El pasado martes 31 de mayo de 2022 dediqué mi comentario en la sección "El Trazo de Kalamos" a señalar cómo Rusia había estado preparando una acción dentro de su panoplia de Soft Power, energía, y guerra económica, y cómo se debía leer en el contexto más amplio de la guerra en Ucrania, la ampliación de la OTAN y posibles futuras acciones en la ofensiva rusa, dada su visión de las cosas. Resulta imprescindible repasarlo.

Así, el pasado 6 de junio de 2022 la agencia TASS recogía en un artículo que el ministro de Relaciones Exteriores de la Federación de Rusia, el señor Sergey Lavrov, hacía declaraciones en las que "criticó la decisión de algunos países de la OTAN de no permitir que su avión visite Serbia como sin precedentes". Estos países son Bulgaria, Macedonia del Norte y Montenegro... y se da adicionalmente la circunstancia de que Serbia no cuenta ahora con una salida al Mar Adriático.

"No vamos a andarnos por las ramas aquí. Esta es otra demostración muy clara e instructiva de hasta qué punto la OTAN y la UE pueden llegar a usar las formas más vulgares para influir en aquellos que se guían por los intereses nacionales y no están dispuestos a sacrificar sus principios, su dignidad en favor de las mismas reglas que impone Occidente en lugar del derecho internacional", añadía Lavrov, de acuerdo con las declaraciones que se recogen en la agencia TASS.

Con ello define la Federación de Rusia uno de los elementos clave, en gran parte compartidos por la estrategia de China, particularmente en la frase "aquellos que se guían por los intereses nacionales y no están dispuestos a sacrificar sus principios". Es decir, que estamos ante el posicionamiento de la reacción a la acción liberal; se trata de "soberanismo" usado como elemento de propaganda (porque es insostenible hoy día para prácticamente todos) versus cosmopolitismo, y como tal, la forma de construir elementos eficaces para contener otros propósitos espurios, en una pugna que he tratado en diferentes aspectos en este documento.

Estamos pues ante la contención de Rusia y el intento de establecer medidas de prevención respecto al escenario que se podría dar, y que anticipaba en mi anterior comentario. Por tal motivo, estos tres países, que son miembros de la OTAN, Bulgaria, Macedonia del Norte y Montenegro, han tomado esta decisión, también en interés de tratar de controlar una gran inestabilización de la región, aunque llegado el caso, va a ser muy complicado.

Sin embargo, la operación de contención y aislamiento a Rusia sólo tiene cierto éxito en su totalidad en Europa, las votaciones de los países miembros en el marco de la ONU sobre la guerra de Ucrania, por sus distintos motivos, lo ejemplifican. Es decir, los líderes rusos no son declarados personae non gratae en todos los rincones del mundo, y con ello se traza una línea divisoria y unos marcos de apoyo y seguridad para ciertos aliados en las élites de Rusia y China. De hecho, la intención de Lavrov en Belgrado era demostrar precisamente eso, y preparar movimientos complejos en el plano estratégico y táctico.

Un ejemplo destacado de lo que estoy mencionando, y que debe verse dentro de una suerte de "gran cola de pescado", que partiría en el Canal de Panamá, pasaría por el espacio GIUK para ir a entrar en el Estrecho de Gibraltar, asumir allí los 13 cuellos de botella y el espacio estratégico de los Cinco Mares de Rusia, saldría a unirse al Indo-Pacífico, para girar en Oceanía y volver abarcando la otra parte del espacio llamémosle "sur" en África y en el Atlántico en su camino de retorno por la vía que hemos seguido; y este ejemplo sería el de Indonesia, que ha invitado a Putin a asistir a la cumbre del G20 prevista en el archipiélago en noviembre.

En el plano estratégico, resulta poco probable que la no visita a Belgrado de Lavrov evite que los rusos agiten la inestabilidad en los Balcanes. De hecho, la semana que viene, el 17 de junio de 2022, se espera en Moscú a Milorad Dodik, el presidente de la República Srpska y líder secesionista de los serbios, una de las dos entidades de Bosnia-Herzegovina, que caracteriza su viaje como necesario para garantizar la "estabilidad" local, que podría estar anunciando la inestabilidad futura en los Balcanes en un marco estratégico más amplio por parte de Rusia.

