El año 2020 y los meses posteriores están resultando ser particularmente difíciles para la industria espacial europea, pues a la crisis de la COVID-19 se han sumado, y por otro lado, también se han hecho muy patentes otro tipo de carencias asociadas a la economía espacial europea.

En el conjunto de Europa, donde se incluye el Reino Unido y su tentativa de actuar como revulsivo y explotar la situación dada, nos estamos acercando a un punto de inflexión, compartido con otros factores como en general la industria, la innovación y nuestras capacidades para arrostrar la nueva Revolución Industrial 4.0 para la que no estamos plenamente preparados ni a nivel de países individuales, donde todos los países sin excepción son inoperantes por falta de capacidades adecuadas a los nuevos tiempos, ni tampoco y como es obvio, como conjunto. O damos un paso adelante de una vez o nos quedaremos atrás, siendo objeto de saqueo por parte de estadounidenses y chinos. En el campo del espacio no es excepción, y lo simbólico de SpaceX y China, a lo que se añade con fuerza Jeff Bezos con su Blue Origin.

Cabe mencionar que existen varias instituciones europeas que se desempeñan en el ámbito de la política espacial, como es el caso de la política de la Unión Europea y de la ESA, la Agencia Espacial Europea, que se decide de mutuo acuerdo por parte de todos los ministros de los 22 Estados miembros con votación cada dos años, y que también incluye la dotación de fondos. Así, la Unión Europa financia proyectos espaciales tales como Copernicus y Galileo, con un total de 14.800 millones de euros para la horquilla de años de 2021 a 2027[1], además de fijar las directrices para el espacio europeo. La ESA es el ente que se responsabiliza de la ejecución de dichos proyectos, explota los satélites meteorológicos europeos a través de su filial EUMETSAT y gestiona todos los proyectos europeos de exploración espacial, vuelos espaciales tripulados y todos los ámbitos espaciales estratégicos.

Logo de Copernicus. Fuente de la imagen

Una de las evidencias, fuera del conformismo y las loas gratuitas, es que si comparamos la política europea de apoyo al sector aeroespacial con la de Estados Unidos y China es, sin paliativos, débil. ¿Los motivos? Los presupuestos europeos a las actividades espaciales son bajos desde cualquier punto de vista: militar, civil y privado: un dato, la NASA cuenta con 21.000 de dólares anuales, con una fuerte demanda del gobierno, una fuerte demanda privada y una fuerte inversión privada, la ESA cuenta con 17.600 millones cada dos años, lo que deja en la mitad anual, con una regular tirando hacia baja demanda del gobierno desde el punto de vista militar, civil y con una baja demanda privada por falta de los elementos suficientes, igualmente, por los motivos que comentaré más abajo, la inversión privada es claramente baja. Si comparamos con China, su presupuesto va en aumento, con una fuerte solicitud del gobierno, han identificado la necesidad de trabajar el NewSpace y mejorar la demanda privada, y cuentan con unan fuerte inversión privada debido a la capitalización por parte de los grandes bancos, que pertenecen a una realidad estatal y además las finanzas y los agentes económicos chinos responden dotando de una fuerte capitalización tras las demandas de apoyo por parte de las autoridades dado el carácter vital para desarrollarse como potencia con un control absoluto sobre la Revolución Industrial 4.0.

En el caso de Europa, esto se entiende al carecer de una estructura federal, con lo que somos objeto de futuro “saqueo” por parte de Estados Unidos y China, también en este caso, tal y como he señalado ya varias veces, como con el especial sobre tecnología[2]. La única parte que merece destacarse hasta ahora es que la ESA puede llevar a cabo misiones muy complejas, tanto como las de la misma NASA prácticamente, pero a menor coste… algo parecido a lo sucedido con la Unión Soviética, pero la ventaja de la “eficacia y eficiencia” está muy bien, salvo cuando te enfrentas a gigantes con grandes capacidades tecnológicas, soberanía estratégica y tecnológica, sin una fragmentación política y de intereses, con facilidad para captar financiación pública y privada para entes públicos y privados, y además con un gran PIB y mercados capturados en diferentes órdenes. Así que, con este panorama, como en cualquier otro de la Revolución Industrial 4.0 es evidente que Europa va a perder sin paliativos, y lo que hacemos bien, o incluso muy bien, de no cambiar, será adquirido a coste de saldo por los rivales para lanzarse en la carrera por el dominio del espacio, la hegemonía y el desarrollo.

