El Comité de Defensa de la Cámara de los Comunes británica publicó el pasado 14 de diciembre de 2021 su tercer informe del período de sesiones 2021-2022 con la consulta relacionada siguiente: La Marina: propósito y adquisiciones, y por consiguiente habla de un elemento central del Imperio británico como es la Royal Navy, y pasa a darle un título revelador: "Necesitaremos una Marina más grande".

El documento, que analizaremos detalladamente en el Instituto Symposium, da la alarma por el posible declive de la Royal Navy durante la próxima década, cuando el país tendrá que lidiar con un contexto internacional cada vez más hostil y Rusia y China serán las principales potencias a enfrentar en el mar, de momento. El gobierno de Boris Johnson tiene dos meses para responder a las críticas y quejas de los parlamentarios que son muy contundentes.

La Royal Navy es un pilar del poder de Londres y su eventual reducción de personal preocupa por las inevitables repercusiones en la ambición de volver como protagonista en el escenario mundial tras el Brexit.

Los legisladores británicos no se van por las ramas: en lugar de "jugar con flotas de fantasía" y otro tipo de consignas, el gobierno debería tomar medidas de una vez para:

1/ Detener la hemorragia del personal experimentado;

2/ Invertir en repuestos;

3/ Invertir en apoyo logístico e infraestructura terrestre; y,

4/ Acelerar la construcción de nuevas unidades navales y mejorando su armamento cuando sea posible.

Esto se debe a que la flota se parece a "un ejército de puercoespines", citando en su literalidad el informe, refiriéndose a esos entrañables herbívoros que están bien defendidos por bastantes partes, que son totalmente vulnerables un 1 de las 4 partes de las que se podrían dividir, y es muy extensa, y que además no tiene ninguna capacidad ofensiva.

La Royal Navy ha perdido la masa crítica que necesita para llevar a cabo con credibilidad todo tipo de misiones que se le requieran desde el Mar del Norte hasta el Atlántico, en el Mediterráneo y el Este del Canal de Suez.

La Royal Navy está de vuelta... pero trasciende al Brexit: la competencia entre bloques se va a extremar, y hay mucho trabajo por hacer y grandes transformaciones que acometer

Así lo demostró incluso el célebre despliegue de un grupo de portaaviones en el Indo-Pacífico, para cuyo éxito fue necesario integrar un escuadrón de F-35B de los US Marines, así como barcos de las flotas estadounidense y neerlandesa. De las dos unidades antisubmarinas británicas HMS Kent y HMS Richmond además, solo una fragata se unió al grupo embarcado con misiles antibuque, mientras que los helicópteros a bordo no contaban con los enlaces de datos encriptados necesarios para comunicar la presencia de amenazas más allá de la línea del horizonte. El hecho de que uno de los dos destructores que escoltaban al portaaviones tuvo que permanecer en el Mediterráneo para someterse a reparaciones inesperadas cuando el resto del grupo ya estaba en el Indo-Pacífico, y que sufrió una segunda falla en el sistema de propulsión mientras se ejercitaba ante Singapur ya dice mucho sobre la decisión de limitar esta clase de cazas antiaéreos particularmente delicados a solo seis unidades, y también del momento, no ya británico o estadounidense en otras facetas, que nadie piense que es un desastre de los británicos: es un problema de Occidente, pero empezando por la gran estrategia y la estrategia.

La campaña naval del nuevo portaviones HMS Queen Elizabeth contaba como objetivo la reafirmación del rango oceánico del Reino Unido, además de disipar el espectro del declive, cosa que no ha conseguido ni en la más mínima apariencia, de la misma manera que las cuestiones, tendencias y tensiones que "justificaron" el Brexit no sólo no se han corregido, es que siguen avanzando firmemente en algunos casos, mientras en otro tan sólo (y de momento), su marcha se ha aminorado por el efecto del nacionalismo inglés (que no británico) 2.0 (una suerte de espíritu de las Malvinas 2.0, y que se manifestó también en la final de la última UEFA EURO 2020 contra Italia, pero también contra Escocia en ese mismo torneo, dándose agresiones contra todo aficionado italiano, o que creían italiano), pero que ante las evidencias de que las cosas no sólo no mejoran, también empeoran y se retroalimentan con otras, la situación de aminoramiento se acabará más pronto que tarde. Pero vuelvo a insistir: también en este punto lo que impulsó el Brexit sigue estando a este lado del Canal de la Mancha y hay que hacer muchísimo por revertirlo.

El HMS Queen Elizabeth y su grupo de batalla soltaron sus amarres en los puertos de Devonport, Portsmouth y Loch Striven (Reino Unido) y Den Helder (Países Bajos) a finales del mes de mayo de 2021 para embarcarse en una campaña naval llamada Fortis 21 de siete meses de duración con parada en el Lejano Oriente (el cada vez más omnipresente Japón) antes de su vuelta a sus respectivas bases.

Fortis 21 es una campaña de una relevancia histórica para el Reino Unido, pues supone la culminación de unos esfuerzos de al menos una década orientados hacia la reconstrucción del poder naval del Reino Unido, que se hundió por debajo del umbral de seguridad tras el final de la Guerra Fría, lo mismo que el conjunto de la sociedad británica, por los recortes draconianos en el presupuesto para medios y personal, así como por el replanteamiento general de prioridades militares para Londres. Como vemos, estos esfuerzos han resultado muy por debajo de las auténticas del Reino Unido.

