capacidad de dejar a Rusia sin posibilidades de mover su maquinaria económica (¿les suena eso de que la guerra se hace con tres cosas: oro, oro y oro? ¿Qué importan los precios de los hidrocarburos, de los cuales ahora sí se beneficia Rusia porque accede al mercado, si se duplican o hasta quintuplican... pero no puede Rusia acceder al mercado, por citar un simple ejemplo?).

Ante esta evidencia, Kiev afirma estar "conmocionada" por las palabras de Joe Biden, interpretando algunos pasajes confusos de la conferencia como una luz verde para la invasión rusa. Una suerte de traición, amplificada por la discriminación consciente entre aliados y socios de Washington:

"Efectivamente incrementaremos la presencia de tropas en Polonia y Rumanía, ya que tenemos en el artículo 5 la sagrada obligación de defender esos países. Son parte de la OTAN. No tenemos esta limitación con respecto a Ucrania, aunque estamos muy preocupados por lo que está pasando".

He aquí una evidencia, Ucrania no forma parte de la OTAN, y como tal no se aplica el artículo 5 del Tratado de la Alianza. ¿Significa eso lo que teme Ucrania?

La Casa Blanca se apresuró a aclarar/corregir que "la respuesta será rápida, severa y contundente" en caso de que Rusia cruce la frontera con Ucrania. Pero la aclaración no tranquiliza del todo a los funcionarios de Kiev, entre quienes sospechan ahora un posible acuerdo entre bambalinas de este "Teatro del Mundo" entre Moscú y Washington para el reparto de las zonas de influencia en Europa Centro-Oriental.

Insiste Biden, señalando a Rusia:

“Militarmente, los rusos cuentan con una superioridad abrumadora sobre Ucrania, pero pagarán un alto precio: de inmediato, a corto, mediano y largo plazo. En términos de vidas humanas, el costo de ir a Ucrania será pesado, real y consecuente”

Lo señalaba con acierto Luttwak en el siguiente tweet:

Y en este otro tweet:

Biden, en este sentido, recuerda que “ya envió a los ucranianos equipos sofisticados y defensivos por valor de más de 600 millones de dólares”. El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, calificó estas declaraciones de "desestabilizadoras". El Reino Unido, por su parte, suministrará a Ucrania armas anticarro ligeras y "defensivas". El ministro de Defensa del Reino Unido, Ben Wallace, lo anunció en el parlamento, enviando también un mensaje directo a Moscú: "No son armas estratégicas y no representan ninguna amenaza para Rusia, deben usarse para la autodefensa y el personal británico que brindará las primera formación volverá al Reino Unido después de completarla”. El gobierno de Alemania se niega a armar a Kiev, y amaga con paralizar la puesta en marcha del Nord Stream 2. Pero no es el único caso, pues ya Berlín bloqueó la venta a Kiev de 90 rifles de precisión semiautomáticos Barrett M82 (funcionales contra equipos enemigos en lugar de contra hombres) de Estados Unidos y 20 sistemas antidrone Edm4s Sky Wiper de Lituania, armas ya pagadas a principios de 2021, provocando protestas del presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, en una interesante entrevista de Pietro Del Re del diario la Repubblica, y que recomiendo leer.

En fin, es evidente que varios comentaristas insisten en la falta de claridad de un presidente con un consenso interno menguante, cada vez más menguante, y que deberá mover sus posiciones en cuanto a la energía y transición verde hacia otro tipo de posiciones que incluyan el gas y, evidentemente la energía atómica conseguida por fusión nuclear, misma posición esta defendida por Francia, una Francia en ascenso y a la que Berlín trata de contener con la prohibición de la energía atómica... pero Alemania está perdiendo peso relativo, y Francia asciende y ofrece cosas que nos interesan a todos, como es su propuesta de industrialización para Europa que abordamos aquí en este Trazo de Kalamos, y la comunión de intereses en África, como señalo en este Trazo de Kalamos, o hasta el Índico-Pacífico y más allá como también muestro en este Trazo de Kalamos, pero también en la posición del eje de la construcción del gran bloque, como se puede concluir de la lectura de este texto y de los dos textos que acabo de recomendar su lectura, de hecho es imprescindible, para comprender. Efectivamente, las palabras de Biden, que en el fondo encajan con la posición de Emmanuel Macron anunciando quizás hacia dónde se mueve la reforma de la OTAN, y sí que podrían ser una salida para el realismo.