Sí es cierto que ha llegado al fin el deseado apoyo político, pero lo ha hecho más bien tarde y con 500 millones de euros[3], cuantía que viene incluida en el plan de recuperación de la Unión Europea con la voluntad adicional de acelerar el desarrollo de soluciones marcadas con un carácter innovador, como podría ser la continuación del programa Ariane, con la continuación de Ariane 6 con un lanzador que sea reutilizable, algo que China y Estados Unidos ya tienen, y un nuevo motor Prometheus.

Si hablamos de lanzadores reutilizables hay que mencionar a SpaceX y Blue Origin, dentro del contexto del sector privado apoyado por el público, de Estados Unidos, que ya se trató en esta revista digital[4]. De este moto, Estados Unidos cuenta con los siguientes, de SpaceX el Falcon 1 (parcialmente reutilizable), y los reutilizables Falcon 9 y Falcon Heavy, además de Starship, todos ellos orbitales; Blue Origin cuenta con New Shepard, que es suborbital, y totalmente reutilizable y el New Glenn, que es orbital y cuya primera fase es reutilizable; a lo que hay que sumar a United Launch Alliance y su Vulcan Centaur, bajo desarrollo; los SpaceShipTwo y SpaceShipThree, de tipo suborbital y diseñados para el turismo espacial, en fase de prototipo de Virgin Galactic; Rocket Lab y su lanzador reutilizable de peso medio llamado Neutron; y, de Relativity Space, el Terran R, de tipo orbital y bajo desarrollo, que será el primero reutilizable e imprimible desde impresoras 3D. A distancia se hallan el resto, con China avanzando firmemente, pues ya ha lanzado este verano de 2021 el primer cohete con éxito[5]. A ello hay que sumar a India y su RLV TSTO de ISRO, que se halla en fase de desarrollo, de tipo orbital en dos fases, con reutilización inicial de la etapa superior y eventual reutilización completa; Rusia que desde Roscosmos trabaja en Amur.

En lo que se refiere a la Unión Europea cabe señalar a Themis[6], iniciativa de la CNES, la agencia espacial francesa, para lo que ha unido fuerzas con ArianeGroup y así acelerar el programa y adelantarlo de 2025 a 2023. La idea es que Themis sea un prototipo de primera etapa que despeje la senda hacia un lanzador comercial europeo reutilizable. También cuenta, como mencionaba más arriba, con el motor Prometheus, que es uno de los ejes fundamentales del programa Themis, un motor de metano y oxígeno líquido o methalox, que debería ser unas diez veces más barato que el Vulcain, motor de hidrógeno y oxigeno líquido que se utiliza ahora en el Ariane 5, y que se empleará evolucionado también en el Ariane 6, llamado este último Vulcain 2. Prometheus tendrá un empuje de cerca de cien toneladas y la capacidad para reducir su empuje hasta el 30%, viene a ser la respuesta europea a los motores Raptor de SpaceX y el BE-4 de Blue Origin.

Themis, en definitiva, no va a ser un lanzador orbital operativo, porque consistirá en una única etapa. Pero deberá servir para desarrollar versiones avanzadas del Ariane 6 o de un lanzador comercial totalmente nuevo dentro del programa Ariane Next, alrededor de 2030. Su diseño bien podría servir con un motor Prometheus como la primera etapa de un microlanzador futuro, mientras que con tres motores Prometheus se podría emplear como un acelerador lateral del futuro Ariane Next.

Otra posibilidad, también interesante, es el proyecto franco-alemán en su origen del lanzador reutilizable a base de metano, hablo de Callisto.

De todas formas, recomiendo leer la entrevista publicada en El País del 22 de enero de 2021 hecha por Marc Bassets a Stéphane Israël, consejero delegado de Arianespace, pues es muy interesante para comprender el porqué la carrera con China y Estados Unidos es esencial para garantizar la autonomía de Europa, y que los europeos deben plantearse ser más ambiciosos en el espacio[7].

A ello hay que sumar el apoyo político de la Unión Europea al lanzamiento de un estudio de gran relevancia y peso específico sobre la creación de una mega constelación europea de satélites de comunicaciones, un proyecto masivo que permitirá que el sector aeroespacial europeo siga siendo económicamente sólido durante varios años, pero que está resultando muy caro. De ahí que el Comisario europeo Thierry Breton haya anunciado la financiación por parte de un consorcio de nueve empresas europeas del estudio de una constelación de 600 satélites de comunicación en órbita baja (menos de 1000 kilómetros de altitud) para proporcionar un servicio de comunicación e internet distinto al del cable, sobre todo en zonas rurales, oceánicas y otras zonas vírgenes[8]. Otros proyectos equivalentes están en desarrollo con OneWeb (unos 100 satélites desplegados), Telesat, Amazon y, sobre todo, SpaceX con Starlink y sus ya más de 800 satélites desplegados de los 12.000 planificados[9].