La dimensión marítima de la guerra es parte intrínseca de cualquier pujanza geopolítica, de tal manera que sin tal no existe, de modo que para detener el declive geopolítico del Reino Unido tras el fin del Imperio y con la secesión de Escocia y la reunificación de Irlanda como escenario ciertamente más plausible, recuerden que la frontera con la Unión Europea en Irlanda del Norte está fijada en el Mar de Irlanda, y en no pocos términos las relaciones entre Dublín y Ulster están "como si Irlanda del Norte fuera la Unión Europea", motivo por el cual ahora los británicos quieren renegociar el tratado. En definitiva Fortis 21 debía servir para demostrar que Londres todavía podía aspirar a ser potencia mundial... y está muy lejos de serlo en todos los frentes, razón por la cual se ha encuadrado en los AUKUS, con unos Estados Unidos en transición de hegemonía y que busca reforzarse y contener a los retadores a su hegemonía por Europa Occidental (en formación) y por el Extremo Oriente (donde Corea del Sur e India, por un lado, y Japón y Taiwán por otro, son sus dos combinaciones sobre el tablero de ajedrez en ese flanco para contener, mientras dividen a ASEAN entre pro-chinos y pro-AUKUS).

El Carrier Strike Group 21 (CSG21) habrá visitado cuando regrese a puerto unos cuarenta países y habrá cubierto unas 26.000 millas náuticas a través de las antiguas rutas marítimas que conectan a Londres con una parte considerable de la Commonwealth, ahora convertida en Commonwealth 3.0 o AUKUS siendo un salto a la Commonwealth 2.0, es decir la Anglosphere. Para ello habrán navegado los océanos Atlántico, Índico y Pacífico, atravesando los ocho principales cuellos de botella de Eurasia: Gibraltar, Sicilia, Bósforo-Dardanelos, Canal de Suez, Bab al-Mandab, Ormuz, Malaca y Luzón, donde se acumulan los desafíos de gran intensidad y que hay que dominar para ser un Superpower (aviso para la Unión Europea: sin una flota de guerra conjunta es imposible ser un Superpower; evidencia para la Unión Europea: tenemos al alcance de la mano esos cuellos de botella; peligro para los AUKUS: la Unión Europea y China pueden controlar los ocho cuellos de botella, con gran porcentaje de ellos en la esfera de la Unión Europea... ¿entienden ahora lo de lo submarinos nucleares de ataque franceses y el intento de reventar el acuerdo de las fragatas francesas con Grecia? ¿Ven cómo el que Francia esté tan presente, y creciendo, en el Mediterráneo y el Golfo, digamos que "inquieta potencialmente" y más si Europa se forma, con lo que la geopolítica de Mitterrand y, en parte también asumida por Chirac, se podría lanzar adaptada a una escala no vista?).

En fin, como decíamos, y por completar, además del HMS Queen Elizabeth el grupo de ataque está compuesto por los destructores antiaéreos HMS Diamond y HMS Defender, las fragatas antisubmarinas HMS Kent y HMS Richmond, los buques de apoyo logístico RFA Tidespring y RSA Fort Victoria, el destructor estadounidense USS The Sullivans, la fragata neerlandesa HNLMS Evertsen y un submarino nuclear de ataque británico, competidor de la clase Barracuda francesa, la clase Astute británica.

A bordo del HMS Queen Elizabeth hay embarcada un ala de 32 aviones, incluidos los F-35 B (de estos últimos 8 son británicos y 10 estadounidenses), a lo que se suman helicópteros Wildcat y Merlin, siendo la mayor ala embarcada en un portaviones británico (precisamente) desde la Guerra de las Malvinas (1982), el tercer despliegue si hablamos de unidades de escolta en los últimos cuarenta años con la excepción de Argonaut 01 en Oriente Medio y Ocean Wave 97 en el Pacífico Occidental, y una de las nueve misiones desde 1982 en las que ha participado al menos un submarino nuclear.

Y la conclusión

El número de submarinos también se considera muy inadecuado, especialmente dado el uso particularmente extenso de estos buques por parte de las flotas asiática y rusa, y la nueva centralidad del dominio del arma sumergida. El proyecto de incrementar la presencia naval británica en el Indo-Pacífico, concebido mientras Londres lucha por cumplir sus compromisos tradicionales con los aliados de la OTAN y otros socios europeos, tampoco está exento de críticas en un informe que destruye toda la propaganda hueca nacionalista acumulada durante años... y las décadas de neoliberalismo.

En general, la Royal Navy necesita más barcos, nuevas capacidades, recursos y apoyo logístico y político. Está en juego el rango de la flota entre los principales infantes de marina del planeta. De ahí el sueño de un nuevo Global Britain... aunque veremos a qué le llamamos "Britain".

Sobre este particular, además de lo ya mencionado, abordaremos en el futuro en el Instituto Symposium los dos importantes documentos estratégicos publicados en marzo de 2021 y analizaremos a fondo Fortis 21; además de generar más documentos y análisis sobre el Brexit, su origen, proceso y evolución.