Como algunos de nuestros más atentos lectores percibieron, desde el Instituto Symposium hemos anticipado varias veces el escenario que se abrió ante nosotros el pasado viernes 18 de marzo de 2022 con respecto al Sáhara Occidental o las Provincias del Sur, desde la perspectiva del Reino de Marruecos. Por ejemplo, la última vez que lo hicimos fue el día 29 de diciembre de 2021, cuando decía, textualmente lo siguiente:

"Respecto a la posición de "presión" de Marruecos quiere que España reconozca de una vez la soberanía de las Provincias del Sur o Sáhara Occidental, es decir, está muy bien que Estados Unidos e Israel le hayan dicho que sí, la potencia colonial es España y requiere la respuesta afirmativa de España; por otro lado, la cumbre de Pedro Sánchez con Erdoğan como ya señalamos va en esta misma dirección."

Vamos a trazar en este dossier especial un recorrido de los elementos que confluyen en esta situación. No vamos a hacer una monografía completa sobre todo el conflicto descolonizador, aunque aportemos algunas referencias breves. Para ello hablaremos de España, la Unión Europea, Francia, Estados Unidos y el Reino Unido, Alemania, Turquía, Irán, Israel, Rusia, China... entre otros actores; y, desde luego, abordaremos la situación de Argelia y Marruecos.

El viernes 18 de marzo, poco después de las 16.00 horas, el Reino de Marruecos anunció bajo forma de un comunicado de prensa que el Reino de España pasó a considerar con respecto a la cuestión del Sáhara Occidental "la iniciativa de autonomía marroquí, presentada en 2007, como la base más seria, realista y creíble para la resolución del contencioso".

El presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez, envió un mensaje al soberano Mohamed VI por el que pasó a trasladar su deseo de "construir una nueva relación, basada en la transparencia y la comunicación permanente, el respeto mutuo y los acuerdos suscritos por ambas partes y la 'abstención de cualquier acción unilateral, acorde con la importancia de todo lo que compartimos'".

El comunicado de prensa, tal y como recoge la noticia que he enlazado más arriba del diario El País, también subraya una "determinación para afrontar juntos los retos comunes, en particular la cooperación para la gestión de los flujos migratorios [en] el Mediterráneo y [a través] del Atlántico, actuará siempre con un espíritu de plena cooperación [...] en el objetivo de garantizar la estabilidad y la integridad territorial de los dos países".

Estos hechos se produjeron prácticamente tres meses después de que el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, declararse el 16 de diciembre de 2021 que la crisis con Marruecos, que sucediera con el ingreso en 2021 como consecuencia de una afección derivada del coronavirus en el Hospital San Pedro de Logroño de Brahim Gali, líder del Frente Polisario, se había quedado atrás. A ello se sumaba la crisis migratoria de Ceuta y Melilla de mayo de 2021.

Marruecos, a través de Mustapha Baïtas, había establecido una única condición para recuperar las buenas relaciones, necesaria para ambas partes a lado y lado del estrecho de Gibraltar, para redirigir las relaciones bilaterales: una mayor "claridad" sobre la cuestión del Sáhara, ya que Madrid se ceñía, como venía haciendo desde hacía tiempo, hacia una posición ambigua al abogar por una solución política en el marco de las Naciones Unidas.

Desde el Instituto Symposium el jueves 25 de noviembre de 2021 recogíamos en la sección El Trazo de Kalamos que Marruecos fue el cuarto país integrado en los Acuerdos de Abraham, después de la posición tibia inicial debido a la relación histórica entre el reino y el pueblo palestino por un lado, y poniendo en el otro lado del campo de la balanza las relaciones a favor de Israel con Marruecos desde su independencia y que ha tenido repercusiones como en el campo de la inteligencia, además de la notable presencia de miembros sefarditas en la cancillería Marruecos, entre otros factores. A cambio del reconocimiento del estado de Israel, Rabat recibió la aprobación estadounidense de la soberanía del Sáhara Occidental o Provincias del Sur según la nomenclatura marroquí, cuyo movimiento independentista, el Frente Polisario, está bajo protección argelina, y por consiguiente se constituye en tema que animaba entonces la escalada de tensión entre Marruecos (también apoyado por los franceses de forma instrumental para poner bajo presión a la ex colonia argelina, con la crisis por la progresiva pérdida de influencia de París, amenazada por las incursiones de Rusia y Turquía, en lo que sigue siendo un espacio decisivo para la profundidad estratégica francesa entre el Mediterráneo y el África subsahariana, es decir: su cabeza de puente) y Argelia (en esta etapa demasiado cerca de los rusos y turcos en ciertos aspectos para la opinión de los estadounidenses).

