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La contraofensiva ucraniana en el óblast de Kharkiv ha venido derrotando a las fuerzas rusas y haciendo colapsar el eje ruso en el Donbas del norte.

Las líneas rusas se dividieron en el eje Kharkiv - Izyum, pasando a manifestar las tropas rusas signos de retirada errática en algunas áreas críticas. La retirada irregular profundizó rápidamente la ofensiva ucraniana en las áreas especificadas. Las fuerzas rusas no realizaron una retirada controlada y huyeron apresuradamente del sureste del óblast de Kharkiv para escapar del cerco alrededor de Izyum. Esto pone de manifiesto una serie de elementos que se resaltan a continuación:

Adicionalmente, las fuerzas rusas habían debilitado previamente el eje norte de Donbas para reubicar unidades de este frente al sur de Ucrania, para contener el avance ucraniano sobre Kherson, esto supuso una complicación para los esfuerzos realizados con la finalidad de frenar el avance ucraniano o, como mínimo, desplegar una fuerza de cobertura para la retirada.

Las fuerzas ucranianas han penetrado las líneas rusas a una profundidad de hasta 70 kilómetros en ciertos lugares y capturado más de 3.000 kilómetros cuadrados de territorio en los últimos cinco días desde el 6 de septiembre, más territorio que el que las fuerzas rusas han capturado en todas sus operaciones desde abril, recomiendo una lectura del siguiente hilo en Twitter:

Todo ello ha propiciado grandes embolsamientos de unidades rusas, tal y como informábamos en el Twitter del Instituto Symposium el 9 de septiembre:

He aquí una buena reflexión sobre los carros de combate. La guerra y su doctrina adquiere unos derroteros más apegados al realismo, pero esto obliga a que de su mano se formulen nuevas propuestas desde el idealismo cosmopolita: esta es la forma correcta de aplicar a Maquiavelo. No lo olviden aquellas personas que tienen la responsabilidad y la capacidad de tomar decisiones.

En definitiva, la velocidad del avance ucraniano es realmente asombrosa (esto sí se podría parecer a la Blitzkrieg). Todo ello pone de manifiesto un fallo que podríamos tildar de masivo de la inteligencia rusa; por otro lado aparentemente las fuerzas rusas no contaban con unidades de reserva operativas locales o bien las trasladaron desde otra parte demasiado tarde. La línea del frente estaba escasamente cubierta por las fuerzas rusas; y, por último el C2 ruso ha colapsado estrepitosamente (C2: command and control, mando y control, que es el ejercicio de la autoridad y la conducción y seguimiento por el mando operativo expresamente designado, sobre las fuerzas asignadas para el cumplimiento de la misión).

Sobre el C2, se ha confirmado lo que viene observándose desde el principio de la guerra de Rusia en Ucrania, que se ha caracterizado por su aparente falta de coordinación y un plan ostensiblemente defectuoso.

Como se puede comprobar, desde el 3 de marzo se viene observando que las fuerzas rusas se adentran profundamente en Ucrania, sólo para ser aisladas por la falta de combustible, las averías de los vehículos (caso del material ruso que han hallado los ucranianos en esta contraofensiva, por ejemplo) y, en última instancia, las fuerzas ucranianas.

Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso (MoD) anunciaba la retirada de las tropas de la línea Balakliya-Izyum el 10 de septiembre, bajo el falso pretexto de un "reagrupamiento" de fuerzas para apoyar los esfuerzos rusos en la dirección del óblast de Donetsk. Los movimientos previos de Rusia fracasaron para asegurar Izyum y evitar que Ucrania cortase las líneas de comunicación rusas en Kupyansk.

Kharkiv o Járkov es una de las principales áreas de suministro de la operación rusa debido a la infraestructura ferroviaria (sobre la logística rusa y otros temas publiqué este documento que aconsejo leer). Si las tropas ucranianas aseguran el control total de la ciudad en un futuro próximo hipotético, entonces las líneas de suministro de las tropas del Distrito Militar Occidental Ruso fallarán. Recordemos que las fuerzas ucranianas han recuperado casi la total integridad del óblast de Kharkiv en una rápida contraofensiva.