Como prueba de los temores internacionales sobre la resistencia de Bosnia, el Tesoro estadounidense sancionó el pasado día 6 de junio de 2022 al presidente de la Federación de Bosnia y Herzegovina, Marinko Cavara, por inducir deliberadamente un estancamiento institucional y al ministro de Salud y Bienestar Social de la República Srpska, Alen Seranic, acusado de preparar la secesión del ente de la República Srpska, por no hablar de las sanciones al propio Dodik por parte de la administración estadounidense por socavar los esfuerzos de paz y el Estado de Derecho, siendo fundamental para que Bosnia y Herzegovina no se uniera a las sanciones internacionales contra Moscú.

En repetidas ocasiones ha hecho amenazas secesionistas durante la última década para sacar a la "República de los Serbios de Bosnia" de Bosnia y Herzegovina y recientemente ha pedido  una ruptura pacífica de Bosnia y Herzegovina.

El lunes (6 de junio) se citó a Dodik diciendo que la guerra en Ucrania retrasó la secesión de la República Srpska de Bosnia y Herzegovina.

El cambio de las condiciones políticas causado por la guerra en Ucrania provocó un retraso, ya que el plan secesionista no se descartó, solo se retrasó, dijo Dodik durante la sesión parlamentaria a la que llamó para reunir apoyo contra la imposición de sanciones de Bosnia a Rusia por su invasión de Ucrania.

“Es por eso que detuvimos la realización de nuestras conclusiones relacionadas con la retirada (de los serbobosnios de)... las autoridades estatales”, dijo Dodik.

Dodik dijo que la República serbia de Bosnia quería "mantener la neutralidad" cuando se trataba de Rusia y Ucrania y estaba en contra de las sanciones contra Rusia, haciéndose eco de la postura de su patrocinador Serbia, el único país europeo que se ha negado a imponer sanciones en un estudiado movimiento táctico unido a la ofensiva de Moscú sobre Serbia.

Y es que, con el apoyo de Vladímir Putin, Milorad Dodik ha iniciado efectivamente la secesión de la República Srpska de Bosnia y Herzegovina, y que cabe ver dentro de la pugna entre Rusia y China, por un lado, y Estados Unidos y la Unión Europea, por el otro, con respecto a los Balcanes Occidentales, de lo que ya hablamos abordando el caso concreto de Albania hace unos meses en esta misma sección del Instituto Symposium, precisamente en estos instantes en los que se cumplen treinta años del inicio del sitio de Sarajevo, en concreto el pasado 6 de abril de 2022, y se amenaza con hacer añicos al legado dejado por la administración Clinton en Dayton en 1995.

A principios de noviembre, el Alto Representante de las Naciones Unidas, Christian Schmidt, advertía sobre el peligro de desintegración de la confederación serbocroata-musulmana, calificando de "real" el riesgo de que se retomase el conflicto interétnico que asolaba la ex república yugoslava en la década de 1990. Esta advertencia recogía aquella otra expuesta en la carta enviada por el ministro de Relaciones Exteriores de Bosnia, Bisera Turković, a los secretarios generales de las Naciones Unidas y la OTAN y a los ministros de Relaciones Exteriores de los países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU y la Unión Europea.

La campaña secesionista que fue lanzada por el miembro serbio de la presidencia tripartita, Milorad Dodik, como reacción a la reforma del código penal promulgada por el predecesor de Schmidt, el cual introdujo penas de prisión de hasta cinco años para quienes nieguen el genocidio de Srebrenica o glorifiquen los crímenes de guerra cometidos entre 1992 y 1995. La presidencia tripartita de Bosnia tiene tres miembros, que representan a los serbios ortodoxos, los croatas católicos y los musulmanes bosnios, y es el comandante de las fuerzas armadas del país. Zeljko Komsic, el miembro croata de la presidencia, atacó los comentarios de Dodik, calificándolos de "un acto criminal de rebelión".