El presidente Biden está, por el momento fracasando en unir al país, y a los intereses de su establishment, vamos a ser claros. Particularmente se ha manifestado en el anuncio de su voto en sentido negativo del senador demócrata de Virginia Occidental, Joe Manchin III que bloquearía el plan de 1,7 billones de dólares para cuestiones sociales y transformación económica. El senador rompe la igualdad en 50 senadores que resuelve el voto de calidad de la Vicepresidenta. El Estado de Virginia Occidental, y la persona de Joe Machin III, se hallan muy vinculados a una economía que su descarbonización sería un duro varapalo para el empleo. De hecho, en el Estado de Virgina Occidental Trump sacó alrededor del 70% de los sufragios por ese motivo. Biden está obligado a buscar soluciones, en la línea que también se mueve Europa, de aunar gas y energía atómica de fusión nuclear, pues ambas energías son clave para la Revolución Industrial 4.0, y China parte con ciertas ventajas que no se pueden obviar. De ahí el movimiento en el seno de la Unión Europea, cosa que favorece, todavía más, a Francia. De ahí el afán, realmente, de contener a Francia por parte de Berlín con la energía nuclear. En definitiva, se anuncia un gran pacto dentro del establishment norteamericano y entre los establishments norteamericano, europeo, árabe... ¿ruso y turco? A lo que hay que añadir a Japón, Taiwán, Corea del Sur...

La imposibilidad de intervenir militarmente en defensa de Ucrania es manifiesta a nivel estratégico (ya lo he explicado más arriba, para los dos eventuales contendientes en estas circunstancias), y evidente a nivel político (hay varias perspectivas dentro de la OTAN... y está la formación del Gran Juego de nuevo, y es contra China, y subrayo contra China. Rusia es un lanzador tremendo, y la frontera con Corea del Norte, y la posibilidad de atrapar a la península entera de Corea junto al Extremo Oriente ruso es tentador para India, Japón, Corea del Sur, Taiwán, China, Estados Unidos, la Unión Europea, la propia Rusia, etcétera).

Y hablando de la India, nos olvidamos de cómo se inició la fase de conversaciones. Con Rusia e India avanzando en un acuerdo que les conecte más entre ellos. Sumémosle que India persigue equilibrar a Estados Unidos, pero piensa en China, al igual que Rusia (recordemos que China está devorando todas las iniciativas rusas, no importa dónde se desarrollen). El tablero se ha hecho global: y hace décadas que el Extremo Oriente e India juegan en él, lo quieran o no lo quieran, les convenga o no les convenga. India está en proceso de desplegar la primera de cinco baterías de misiles tierra-aire S-400 ordenadas a Rusia en 2018. India no está muy dispuesta a comprometer su seguridad nacional solo para complacer a Washington. Y no teme a posibles sanciones, que por otra parte no las habrá, porque Delhi se ha convertido en un aliado fundamental de las estrategias geopolíticas americanas para contener los objetivos expansionistas chinos en el Indo-Pacífico, y el desarrollo de India implica que esos recursos no vayan a China, al igual que los recursos que vayan a Europa tampoco irán a los chinos, y los que vayan a Estados Unidos... pues tampoco. Y el desarrollo de Rusia también implicaría que esos recursos se quedarán en Rusia y no fueran a China. De todo ello hablamos en este Trazo de Kalamos que hay que leer para comprender a cabalidad lo que está pasando, y los diferentes escenarios que tiene lo que estamos viendo.

La respuesta, que pueden ver en el siguiente enlace de Twitter, del presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, manifiesta varias cosas: desde querer transmitir una (falsa) sensación de calma, una exhortación desesperada y, de forma implícita, una acusación a Occidente:

Francia y España se mueven hacia la región

Tal y como informa El País, del que cito en su literalidad:

"España ha ofrecido el envío de cazabombarderos del Ejército del Aire a Bulgaria, como parte del despliegue disuasorio de la OTAN en el este de Europa, y ha adelantado a la próxima semana la incorporación de la fragata Blas de Lezo a la flota permanente aliada que patrullará el mar Negro en un momento de máxima tensión con Rusia por la amenaza de invasión sobre Ucrania. La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha ratificado este jueves el compromiso de España con la Alianza Atlántica, pero ha apostado por la “desescalada” y por una salida diplomática para la actual crisis.
El Ejército del Aire ya desplegó en febrero de 2021 seis Eurofighter en la base aérea de Mihail Kogalniceanu, en las proximidades de la localidad de Constanza (Rumania), desde donde realizaron patrullas de vigilancia en el mar Negro y este año, el Estado Mayor de la Defensa ha ofrecido repetir la misión en Bulgaria, si se resuelven los problemas logísticos que acarrea la operación. El despliegue sería paralelo al que, por novena vez, cazas españoles realizarán a partir de primavera y durante cuatro meses en Lituania, para proteger el espacio aéreo de las repúblicas bálticas de eventuales incursiones rusas.
Además, el Ministerio de Defensa ha adelantado a la próxima semana la incorporación de la fragata Blas de Lezo a la flota permanente de la OTAN (SNMG-2), que navegará por el Mediterráneo oriental y el mar Negro. Estaba previsto que la Blas de Lezo, una de las fragatas más modernas de la Armada española, con base en Ferrol (A Coruña) y 215 marineros a bordo, se incorporase en las próximas semanas a la operación aliada pero, ante la tensión con Rusia, la OTAN ha decidido tener todas sus fuerzas permanentes al completo y no a medio gas como es habitual. El buque de acción marítima (BAM) Meteoro ya zarpó el pasado lunes desde el arsenal de Las Palmas (Gran Canaria) para mandar, durante los próximos seis meses, la flota de medidas contraminas de la OTAN (SNMCMG-2), que también tiene previsto operar en el Mediterráneo oriental y el mar Negro."

Es decir, que como pueden ver, la presencia de España, que partió del Báltico y siguió dirección sur, a medida que se iba solidificando la línea trazada por los estrategas del Atlántico, y Rusia hacía sus respectivos movimientos para trazar y solidificar su respectiva línea. Esto no va de soberanías, va de la configuración de espacios para la gran competencia de bloques que han de definir una nueva hegemonía global.

Seguimos con Francia, que además de reforzar la línea entre Rumanía y Bulgaria, se mueve en la formación del gran espacio.

De esta forma, el presidente Emmanuel Macron ha expresado públicamente la disposición de Francia a desplegar tropas en Rumanía dentro del marco de la OTAN y estaría dirigida a integrar el dispositivo defensivo de Bucarest.

El presidente de Rumanía, Klaus Iohannis, tal y como se puede ver en su Twitter acogía de inmediato la propuesta francesa:

Esta entente, que refuerza el ascenso de los latinos en la estructura que se avecina si se quiere competir (y ganar a China y a su megaespacio con sus mega-capacidades): recordemos el Acuerdo del Quirinal, el fracaso de la idea de Pedro Sánchez de contar con Alemania en el planteamiento que analizábamos el pasado 22 de diciembre de 2021 en la sección del Trazo de Kalamos y que ahora va a obligar a Sánchez a plantearse, cuenta con un eco muy interesante, y que nos retrotrae a Kojève y su propuesta de evolución de "Imperio Latino" que ya persiguiera en su día Napoleón III. Muy brevemente, nos centramos en el proyecto geopolítico propuesto por Alexandre Kojève al general Charles de Gaulle en agosto de 1945, tras el final de la Segunda Guerra Mundial en Europa. El razonamiento del filósofo-estratega francés de origen ruso parte de un supuesto: si Francia quiere contar en la competencia mundial entre los gigantes surgidos del conflicto -Estados Unidos y la Unión Soviética- tendrá que convertirse en el país fundador núcleo de una alianza entre pueblos emparentados por numerosos lazos de diferente calidad y orden, con la fuente de latinidad identificada en la Ciudad del Vaticano.

Kojève se proyecta en los espacios de Italia y España, vecinos inmediatos de Francia y con sus lenguas extendidas por el mundo. La idea era haber conformado el tercer polo en el desafío entre la potencia anglosajona y la ruso-soviética.