Las fuerzas armadas de Ucrania emplearon HIMARS y otros sistemas occidentales para atacar las líneas terrestres de comunicación rusas (GLOC) en los óblasts de Kharkiv y Kherson, estableciendo las condiciones para el éxito de esta operación.

De hecho, de acuerdo con una fuente de inteligencia militar ucraniana, el éxito de la ofensiva dependía de los misiles tácticos aire-superficie antirradiación AGM-88 HARM (High-speed Anti-Radiation Missile) suministrados por Estados Unidos, que se concentran en las emisiones del radar de defensa aérea ruso y otros equipos.

También se basó en sistemas tierra-aire que amenazaban a los aviones rusos: fuentes ucranianas señalan al Gepard de Alemania, un conjunto de cañones antiaéreos sobre orugas. Esta amenaza dejó a Rusia reacia a desplegar poder aéreo; cuando lo hizo, sufrió pérdidas. Informes no confirmados sugieren que al menos un avión de combate ruso y dos helicópteros fueron derribados durante la operación de Ucrania. Según los informes, los aviones rusos han tenido problemas para distinguir entre las unidades rusas y ucranianas en el tumulto de los combates, con las líneas del frente cambiando rápidamente.

La ofensiva ucraniana, que se desarrolla desde hace un tiempo en el sector sur, también jugó un papel importante en el carácter dominante del ataque, que comenzó inesperadamente y se desarrolló rápidamente en el sector norte. La ofensiva en el sector norte está bajo la dirección directa del Comandante de las Fuerzas Terrestres de Ucrania.

La reconquista ucraniana de Izyum puso fin a la posibilidad de que Rusia pudiera lograr sus objetivos declarados en el óblast de Donetsk. Después de retirarse de Kyiv a principios de abril, los objetivos rusos declarados habían sido apoderarse del territorio completo de los óblasts de Luhansk y Donetsk.

La 4ª División de Guardias Kantemirov ha tenido problemas para mantener sus vehículos en funcionamiento desde que comenzó la guerra. Escasez de repuestos, falta de mantenimiento preventivo o incluso yo no descartaría tal vez falta de combustible, o bien la suma de todos estos factores. Pero hay una cosa que está clara: si estos carros de combate estuvieran funcionando, la contraofensiva de Ucrania podría no haber tenido el éxito que tuvo. Ahora, todo este material, el que sea recuperable, pasa a estar bajo control de Ucrania, con los suministros que hallen, y esto tampoco debe ser pasado por alto.

La campaña rusa para lograr estos objetivos fue un ataque a lo largo de un arco desde Izyum a través de Severodonetsk hasta el área cercana a la ciudad de Donetsk. Ese ataque tenía como objetivo apoderarse de Severodonetsk, Lysychansk, Slovyansk, Bakhmut y Kramatorsk, y continuar hasta el límite occidental del óblast de Donetsk. Las fuerzas rusas lograron tomar Severodonetsk el 24 de junio y Lysychansk el 3 de julio después de una campaña larga y extremadamente costosa, pero luego culminó en gran medida, sin apoderarse de asentamientos importantes y con poco territorio. Sin embargo, la posición rusa alrededor de Izyum todavía amenazaba a los defensores ucranianos de Slovyansk y retuvo para los rusos la oportunidad de volver al ataque en los sectores del norte del arco.

La pérdida de Izyum condena el plan de campaña ruso inicial para esta fase de la guerra y asegura que los avances rusos hacia Bakhmut o alrededor de la ciudad de Donetsk no puedan ser decisivos, en caso de que se dieran y tuvieran éxito, pues Izyum es una pieza clave.

De hecho, la toma rusa de Bakhmut en estas circunstancias empieza a resultar poco probable que ocurra considerando que las fuerzas rusas se han atrincherado en pequeños asentamientos circundantes durante semanas, y en este momento no contarían con el apoyo de ningún esfuerzo mayor para lograr los objetivos originales de esta fase de la campaña, por el motivo de que tal movimiento no sería apoyado por un avance de Izyum en el norte.