Una de las causas que explican lo caro que es el sector aeroespacial europeo es por el deseo de garantizar el rendimiento geográfico, ya que cualquier proyecto dirigido por la ESA y la UE debe resultar beneficioso, aunque sea de una forma mínima, para los Estados miembros. Esto supone que la cadena de producción y la logística tenga una mayor complejidad. Debido a que el escenario que ha traído aparejado la pandemia se está gestionando a diferentes velocidades en los distintos países durante este tiempo, el resultado ha sido que la actividad se ha ralentizado durante muchos meses y la recuperación todavía no es completa, independientemente de otros factores que apuntan a dificultades en el horizonte.

Aunque hay que reconocer que una interconexión sólida entre los diferentes actores intervinientes de un proyecto garantiza solidez financiera, también no es menos cierto que el resultado es que ralentiza el avance de las acciones.

El resultado de ambos factores es que nos quedamos atrás con respecto a las empresas que llevan a cabo proyectos en solitario, caso de SpaceX, que cuenta, además con la financiación de Wall Street, entre otras fuentes. La diferencia se puede apreciar en que SpaceX con Elon Musk a la cabeza, una de las mayores fortunas del mundo, se ha producido un crecimiento doble, tanto en actividad como en capital de inversión[10]. Pero es que también SpaceX es la única empresa del mundo que realiza vuelos tripulados gracias a la nave Crew Dragon, con la particularidad adicional de que hemos presenciado la primera vez en que una agencia espacial subcontrata la operación de un vuelo tripulado a un ente privado[11].

Cabe establecer una distinción que hay que tener en cuenta, si bien es cierto que Europa lleva 20 años de retraso con respecto a un potencial competidor del Falcon 9, sin embargo la actividad de lanzamiento de SpaceX depende del despliegue de su proyecto interno consistente en una mega constelación, Starlink por un lado, y por el otro, de los contratos gubernamentales con NASA y Pentágono; mientras que Arianespace lleva años ante todo cerrando contratos con clientes principalmente privados, y a veces militares.

Los fabricantes de satélites

La pandemia no ha resultado particularmente agresiva con los fabricantes de satélites y los dos fabricantes destacados de Europa, hablamos de Airbus Defence & Space y Thales Alenia Space, cuya demanda ha tenido su origen particularmente en clientes situados en la zona extraeuropea, en forma de satélites de telecomunicaciones, donde el año 2020 ha sido una demostración de la fortaleza de Airbus Defence & Space[12],  o también podríamos señalar el caso de los módulos de estaciones espaciales para Thales Alenia Space, donde se ha juntado el programa lunar de la NASA y su estación llamada Gateway[13], y a lo que cabe sumar a Axiom Space y su programa para construir módulos para una estación orbital privada[14].

En lo que se refiere a la demanda dentro de Europa el volumen es con claridad menor, pero continúa siendo visible y podría darse el caso de que creciera si la Unión Europea se lanza a desarrollar y a hacer operativo su propio programa de mega constelación de satélites, algo que es crucial para aplicar en la Revolución Industrial 4.0.

Si hablamos de los satélites de observación, las demandas europeas se centran en el mantenimiento del programa Copernicus, con satélites Sentinel, y a los programas estatales, como es el caso de Pléiades, de Francia. Copernicus proporciona gran cantidad de datos con poca disponibilidad de satélites, sin embargo, en lo que se refiere al resto de los programas su fundamento está en el suministro de imágenes a la carta más que en la observación masiva, lo que requiere muchos más elementos, como sería el caso de Maxar o Planet y BlackSky que pretender desafiar, entre otros, las capacidades de Maxar[15].

NewSpace

SpaceX ha resultado un claro elemento disruptivo que ha cambiado las reglas del juego que se venían observando, ya que ha hecho que el mundo piense que el espacio ya no es una prerrogativa de unos pocos actores privados o estatales, como ocurría en los tiempos de la conquista espacial del siglo pasado, tal y como apuntábamos en esta misma revista digital anteriormente[16].

