Este texto se puede considerar una segunda parte del artículo dedicado al discurso de Vladímir Putin el pasado 9 de mayo de 2022, y que fue tratado en este documento.

"Los militantes del batallón nacionalista Azov y las tropas ucranianas en el complejo siderúrgico sitiado de Azovstal en Mariupol continúan rindiéndose", dijo el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, el mayor general Igor Konashenkov.

La agencia TASS recogía el 18 de mayo que "los militantes del batallón nacionalista Azov y las tropas ucranianas en el complejo siderúrgico sitiado de Azovstal en Mariupol continúan rindiéndose", en palabras del portavoz del Ministerio de Defensa ruso, el mayor general Igor Konashenkov, estableciendo una línea divisoria entre las unidades no regulares, el "batallón nacionalista Azov", y el ejército ucraniano.

Como todo conflicto, particularmente este y por dónde se llegue a desarrollar, la información y las palabras son elementos clave. Alrededor de Mariupol ha habido toda una dinámica especialmente señalada, tras el fracaso de la toma de Kiev por parte de las fuerzas rusas.

Ucrania habla de la "evacuación" de los defensores y su presidente Volodymyr Zelenskyj (Zelensky) precisa que "necesitamos héroes vivos; seguimos trabajando para traerlos a casa". Rusia habla de "rendición incondicional" y su representante permanente ante las Naciones Unidas, Dmitry Polyanskiy, hace chanzas, un clásico contemporáneo del estilo neoconservador y también de la Alt Right, sobre la incapacidad anglosajona para describir la "situación real", ridiculizando a The New York Times que informa sobre el "fin de la misión de combate en Mariupol".

Los antecedentes explican estos "giros verbales". Veamos cuáles son. Para ello es preciso que veamos El Trazo de Kalamos para el pasado 17 de mayo de 2022.

Allí explicaba lo siguiente, que reproduzco en su literalidad:

El columnista especialista en asuntos de defensa, el coronel (r) Mikhail Khodaryonok, lleva a cabo un análisis serio de la guerra en Ucrania, la evolución del apoyo occidental en cuanto a armamento, avisa de lo que eso puede llegar a comportar en un futuro próximo (estoy totalmente de acuerdo: nuestro suministro de ayuda militar se ha ido volviendo cada vez de mayor calidad y para alcanzar objetivos cada vez mayores vistos los acontecimientos en Ucrania... yo no descarto, efectivamente, que un millón de hombres y mujeres en armas, con los factores que señala Khodaryonok y con el debido entrenamiento y suministro de armas acorde con los objetivos... pueda ser un escenario que comprometa las posiciones rusas en el sur y en el este...). De hecho, el pasado 26 de abril de 2022, en una visita a Kiev, los secretarios de Estado y de Defensa de Estados Unidos anunciaron la reapertura de la embajada estadounidense en Ucrania, un envío masivo de armas sofisticadas y sobre todo un nuevo objetivo: “Queremos debilitar a Rusia hasta que pueda hacer lo que hizo al invadir Ucrania”, en palabras del jefe del Pentágono, Lloyd Austin.
Con este movimiento Estados Unidos daba inicio a una nueva fase táctica, haciendo lo que han hecho desde el principio: ser flexibles y adaptarse al curso de la guerra. Al comienzo de la invasión, estaban dispuestos a convivir con una Ucrania dividida en dos, con una Ucrania prooccidental reducida a los alrededores de Lviv, desde donde armar una insurrección contra el ocupante. Apreciando la resistencia de los ucranianos y las dificultades logísticas de los rusos, armaron a Kiev para evitar que sucumbiera. Ahora que la guerra se concentra en el este y el sur, en un terreno que teóricamente era más favorable a las fuerzas de Moscú, se ha convertido en la necesidad de evitar que Putin niegue a los ucranianos el acceso al Mar Negro, aunque se acabe por reconocer el control del Mar de Azov por parte de los rusos, algo de lo que hablaré inminentemente.
Por consiguiente, comenzaron a enviar armamento más sofisticado [algo de lo que ha hablado Kadyrov como un obstáculo no esperado en los planes de Moscú], a compartir inteligencia para golpear profundamente al enemigo, a difundir una narrativa más optimista, centrada en las posibilidades de Kiev no ya sólo de resistir sino también de ganar. Sobre qué significado le damos a ganar aún podemos tener ciertas dudas, sin riesgo a equivocarnos podemos decir que fluctuará hasta que se ajuste a la situación táctica y con cierta línea de movimiento estratégica definida por los acontecimientos, pero para el gobierno ucraniano la definición es muy clara: restaurar las fronteras anteriores a 2014, lo que implica recuperar la integridad de Crimea y el Donbás. Lo que señala el coronel en la reserva Khodaryonok es precisamente esto: ¿qué escenario se avecina para Rusia cuando se aproximen a esta situación? ¿Dará Estados Unidos luz verde, con el correspondiente apoyo de todo tipo para mediante los proxies ucranianos volver a la integridad territorial de Ucrania previa a 2014?
Washington envía un mensaje, cada vez más claro, y también amenazante a Moscú: a través de nosotros, los ucranianos podrían desgastarte. Rusia debe evaluar muy bien este riesgo: su poder de intimidación ya ha disminuido, cualquier derrota podría ser un golpe fatal, y los últimos acontecimientos resultan ser dramáticos, aunque ahora la propaganda rusa arrecia con la retórica de "nazis" y con el control de Mariupol total.
El debilitamiento del que habla Estados Unidos se refiere únicamente al poderío militar de Moscú, no a su gobierno. El objetivo no es lograr una derrota que desencadene el derrocamiento de Putin, sino sellar a Rusia en preparación para años de gran contención.
Habla también Khodaryonok del aislamiento geopolítico de Rusia y de la entrada de los países escandinavos a la OTAN y lo que implica para Rusia, además de lo que puede hacer Rusia de una forma cuerda y razonable al respecto.
Aunque lo he buscado no encuentro ningún corte que siga la discusión, pero a continuación hay un interesante intercambio entre Skabeyeva y Khodaryonok. Skabeyeva insiste en que se trata sólo de Occidente el que actúa contra Rusia, con una línea argumental en la dirección de que China e India apoyan a Rusia. Khodaryonok le contesta educadamente y le menciona que esta no es una situación normal. El desarrollo de los acontecimientos, explica Khodaryonok, hace que tanto China como India se sitúen en posiciones cada vez más lejanas de un apoyo incondicional a Rusia, como os explicaba de pasada precisamente en el Trazo de Kalamos de ayer lunes 16 de mayo de 2022.
Las fuerzas rusas sufrieron importantes reveses en el frente nororiental de la guerra de Ucrania. Según fuentes gubernamentales de Kiev, el ejército hizo retroceder al invasor de Kharkiv y se acercó a la frontera con la Federación de Rusia. Además, diezmó un batallón enemigo que intentaba cruzar el río Severodonetsk con varias decenas de carros de combate. Por último, hay indicios de que los rusos están descargando el frente de Izium de los intentos fallidos de abrirse paso hacia Sloviansk.
Es un compendio de las dificultades del intento de los rusos de separar el grueso del ejército ucraniano desplegado en el este del resto del país con una maniobra de pinza. Esta maniobra es el objetivo de la llamada fase 2, centrada en el Donbás.
Los rusos parecen verse obligados a reducir aún más sus objetivos, desplazándolos cada vez más hacia el este y reduciendo la superficie de territorio conquistable. Primero intentaron atravesar Kharkiv, luego Izium, ahora ni siquiera pueden rodear Severodonetsk, cerca de la línea del frente. Esto podría significar que Moscú no logrará conquistar todo el óblast de Donetsk, mientras que parece estar en mejor posición en Luhansk.