La importancia operativa de Izyum ha fijado durante mucho tiempo a importantes fuerzas ucranianas en la defensa de Slovyansk al sur. La liberación de Izyum permite que esos defensores se unan a la contraofensiva, reforzándola y permitiéndole continuar.

Por otro lado, las fuerzas ucranianas también han liberado la ciudad operativamente significativa de Vovchansk, al noreste de Kharkiv. Vovchansk se encuentra en una de las líneas terrestres clave de comunicación desde el centro militar ruso de Belgorod hacia el noreste de Ucrania, muy cerca de la frontera rusa. Asegurar y mantener Vovchansk puede impedir los esfuerzos rusos para retomar las áreas que ahora están perdiendo.

En el eje del sur, la operación con el objetivo Kherson no es un ataque de distracción, porque las fuerzas ucranianas han atacado y obtenido avances en varios lugares importantes de la orilla occidental del río Dniéper. Han cortado los dos puentes que cruzan el río y continúan manteniéndolos cortados, además de interferir con los esfuerzos rusos para mantener el suministro a través de barcazas y transbordadores de pontones. Ucrania ha comprometido un poder de combate considerable y ha centrado una parte significativa de los sistemas de precisión de largo alcance suministrados por Occidente que tiene en este eje, y no es probable que lo haya hecho simplemente para atraer a las fuerzas rusas al área. Sin embargo, es fundamental para el sector norte, ya que obliga al Estado Mayor ruso a enviar tropas al sur, generando a los rusos un dilema de tiempo y espacio.

De ser esto así, el desastre que se anuncia es ciertamente importante si no se logra corregir.

Es probable que Rusia carezca de suficientes fuerzas de reserva para completar la formación de una nueva línea defensiva a lo largo del río Oskil, como supuestamente está tratando de hacer antes de que las fuerzas ucranianas continúen su avance a través de esa posición si así lo desean. La prudencia exigiría que Rusia retire fuerzas de otros sectores del espacio de batalla para establecer líneas defensivas más al este que el río Oskil con la finalidad de garantizar que pueda mantener la frontera del óblast de Luhansk o una línea lo más cerca posible de esa frontera. Pero las tropas rusas alrededor de Bakhmut y cerca de la ciudad de Donetsk continúan con las operaciones ofensivas como si no fueran conscientes del peligro para Luhansk, y las fuerzas rusas en Kherson aún enfrentan ataques y la amenaza de más ataques en ese eje.

A diferencia del sector norte, en el sur las líneas de defensa rusas muestran una resistencia mucho más efectiva. Además, los canales de riego y la infraestructura de ríos y puentes se encuentran entre los factores geográficos que dificultan el progreso.

Otro aspecto que hay que subrayar es la manifiesta incapacidad de la Fuerza Aérea y Espacial Rusa para proporcionar superioridad aérea durante seis meses, siendo una de las razones más importantes de su fracaso. Al respecto hay un interesante intento de explicación en el siguiente hilo de Twitter:

Con la llegada del invierno, las condiciones climáticas y topográficas serán más difíciles para las líneas de suministro rusas y especialmente para el movimiento de las tropas y la guerra de maniobras para ambos contendientes, de tal manera que podremos ver realmente cómo es la situación para los contendientes, incluido un contraataque ruso en un futuro próximo, en la primavera, en un sentido operativo, de 2023.

A continuación, un hilo de Twitter para ver las posiciones relativas ahora:

Ucrania ha ganado decisivamente la Batalla del óblast de Kharkiv, recuperando territorio al noroeste, norte y noreste de la ciudad y poniendo fin a la amenaza rusa terrestre y de artillería a la segunda ciudad más grande de Ucrania, y a diferencia de la retirada de Kyiv, por la urgencia de la misma y no por motivos humanitarios, esta vez los rusos no han minado las zonas de las que se retiran.

No obstante la réplica no ha tardado en llegar mediante una serie de ataques desde el Mar Negro que han dejado a varias ciudades de Ucrania en la oscuridad al atacar la infraestructura eléctrica, una forma de proyectarse también en las diferentes formas de guerra:

Comentarios personales y ciertos aspectos a tener en cuenta

Partamos de una obviedad, hay aún mucho que no sabemos sobre las operaciones en curso.