A ello hay que sumar Portugal y Rumanía, para cerrar la corona, pero el general de Gaulle lo desestimó por la disparidad en el desarrollo y condiciones que se daban en ese momento, cosa que paradójicamente no ahora, a lo que se ha añadido a Grecia y la proyección hacia Chipre, con un recalibrado en África inminente.

Es preciso señalar que este planteamiento no cuestiona directamente al invitado de piedra: la Rusia de Vladimir Putin, es más un concepto o una categoría que otra cosa, un motor... pero al que se podría sumar. A diferencia del momento en que se planteó esta cuestión por Kojève, no se trataría de oponerse a Estados Unidos, se trataría de formar el gran espacio con Estados Unidos... y otros diferentes pilares sobre los que levantar; con lo que es preciso cohesionar, lanzar, administrar... De ahí que en el fondo se sugiere que la Federación de Rusia constituye una amenaza para la seguridad de la OTAN y, en particular, de los países miembros del Este, de la misma manera que Turquía ha servido como mismo concepto, aunque ahora está encajando... y apunta a que va a encajar bastante bien, como veremos más abajo y para finalizar. Como suele recordar el ministro rumano de Asuntos Exteriores, Bogdan Aurescu (antiguo asesor personal del presidente Iohannis), la zona del mar Negro y los Balcanes constituye el eslabón débil de toda la Alianza Atlántica, que no está en Marruecos realmente y en términos absolutos, salvo por el juego de China, el resto es buscar posiciones de encaje y negociación. Es por eso que la diplomacia de Bucarest se esfuerza en todos los foros occidentales importantes (OTAN, UE, Iniciativa de los Tres Mares) para insistir en la necesidad de fortalecer militar y logísticamente el segmento sur del frente oriental... pero también para cohesionar el gran espacio.

El creciente peso negociador de Rumanía, que hasta ahora se ha venido desempeñando de pivote estratégico de Estados Unidos y que con Francia, Italia, España etcétera va a adquirir como conjunto el peso de ser como un grupo central de una nueva Europa en forma de uno de los grandes pilares de la nueva hegemonía que se está fraguando.

La propuesta de Macron de desplegar implica tanto costes como los riesgos relativamente bajos. Si se diese una muy improbable invasión rusa a Ucrania, por los motivos que he señalado ya aquí, la agresión contra Rumania, como también se puede observar por lo dicho y por los textos que aconsejo leer, además de la geografía física, sería muy poco probable. Rusia no pasaría más allá de la margen izquierda del río Nistru/Dniéster, porque ni la Besarabia ni el norte de Bucovina son considerados por Moscú como parte integral de la esfera del mundo ruso, de hecho la posición en la Transnistria es una posición avanzada estratégica, ya que son en verdad zona de la România Mare (Gran Rumanía), pero no cuentan con recursos naturales o con industrias que resulten del interés de Moscú, además de perder la ventaja con la que cuentan de mantenerse en la Transnistria y no pasar más allá, porque estaría Rusia invadiendo el espacio estratégico estadounidense, acercándose descaradamente y manu militari al delta del Danubio, cosa que generaría la reacción en cadena por la que Rumanía debería ocupar, lo quisiera o no, Budjak o Besarabia con la finalidad de mantener a distancia la amenaza rusa, y esto haría que saltasen los mecanismos de seguridad que mantienen controladas las fricciones que nunca cesaron entre Kiev y Bucarest, y que se manifestaron en la Guerra de la Transnistria. Y por último, si Rusia lo hace, pasa la línea del eje Kaliningrado-Tiraspol y eso le perjudica en sus negociaciones con Washington (y París, Londres, Roma... y Madrid).

En esta línea trataría de cerrar acuerdos similares, y de interés para ambas partes realmente, al estilo de los de Francia y Grecia, por ejemplo en cuanto a corbetas y fragatas, y París reforzaría su presencia en el programa rumano de drones... junto a británicos y desde luego, Israel... y de nuevo he de recurrir a un Trazo de Kalamos reciente para que comprendamos la cuestión del gran encaje y cómo se podría estar dando.

El pasado 21 de julio de 2021 el portal Defense Romania explicaba que se había firmado el Memorando entre la joint venture británica U-TacS (las secciones británicas de la israelí Elbit y la francesa Thales) y la rumana Aerostar para la creación del consorcio Watchkeeper. El acuerdo prevé la construcción de modernos drones tácticos y las correspondientes estaciones operativas móviles en la planta de Bacău (Moldavia rumana). El Instituto Nacional de Investigaciones Aeroespaciales de Rumanía también participa en el nuevo cártel.

