La Guerra comercial entre Atenas y Megara es un episodio crucial para entender el conflicto que enfrentaría a la Liga de Delos con la del Peloponeso, ya que actúa como “casus belli” para desencadenar el conflicto que duraría del 431 al 404 a.C. junto con los problemas surgidos entorno Potidea y Corcica. El embargo comercial ateniense sobre la vecina y antigua aliada ciudad-estado de Megara se sustentaba en una acusación formal de Atenas sobre ellos entorno el uso de tierras sagradas y la ocupación de tierras en disputa en el Ática. Megara a su vez, estrangulada económicamente debido la guerra comercial desatada por los atenienses ya que necesitaba el Puerto del Pireo ateniense y en menor medida el puerto de Farelo para desarrollar su acción comercial. Dicha acción junto con el conflicto en Egina sirvió a los Corintios para denunciar que Atenas estaba inmiscuyéndose en los asuntos internos de otra polis, contraviniendo así el núcleo de los acuerdos de la Paz de los Treinta Años que debía de mirar de solventar los conflictos entre las dos potencias de la Hélade. A su vez, los Espartanos temían las capacidades que podía llegar a desarrollar la esplendorosa Atenas, que disfrutaba del apogeo total de su ciudad e imperio. En definitiva, sabían que, si no doblegaban a Atenas, acabarían siendo ellos quienes con el paso de los años acabarían doblegándose ante ellos.

¿Cómo podríamos realizar un paralelismo entre este hecho y la actual tensión comercial entre las dos potencias, la dominante y emergente, de nuestro momento histórico? Precisamente por ese contexto de una potencia dominante (Esparta, desde el periodo arcaico y buen parte del clásico) que ve con malos ojos que otra surja con fuerza en el tablero (Atenas, desde las Guerras Médicas) y que con los la información disponible sobre la mano, todo apunta a que en no mucho tiempo dicho actor puede superar en no pocos aspectos y amenazar la posición de Hegemón. Es claro pues, que China juega este papel de potencia con capacidades para devenir la próxima superpotencia mundial, y que los EE.UU. el actual Hegemón mundial mira con recelo el crecimiento del que otrora fuera considerado como socio comercial. En este contexto es en el que el Presidente Donald Trump ha iniciado en el pasado año de 2019 una serie de medidas económicas destinadas, al menos así se anuncian, a perjudicar la economía china tocando fibra en un sector importante para el gigante asiático como es el mercado de exportaciones, más si consideramos que a día de hoy China actúa realmente como una fábrica global y distribuye sus mercancías por prácticamente todo el globo.

China actualmente está dando pasos de gigante en el desarrollo de la electrónica y en definitiva, las bases de la actual revolución tecnológica que estamos viviendo. Para sintetizarlo, lo llamaremos el “5G” y toda la polémica entorno Huawei, pero obvio es un tema que va más allá de dicha tecnología. El caso es que la base para el desarrollo y fabricación de estas nuevas tecnologías electrónicas se encuentra en las llamadas “Tierras Raras” o REO por sus siglas en inglés (que podemos afirmar que no son ni tierras, ni precisamente raras), un total de 17 elementos que aparecen en nuestra tabla periódica como metales de transición: el escandio, itrio y los 15 lantánidos (lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometeo, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio). Su problema estiba en encontrarlos con suficiente pureza que permitan su explotación efectiva ya que siempre se encuentran mezclados con otros minerales. ¿Para qué nos sirve dichas REO? Pues para un sinfín de aplicaciones como, por ejemplo: Pantallas, cables de fibra, Discos Duros de Ordenador (HDD y SSD), aplicaciones militares, células solares, LED, aparatos de Rayos X, Baterías de automóviles eléctricos e híbridos, e incluso los billetes de € las utilizan.

Hasta aquí todo perfecto, hasta que se cae en la cuenta que a día de hoy y desde los años 90, China se encuentra en posición de prácticamente monopolio de dichos REO produciendo a cifras de 2019 aproximadamente el 85% a nivel mundial. Aquí viene lo interesante, porque ya no es sólo que China como país, contenga dentro de sus fronteras dichos REO de forma natural, sobre todo los vinculados a las arcillas lateríticas con más de 250 minas extraiéndolos, es que se ha ido haciendo con el control incluso de yacimientos importantes en países como los mismísimos Estados Unidos, país que produce sus REO a través de las explotaciones en Mountain Pass desde el inicio de esta década por las inversiones de empresarios chinos en las mismas. Encima, dicha producción en suelo americano se envía a China para su procesamiento.

A día de hoy, se contabilizan de forma aproximada las principales reservas de REO como siguen:

China 40Mt, Vietnam 20Mt, Brasil 20Mt, India 6,9 Mt, Australia 3,4 Mt y los EE.UU 1,4 Mt. Extrayéndose unas 160.000 t/año de dichos materiales. A su vez, otros estudios cifran las posibles reservas chinas entre los 80 y los 120 Mt (duplicando o triplicando las que pueden ser explotadas a día de hoy) lo que podríamos traducirlo en unos 625 años de reservas de dichos materiales a niveles de uso parecidos al actual. Como elemento interesante y si hacemos un pequeño repaso histórico, podemos ver cómo hasta finales de los años 80 eran los EE.UU. quienes producían alrededor del 60% de las REO que se usaban en aquellos años. Hay quien apunta a que la entrada de China en el mercado de las TTRR en los 90 con técnicas de mercado agresivas que hacían bajar el precio de dichos materiales provocó en el resto de inversores del sector un abandono paulatino, que sin duda China ha sabido no sólo ocupar, sino desarrollar y afianzar. Esto, junto con una bajada de exportación alrededor del 70% de dichos materiales por parte China en el 2010, provocó una pequeña crisis que llegó con queja formal por parte de la UE, Japón y EE.UU. a la misma OMC. China aludió la bajada a una serie de problemas derivados de la extracción y refinamiento de dichos materiales, mientras que los denunciantes acusaban de actuación de mala fe para especular con el mercado de dichos materiales.