La ofensiva ucraniana en Kharkiv muestra que el carácter militar dominante de este conflicto es el de una guerra de fuego y desgaste, y nos pone en relación con conceptos como "Bewegungskrieg" y la teoría de la guerra de maniobras (MW) enunciada por John Boyd.

Para fijar un modelo en la mente de las personas que nos leen, la guerra de maniobras es una guerra según el modelo de la Blitzkrieg alemana, un alto porcentaje de las grandes campañas israelíes, o Gengis Khan. ¿Qué se persigue como objetivo? La destrucción de la cohesión vital del enemigo, y no necesariamente la destrucción física unidad tras unidad. Es decir, que se pelea no en la parte material de la guerra, y sí en la mente del enemigo: es decir, es más psicológico que físico.

La herramienta principal es mover fuerzas a lugares inesperados a velocidades sorprendentemente altas, tal y como hemos visto aquí. La potencia de fuego es un elemento que debe acompañar a la maniobra (potencia de fuego + movimiento), y que se utiliza para crear aberturas en las defensas enemigas y, cuando es necesario, para aniquilar los restos de sus fuerzas después de que se haya roto su cohesión. El esfuerzo se centra más en el nivel operativo que en el táctico.

El objetivo se establece en términos de destruir las fuerzas enemigas y no apoderarse de un terreno visto a priori como “clave”. El contendiente A situaría una suerte de "trampa" hacia adelante y pasaría a ejecutar contraataques en los flancos y la parte trasera de las penetraciones del contendiente B, estableciéndose la regla: “uno arriba y dos atrás”, de tal manera que los ataques se realizan a través y alrededor de las defensas enemigas. Las batallas suelen ser compromisos de encuentro. Las tasas de avance son altas. El movimiento es constante, irregular en dirección y tiempo y responde a oportunidades fugaces.

Una clave para comprender la guerra de maniobras es darse cuenta de que no todo movimiento es maniobra. La maniobra es movimiento relacional. La maniobra no es simplemente una cuestión de moverse o incluso de moverse rápidamente. Maniobra significa moverse y actuar consistentemente más rápido que el oponente.

De modo que, en la guerra de maniobras, si el enemigo es destruido físicamente (y en no pocas ocasiones eso no es necesario), esa no es la decisión sino simplemente el resultado. La verdadera derrota que se persigue infringir al enemigo es el colapso nervioso/mental/sistémico que se produce cuando este se da cuenta de que la situación está fuera de su control, lo que a su vez es producto de nuestra capacidad para interrumpir constantemente el tiempo de su ciclo de observación-decisión-acción. En tal aspecto la tecnología y la capacidad de mover unidades de tal forma que se desarrolle un combate en varias dimensiones de una forma integrada y sincronizada, además de la inteligencia, resultan ser factores decisivos. Aquí han podido comprobarlo.

Si he logrado llamar su atención al respecto, les recomiendo la lectura del siguiente artículo.

Una vez abordado este aspecto pasemos a otros puntos que deben considerarse.

El Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, el General Valery Zaluzhny, y el Jefe Adjunto del Comité de Defensa de la Verkhovna Rada, el Teniente General Mikhail Zabrodsky, publicaron el artículo "Perspectivas para la campaña militar en 2023: Visión ucraniana" en la plataforma "Ukrinform", y salió a la luz justo antes de una reunión en la base aérea de Ramstein en Alemania del grupo para coordinar la asistencia militar a Ucrania.

Zaluzhny y Zabrodsky afirman que existen todos los argumentos para concluir que la guerra entre Rusia y Ucrania continúe después de 2022 y, por consiguiente, tiene sentido responder preguntas sobre la escala de las ambiciones militares ucranianas en 2023 y qué tipo de ayuda Ucrania necesita de los socios, de modo tal que esta contraofensiva supone un refuerzo para Ucrania.