El sistema Watchkeeper X es una derivación del formidable UAV israelí Hermes 450 y se desarrolló de acuerdo con los estándares de la Alianza Atlántica. También ya se ha probado ampliamente en Afganistán. Será la Royal Army quien capacitará al personal rumano.

Las dos principales compañías de defensa, la israelí Elbit y la francesa Thales eligen no competir, sino cooperar para apoderarse del prometedor mercado rumano de drones, presionando al mismo tiempo para reducir el costo unitario de los sofisticados sistemas de armas. Está en juego el monopolio de los aviones teledirigidos (UAV) en Europa, mientras Alemania no sabe exactamente qué hace.

La iniciativa no solo tiene alcance geoeconómico, sino también profundidad geoestratégica. Israel pretendía contener el activismo de Turquía y buscar un acuerdo con ello al evitar que su Bayraktar Tb2 se convirtiese en la primera opción de las fuerzas aéreas de la OTAN (e Israel lo ha conseguido, como se verá más abajo). También sirve para obtener una ruta preferencial para la recopilación e intercambio de información con Bucarest sobre las actividades en la zona balcánica-eusina.

También es una forma de tener acceso privilegiado a las tierras raras de los Cárpatos, y en la costa Eusina se suma la explotación de los yacimientos de hidrocarburos, y todo para apoyar una política de renovación industrial de Rumanía y encuadrarla en la ya mencionada de Francia que desarrolla ya para sí y la que proyecta para toda Europa, fijando una suerte de modelo de lo que se puede desarrollar en España pues los recursos de España son simplemente clave y totalmente extraordinarios, como ya he señalado, dada su formación geológica.

Los elementos esenciales de la tecnología militar moderna volverán a explotarse en suelo rumano en un futuro próximo. Acercar la producción a los lugares de extracción implica el acortamiento eficiente de la cadena de suministro, pero también producía un obstáculo para las empresas de defensa turcas, que veían de este modo las escasas materias primas dirigidas al mercado interno de Rumanía, cosa que ha llevado a Turquía a cambiar su perfil y encaje, como veremos más abajo.

Desde el punto de vista rumano, Bucarest estará feliz de equiparse con drones óptimos para monitorear el turbulento mar Negro. Y de suscitar en terceros países como el Reino Unido la idea de transferir parte de la producción de componentes al sur de Rusia, tales como cazas de quinta generación (F-35) y sexta generación (Tempest).

En definitiva Rumanía hace gala de su legado latino de varias formas, cosa que se manifiesta en el conjunto de la latinidad a través de Roma, y por supuesto Italia, a través de España pues entre otras cosas, en el himno nacional Deșteaptă-te, române! (¡Despiértate, rumano/romano!) se menciona al emperador romano Trajano, de los diferentes y muy relevantes que produjo Hispania/España; y, desde luego, está Francia: Bucarest, con más de dos millones de habitantes, es llamada y con razón "Micul París", pequeña París. Francia fue la nación que más inspiró a Rumanía en el propósito de forjar un estado moderno: constitución, centralismo, divisiones administrativas, amplios bulevares, bandera tricolor, una vida cultural rica y muy activa...

Por cierto, tal y como analizamos en el documento dividido en tres partes sobre la presidencia de turno de Francia, los Balcanes no sólo están en la agenda: cuentan con un peso determinante.

Y cerramos el análisis con Turquía

Llegamos al final del análisis para tratar de desentrañar qué podríamos estar viendo. Y lo tenemos que hacer con Turquía, ¿por qué? Se trata de un elemento fundamental y que juega un papel que le concierne especialmente no ya sólo en el mar Negro, también en Oriente Medio, el Norte de África, etcétera.