El elemento principal a tener en cuenta y que viene dado por el escenario en Ucrania y sus consecuencias, parte de la escalada en los últimos meses a la acostumbrada belicosa retórica separatista de Dodik, pero a lo que, a diferencia de otros momentos, le han seguido acciones concretas que parecen configurar una estrategia encaminada a conseguir la secesión por grados, mediante la imposición de una serie de "hechos consumados" que la hacen inevitable en un determinado momento, siguiendo el modelo ruso, tal y como traté aquí.

A principios de octubre de 2021 Dodik anunció que el poder judicial, las fuerzas de seguridad y las agencias de inteligencia bosnias serían expulsados ​​del territorio de la República Srpska y reemplazados por instituciones similares pero de la República Srpska. El siguiente paso podría ser la retirada de la República de Srpska del ejército federal y la (re) constitución de las fuerzas militares serbobosnias. Este movimiento ya se anunció por el mismo Dodik en la rueda de prensa del 14 de octubre de 2021, en una fecha por consiguiente posterior a la reunión con los embajadores de los países de la Unión Europea.

El 20 de octubre la asamblea de la entidad serbia aprobó una disposición que establece su propia agencia para la adquisición de medicamentos, lo que corroboraba las amenazas separatistas de Dodik en términos formales por primera vez. A su vez, Dodik se refería abiertamente a los "amigos" que acudirían en ayuda de los serbios en caso de intervención occidental. Citando también el precedente de Eslovenia, que en 1992 se independizó de Yugoslavia con el uso de la fuerza; a esto añadiríamos que inmediatamente fundamentando su retórica con los ejercicios antiterroristas realizados el 22 de octubre por la policía serbobosnia en la zona del monte Jahorina, desde los cuales francotiradores y artillería serbia atacaron a civiles de Sarajevo durante la guerra de 1992-1995.

El 10 de febrero de 2022, los parlamentarios serbios de Bosnia elevaron aún más el nivel del desafío al votar a favor de un proyecto de ley, que se convertirá antes del 10 de mayo, que establece un sistema judicial paralelo al central.

De modo que la retórica separatista de Dodik, como se puede ver, no es nada nuevo, pero esta vez sus ambiciones parecen contar con el pleno apoyo de Rusia. Una manifestación evidente de dicho apoyo se ejemplifica en la escalada, que precisamente cobró impulso coincidiendo con la reunión en Belgrado con el canciller ruso Sergey Lavrov. Por otro lado, la referencia del expresidente de la República Srpska a "amigos" parecía entonces, en octubre de 2021 un indicio de la voluntad de Moscú de probar el terreno bosnio para probar la reacción de Washington, por supuesto el escenario actual iría en la dirección que ya señalé en el reciente Trazo de Kalamos, y que vuelvo a insistir en que debe ser repasado. Esto haría que se manifestase plenamente el riesgo de que Bosnia-Herzegovina se convierta en el epicentro balcánico del choque y apuesta estratégica de Rusia.

El 2 de diciembre de 2021, el líder serbobosnio fue recibido por Vladimir Putin, logrando de él el apoyo del presidente de Rusia en la disputa con los demás componentes constituyentes de la federación bosnia. Ocho días después de la visita de Dodik a Moscú, el parlamento de la República de Srpska inició formalmente el procedimiento de salida de las Fuerzas Armadas de Bosnia, los servicios de seguridad, el sistema fiscal y judicial, pidiendo la definición de una nueva constitución para la entidad serbia y declarando inconstitucionales las medidas adoptadas por el Alto Representante para Bosnia.

