Las Fuerzas Navales de Ataque y Apoyo de la OTAN (STRIKFORNATO) y la Sexta Flota de los Estados Unidos (SIXTHFLT) iniciaron la misión Neptune Strike 2022 dirigida por la OTAN desde el buque insignia de la Sexta Flota de Estados Unidos, el USS Mount Whitney (LCC 20), el pasado día 24 de enero, y está previsto que la actividad se prolongue hasta el próximo viernes 4 de febrero.

Neptune Strike 2022 pone de manifiesto la evolución natural de la capacidad de la OTAN para integrar las capacidades de guerra marítima de alta intensidad de un grupo de ataque de portaaviones para apoyar la defensa de la Alianza del Atlántico Norte. El Neptune Strike 2022 implica el traspaso largamente planificado del mando y control del USS Harry S. Truman Carrier Strike Group (CSG) de la Sexta Flota al STRIKFORNATO y a la Alianza en general. Y, a su vez, hemos de señalar, que denota una fuerte señal de unidad y preparación transatlántica.

Neptune Strike 2022 es la fase de ejecución de una larga serie de actividades conocidas como Proyecto Neptune, que se concibió en 2020, por lo que no debe buscarse ningún tipo de vínculo con la actualidad con Rusia. La actividad se centra en superar las complejidades de la integración del mando y control de un grupo de ataque de portaaviones en la OTAN. El grupo de ataque de portaaviones funcionará como la "pieza central" del ejercicio con la finalidad de promover la interoperabilidad entre aliados.

Las actividades anteriores de la serie Neptune han incluido ejercicios de mesa en el cuartel general de la Sexta Flota en Nápoles (Italia) el año pasado, y un embarque de STRIKFORNATO en 2021 a bordo del USS Mount Whitney denominado Neptune Challenge.

Neptune Challenge integró a los dos estados mayores a bordo del USS Mount Whitney en el mar Negro, además de desarrollar los procedimientos necesarios que permitieron el inicio con éxito de las operaciones de Neptune Strike.

La Sexta Flota, con sede en Nápoles (Italia), lleva a cabo todo el espectro de operaciones conjuntas y navales, a menudo en forma conjunta con socios aliados e interinstitucionales, con el fin de promover los intereses nacionales de Estados Unidos y la seguridad y estabilidad en Europa y África.

STRIKFORNATO, con sede en Oeiras (Portugal), es el principal cuartel general de proyección de poder marítimo del Comandante Supremo Aliado en Europa (SACEUR), flexible y de rápido despliegue, capaz de planificar y ejecutar operaciones marítimas conjuntas de amplio espectro.

Los destructores de misiles guiados Bainbridge, Cole, Gravely, Jason Dunham, el crucero de misiles guiados San Jacinto, junto con el Carrier Air Wing 1 y el personal del Carrier Strike Group 8, componen el USS Harry S. Truman Carrier Strike Group (CSG). Hay que añadir la fragata HNoMS Fridtjof Nansen de la Royal Norwegian Navy, que también se ha desplegado con el grupo de ataque.

El ejercicio comprende maniobras marítimas, entrenamiento de guerra antisubmarina y entrenamiento de ataque de largo alcance.

El despliegue del Charles de Gaulle y su grupo aeronaval en la misión Clémenceau 22

Por otro lado, el pasado 20 de enero de 2022, se anunciaba un nuevo despliegue del portaaviones Charles de Gaulle (PACDG) y su grupo aeronaval (GAN), que han hecho a la mar desde sus bases en Toulon como parte de la misión Clémenceau 22.

Durante la rueda de prensa del Ministerio de las Fuerzas Armadas, Hervé Grandjean, portavoz del Ministerio, y el vicealmirante Gilles Boidevezi, comandante de la zona marítima del Mediterráneo (CECMED), hablaron sobre la importancia y las características del 14º despliegue desde que el PACDG pasó a entrar en servicio activo en el año 2001.

El portaaviones Charles de Gaulle (con su grupo aeronaval formado por unos 20 Rafale-M estándar F3R) es una herramienta militar cuyas capacidades operativas permiten a las fuerzas armadas francesas llevar a cabo actividades de amplio espectro.

Como símbolo de poder, el GAN es una herramienta política y militar de primer orden cuya acción tiene una fuerte dimensión estratégica. Permite a Francia establecer su credibilidad militar y estratégica enviando una señal fuerte tanto a sus socios, como desde luego, a sus competidores.