Empezamos por situar la cuestión del encaje y el papel de Turquía con el anuncio del presidente Erdoğan, y lo hacemos con este tweet con su correspondiente noticia enlazada:

Es decir, que Turquía juega un papel, como en la crisis de los misiles de Cuba, para reconducir la situación, y es bienvenido por Rusia. Recordemos que Turquía busca afianzarse como pilar en Asia Central... pero mirando a Washington y a la Unión Europea, y recordemos también que Turquía ha alcanzado acuerdos con Ucrania para la producción de drones. Si leemos la noticia que enlazo en Twitter sobre la visita de Erdoğan a Ucrania, con la bendición de Rusia, vemos en sus motivos que lo hace como parte de la OTAN, en el encaje de Occidente, y recalca sus acuerdos de cooperación y sus aspiraciones de ampliarlos con Reino Unido, una de las tres patas: Washington, París y Londres. Esto hace que pensemos aún más en la naturaleza de los acuerdos y cuál sería exactamente el papel asignado a Ucrania, que no es tan simple, tan de blanco o negro, como podríamos pensar.

El siguiente elemento que refuerza la cuestión viene dado por lo que nos hacíamos eco desde el Twitter del Instituto Symposium:

A esto le añadimos lo que anticipábamos el 26 de noviembre de 2021 en el Trazo de Kalamos y la forma en que se define un gran espacio y con los diferentes pactos y factores, entre otros de Turquía con Emiratos Árabes Unidos, y que han tomado forma en fecha reciente, pues como vemos, ambos países, nos informa el Financial Times, han llegado a un acuerdo que prevé un intercambio de divisas por un valor aproximado de 5.000 millones de dólares, confirmándose el deshielo entre ambos países, que desde hace cerca de una década se encuentran en lados opuestos de la barricada, en concreto desde el golpe de Estado contra Morsi en Egipto (no deseado por Ankara, pero celebrado por Abu Dhabi) pasando por la guerra en Libia o bien el aislamiento diplomático de Qatar, tramado por los saudíes, implementado también por los emiratíes y combatido por los turcos, y que también se está corrigiendo. Estos acontecimientos pueden repercutir desde Libia hasta el mar Rojo, áreas en las que también insisten los intereses de Francia, Italia, Rusia, Estados Unidos, la propia Turquía, Emiratos Árabes Unidos, Qatar... y otros actores, como son desde luego Israel, Irán, Grecia, Chipre... y la propia España, con la que también el presidente Erdoğan alcanzó un acuerdo con el primer ministro del gobierno de España, Pedro Sánchez, tal y como señalábamos aquí.

A esto hay que sumar la cooperación en aguas del mar Negro de la que hablábamos recientemente en un Trazo de Kalamos, entre París y Ankara, que no es la única que merece señalarse, pues hay que reseñar la idea aireada en el G20 por el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan de desempeñar un papel "positivo" en el desarrollo de los sistemas de misiles Samp-T, un proyecto franco-italiano y que también tiene un peso interesante en la ecuación. El que las fuerzas armadas de París y Ankara señalen de diferentes formas y a varios niveles su respectiva disposición a mantener abierto el diálogo a pesar de las rivalidades franco-turcas entre el Mediterráneo, el norte de África y el Sahel es algo muy interesante, y no hace sino hacer pensar en que la cooperación de ambos en escenarios como Líbano y alrededor de Beirut, y como punta de lanza para contener a China en Siria y en la región MENA, dentro del encuadre estratégico y formación del gran espacio.

Y una reflexión final...

Y cierro este Trazo de Kalamos, sin lugar a dudas singular, con la siguiente reflexión: tras la crisis de los misiles de Cuba, con el papel jugado por Turquía, se alcanzó un statu quo... que pudo haber cambiado el mundo. La disensión llevada a cabo por Francia hacia la URSS por de Gaulle se condujo en forma de competencia contra Estados Unidos, con lo que esa carta se perdió; a continuación, Estados Unidos heredó la política de pactos y disensión del presidente de Gaulle, y Henry Kissinger como secretario de Estado de Nixon cerró un acuerdo de gran impacto con los soviéticos, pero la oposición liderada por Henry Jackson con Vanik, contra los acuerdos comerciales entre Washington y Moscú, una entente del establishment expresada en miembros de los partidos de poder de Estados Unidos hizo que descarrilase todo un trabajo liderado por Kissinger en la Administración Nixon... y con todo ello, no hicimos más que hacer crecer a China entre todos, y no hemos parado de hacerlo.