Por otro lado, el 28 de febrero de 2022 es decir, cuatro días después del inicio de la ofensiva rusa en Ucrania- Dodik y Sergey Lavrov, sostuvieron una conversación telefónica con el objetivo de definir los pasos necesarios para la implementación del acuerdo del 2 de diciembre de 2021, reiterando el compromiso conjunto de Moscú y los serbios de Bosnia para combatir los intentos de interpretar los acuerdos de Dayton a favor de la OTAN y la UE y en detrimento de la República Srpska. El acuerdo alcanzado en el Kremlin prevé también la construcción de un segundo tramo del gasoducto TurkStream entre Rača (en la frontera entre la República de Srpska y Serbia) y Banja Luka. Por no hablar de la forma en que se descarga un puñetazo sobre la visión liberal y global de Estados Unidos.

Además de Moscú y Belgrado, Zagreb también se podría hallar indirectamente entre los llamados "amigos" del líder serbio. ¿Sería una coincidencia que Dodik y su homólogo croata, Dragan Čović, se hubieran reunido en aquellas fechas de 2021 con el presidente croata Zoran Milanović y el presidente serbio Aleksandar Vučić, respectivamente? ¿Podría ponerse en juego un potencial eje, por otro lado natural llegado el caso, entre Belgrado y Zagreb? Pienso en la ambición de Croacia de favorecer el nacimiento de una entidad croata similar a la República Srpska, sobre la base del estancamiento de la reforma de la ley electoral, que por cierto, penaliza a los croatas de Bosnia, y que por consiguiente juega en el juego de los separatistas.

Tenemos también el papel de Turquía, que también debe verse en un escenario más amplio como el que estoy percibiendo y señalando en este documento y en este otro documento. Desde luego, Turquía se constituye en el protector del componente musulmán, y obviamente ya ha venido estableciendo sus posiciones, ya que el 2 de noviembre de 2021 Recep Tayyip Erdoğan recibió a Bakir Izetbegović, ex miembro bosnio del consejo presidencial y líder del principal partido musulmán, advirtiendo que Bosnia-Herzegovina se enfrenta a "la peor crisis desde el final de la guerra". Una muestra de que Ankara viene percibiendo las tensiones recientes para proyectar su retórica en los Balcanes, hilvanando con una percepción cada vez más compartida en el plano estratégico en lo que respecta a la amenaza rusa a sus agentes de proximidad.

De ahí que en mayo de 2018 Erdoğan escogiera a Sarajevo para dar comienzo a la campaña electoral para las elecciones presidenciales. Por otro lado, a principios de enero de 2014, cuando Erdoğan y su antiguo aliado Fethullah Gülen estaban peleando por eliminarse mutuamente, momento en que miles de musulmanes bosnios se reunieron en las principales mezquitas de Sarajevo para rezar en favor del entonces primer ministro turco, que ha invertido mucho en los últimos años en restaurar el mundo islámico con la referencia a la "Jerusalén de Europa", única ciudad mencionada dos veces por Erdogan en el clave "discurso del balcón" del 12 de junio de 2011.

No obstante, y pese a su importancia ineludible, el peso específico de Turquía en Bosnia y Herzegovina no se desprende de la relación privilegiada con el componente musulmán, sino de la capacidad de equilibrar este último con relaciones más que excelentes con los serbios de Bosnia y Serbia, siendo otro elemento con el que Turquía contaría para ganar peso en la nueva definición del espacio y la estrategia a seguir, la cual desea reafirmar negociando agresivamente con Finlandia y Suecia y su entrada en la OTAN.

De hecho, con motivo de su visita a Turquía en noviembre, Dodik se aseguró de dejar meridianamente claro que la intervención de Erdoğan es fundamental para resolver la cuestión bosnia de forma justa, a lo que añadió que el presidente turco "no haría nada que perjudicara a los serbios y croatas" y subrayando la importancia de las excelentes relaciones entre Ankara y Belgrado, que según el embajador serbio en Ankara están en pleno apogeo, tanto que hemos de señalar que en octubre de 2017, el presidente serbio Vučić llevó a todo el Consejo de Ministros a la pista del aeropuerto de Belgrado para extender una cordial bienvenida a Erdoğan, que aterrizaba justo a medianoche, a lo que hay que sumar una de las piezas de la influencia turca, ya que los serbios pretenden equiparse con los drones turcos Bayraktar TB2.