A esto conviene que le sumemos la siguiente apreciación recogida en mi comentario sobre el discurso del presidente Putin con motivo del 77º Día de la Victoria:

La gestión de la guerra no ha sido precisamente digna de estudio para bien por parte de Rusia. De ahí, la necesidad del presidente Vladímir Putin de situar a la cabeza al general Aleksandr Dvornikov, gracias a la fama ganada en Siria, y para gestionar unos escenarios paralelos. Las órdenes han sido claras: conquistar todo el Donbass, desenclavar Crimea y preparar así el empuje decisivo hacia Odessa y Transnistria, acercando el proyecto de Nueva Rusia, primer gran objetivo ruso hacia el dominio total de Ucrania, para integrarla en diferentes fases, en su línea roja que va de Kaliningrado hasta Tiraspol, a la que añadió Bielorrusia, y ahora por el troceado, Ucrania. A esto hay que añadir la usurpación de recursos de todo tipo, incluida las diferentes Zonas Económicas Exclusivas y proyectarse sobre el Mar Negro, el Cáucaso, Asia Central y romper hacia el Mediterráneo y el Adriático

Ambos frentes se hallan, como se puede comprobar, estrechamente relacionados, Mariupol y Luhansk, donde las tropas rusas tratan de lograr victorias tácticas que muevan en la dirección de alcanzar los medios y construir el espacio de dominio que están buscando. En este sentido, y a modo de breve comentario, la batalla por Severodonetsk, una de las últimas grandes ciudades bajo control ucraniano en el clave óblast de Luhansk, ha pasado a ser ahora un punto focal en la guerra de Rusia.

Para ello, y tal y como he señalado aquí y aquí, las tropas rusas buscan devolver los reveses y aplicar su doctrina desplegada en Siria adaptándola a Ucrania, por tal razón el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky advirtió que los combates en el este se están volviendo cada vez más sangrientos, con hasta 100 soldados ucranianos asesinados cada día, o Serhiy Haidai, que explicaba: “La situación aquí es difícil porque el ejército ruso ahora ha lanzado todas sus fuerzas para capturar la región de Luhansk”. Esto explica también que las tropas rusas destruyeran un puente hacia Severodonetsk el sábado pasado, lo que dificultó la evacuación de personas y el ingreso de suministros, de forma tal que podrían llegar a aislar completamente la ciudad si controlan (o destruyen) una sola infraestructura más sobre el río.

En efecto, Rusia está tratando de rodear Severodonetsk, que antes de la guerra tenía una población de alrededor de 100.000 habitantes (en estos momentos se hallan allí unos 10.000 habitantes), ahora que ha terminado una prolongada batalla por la ciudad portuaria de Mariupol, como parte de la formación del espacio llamado "Nueva Rusia", y para lo cual, una vez asegurado el Mar de Azov, que en este mismo documento explicaré las razones de esta importancia estratégica, el siguiente paso de Rusia es controlar de Donbas, que incluye las regiones de Donetsk y Luhansk, y desde allí ir a buscar la línea que apoya la Transnistria, pues recordemos, como ya he explicado varias veces, que la línea roja de Rusia va de Kaliningrado a Tiraspol, y ahora hasta el islote de las Serpientes, apoyándose en una Bielorrusia capturada para sus fines y con la necesidad de imponer una zona de dominio sobre el resto de territorio ucraniano, por lo menos hasta el Dnieper, e idealmente, como ya lanzó el presidente Putin un globo sonda, captar a un militar del ejército ucraniano que sea un vasallo de Moscú, una suerte de Kadyrov. De lo sucedido en Mariupol también hay que hacer una lectura en esta dirección, como hablaré más abajo. Por el momento diremos que, desde un plano más estrictamente militar, la caída de Mariupol, después de ser anunciada en diferentes veces por la propaganda rusa, ha permitido a las Fuerzas Armadas rusas el concentrarse con mayor intensidad precisamente aquí donde la batalla se desarrolla más en firme, por el Donbás, tal y como vemos desde la segunda quincena de abril, cuando Rusia empezó a intensificar sus lanzamientos de misiles y artillería, particularmente con el objetivo principal en el frente oriental, en aquel momento desde Kharkiv hasta Zaporižžja; el avance de las fuerzas rusas es lento a pesar de que en la llamada "Fase 2" por Moscú la línea del frente pasó a ser única, el mando se centralizó, las líneas de suministro se acortaron y el terreno se despejó (con más campos y zonas abiertas, y menos bosques y ciudades), en definitiva, al favorecerse al infractor sobre el defensor.