En pocas palabras, SpaceX ha hecho del espacio un verdadero mercado que es accesible para todo el que se lo pueda permitir y que asegura el despliegue y el éxito en la aplicación en la Revolución Industrial 4.0, entre otros factores. La llegada de un gran despliegue de nuevos actores privados, con Jeff Bezos apuntando con firmeza en la nueva estrategia de Amazon, más allá de los “datos”, como hasta ahora venía siendo es un aviso de una gran ola que está conectada a los destinos estratégicos, económicos, sociales y políticos del espacio terrestre, rompiendo una barrera, junto a otros elementos, y haciendo que hasta la misma Luna sea parte de la esfera terrestre y objeto de desarrollo de estrategias diversas y actividades de todo tipo, incluida cada vez más, la diplomacia, que saltará del recién llegado campo de la ciberdiplomacia[17] a la diplomacia orbital-terrestre. El NewSpace está definido y se empieza a integrar., primero con Estados Unidos, y luego se han sumado actores como Japón, Europa, Rusia, India, las potencias espaciales emergentes y, finalmente, China, que cuenta con una estrategia ambiciosa, completa y de un carácter holístico. Todo ello a una velocidad vertiginosa.

En términos generales en Europa, y de una forma más acentuada, en Francia, NewSpace se mantiene en la doble lucha de sobrevivir y hacerse visible, y viceversa. ¿Los motivos? La fortaleza de la posición dentro del sector de gigantes espaciales tales como Airbus, Thales, ArianeGroup, OHB, entre otros, y su postura de mantenerse firmes en renunciar a su monopolio, a la absorción masiva o el exilio a Estados Unidos de las start-ups europeas que no cuentan con el suficiente apoyo político.

¿Quiénes son esos compradores que están llevándose el talento europeo? Los GAFAM, China y a grandes actores europeos, lo que hace que no sólo se debilite la posición europea por no contar con un ecosistema político federal y una mejor financiación, es que además o se va o bien lo que permanece en Europa se divide para competir entre nosotros mismos. El nuevo espacio europeo es uno de los mayores centros de innovación del mundo y tan sólo en los últimos tiempos Europa ha decidido tomar medidas para protegerlo y apoyarlo, en un principio con las incubadoras y las primeras recaudaciones públicas.

La situación actual es que el NewSpace está obteniendo un creciente reconocimiento internacional y los inversores privados están participando activamente en la recaudación de fondos, y cabe destacarse particularmente en Alemania y España, no así en Francia, que todavía está en fase de incubadora.

Lo que ocurre con una empresa europea de nueva creación. Fuente FT

Para la nueva década la política de la ESA pone el foco en el apoyo al concepto NewSpace, no obstante, son, ante todo, las políticas estatales las que predominan. De modo que, durante el 2022 veremos los primeros cohetes europeos no operados por Arianespace. Se trata de microlanzadores europeos, entre los que destacan la española PDL, las alemanas Isar Aerospace, Rocket Factory/OHB, HyImpulse Technologies, las británicas Orbex y Skyrora, la francesa Venture Orbital Systems y la rumana ARCAspace[18]. De hecho, cabe destacar que diferentes compañías de desarrollo de satélites están cobrando impulso gracias a los contratos internacionales. Un dato para tener presente es que la mayoría de los actores de NewSpace trabajan en el campo de los satélites pequeños, mientras que el mercado de los satélites más grandes sigue en manos de los actores con más años de andadura profesional. No obstante, haríamos bien en tener muy en cuenta que la tendencia a la miniaturización hace que muchas aplicaciones espaciales sólo requieran satélites pequeños. Por ejemplo, cabe destacar que durante el periodo 2020-2030, más de 7.000 pequeños satélites estarán esperando a ser desplegados y operados[19], ver la infografía de abajo.

Fuente: Euroconsult

Lo cierto, y para cerrar este artículo, es que el NewSpace de Europa podría llegar a ser el centro de la competencia espacial con Estados Unidos y China. Un elemento interesante y a tener en cuenta, dependiendo de lo que seamos capaces de hacer a partir de ahora, es que el NewSpace de Europa, ya que ha aparecido de una forma más lenta, se ha evitado el impacto negativo de la pandemia que sí ha afectado con diferencia a Estados Unidos, donde empieza una cierta recuperación[20], logrando mantener la posición por delante del recién llegado NewSpace de China, creado a partir de 2014, momento en que el Gobierno central liberalizó el mercado espacial, dándose también la situación de que las autoridades gubernamentales chinas han procurado atraer a la inversión privada con la finalidad de dotar de un fuerte y masivo apoyo a los nuevos actores para que se desarrolle su NewSpace a velocidad de crucero.