Si en el siglo XIX el Imperio británico ponía patas arriba el orden global destruyendo las matrices india y china, y con esta última favoreciendo el colapso de una estructura jerárquica de poder en la región alrededor de China y su aspecto civilizatorio-moral, creando o bien impulsando movimientos culturales-morales-filosóficos hacia la región sobre la que se constituye en el "Imperio del Centro", con un escalafón de poderes alrededor de los cuales giraban Japón, Corea, Vietnam, etcétera. El Imperio británico acabó con este modelo desarticulándolo y dominando la región en un sentido comercial como elemento definitivo y definitorio de lo que supuso su hegemonía. A su vez, su hegemonía comportó dos cosas: un vacío de poder y cuestionamiento de la jerarquía milenaria en la región que un Japón humillado aprovechó para lanzar un imperialismo al estilo de Occidente pero hilvanándolo en la tradición regional como elemento justificativo y acabó dando forma al lema "Asia para los asiáticos"; el segundo elemento que creó el Imperio británico, de impacto hasta nuestros días fue la diáspora china. Cuando el Imperio británico perdió la hegemonía en Asia oriental Japón ascendió pretendiendo reunir el todo alrededor suyo con el retador norteamericano: lección ya imborrable, desde que el Imperio británico asestó aquel duro golpe sobre India y China el mundo cambió para siempre, y lo que mantuvo a Asia protegida de los ciclos de hegemonía de Europa Occidental... ese factor se acabó por siempre jamás, y ya jugó un papel creciente en la Primera y, ante todo, la segunda Guerra Mundial.

Estados Unidos, como sustituto en la región de la hegemonía occidental del Imperio británico quiso dominar el escenario no sobre la base del comercio, relegándolo a los aliados locales: Japón, Corea del Sur, Taiwán y Filipinas, sino lo pretendió hacer sobre las armas, dado la preeminencia del aparato industrial-militar, y así lo intentó en competencia con la Unión Soviética una vez se expulsó de la región a británicos y franceses ante todo, en las décadas de 1950 y 1960.

Lo llamativo es que ambas superpotencias militar-industriales y neokantianas sufrieron severas derrotas en este escenario del mundo, si Estados Unidos sacó algunas ventajas en la guerra (Corea y su partición) y mediante golpes de Estado en la región, como el de Indonesia de 1965 contra Sukarno con los que imponer las ideas de la escuela hermana de Chicago, la escuela de Berkeley, mediante la dictadura del general Suharto, en los años 70 le llegó la derrota, humillante, en Vietnam, y de ello intentó sacar partido la URSS, pero perdió el control de la República Popular de China. Sin embargo, en años 80 las tornas se giraron, y ahora era Estados Unidos el que sacó ventaja bloqueando el acceso de una potencial esfera pro-soviética en Irán, controlando mediante la doctrina Carter el Golfo Pérsico, y estableciendo el "Green Belt" en el flanco sur de la URSS que cristalizó en la derrota soviética en Afganistán, el propio Irán y su juego de antipoder con Irak y con Arabia Saudita, y el golpe de Estado en Turquía del general Kenan Evren y el establecimiento de la síntesis turco-islámica, mientras India se contenía con el mundo islámico en la región a través de Pakistán.

El otro hecho clave para comprender la región y sus juegos estratégicos y de hegemonía viene de la mano del hecho de que aproximadamente 1970 es el momento en que se agravan las constricciones económicas sobre la libertad de las dos superpotencias neokantianas y con un fuerte aparato industrial-militar, aunque fue devastador para la URSS, tampoco favoreció, todo lo contrario en este aspecto a Estados Unidos, siendo realmente en las finanzas y en su gran expansión el elemento clave que permitió ganar a Estados Unidos.

En estas dinámicas lo que una superpotencia ganaba a la otra, económicamente más que políticamente, no permitía compensar las pérdidas de carácter conjunto de ambas en relación con el mundo extra-occidental, siendo Asia oriental y su ascenso el elemento más claro de este proceso al formarse como el centro más dinámico de los procesos de acumulación de capitales a escala global, conformándose en el verdadero elemento constituyente de la fase de inicio de la transición de hegemonía y de la forma que tomará la siguiente hegemonía más allá de la estadounidense en un grado mucho más importante que la caída del Imperio soviético, que ha mutado hacia otras formas y se centra en lo energético como gran estrategia en tres direcciones: Unión Europea, India, China (y buscará ampliar hacia Japón... si les es posible, sin quitarle ojo a Corea).

