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Hace unos meses propuse mediante este texto una transformación industrial para España, del que incluiré partes en este documento en aras a facilitar una comprensión global.

Considero que se puede lanzar una estrategia de cooperación coordinada con el Gobierno de España y buscando la referencia de la Comisión Europea, dadas las circunstancias en que nos hallamos y las necesidades no ya de España o de la misma Unión Europea: pienso en términos occidentales ampliados.

Recuerdo que la industria 4.0, a la que llamamos así siguiendo la propuesta de definición del gobierno alemán, empieza a vislumbrarse como tal a partir de 2011. Cabe hacer una lectura a varios niveles, por ejemplo, tecnológica y en cómo afecta a la fabricación de artículos, pero también a la forma de proveer servicios.

De acuerdo con la experiencia de China cabe distinguir tres tipos de “Internet”: el Internet de los vehículos eléctricos (cualquiera de ellos), el de las cosas y el industrial. Los tres generan datos, y los tres deben hallarse plenamente desarrollados, con todo lo que comporta de industrial y de servicios.

Estados Unidos tiene la intención de negociar la regulación del libre comercio de bienes y servicios a nivel global, y se habla de un nuevo Bretton Woods. En la globalización empieza a percibirse un cambio de paradigma: la seguridad nacional o de bloque prima sobre el comercio internacional. También, los avances de China se perciben en los costes unitarios, incluso mayores ya que en la zona de la Europa del Este, por ejemplo.

China también percibe el movimiento y se prepara para marcar su espacio en un sentido completo, como decíamos más arriba. La reubicación, la nacionalización de cadenas de valor, el bloqueo o escrutinio de adquisiciones por parte de empresas extranjeras, el cierto y preparado desacoplamiento del sistema de producción chino, la interferencia de los estadounidenses para asegurarse de que sus aliados no utilicen tecnología china.

Estamos llegando al escenario en el que se acabó el externalizar la producción de cualquiera de sus partes y de los medios que la sostienen más allá de lo que podríamos llamar “región productiva del bloque”, pues no sólo implican deficiencias de seguridad y falta de ingresos, también implica un modelo no desarrollado y que nos expondrá al paro y a problemas sociales y demográficos, en suma, políticos. Los intereses estratégicos, que estuvieron en el trasfondo del bienestar económico, ahora pasan a definir parte de las relaciones multilaterales.

España se halla de nuevo, como en las anteriores revoluciones industriales, en una posición de tomar decisiones. Pero sucede que ahora, evidentemente, la escala es mucho mayor. Es decir, importa lo que hagamos como país, pero importa que lo hagamos atendiendo al bloque.

A España le urge abandonar la estrategia desplegada mediante la cual en diez años se ha reducido en un 25% el coste unitario de la mano de obra en la industria afectando a salarios, cotizaciones y repercutiendo en temporalidad y empeoramiento de las condiciones. El resultado de esta política ha sido el abandono de Nissan y otros elementos que sitúan a España en la banda equivocada, también en lo industrial.

Así, también urge que España plantee un plan agresivo donde se tenga en consideración la potencial riqueza minera y ponerla en explotación, pero no para extraerla simplemente. Debe desarrollarse una industria que transforme y diseñe para tratar de acercarnos a un ciclo lo más completo posible, que incluya el reciclado, pero también el diseño, con la finalidad de reducir el precio de la unidad y hacerla competitiva por la vía de la tecnología, la eficiencia y el diseño.

La transición energética hoy representa tanto una oportunidad como una amenaza, ya que se importan los materiales necesarios. Unos datos relevantes, tan sólo de China: una batería eléctrica constituye entre el 30 y el 40% del valor de un coche eléctrico, sin embargo, por el momento estamos ante un monopolio asiático, como también lo son las células solares, así como las turbinas eólicas. Pero, además:

- 51 %: participación de China en las ventas de vehículos eléctricos
- 54 %: participación de China en la capacidad de ensamblaje de turbinas eólicas
- 75 %: participación de China en la fabricación mundial de celdas de iones de litio

En las condiciones actuales, la aceleración de la transición energética conducirá a una aceleración de nuestras importaciones de materiales, y con ello de nuestras debilidades, con lo que habrá repercusiones, algunas de mucho calado, en el empleo en Europa.

China es también el mayor fabricante y exportador mundial de tecnología de paneles solares del mundo. Además, el costo de la tecnología fotovoltaica continúa cayendo en China y la industria solar no está limitada por la cuota del gobierno.