En este sentido, al no poder atrapar en una sola bolsa al ejército ucraniano y eliminarlo, y dada la persistencia del foco de Mariupol, ahora los rusos cuentan con la facultad de haber liberado a los dos batallones tácticos, o partes de los mismos, que se han dedicado a asegurar las posiciones conquistadas en Mariupol, y a la formación de un perímetro alrededor de Azovstal. Con la liquidación de la última reducción simbólica de Kiev en la ciudad portuaria del Mar de Azov, Moscú podrá proceder a la "rusificación" de los territorios ocupados; esto es, tal y como venimos viendo, la introducción del rublo como moneda en las áreas ocupadas de Ucrania, cosa que demuestra que se trata de una conquista de posiciones, acaparar recursos, usurpar Zonas Económicas Exclusivas, y hacerlo de forma permanente. De hecho, el representante local del Kremlin Stremousov dijo que "no habrá referéndum" para establecer una "República Popular de Kherson" y que "también se excluye" su regreso a la "Ucrania nazi": es decir, que se trata de territorios que se sumarán a la estratégica península de Crimea y pasarán a formar parte directamente de la Federación de Rusia (todo lo que puedan conseguir de la llamada "Nueva Rusia", y que debe reforzar la línea roja de Kaliningrado a Tiraspol, con el islote de las Serpientes como punto de apoyo y preparando las condiciones para establecer un Estado que pueda llegar a ser títere, como Chechenia, o el otro ejemplo que sería Bielorrusia). Si nos fijamos en que se están situando campos de entrenamiento en Crimea sobre planes de estudios escolares rusos para profesores en las zonas ocupadas es una confirmación más de la "rusificación" de la franja costera de Ucrania, el verdadero objetivo de esta segunda fase del conflicto una vez no se pudo entrar en Kiev ni situar un títere tras un golpe de Estado alentado por Rusia.

Fuente de la imagen

Mientras tanto, la guerra geoeconómica de Rusia persiste, y más allá de los hidrocarburos entrando de pleno en la seguridad alimentaria, como expliqué en un reciente Trazo de Kalamos. Para más información pueden consultar este enlace, y este otro enlace. Rusia afirma el día 25 de mayo de 2022 estar lista para proporcionar un corredor humanitario para que los barcos que transportan alimentos salgan de Ucrania, a cambio del levantamiento de algunas sanciones, según la agencia Interfax citando como fuente al viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Andrei Rudenko. Como ya expliqué, los puertos ucranianos del Mar Negro han estado bloqueados desde que Rusia inició la invasión de Ucrania el 24 de febrero y más de 20 millones de toneladas de granos están atrapadas en silos en el país.

"Hemos declarado repetidamente sobre este punto que una solución al problema alimentario requiere un enfoque integral, incluido el levantamiento de las sanciones que se han impuesto a las exportaciones y transacciones financieras rusas (...) Y también requiere el desminado por parte de Ucrania de todos los puertos donde están anclados los barcos. Rusia está lista para proporcionar el paso humanitario necesario, lo que hace todos los días", siempre según Rudenko.

Al respecto, aquí se recoge otro frente de guerra de información, pues tanto Rusia como Ucrania se acusan mutuamente de dejar ir minas a la deriva en el Mar Negro.

Al respecto de esto, Rudenko, siempre de acuerdo con la agencia Interfax, señaló que la posible escolta por parte de barcos occidentales de los barcos de Ucrania que transportan grano "exacerbaría gravemente la situación en el Mar Negro".

El elemento central de esta ofensiva gira alrededor de Odessa y de su control, pues esta ciudad del Mar Negro resulta ser el principal puerto de aguas profundas de Ucrania.

Y volvemos de nuevo a Mariupol, pues en el Mar de Azov, de aguas poco profundas, el Ministerio de Defensa de Rusia ha dicho el miércoles 25 de mayo de 2022 que el puerto de Mariupol está operando normalmente después de que las fuerzas rusas terminaron de retirar las minas de allí.