El domingo 31 de octubre de 2021, el presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, anunció que la energética estatal Sonatrach no renovaría el contrato, que expiraba ese día, para las exportaciones de gas a España a través de territorio marroquí por medio del gasoducto Gaz-Magreb-Europa (GME). La medida repercute en España, que recibíamos algo más del 40% del gas de Argelia, pasando a matizarse mucho la fortaleza de la posición argelina en el mercado gasista español en favor de un aumento de las posiciones estadounidenses. Sin embargo, Argel se apresuró a asegurar a Madrid que implementaría suministros a través del oleoducto submarino Medgaz y de GNL vía carga, dejando con ello claro que todo lo que sucede en el Magreb entre Marruecos y Argelia es entre ellos dos.

La medida se anunció en agosto de 2021 con motivo de la ruptura de las relaciones diplomáticas bilaterales y el gobierno marroquí ha asegurado que no habrá un impacto significativo en el sistema energético del país. El gas poco tiene que ver con el enfrentamiento, totalmente geopolítico, entre Argelia y Marruecos, agudizado por el alineamiento cada vez más claro en dos bloques opuestos.

La decisión de Argel de cerrar el grifo de GME privó a Rabat del gas argelino, mientras que se estima que Marruecos cubría el 97 % de sus necesidades tomando directamente el gas que transitaba por su territorio, en régimen de servidumbre de paso, y comprándolo a un precio preferencial al gigante argelino Sonatrach.

La medida del oleoducto se produjo la misma semana en que Argel rechazó la Resolución 2602 del Consejo de Seguridad de la ONU que pedía el cumplimiento de las disposiciones de alto el fuego en el Sáhara Occidental. En la sede de la ONU, Marruecos también pidió ayuda a Francia.

Rabat maniobraba para cubrirse y firmaba a finales de noviembre de 2021 un acuerdo con la británica Sound Energy para que le suministre gas desde un campo que opera en Tendrara, en el este de Marruecos. Sound Energy pasaba a comprometerse a producir y entregar a la Oficina Nacional de Electricidad y Agua Potable (ONEE) hasta 350 millones de metros cúbicos de GNL por año, durante diez años, usándose el tramo marroquí del gasoducto GME.

Adicionalmente, desde el primer trimestre de 2022 los estadounidenses pasaron a ser los principales exportadores de gas a España con un 32,9% frente al 23,2% de Argelia, suponiendo esto un encarecimiento de este tramo de gas, ya que el gas licuado norteamericano cuesta alrededor de un 20% más que el gas argelino.

A su vez, Madrid también acordaba invertir el flujo del gasoducto GME con la finalidad de permitir a Rabat importar gas licuado estadounidense, tal y como el Gobierno de España anunciaba el jueves 3 de febrero de 2022, que ayudaría a Marruecos, contribuyendo de esta forma a garantizar la seguridad energética. En virtud de este acuerdo Marruecos puede adquirir gas natural licuado (GNL) en los mercados internacionales, entregarlo a una planta de regasificación en la España peninsular y utilizar el gasoducto GME para transportarlo a su territorio.

Estados Unidos ha integrado a Marruecos en el Acuerdo de Abraham para la normalización de las relaciones con Israel, provocando la reacción de Argelia, históricamente cercana al pueblo palestino y adversa al acercamiento del "enemigo sionista" en su puerta. Washington necesita que el espacio cerca del crucial Estrecho de Gibraltar no entre en el caos, algo que puede suceder desde diferentes aproximaciones, porque no quiere facilitar la penetración de rusos y chinos, y de ahí las maniobras de Erdoğan antes y después del G20 y que implica al sistema de misiles STAMP/T de fabricación franco-italiana y sobre el que Turquía manifestaba en esos días su vivo interés en adquirir, mientras Rusia le cierra la puerta a una expansión por Siria, aunque se ofrece a intercambios de "piezas". Y ahora... se lanzan las conversaciones en este contexto: Hürriyet Daily News se hacía eco el pasado 25 de marzo de 2022 de las palabras del primer ministro de Italia, Mario Draghi el 24 de marzo dentro del contexto de la cumbre extraordinaria de líderes de la OTAN en Bruselas, de que Turquía, Italia y Francia reanudarán la cooperación trilateral en defensa, y agregó que los tres países se reunirán pronto.

Por su parte, Argelia se ha erigido entre las principales potencias militares del norte de África gracias a los suministros militares de Rusia. La rivalidad franco-turca en el Mediterráneo, que tiende a matizarse, la normalización de las relaciones israelo-marroquíes y el acercamiento de Rabat con las potencias del Golfo también han producido un acercamiento entre Ankara y Argel. Eso no se hace, como lo demuestra la venta de drones turcos Bayraktar TB2 a mediados de septiembre de 2021, a las Fuerzas Armadas marroquíes (y Argel señaló a los drones turcos utilizados por Marruecos como responsables de la muerte de tres civiles argelinos en la frontera con Mauritania en aquellos momentos), pero que podrían estructurarse a medio-largo plazo debido a los objetivos turcos en África occidental. Aquí, de hecho, Turquía busca lograr la salida del océano a lo largo del eje Libia-Argelia-Malí-Senegal.