Podemos afirmar pues que China controla un elemento importantísimo para el futuro desarrollo tecnológico, tal como fue el carbón para el Imperio Británico o el petróleo y el acero para países tales como los propios EE.UU. o el Deutches Reich con anterioridad. Otro elemento que cabría señalar es que Donald Trump en la batería de medidas arancelarias a los productos chinos, ha obviado tasar los REO y que dichos materiales se encuentran efectivamente fuera de las tasas arancelarias norteamericanas. Dejando entrever que la posición americana no es tan seria como podría parecer a primera vista, ya que saben el daño que podría provocar eso en el desarrollo tecnológico actual y la carrera tecnológica. Bien es cierto que en occidente se tiende a comentar que en realidad el uso de dichos materiales en el producto final, aunque primordial, no supone una cantidad tal que pudiera afectar negativamente el desarrollo del producto. Mientras dicen esto, a su vez no paran de buscar alternativas a dichos materiales para la construcción y desarrollo electrónico y al menos a día de hoy, ya hay varios estudios que señalan que si bien con algunos se podría llegar a buscar algún tipo de substituto con una eficacia parecida (como ha hecho Tesla con uno de sus modelos de motor de inducción), al menos a día de hoy hay una mayoría de dichos REO que son insustituibles para esta fase de desarrollo tecnológico.

En esta situación, al menos la retórica entre los dos contrincantes y sus respectivos posibles bloques, parece subir de nivel. China mismo utilizó en El Diario del Pueblo, órgano oficial del Comité Central del PCCh la frase “No digáis que no os lo advertimos”, frase que fue utilizada poco antes de iniciarse las hostilidades contra India en los años 60 o contra el Vietnam en los 70 del pasado siglo XX. Y por parte estadounidense, las contundentes palabras y declaraciones del mismísimo Donald Trump entorno el endurecimiento de las condiciones del embargo comercial a China.

A añadir a la situación que más allá de las palabras, las amenazas estadounidenses no parecen afectar a este mercado clave para el desarrollo de la industria de esta nueva electrónica, cabe señalar que el gobierno de los EE.UU. junto con alguno de sus aliados, andan buscando nuevos focos de REO que puedan actuar de forma alternativa y ayudar a nivelar para sacar de su actual e indiscutible hegemonía del mercado a la República Popular China. Parece ser que nuevas fuentes, muy ricas y fáciles de extraer de dichos materiales han sido localizadas en la región autónoma danesa de Groenlandia. Dichas posibles vetas de material parecen encontrarse en el sur de la isla en la cordillera Illimausaqq y el proyecto de viabilidad de dichas explotaciones corre bajo el nombre de “Proyecto Kvanefjeld”, por el que, según Dinamarca, Groenlandia obtendría la potencialidad de albergar y explotar unas 38,5 Mt de REO, una cifra muy cercana a los 40Mt que se sabe cuenta a día de hoy China en su subsuelo. No por nada, el gobierno norteamericano ha mostrado su interés al gobierno danés de comprar Groenlandia.

En este contexto se podría decir que ni China ni los EE.UU. querrían escalar el conflicto comercial a nuevas cuotas, ya que a día de hoy y China se ha buscado y bien de ello, la interdependencia de los EE.UU. con el país asiático son determinantes para el crecimiento y estabilidad de los propios EE.UU. Los americanos parecen haberse percatado de ello y a todo esto responde las acciones destinadas a “contener” a los asiáticos y el giro hacia el Asia Pacífico que quedó bien patente ya bajo administración del demócrata Barack Obama. Ahora bien, esto no quiere decir que no se busque la debilidad del adversario o para el caso de las REO no se busque subsanar una debilidad estratégica frente a él. De aquí la importancia del informe Wilbur Ross, un informe remitido al presidente de EEUU, Donald Trump, donde el Departamento de Comercio de los EEUU identifica 35 minerales claves para el futuro desarrollo económico y la seguridad del país. Informe que debe leerse conjuntamente con el llamado “Proyecto Kvanefjeld” comentado un poco más arriba.

En definitiva, el hegemón del mundo actual sabe que como deje a nuevos actores y en este caso al chino, actuar con las capacidades y potencialidades que están demostrando, la primacía americana en el siglo XXI corre serio riesgo  ya no de verse disputada como empieza a estarlo, sino de perderla. Esparta teme el auge de Atenas.

Bibliografía:
• Fernández, Iván “Las tierras raras: La baza de China en la guerra comercial que lleva a Trump a fijarse en Groenlandia” 27 de Agosto de 2019. El Diario.es
• Editorial “Qué son las Tierras Raras y por qué china los lanza como amenaza sobre EE.UU?” 2 de Junio de 2019, Cinco Días.
• Vidal Liy, Macarena “Tierras raras: el oro del siglo XXI, el arma de China e la guerra tecnológica”. 15 de Junio de 2019. El País.
• Manuel Regueiro y González-Barros “¿Qué son las Tierras Raras?” Tierra y Tecnología. Ilustre Colegio Oficial de Geólogos.
• Pérez, David “China monopoliza todas las “tierras raras” esenciales para la tecnología. 28 de Enero de 2014. El Confidencial.
• Tucídides “Historia de la Guerra del Peloponeso” Libros I – II, 2019, Editorial Gredos.