También he de dejar constancia que el 18 de enero de 2022, Erdoğan y Vučić habían alcanzado un principio de acuerdo para gestionar ambos el proceso de resolución de la crisis de Bosnia, aunque esto no excluye, ni mucho menos, que tanto Ankara como, en menor medida, Belgrado se posicionen en el centro del juego bosnio de una manera que podría ser acorde con otros intereses, de ahí la importancia de la jugada de Rusia que señalé en el reciente Trazo de Kalamos con respecto a Serbia y la forma en que Rusia habría intentado firmemente atraparla; jugada, por cierto, trenzada por parte de Rusia a la par que Turquía hacía lo propio.

Estados Unidos ha mantenido una postura respecto a lo que está sucediendo en Bosnia y Herzegovina que se ha visto totalmente superada; otro aspecto que viene a demostrar ciertos fallos en la retórica rusa, pues es una visión más propia de alguien que espera ciertos entendimientos y no un choque abierto. ¿Cómo lo sabemos? El enviado especial de Washington para los Balcanes Occidentales, Gabriel Escobar, se ha venido a limitar a establecer una propuesta de entrada de Sarajevo en la Unión Europea como solución a la crisis, cosa que ya podemos determinar ahora como una perspectiva poco realista a medio plazo.

Las posiciones de los europeos han venido siendo el resultado de una serie de elementos que hacen que al no contar con un mecanismo federal eficiente y que se pueda sostener en la Unión Europea acaben por resultar torpes, divididos e incluso contradictorios. En el debate del 6 de abril en el Bundestag, la ministra alemana de Asuntos Europeos, Anna Luhrmann, hizo una referencia explícita a la secesión de la República de Srpska, mientras que la ministra de Cooperación Económica, Svenja Schulze, pidió a la Comisión Europea que imponga sanciones a la entidad serbia. Medidas punitivas a las que el ministro húngaro de Asuntos Exteriores, Péter Szijjártó, en una visita a Mostar, ya había declarado su oposición el día anterior.

Y es que Viktor Orbán teje su telaraña en los Balcanes: subvenciona a los “partidos hermanos”, hace que hombres de confianza compren los medios de comunicación, sin olvidar movilizar a las minorías húngaras en Serbia y Rumanía, donde las transferencias de dinero público húngaro se dirigen hacia Transilvania. De hecho, la Revolución del Maidán en Ucrania y la guerra del Donbass todavía han acercado más a Rusia y Hungría, pues esta última también cuenta con reclamaciones de tipo irredentista en la Transcarpatia ucraniana, a lo que los ucranianos responden tradicionalmente con firmeza, creando una de las brechas sobre las que explotar las contradicciones.

Es en los Balcanes donde la influencia de Orbán se nota, desde el esloveno Janez Janša hasta el VMRO-DPMNE de Macedonia del Norte, pasando por la Bulgaria de Boïko Borissov (y sobre lo que Iliyana Kondareva aportaba este interesante análisis de lo que puede significar en este sentido la llegada de Petkov al poder); a esto hay que sumar la extrema derecha, euroescéptica y xenófoba "a la húngara" que seduce cada vez más, entra en competencia mal disimulada con Alemania, relativamente con Austria... y se superpone a la expansión de China, mientras Rusia también ha ido creando sus movimientos estratégicos. Es desde esta perspectiva desde la que debemos leer la defensa de Orbán de la integración inmediata de Serbia a la Unión Europea, donde hay minoría húngara e intereses de expansión.

Todo esto contribuye a la reafirmación del eje profundo que une Budapest y Banja Luka, y que se ha reafirmado, incluso públicamente, con motivo del encuentro a principios de noviembre de 2021 entre Viktor Orbán y Dodik en Laktaši, tras de lo cual, Orbán se autoproclamó como abogado defensor de los serbobosnios... y los bosniocroatas, a los que Szijjártó les recordó que pueden contar con el apoyo húngaro.

Una vez llegados a este punto, y leídas todas las referencias, pueden considerar la respuesta a la pregunta que venía formulada en el título de esta entrada.