Junto con la disuasión nuclear, la posesión de un portaaviones es uno de los atributos que permiten a Francia mantener su membresía permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

La posesión de un portaaviones es también una baza para establecer una cooperación o bien bilateral o bien multilateral, y desde luego, asociaciones estratégicas. Un portaaviones otorga una dimensión adicional a las actividades habituales de cooperación con socios importantes (en el caso de Francia, respecto a Egipto, por ejemplo, con el ejercicio naval Ramses).

Imagen usada sin fines de lucro. Fuente

El portaaviones Charles de Gaulle es un factor de credibilidad para Francia en las coaliciones internacionales. En el Mediterráneo Oriental, por ejemplo, el GAN participará en la operación estadounidense Inherent Resolve, destinada a combatir el yihadismo en el Levante, a través de su integración en la operación francesa Chammal de apoyo a las fuerzas iraquíes, comprometidas sobre el terreno para destruir el capacidades militares de DAESH en la región.

Declarado disponible para una posible operación de la OTAN, cumpliendo todos los criterios de interoperabilidad de la OTAN y la NRF (NATO Response Force, NRF), el portaaviones y el personal que dirige la agrupación aeronaval (FRMARFOR) son un activo clave de la Alianza Atlántica. Como tales, son una parte esencial de la contribución a la OTAN.

En el seno de la Unión Europea (UE), el PACDG es el único buque de propulsión nuclear de su tipo. Por consiguiente, es también un activo para la defensa del continente. De hecho, el portaaviones es un elemento que atrae a las unidades aliadas. De este modo, mejora interoperabilidad entre las armadas europeas, desarrolla capacidades conjuntas de intervención y proyección, y promueve la aparición de una cultura estratégica europea.

Imagen usada sin fines de lucro. Espacios de cooperación y asociación de Clémenceau 22. Hay que señalar la visión de chipriotas, griegos y rumanos. Fuente

El almirante Boidevezi trazó un cuadro del contexto mediterráneo, la zona del próximo despliegue, una zona estratégica que vuelve a ser un lugar de confrontación donde entran en conflicto las diferentes ambiciones de las potencias y las visiones del orden regional.

Estos se superponen entre sí:

  • El equilibrio de poder entre los Estados ribereños y las potencias regionales, avivado por las disputas relacionadas con los descubrimientos de gas en el Mediterráneo oriental;
  • Las ambiciones de las potencias mundiales en la región; y,
  • Conflictos, en particular el israelí-palestino o las tensiones entre los países del Magreb.

También se producen en él numerosos flujos, tanto legales (el 25% del tráfico mundial y el 65% de los flujos energéticos de los países de la Unión Europea transitan por él) como ilegales (migraciones, drogas, armas, tráfico de personas), todos los cuales tienen un impacto directo sobre nuestro continente y su seguridad, aunque el Mediterráneo sólo representa el 1% de la superficie de los océanos.

Todas estas actividades se realizan en pocos días por mar o en pocas horas de avión desde Francia. La presencia francesa en la zona es, por tanto, necesaria para defender los intereses económicos (por ejemplo, Marsella, que actualmente es el 7º centro digital del mundo, se convertirá en el 5º del mundo de aquí a 2023), los intereses de seguridad y para reafirmar las posiciones claves en cuanto a la libertad de circulación aérea y marítima y el respeto del derecho internacional, algo que también impregna el Quad Plus, por ejemplo.

En este contexto se producirá el despliegue del GAN en el teatro mediterráneo.

Composición del GAN

El Groupe aéronaval de Clémenceau 22 está formado por buques, submarinos, aviones y un personal embarcado, es decir, unos 2.700 marineros franceses y de otras nacionalidades:

  • El Charles de Gaulle embarcará un Grupo Aéreo embarcado compuesto por una veintena de Rafale Marine (estándar F3R) de los escuadrones 12F y 17F, 2 E-2C y varios helicópteros (Dauphin 35F y Panther 36F);
  • Tres buques de escolta franceses forman la columna vertebral de la escolta del PACDG: la fragata multipropósito FREMM Alsace, que ha hecho recientemente su entrada en servicio activo, la fragata multipropósito FREMM Normandie, ambas de la clase Aquitaine, y la fragata antiaérea FDA Forbin;
  • Además, hay un SNA (Sous-marins Nucléaires d'Attaque, Submarinos Nucleares de Ataque, en francés; en código OTAN un SSN, por Ship Submersible Nuclear) y el petrolero Marne (con un Alouette III 34F);
  • Un Atlantique 2, con base alternativamente en Creta o Chipre, reforzará este sistema;
  • Además, varias unidades se integrarán en el GAN durante todo o parte del despliegue: el destructor USS Ross, la fragata SPS Juan de Borbón, una fragata y un submarino griegos y un NH-90 belga;
  • Habrá oficiales alemanes, canadienses e italianos en el estado mayor del GAN.