Recordemos que Marruecos recibió el primer dron Bayraktar TB2 de fabricación turca. Según el acuerdo entre Ankara y Rabat el mes de abril de 2021, Turquía entregará gradualmente otros 12 drones a las Fuerzas Armadas de Marruecos, un total de 13 drones. La compra de drones de combate turcos permite a Marruecos fortalecer su capacidad para contrarrestar el Frente Polisario, que en el verano aumentó la presión sobre la zona de amortiguación en el Sáhara Occidental, y cambiar el equilibrio de poder relativamente a su ventaja con Argelia, en una fase de crecientes tensiones entre Rabat y Argel. Por su parte, Turquía amplía aún más su influencia militar en el norte de África: la entrega del primer dron fue precedida por un curso de formación para pilotos marroquíes en Anatolia, lo que confirma la capacidad de Ankara de utilizar los tan deseados Bayraktar TB2 para cimentar vínculos con los aparatos militares de los países receptores.

Contribuir al incremento de las capacidades militares de Rabat, por tanto a la afirmación de su soberanía sobre el Sáhara Occidental, permite a Ankara desarrollar sinergias que le permitirán echar raíces en un cuadrante crucial para sus propios intereses y entrar en el enfrentamiento indirecto entre Francia y Rusia en la región como un actor cada vez más relevante, recogiendo inversiones y potenciando la importancia del nodo euroafricano más Occidental, justamente donde España juega junto a Marruecos, el elemento de conexión.

Es precisamente en este contexto en el que cabe entender la VII Cumbre Bilateral entre España y Turquía, como puede verse por la información proporcionada por Moncloa, y a la luz de todos los acontecimientos. Y ya en ese momento señalé en mi comentario del mencionado Trazo de Kalamos:

Al igual que las acciones de Marruecos sobre España persiguen el reconocimiento por parte de España de la soberanía marroquí del Sáhara Occidental o Provincias del Sur.

A su vez, estas acciones condujeron a un reequilibrio y a la entrada de Turquía en el gran espacio al trazar líneas de acuerdo con Israel, algo de lo que hablamos en este Trazo de Kalamos. Y, a su vez, en el actual contexto, anuncia giros interesantes en cuestiones energéticas, ante todo con actores como Qatar y Emiratos Árabes Unidos, entre otros, aspecto que también señalábamos en este otro Trazo de Kalamos, y que también juegan un papel en lo que ha sucedido con la cuestión del Sáhara Occidental/Provincias del Sur.

De modo que España ha decidido situarse en la línea seguida por Francia y, más recientemente por Alemania, que han manifestado públicamente su apoyo al plan de autonomía propuesto por Marruecos. En su visita a Rabat el 8 de marzo de 2022, la subsecretaria de Estado estadounidense, Wendy Sherman, reiteró el apoyo de Washington a este plan, al declarar:

"En cuanto al Sahara Occidental, tanto Estados Unidos como Marruecos apoyando firmemente los esfuerzos de Stephan de Mistura, el enviado personal del Secretario General de las Naciones Unidas para el Sahara Occidental. Y lo hacemos con la mente abierta, para encontrar una resolución que conduzca a un resultado duradero y digno para todas las partes. Seguimos considerando que el plan de autonomía de Marruecos es serio, creíble y realista."

La posición de España, alejándose de la ambigüedad característica y fruto de la matización del mercado gasístico argelino en este contexto para España, por un lado, y la transformación geopolítica de gran calado en la que estamos inmersos en el gran espacio, lleva a España a presentar una interesante vía a Marruecos, que era lo que de verdad necesitaba, ante todo porque España es la antigua potencia colonizadora del Sáhara Occidental. Además, sirve de base para construir un apoyo para la vía política, tal y como se define por la resolución 2602 de la ONU, otorgando con ello una dirección de trabajo para buscar una resolución a la figura del enviado especial, Staffan de Mistura, con el fin de obtener un consenso internacional para apoyar el plan de negociación y solución política propuesto por el reino de Marruecos.

España ha elegido a Marruecos por diferentes motivos, entre otros porque el Gobierno es muy consciente de que ganará a largo plazo a nivel estratégico y económico, al igual que Marruecos.

En los siguientes días irán apareciendo las sucesivas piezas que ayudarán a comprender a cabalidad la forma en que se ha definido esta postura, qué aspectos han sido tenidos en cuenta y por parte de todos los actores, a lo que cabe añadir qué podríamos esperar en el futuro respecto al gran espacio que está en plena formación, incluso de forma violenta.