Dentro de la lógica marcada por la guerra informativa, podemos ver cómo se extiende, y se ha utilizado sobre Mariupol desde diferentes perspectivas. Así, la extrema derecha, en forma de milicias ya desde Crimea y Donbass en ambos contendientes, lejos de lo que pregona la propaganda rusa, que si bien es cierto que se citan, y correctamente, a los miembros de ideología ultra como los de Pravi Sektor que se adscribieron en el Batallón Donbass o en el Batallón o Regimiento Azov, a menudo se olvidan de las milicias pro-rusas de militantes del partido Unidad Nacional Rusa, la compañía de operaciones especiales Rusich, el Batallón Svarog o el Ejército Ortodoxo Ruso, por mencionar los rusos, y a los que se puede añadir entre los pro-rusos de esta ideología a los búlgaros de Amanecer Ortodoxo, los húngaros de la Legión de San Stefan (la mayor parte muy ligados a Jobbik), los chetniks serbios del Destacamento de Jovan Šević, los eurasianistas internacionalistas (básicamente franceses) de Unidad Continental, y los nacional-bolcheviques del Batallón Zarya, miembros del partido La Otra Rusia.

El mismo caso se daría entre los chechenos que han combatido en Mariupol. Si los rusos han contado con los recursos de los kadyrovtsy, los ucranianos han contado a su vez con aquellos que se oponen a Kadyrov.

En definitiva, la guerra informativa y de declaraciones sobre Azovstal y los sitiados allí muestra las intenciones opuestas de Kiev y Moscú: mientras los ucranianos se muestran partidarios de un intercambio de prisioneros para traer de vuelta a los que han resistido en la acería, como el mayor ejemplo de resistencia al invasor; sin embargo, los rusos parecen inclinados a declinar el intercambio, prefiriendo el uso instrumental con fines de propaganda interna de la captura de los "neonazis" de Mariupol, algo que les resulta necesario, ¿por qué?

A pesar de sus reiterados fracasos, como el intento de cruzar el río Donets o en el ataque a Kharkov, los rusos tienen bajo control el óblast de Kherson, algo que es fundamental en varios aspectos, como señalé aquí. Sin embargo, dadas las órdenes dadas al general Aleksandr Dvornikov en la llamada "Fase 2" por Moscú, va a llegar el momento en que se exija más a la población rusa, razón por la cual es necesaria toda esta retórica, y de paso otorga una centralidad al Kremlin y a Vladímir Putin en el pulso político-económico en clave interna y en la afirmación del bloque que más convenga a sus intereses.

De acuerdo con el líder de la República Popular de Donetsk, Denis Pušilin, “si deponen las armas, el tribunal debe decidir su destino. Si es un criminal nazi, entonces corte marcial'. El propósito es emular los Juicios de Nuremberg mediante unos procesos largos retransmitidos, con una multitud de pruebas documentales y testimonios directos, con una veracidad entre real y totalmente dudosa, dependiendo del caso, y cuyo propósito es acabar con la imagen heroica en el exterior alrededor del Batallón Azov, pero también para acabar de convencer a la población rusa de la rectitud moral de la invasión, y tratar de elevar su moral de combate ante futuras exigencias, cada vez más cercanas dadas las circunstancias, además de bajar la moral de combate de los ucranianos, cargando contra los ultranacionalistas y mostrando una gran indulgencia hacia el ejército regular de Kiev que no esté afiliado a facciones ultranacionalistas. Este aspecto es un elemento central de la retórica de Moscú que busca poner en la Ucrania no ocupada por Rusia un líder militar del estilo del líder de Chechenia, Ramzan Kadyrov, cuyos kadyrovtsy fueron ampliamente utilizados en la batalla urbana de Mariupol, "los militares pueden ser intercambiados, pero esos banderistas absolutamente no".