Este escenario se empieza a configurar y predeterminar con los acontecimientos que implicaron dificultades para Estados Unidos a la hora de intentar imponer el orden de la Guerra Fría en esta región del mundo. La derrota del Imperio japonés, matizada inmediatamente después por la victoria de Mao en la China continental dejaron a la potencia hegemónica occidental, que en ese momento estaba construyendo su hegemonía, Estados Unidos, y a la República Popular de China enfrentadas en una lucha por la centralidad de la región. En un primer momento, la entrada de Estados Unidos en el conflicto de Corea sirve para imponer en una medida más amplia la hegemonía en la región por parte de Estados Unidos, con la configuración de dos bloques antagónicos, cosa que creó un régimen vertical de Estados Unidos, que se consolidó rápidamente usando tratados de defensa de carácter bilateral con Japón, Corea del Sur, Taiwán y Filipinas, con lo que contenían el régimen de corona alrededor de China, y con los franceses en la Indochina la contención a China estaba hecha, y todo ello dirigido por un departamento de Estado de Estados Unidos que dirigía realmente a los ministerios de asuntos exteriores de Japón, Corea del Sur, Taiwán y Filipinas.

La interpenetración de las relaciones tributarias y comerciales, reforzadas por la presencia en la zona, e incluso las guerras, favoreció este esquema con un centro imperial cuya economía doméstica era desproporcionadamente más grande que la de sus vasallos, siendo una réplica del sistema sinocéntrico milenario: es decir, Estados Unidos se disfrazó de China Imperial y lo hizo mediante la guerra y las armas, dejando el comercio y la búsqueda de beneficio a los vasallos.

Japón es el elemento central de esta corona, entonces y ahora. A partir de ahí, el pacto entre la República Popular de China, el dinero de las diáspora china y otros factores impulsaron la economía china, que contaba con medios pero no con el combustible para arrancar. En esta división internacional del trabajo, Estados Unidos pensó en convertir a China en el Raj Británico 2.0, pero China escapó de esa trampa. Al crecer las capacidades de Japón lo hizo en aquel contexto y dada su ubicación y capacidades en un sentido retador, proponiéndose en el "centro" en los años 80 y 90. Su derrota en los semiconductores y otros aspectos hizo que Taiwán, con la que Japón está muy unida, al igual que con Corea del Sur por lo que hemos dicho de sus relaciones comerciales bajo el modelo de imitación sinocéntrica de Estados Unidos, ganará un peso determinante, que se ve reforzado por las capacidades muy destacadas de Corea del Sur, también en el campo de los semiconductores.

En definitiva, China sabe que el camino a la hegemonía y al completo giro de retorno al sistema sinocéntrico pasa, ante todo por Taiwán, por su centralidad en el campo de los semiconductores, entre otros aspectos, sin descuidar a Corea del Sur, que es otro elemento. Pero si Beijing quiere a Tokio, y Tokio se refuerza en sus posiciones y bazas, el camino pasa ante todo por Taiwán... pero no puede descuidar a Seúl. En definitiva, el elemento de la centralidad de la jerarquía en el espacio chino, que es muchísimo más amplio que la propia China y Taiwán, y que incluye a Filipinas y otros elementos en la contención, como es también el caso de Indonesia (cosa que nos lleva al otro conector y gran espacio económico: "el mundo musulmán", junto a India), y a todo ello queda unida Europa.

Bien, el elemento clave para Europa es, como poder federado, contar con una estrategia en la región que lea en la clave correcta todos estos elementos, y amparándose en un euro como unión monetaria, fiscal y bancaria y los eurobonos, lanzar nuestra propia tecnología y poder militar, para enlazar con el eje milenario de la gran región y los tres motores de Asia: el espacio musulmán (que incluye a Indonesia), India y el espacio sinocéntrico milenario. No es casualidad que si unimos todo, tenemos los ocho principales cuellos de botella del mundo.

Hasta aquí el Trazo de Kalamos de hoy, que deviene de observación, análisis minucioso y seguimiento de los sucesos que acontezcan en los próximos años más inmediatos para observar cómo se configuran los bloques, quién queda con quién y cómo se desencadena la más feroz competencia por el dominio global.