Conclusión

Europa es todavía la segunda potencia espacial. Tras la pandemia de COVID-19, esta segunda posición se puede perder ante China, por tres motivos:

1) No haber previsto la ruptura iniciada por SpaceX, lo repito de nuevo, llegamos al Falcon 9 con 20 años de retraso;

2) El empuje de China; y,

3) La ausencia de un espacio federal europeo, con políticas desconcentradas, el hecho de que sigamos contando con una unión monetaria pero no fiscal con el euro, además de mantener fuera a los países de la UE sin euro, y de poner en problemas o bien a los del Norte por la inflación o a los del Sur, con paro y subdesarrollo, y con un desperdicio de recursos naturales y minerales en los que sobreabunda España por ejemplo, además de la cuestión de la lucha entre los diferentes actores políticos de la UE, esto hace menos atractivo invertir en Europa de lo que podría ser, y por otro lado, no se pueden crear grandes clústeres agrupados por un espacio estratégico rico en todo lo necesario para abaratar costes y hacer lanzamientos de todo tipo. Es algo fundamental para la Revolución Industrial 4.0, entre otros factores.

En este campo a menos que Europa acelere el desarrollo de su NewSpace no se podrá invertir la tendencia y los resultados serán nefastos.

NOTAS

[1] Ver el siguiente enlace para más información: https://www.consilium.europa.eu/es/policies/eu-space-programme/

[2] https://www.hermes-kalamos.eu/dossier-especial-la-guerra-tecnologica-y-del-5g-6g-estados-unidos-china-y-la-union-europea-y-la-nueva-revolucion-industrial/

[3] Ver el siguiente enlace: https://www.air-cosmos.com/article/visite-prsidentielle-vernon-24067

[4] El lector interesado puede consultar el siguiente enlace: https://www.hermes-kalamos.eu/el-sector-privado-en-el-espacio-el-caso-estadounidense-una-aproximacion/

[5] https://www.vuela.com.mx/am/index.php/espacio/12138-china-realiza-prueba-exitosa-de-un-cohete-lanzador-reutilizable

[6] Ver el siguiente artículo para más información: https://ec.europa.eu/research-and-innovation/en/horizon-magazine/mission-build-reusable-launcher-europe

[7] https://elpais.com/economia/2021-01-21/stephane-israel-arianespace-los-europeos-deben-plantearse-ser-mas-ambiciosos-en-el-espacio.html

[8] https://fr.euronews.com/2021/01/13/un-projet-europeen-d-une-nouvelle-constellation-de-satellites

[9] Para más información al respecto, se puede consultar en esta misma revista digital el siguiente enlace: https://www.hermes-kalamos.eu/el-sector-privado-en-el-espacio-el-caso-estadounidense-una-aproximacion/

[10] Ver la revista Fortune del 18 de agosto de 2020: https://fortune.com/2020/08/18/elon-musk-spacex-valuation-latest-funding/

[11] Ver el enlace de la NASA aquí: https://www.nasa.gov/feature/nasa-and-spacex-complete-certification-of-first-human-rated-commercial-space-system

[12] Ver: https://www.latribune.fr/entreprises-finance/industrie/aeronautique-defense/en-2020-airbus-space-a-largement-domine-le-marche-des-satellites-de-telecoms-871270.html

[13] Como se puede comprobar siguiendo el siguiendo enlace: https://www.theguardian.com/science/2021/jan/14/european-space-agency-to-build-module-for-gateway-space-station

[14] Como se puede comprobar aquí: https://www.space.com/axiom-space-commercial-station-modules-thales-alenia.html

[15] Ver el siguiente enlace para más información: https://spacenews.com/satellite-imagery-startups-to-challenge-maxar-for-big-government-contracts/

[16] https://www.hermes-kalamos.eu/el-sector-privado-en-el-espacio-el-caso-estadounidense-una-aproximacion/

[17] El lector interesado puede consultar el, a mi juicio, valioso libro de Riordan, Shaun, Cyberdiplomacy: Managing Security and Governance Online, Polity, 2019.

[18] Para conocer algo más de estas compañías europeas y sus proyectos, aconsejo consultar el siguiente enlace: https://www.clubic.com/mag/sciences/conquete-spatiale/actualite-76297-micro-lanceurs-europeens-qui-pour-atteindre-l-orbite-.html

[19] Datos consultables en Euroconsult: https://www.euroconsult-ec.com/press-release/euroconsult-research-projects-smallsat-market-to-nearly-quadruple-over-next-decade/

[20] Ver: https://spacenews.com/exits-2020/