Para 2023 el artículo menciona los contornos "extremadamente desfavorables" de la línea de colisión en las direcciones de Izyum y Bakhmut, donde se requiere un "doble conjunto de fuerzas" para contener al enemigo, así como pone de manifiesto una "falta de armas de fuego y defensa aérea". “La situación en el Sur y el Este tampoco se ve mejor”, concluyen los autores del informe. Y es cierto: hay unas importantes lecciones que puede sacar Ucrania sobre la forma en que el frente ruso se hundió, y sobre la forma de sostenerlo para Ucrania de una manera eficiente, cuando no de ampliarlo.

Los objetivos de Rusia en 2023, según los autores del artículo, podrían implicar alcanzar la frontera administrativa de la región de Donetsk, un objetivo insistentemente señalado por parte de los rusos, así como avanzar en la dirección Zaporozhye y en el sur de Ucrania. La posible captura de Zaporozhye y el Dnieper significaría la pérdida de una parte significativa de la orilla izquierda de Ucrania por parte de Kyiv y, en caso de éxito en el sur, la captura de Nikolaev, Odessa, la creación de una amenaza para Krivoy Rog, las regiones central y occidental del país: algo que señalé en su día en este comentario, y que conviene repasar.

Otro de los aspectos que se señalan por parte de los autores del informe tiene que ver con "el centro de gravedad de la Federación de Rusia en esta guerra", cuyo impacto podría cambiar la situación.

El primer centro de gravedad de la Federación de Rusia vendría a ser Crimea, que es un centro de este tipo, con lo que si en 2023 Rusia mantuviera el control de Crimea, y para discutir este punto Ucrania debe controlar Kherson, no ya por el hecho estratégico evidente para tal fin, también porque desde allí se puede controlar el acceso a agua para la península. Además de que es en Crimea donde hallar “significativas agrupaciones de tropas y arsenales de material”; la Flota del Mar Negro también tiene su base allí; y, hay una red de aeródromos desde donde Rusia puede atacar en toda Ucrania; a lo que conviene sumar la proyección rusa en el Mar de Azov, Mar Negro y el control de la Zona Económica Exclusiva, algo de lo que he hablado aquí.

Como explico en el artículo del que acabo de recomendar la lectura, la dominación rusa del Mar Negro fue construido sobre el discurso del general Gerasimov que destacaba las capacidades que para este fin cuentan, por un lado el Kalibr, y parcialmente, por el otro lado, la de los submarinos de la clase Kilo (para los Kalibr y los submarinos rusos de clase Kilo recomiendo que lean este artículo que escribí sobre la importancia retomada en la brecha GIUK).

Sobre este particular, Turquía viene usando diferentes elementos, entre ellos Ucrania, para protegerse de Rusia mediante A2/AD (arma de negación de área o sistema armamental anti-acceso/de negación de área, que es un dispositivo defensivo o estratégico usado para evitar que un adversario ocupe o traspase cierta área terrestre, marítima o aérea), drones como los Bayraktar TB2, etcétera.

Sobre la forma en que se conciben Rusia y Turquía en el Mar Negro, por ejemplo, puede leer este artículo que escribí. Igualmente, el espacio entre Rusia y Turquía empieza a ser mútuamente excluyente, y podría ser que fuera en aumento, como estamos viendo por ejemplo en Libia, o eventualmente en Siria.

De modo que, sobre estas premisas, ambos autores concluyen que si Crimea se considera el "centro de gravedad" de Rusia en la guerra, entonces Ucrania debería planificar una campaña para apoderarse de la península en 2023. Para ello, según los autores, no será posible utilizar las formaciones existentes de las Fuerzas Armadas de Ucrania, sino que será necesario crear "una o varias agrupaciones operativas (operativas-estratégicas) compuestas por diez a veinte brigadas de armas combinadas". En el proceso, será necesario proporcionar a las formaciones existentes armas modernas de los socios de Ucrania. Todo esto, argumenta el artículo, es “absolutamente real”, aunque requiere voluntad política y una buena planificación, así como el aprovechamiento de “la base productiva y las reservas de los países líderes”. Sobre este punto conviene que repasemos cómo se han comportado en esta materia aquellos que han venido apoyando a Ucrania, para lo que pueden consultar el siguiente enlace.