Y Rusia también...

Hay que añadir la partida de unidades de un grupo anfibio ruso que zarpó del mar Báltico. Rusia ha reforzado sus fuerzas cerca de la frontera con Ucrania, acumulando aproximadamente 100.000 soldados, y está lista para iniciar su propio ejercicio naval masivo.

Según el Ministerio de Defensa de Rusia, el ejercicio requerirá más de 140 buques de guerra y embarcaciones de apoyo; más de 60 aviones; 1.000 unidades de equipo militar; y, unos 10.000 militares.

En un comunicado, de acuerdo con el enlace que cito en este subapartado, el Ejército de Rusia dijo que los ejercicios navales están orientados a la interoperabilidad de la Armada y las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia, así como a contrarrestar las "amenazas militares a la Federación de Rusia desde el mar y el océano". Las operaciones cubrirán todas las áreas marítimas próximas al territorio ruso, además de las "áreas operativamente importantes" de alta mar. Esto incluirá maniobras en el Mediterráneo, el mar del Norte, el mar de Ojotsk, el Atlántico nororiental y el Pacífico. El Báltico y el mar Negro no se mencionaron.

En las últimas semanas, se viene monitoreando una actividad naval inusual de Rusia en el Báltico, con una extraña concentración de seis lanchas de desembarco rusas cerca de Kaliningrado, cosa que llevó a las fuerzas armadas de Suecia a reforzar la guarnición en la estratégica isla de Gotland, por su posición de control sobre el Báltico.

Desde entonces, las seis lanchas de desembarco han partido del Báltico y han transitado por el Canal de la Mancha. Sería una opinión ampliamente compartida que se dirigen al mar Negro, donde podrían usarse para el ensayo de un asalto anfibio con posibles escenarios en el mar de Azov o bien en la costa del mar Negro. Estos buques incluyen el buque de desembarco de carros de combate agrandado Pyotr Morgunov y cinco buques de desembarco de la clase Ropucha más pequeños: Olenegorskiy Gornyak, Georgiy Pobedonosets, Korolev, Minsk y Kaliningrado. Todos ellos son capaces de llevar carros de combate a una playa no preparada.

El Mediterráneo como pieza clave

Todos estos elementos están poniendo de manifiesto el giro hacia el Mediterráneo, el espacio del Mediterráneo en términos de vía de navegación que une dos segmentos clave y diferentes del espacio oceánico, pasando a ser el inevitable corredor ubicado en la ruta más corta entre el Indo-Pacífico y el Atlántico, dentro de los grandes espacios que estamos viendo cohesionar y formar, y es algo en lo que no solemos pensar generalmente aquí, pues nos limitamos a ver la referencia de elemento conector entre Asia, Europa y África, o a veces cometemos el error de considerarlo frontera, aproximación esta profundamente simple y errónea.

Es por este motivo que China se asoma y pretende sujetar con fuerza este gran espacio estratégico, el más clave, desde las Canarias y las Azores y Madeira proyectándose sobre el Golfo de Guinea, pasando por los cuellos de botella, hasta que nos lleva, de cuello de botella en cuello de botella, hasta la Gran Bahía y el delta del río Pearl en China.

Empezamos a percibir, o deberíamos hacerlo así, esta realidad, y se nos manifiesta entre otras cosas en la extraordinaria concentración de actividad naval en el Mediterráneo, la más alta en años, añadiéndose el hecho de la disputa por el espacio lo que lleva a la unidad de Europa y a su proyección o bien a la permanente disputa, elemento este que irá a más, salvo que seamos capaces de comprender, como lo está haciendo Francia ante todo, lo relevante que es este espacio en sus auténticas dimensiones, a lo que añadiremos el gran impacto de la Revolución Industrial 4.0, que será disruptivo y transformador desde cualquier aspecto para la región y la gran región. En este contexto, y con los motivos que señala Francia, y que recomiendo volver a repasar, mover la flota sirve para reafirmar un rango militar, reclamar o defender una o más áreas de interés geopolítico y contrarrestar los movimientos de los competidores, y trazar una voluntad de transformación del espacio que ya ha empezado y que habla de industrialización, datos... O cambiamos y nos preparamos para escalar nuestras posiciones, habilidades, competencias, etcétera... o la derrota será estratégica e inminente. No tenemos margen ya para seguir divagando y negándonos a concebir la realidad de los grandes espacios y de cómo se dominan.