Alrededor de Kadyrov y los chechenos, como decíamos, también tenemos varios elementos que se pueden entender en múltiples direcciones. Recordemos que Kadyrov viene a representar una suerte de islam, muy peculiar, con el sello de aprobación de Moscú. Este elemento, que trasciende el primer nivel, el control de esa zona del Cáucaso, ha sido utilizado como elemento de choque en el pasado, por interés, contra el Golfo. Y es que con Kadyrov sucede exactamente igual que, por ejemplo, con Wagner. Se trata de algo que no es Rusia, pero sí es Rusia, sólo que no es Rusia, aunque actúa como medio de Rusia. En un documento futuro abordaremos las particularidades y evolución de la forma de islam que ha acabado imponiendo Kadyrov. En este caso, sirve para difundir una serie de propaganda de corte favorable a Putin en el mundo musulmán.

Las relaciones están acabando por ser entre Putin y Kadyrov, y no tanto entre Moscú y Grozni, un elemento de seguridad para Putin y su control del aparato de poder, máxime cuando Kadyrov pretende presentarse como una suerte de campeón del islam sunnita dentro de la Federación de Rusia, y más allá, particularmente desde 2017. Kadyrov cuenta, entre otras unidades, con los 'soldados de infantería de Putin', una unidad fuertemente armada lista para emprender misiones de seguridad en nombre del Kremlin en cualquier parte del mundo, pero no bajo su control directo. Testados por primera vez en Osetia del Sur en 2008 durante la guerra con Georgia, las tropas chechenas entraron en acción en el extranjero en 2014, luchando junto a los separatistas ucranianos en la región de Donbass, y en 2016 se envió a Siria un batallón checheno de la policía militar rusa.

Por otro lado, el islam checheno se basa en una tradición sufí. Fue sometida a la represión bajo Stalin y luego a las deportaciones, para pasar a ser marginada por el surgimiento de corrientes islamistas del Golfo, como competidoras de la visión chechena del islam. Desde finales de la década de 2000 ha estado subordinada políticamente. El Islam oficial combina prácticas sufíes como zikr, la veneración de los santos, que Kadyrov observa públicamente, con una moral estricta desconocida en otras áreas musulmanas de la Federación de Rusia. Aunque la poligamia está prohibida por la ley rusa, está permitida en Chechenia, y las mujeres deben usar un velo en las oficinas gubernamentales y otros lugares de trabajo, en contra del principio de laicismo establecido en la constitución federal. Esta forma de islam, junto con el uso del poder militar de Kadyrov, es útil para contrarrestar a su competidor regional, que es el salafismo político-religioso de los rebeldes islamistas del norte del Cáucaso, representados por el Emirato del Cáucaso.

Kadyrov ha venido a decretar una suerte de Guerra Santa en Ucrania, y a continuación tenemos un vídeo, subido a su canal de Telegram, cuando consideraron que habían "liberado" Mariupol. Podemos observarlos con el gesto indicando con su dedo índice «la proclamación del Único» ('Tawhid' en árabe). Es decir, defienden que hay un solo Dios, sin compañero, no una Trinidad. Pero este símbolo va más allá de una simple declaración de creencias monoteístas. Los salafistas, en abierta competencia con el islam impulsado por Kadyrov, se adhieren como grupo a una interpretación fundamentalista del 'Tawhid'. Si buscan imágenes verán que ha pasado a ser el saludo de los salafistas por definición, por ejemplo en el Estado Islámico.

En el mismo sentido cabe entender el ascenso concedido por Vladímir Putin a Ramzan Kadyrov, que además se hallaría presuntamente vinculado con el asesinato de alguien incómodo para la actual esfera del Kremlin. Este ascenso tiene varias lecturas:

1/ Compensar por actuar como un elemento al servicio del Kremlin a Kadyrov para sus propios fines;

2/ Asegurar la lealtad de Putin y de Kadyrov, mútuamente. Ambos consiguen lo que quieren. En vista de movimientos en el Cáucaso, que pueden ser preocupantes para Moscú, Kadyrov actúa como elemento de control, además de que refuerza su posición en Grozni;