Y sobre ello conviene que se señale el potencial del carro de combate Leopard 2A4 con respecto a las unidades rusas. Recordemos que existieron ciertos movimientos al respecto hace unos meses, y convendría que Alemania se decidiese en este punto, porque podría cambiar el signo de la guerra. Sobre este particular aconsejo la lectura de este artículo de Gustav Gressel, Rafael Loss y Jana Puglierin.

Esto vendría a incidir sobre aspectos relacionados con la planificación energética de Alemania y los lazos establecidos entre el establishment alemán y su contraparte rusa, algo de lo que hablé aquí. Sobre la forma en que Alemania ha contribuido al sostén de Ucrania contra Rusia (y las posibles contradicciones y tensiones entre los lazos establecidos entre Rusia y Alemania, sin olvidar que son mucho más firmes los que Alemania tiene con China, que es una pieza clave y lo va a ser cada vez más, como he señalado recientemente en el caso de los Balcanes Occidentales) conviene repasar este enlace y revisar este otro enlace.

No obstante, Zaluzhny y Zabrodsky señalan que incluso si Crimea se perdiese para Rusia respecto a su control, los rusos podrían reubicar la Flota del Mar Negro y la aviación en Krasnodar, por ejemplo, y con ello compensar las pérdidas con el tiempo y prepararse para asestar más golpes sobre Ucrania con más seguridad en el futuro y hasta a mayor escala en mi opinión.

El verdadero “centro de gravedad” de Rusia, está en opinión de Zaluzhny y Zabrodsky, en lo que ellos llaman la “naturaleza remota” de la guerra para la mayoría de los rusos y la “impunidad asegurada por la lejanía física”. “Gracias a esta lejanía, los ciudadanos de la Federación de Rusia no perciben tan dolorosamente las pérdidas, los fracasos y, lo que es más importante, el costo de esta guerra en todos sus sentidos”.

Obviamente coincido con la apreciación de los autores del informe, cuando afirman que Rusia tiene la capacidad de atacar "con impunidad" cualquier parte del territorio de Ucrania, mientras que Ucrania tan sólo "hasta la profundidad de la retaguardia operativa del enemigo". Siempre de acuerdo con la opinión de ambos autores, Rusia no puede verse privada de esta ventaja, pero Ucrania podría contrarrestarla con “su capacidad para actuar de manera similar y en un rango similar”. Para hacer esto, las Fuerzas Armadas de Ucrania necesitan reequipar la artillería, las fuerzas de misiles, la aviación y las fuerzas navales con la ayuda de suministros extranjeros.

Zaluzhny y Zabrodsky hicieron referencia a una serie de ataques con misiles contra bases aéreas rusas en Crimea, incluido el aeródromo de Saki el 9 de agosto, “un ejemplo convincente de la corrección de este enfoque”.

En conclusión, Zaluzhny y Zabrodsky enfatizaron que la asistencia aliada debe seguir siendo “la base material de la resistencia ucraniana” en 2023. En su opinión, el momento y el volumen de la asistencia se ven afectados por la falta de comprensión por parte de la comunidad mundial de la verdadera escala del conflicto, debido al hecho de que las realidades de la guerra en Ucrania siguen siendo para la "absoluta mayoría de las personas en el mundo... solo la realidad fantasmal de las guerras mundiales del siglo pasado".

Otro aspecto que quiero abordar tiene que ver con una de las consecuencias que de todo ello se está haciendo desde Bielorrusia. Ya avisé que uno de los factores que el Kremlin debía controlar durante el curso de la guerra era al presidente Lukašėnka, tal y como anticipaba el 21 de enero de este año, pues ya estaría reconociendo que lo sucedido en Ucrania ha sido un error y que quizás se deberían restablecer relaciones diplomáticas con Kyiv, de acuerdo con el siguiente tweet:

No descarto este movimiento de Lukašėnka, pero para la contraofensiva rusa Bielorrusia juega un papel imprescindible para el Kremlin. La contraofensiva podría llegar, pues Rusia cuenta con medios para hacerlo y está moviendo a la sociedad para conseguirlo (y de paso eliminando críticos), tal y como expliqué con el artículo del asesinato de Darya Dugina. De la misma opinión es el ministro de defensa de Ucrania, Oleksii Reznikov, que en declaraciones al FT se pronuncia en este sentido.