Por su idiosincrasia, el caso de Estados Unidos es emblemático. Aunque concebidas hace dos años, las evoluciones marítimas de los países de la OTAN tienen el efecto indirecto de tranquilizar a los socios europeos más expuestos a los vientos de guerra que soplan en las fronteras de Ucrania; por tal razón, aunque se planteó el suspender estas maniobras, se han llevado adelante... De nuevo volvemos a jugar el juego con Able Archer 83, y también nos movemos en una suerte de Crisis de los Misiles 2.0... ¿Estamos ante cambios en las esferas de influencia y podríamos avanzar hacia una cooperación como ya he señalado algunas veces? Estaremos muy atentos.

Hay que resaltar el elemento simbólico: el gran ejercicio lo encabeza el portaaviones USS Harry Truman, cambiando su estatus de acción desde mediados de diciembre por orden del secretario de Defensa Lloyd Austin justo cuando la unidad se disponía a cruzar el Canal de Suez para ir a operar en el Oriente Medio.

En las últimas semanas, el portaaviones y su grupo de batalla han navegado principalmente en aguas jónicas entre Italia y Grecia, con la intención de señalar su presencia a los miembros de Europa del Este y observar los movimientos rusos un poco más hacia el Este. La Sexta Flota halló el apoyo de aviones de reconocimiento y patrulla con base en Sicilia, en Sigonella, que realizaban vuelos entre el Mediterráneo central y el sur de Ucrania.

Igualmente paradigmática fue la atención que se prestó al submarino de misiles de crucero USS Georgia mientras la sofisticada unidad estaba en Chipre con motivo de hacer una escala. Al revelar su presencia en el Mediterráneo oriental, Estados Unidos sigue "el juego" y emite una señal más de disuasión para Rusia, teniendo en cuenta que esta clase particular de navíos sobresale en la recopilación de inteligencia y puede transportar más de 150 misiles Tomahawk para proyectar su poder desde el mar sobre la tierra. La capacidad de Estados Unidos para mover activos militares (especialmente activos navales) sobre la base de sus intereses y necesidades es un factor de poder sin precedentes... pero insuficiente ante la escalada de la competencia y la formación de grandes bloques que estamos presenciando.

No menos reveladora es la campaña naval de la Marine Nationale francesa, que comenzará a principios de febrero y que se centrará en el portaaviones Charles De Gaulle. A diferencia del pasado, cuando también tenía lugar en el Océano Índico y el Golfo Pérsico, la edición de 2022 de Clémenceau tendrá lugar íntegramente en el espacio que estamos señalando, el Mediterráneo, donde París quiere reafirmarse como potencia de referencia y se siente amenazada por la asertividad de turcos y rusos. Habiendo zarpado de Toulon, el barco francés practicará con el italiano Cavour antes de dirigirse junto con el buque insignia de la Armada italiana hacia el Mediterráneo oriental, para dar vida a muy raras y espectaculares operaciones a tres bandas con el portaaviones estadounidense USS Truman en una zona marítima donde las flotas de Ankara y Moscú están observando desde sus bases, y se proyecta sobre egipcios, árabes e israelíes. Mientras tanto, acciones de su grupo naval penetrarán en el mar Negro.

Las flotas aliadas apuestan por su capacidad para integrar sus respectivos instrumentos marítimos. En el grupo naval estadounidense, por ejemplo, navegará también una fragata noruega, mientras que en el francés estarán un submarino y una fragata griega, un destructor estadounidense y una fragata española, además de oficiales alemanes, italianos y canadienses.

Incluso la flota italiana está pensando en la posibilidad de dejar una fragata o destructor en el grupo naval estadounidense, cuando hayan concluido los ejercicios a tres bandas entre Truman, de Gaulle y Cavour.

La noticia apuntaría a que Italia también planea labrarse un papel más incisivo en el riesgo naval en curso en el mar Mediterráneo, una señal de la lectura en la dirección correcta y que se encuadra también y de forma paralela con los semiconductores y el Tratado del Quirinal... España y Alemania o se suman en un aspecto de lanzar la economía, la industrialización y estas capacidades, y otras más... o digamos que se equivocarán de una manera muy notable. La nueva OTAN y la nueva Unión Europea despuntan ya.