3/ Si hubiera cambios en Moscú que no tuvieran en cuenta a Vladímir Putin, Kadyrov tiene un pacto con el actual presidente ruso, de modo que o se compensa muy convenientemente a Kadyrov, o Kadyrov contaría con medios para ayudar a Putin a mantenerse en el poder o bien que la transición de poder desde Putin sea de acuerdo con su voluntad;

4/ Reforzar el eje propagandístico ruso al respecto en lo que se refiere con la esfera musulmana, además de la geoeconomía (posibles intereses compartidos con otros exportadores de hidrocarburos ante una economía demasiado verde sin que se les tenga lo suficientemente en cuenta);

5/ Recordemos que Vladimir Putin ya animó a las fuerzas armadas ucranianas a dar un golpe de Estado que ponga a alguien afín a Moscú. Kadyrov es el vivo ejemplo de lo que Moscú puede hacer por alguien como él: un capitán armado, con fondos desde Moscú con los que asentarse y multiplicar el poder, y recibir regalías y premios, como puede ser este ascenso. De ahí que Kadyrov declarase lo que hemos visto más arriba respecto a distinguir entre "banderistas" y las fuerzas armadas ucranianas.

Por otro lado, desde Moscú perciben con claridad que tan sólo deben tener paciencia y mover cuantos resortes necesiten en la propia Rusia y contra los enemigos que han designado, y eso les permitirá crear las condiciones para poder atrapar en algún momento a alguno de los comandantes enemigos más radicales, como podría ser Denys Prokopenko "Rédis", y si además capturan combatientes y/o instructores occidentales, sus posiciones mejoran en la guerra informativa y a la hora de desbloquear más palancas para alcanzar objetivos. Si vemos este mismo hecho desde Kiev, vemos que la rendición de casi mil soldados puede perseguir el objetivo de optimizar el racionamiento de provisiones para una resistencia más prolongada de los altos oficiales atrincherados, y de sus acciones tras las líneas, que sería el verdadero trofeo para Putin en este caso.

Con los actuales medios comprometidos, hasta 190.000 hombres, resulta ciertamente difícil desde un punto de vista militar que consiga Moscú imponer su voluntad a plenitud. De la misma manera que, con los 200.000 hombres comprometidos por Ucrania y el apoyo que se les está prestando, a pesar de mejorarse paulatinamente, de momento también resultaría muy complicado para las fuerzas ucranianas lograr la victoria, tal y como Kiev lo concibe: que es la expulsión de Rusia del 100% de su territorio, con la restauración de fronteras anteriores a 2014. De manera tal que podemos afirmar que ambos necesitan y podrían llegar a aumentar sus efectivos, porque en caso contrario, Rusia está llegando al punto culminante de su ataque, cosa que implica que en el transcurso de unas semanas, aproximadamente, se hallará atorada en una guerra que ya será de posiciones, con el correspondiente desgaste que solo le proporcionará malas noticias.

De modo que cabe entender todos estos elementos propagandísticos como la forma de ir preparando, si es que Rusia desea llegar hasta el final, una movilización general de su población, de ahí la retórica "nazis" y volveremos a vencer, etcétera; a ello bien se podrían sumar el uso de armas de destrucción masiva, con lo que avanzaríamos hacia un escenario de mucha mayor destrucción. El frente de regresar a la mesa de negociaciones, buscando retener Crimea y un corredor terrestre a través del Donbás hasta Rusia además de reforzar su línea roja Moscú, de Kaliningrado a Tiraspol, también estaría siendo contemplado, como forma de empujar a Ucrania hacia la rendición y otra forma de preparar el control de sus objetivos en Ucrania. Insisto en el uso del "troceado" como medio para alcanzar ese fin. Así, la guerra geoeconómica rusa mencionada, no sólo hidrocarburos, más acciones de Rusia en África y Oriente Medio, tratar de mover piezas en América Latina, y por último pero no por ello menos importante, lo que afecta a la seguridad alimentaria.

Llegados a este punto, pasemos a comprender, desde el punto de vista estratégico, qué significa el dominio del Mar de Azov. Este elemento será tratado en la segunda parte de este documento.