La reacción en Rusia al desastre del ejército ruso en el frente nororiental de Ucrania ha desatado la ira del "verdadero partido de la guerra" en Moscú, ultranacionalistas y halcones de diversa índole que piden a Vladimir Putin que "empiece a ponerse serio", entre otros el grupo donde encuadrar a la fallecida Darya Dugina y el propio Dugin, y por supuesto, los que los sostienen. ¿Por qué? Porque ven más cerca la posibilidad de alcanzar la meta de que se decrete la movilización general, y con ello la promoción de la Operación Militar Especial a una guerra patriótica y el arma nuclear táctica de instrumento de propaganda a elemento del arsenal disponible. Recomiendo la lectura de este artículo de Michael Kofman y Anya Loukianova Fink, titulado "ESCALATION MANAGEMENT AND NUCLEAR EMPLOYMENT IN RUSSIAN MILITARY STRATEGY", para intentar anticipar posibles acciones rusas en caso de que llegásemos a este escenario.

El presidente de Rusia no se muestra de una forma clara al respecto, aunque las declaraciones de los ultras de la "gran guerra patria 2.0" le molestan, las inevitables reverberaciones en la opinión pública le irritan, pero al fin y al cabo son figuras ajenas a los centros nerviosos del sistema y su peso realmente y por ahora resulta ser limitado, aunque Rusia no se puede permitir perder en Ucrania, de hecho ya le ha costado mucho, más allá de lo económico, en lo que se refiere a la posición de China en la relación entre ambos. Esto genera movimiento dentro de los círculos de poder: de hecho, el líder checheno Ramzan Kadyrov, querría aprovechar esta situación y postularse para dar un salto al círculo federal de poder, alcanzar el Ministerio de Defensa o para dirigir un nuevo cuerpo militar.

Por de pronto han aparecido ya signos de inquietud por la situación bélica, como recogíamos en el Twitter del Instituto Symposium, algo que podría ser la organización de una suerte de vago frente interno ante la perspectiva de un invierno que se materializará en forma de complicaciones económicas que por ahora son limitadas, exponiendo dificultades en sectores estratégicos como el transporte aéreo.

No obstante, si se extiende la sensación de una posible derrota, la resistencia se erosionará desde dentro y sería el principio de un fin, que por el momento resulta difícil de asegurar, pero que podría suponer una reedición de la derrota rusa en la guerra ruso-japonesa que precipitó los acontecimientos que llevaron a la Primera Guerra Mundial y una serie de revoluciones en Rusia. Si Rusia se hunde en la sensación de fracaso, nada es imposible. Insisto de nuevo en ello: Rusia no puede prescindir de Ucrania, en ningún aspecto, y sobre ello construir, lo que no significa necesariamente la paz.

Esto explicaría el porqué Putin optó por hacerse el desentendido y acudir a las celebraciones del 875º aniversario de la fundación de Moscú, con los tradicionales fuegos artificiales del 10 de septiembre, a pesar de las peticiones de cancelación de muchos sectores, dando a entender que en Ucrania "todo sigue según el plan y se alcanzarán los objetivos", algo que afirmó el número dos del Consejo de Seguridad Nacional, Dmitri Medvédev, que ejerce el papel de enlace entre los extremistas de la guerra y las facciones más prudentes.

Entonces, ¿qué hay de la movilización general? Es una evidencia que esta situación se aproxima, aunque Putin se resiste a la movilización general ahora, porque tanto la cúpula de Defensa y buena parte del Ejército (pero atención, ya no toda) son de la opinión de que una llamada general a las armas no supondría una diferencia decisiva y asignaría el resultado de la guerra en una fase "intermedia" únicamente a la dimensión militar. Así que concluyen que de momento hay que esperar. ¿A qué? Pues a que las palancas de presión sobre el suministro de gas "con el Occidente ampliado", y particularmente con Alemania, que está "atrapada" por la tecnología y otros factores con China de una forma más intensa aún, por un lado; y Francia, por el otro lado, sufran una mezcla de ambiciones geopolíticas, una clara ceguera en cuanto a su verdadero peso en la actual y en la Unión Europea en formación, además de lo que llegaría por vía de presión a Francia en África, necesidad de uranio (y recordemos, que parece que Francia se ha olvidado, que en España hay uranio... pero se ha olvidado porque se centra en Turquía, anglófila, y en su contención... algo difícil cuando se tiene presente la posición real de Turquía en África y su enlace con Europa, como expliqué aquí), y mientras tanto, se observa cómo evolucionan las midterms en Estados Unidos.

Con Francia bloqueada en África, y con el pulso con España (que cuenta con uranio, y la posibilidad de seguir a los países del este de la Unión Europea y usarlo pero con tecnología norteamericana, dada la ceguera de Francia), el peso de Rusia y China en las ambiciones francesas en África, en Europa y contra Turquía asciende, y más si le sumamos el uranio. Otra baza del eje Beijing-Moscú

En realidad, hay disidentes en la maquinaria del poder ruso, y el que ahora ya sean tolerados es significativo. El llamamiento a "más guerra" está ganando prosélitos entre los siloviki, los hombres del sector de la seguridad más cercanos al jefe del Consejo de Seguridad, Nikolai Patrušev. Aunque en teoría nadie se atrevería a rebelarse contra las órdenes de Putin. Pero lo sucedido puede caldear los ánimos, y más dependiendo de la lectura que se haga por las partes implicadas del asesinato de Darya Dugina.

A esto hay que sumar la visión de la población rusa, que ya hay varios indicadores al respecto. El último de ellos es el resultado del partido gobernante Rusia Unida en las elecciones para 14 gobernadores y cientos de asambleas locales de varios niveles ha superado las previsiones, que ya eran halagüeñas. Según los datos preliminares, el Partido Comunista (KPRF), partidario de un llamamiento general a las armas y considerado un refugio para los votantes huérfanos de una oposición real, no alcanzó buenos resultados... sirva esto para entender cuál es la naturaleza del Partido Comunista como pieza dentro de las estructuras de poder dominantes de la Federación de Rusia. Las posiciones más marcadamente nacional-patrióticas defendidas por Za Pravdu (es decir, "Por la Verdad") del escritor Zachar Prilepin no se abrieron paso.

Con unas sombras de sospecha, bastante sólidas, que se podrían considerar en no pocos aspectos una reedición de las elecciones a la Duma de 2021, de las que hablamos aquí, y con unas votaciones que han durado ni más ni menos que tres días (del 9 al 11 de septiembre), podemos decir que, de momento, la maquinaria del poder resiste y recibe la aprobación en estas líneas, incluso un refuerzo, aunque por los medios y su alcance los discursos ya se superponen y son contradictorios entre los respectivos voceros.

Esto hace que Putin quiera seguir adelante con los referendums en los territorios ocupados del sureste y el sur de Ucrania que deben conducir a la anexión, de manera tal que esto se decida el 4 de noviembre, Día de la Unidad Nacional, festivo nacional reintroducido en el calendario de festividades ruso en 2004 en lugar de las conmemoraciones de la Revolución de Octubre, y que existía en el Imperio ruso y estaba dedicada más explícitamente a la "liberación de Moscú del invasor polaco": ya pueden imaginar las connotaciones, cuando las fake news hechas desde Rusia han imaginado la Mancomunidad Polaco-Lituana reconstruida y atacando a Rusia como si fuera en el pasado.

Una vez anexionada, la contraofensiva ucraniana se convertiría en un acto de guerra contra las regiones declaradas parte integrante de la Federación de Rusia, con todas las consecuencias pertinentes, tal y como se declaró la guerra a Ucrania el febrero pasado sobre esta misma base. Incluyendo una implícita y quizás en ese momento inevitable luz verde a la movilización general, que los rusos tendrían que aceptar en nombre de la defensa de la patria, y para entonces ya habrá de quedar claro si la cuña introducida por Rusia y China ha logrado su objetivo con París y/o Berlín, con un punto de atención en Turquía.