Adicionalmente, debemos recordar que el Parlamento de la Unión Europea votó a favor de una propuesta de la Comisión Europea para la prohibición total de vehículos nuevos de gasolina/diésel a partir de 2035, y se incluye en la prohibición los coches híbridos. Esta disposición todavía no es ley, pero la votación confirma la posición de Bruselas para las próximas negociaciones con los países de la UE sobre la regla final.

Esta decisión, en caso de no tomar toda una serie de medidas, nos expone aún más al dominio de China, pues la parte inicial de la nueva cadena de producción está controlada por la República Popular de China en lo que respecta a las materias primas y en lo que a conocimientos técnicos relacionados con dichos procesos se refiere. Y en esto fue fundamental la apreciación de Deng Xiaoping, recogida cuando lanzó en 2010 el Programa 863, pensado para controlar las tierras raras. En 1986 el mandatario chino afirmó: "los países árabes cuentan con el petróleo, China tiene las tierras raras".

Las tierras raras son 17 elementos: el itrio, el escandio y los quince pertenecientes a la familia de los lantanoides o lantánidos un formato de "15 + 2", que cuentan con la característica de ejercer un magnetismo resistente incluso a altas temperaturas. Son esenciales para la producción de discos duros, satélites, láseres, cámaras digitales, aerogeneradores, lámparas fluorescentes, motores eléctricos híbridos, teléfonos móviles, proyectiles teledirigidos, radares de nueva generación y muchos otros bienes, incluidos los de interés militar.

China es desde 1986, el país que mayor esfuerzo ha realizado para apoyar la investigación tecnológica en el sector. Aprovechando las economías de escala, ha logrado optimizar la cadena de suministro, ofreciendo de esta manera precios que superan a todos los competidores. Entre 1978 y 1989, la producción china creció un 40 % cada año, superando a la producción estadounidense a mediados de la década de 1990. De hecho, Estados Unidos dejó de explotar tierras raras en 2002, momento en que China ha avanzado sus posiciones suministrando alrededor del 95% de la producción mundial. A pesar de los bajos precios, la exportación de tierras raras fue uno de los pilares más importantes del superávit de la balanza comercial china durante 25 años. Sin embargo, desde septiembre de 2009 la línea cambió abruptamente: las exportaciones chinas se redujeron por autoridad en un 28% y los aranceles de salida aumentaron, y aunque el recorte no tuvo consecuencias inmediatas, debido a la presencia de acciones y contratos que China tenía la obligación de cumplir las perspectivas se tornaban cada vez más preocupantes, particularmente en el sector militar, y podemos poner como ejemplo el estudio del Departamento de Energía estadounidense, titulado Critical Materials Strategy, de 2010, que alertaba del desabastecimiento de 14 materiales estratégicos, aunque China posteriormente recuperó aproximadamente los niveles de exportación.

Ante tal desafío, Estados Unidos, Europa y Japón reaccionaron con planes muy similares, con cuatro puntos principales:

1/ Estimular a los países productores a aumentar su oferta, reabrir minas y multiplicar las búsquedas de nuevos yacimientos;

2/ Animar a otros países, especialmente a Rusia, a emprender la explotación de sus recursos;

3/ Potenciar lo que se llaman “minas urbanas”, que consisten en recuperar tierras raras de los vertederos de productos tecnológicos desechados; y,

4/ Reducir el uso de esos elementos reemplazándolos con otros.

De estos puntos podemos ver una serie de elementos que hemos de subrayar: en la ecuación se incluyó a Rusia, factor que ahora hay que dejar de considerar, y que a su vez, establece un precedente muy importante, y más viendo la evolución de China una vez deja de exportar tantas tierras raras (es decir, que China pasa a "quedárselas" y a apuntalar su expansión en todos los niveles para asaltar la hegemonía). De todo ello se desprende una lección: la tecnología, al igual que la seguridad alimentaria, o la energía, requiere de cadenas de suministro y valor totalmente seguras, y cuanto más se controlen todos los elementos, mucho más seguras son. De modo que hay que dirigirlas hacia el control de Occidente, en nuestro caso, de la misma manera que China controla las suyas y tiene a su alcance las de Rusia siempre que quiera. Lo mismo sucede con cualquier componente. Por ejemplo, lo relevante no ha sido que España pensase en enviar sus Leopard 2A4 no útiles a Ucrania, previa reparación en Alemania o con su permiso (se sobreentiende). Lo relevante es que estaríamos contando con un déficit de titanio, clave para la fabricación de carros de combate... y lo importamos de Rusia.

Por otro lado, cabe señalar un hecho que debemos tener muy presente: la obsolescencia del vehículo eléctrico parece ser que es mayor que la de un coche con motor de combustión interna, con lo que reemplazar el automóvil, o bien su batería, requiere hacerlo con una mayor frecuencia, haciéndose necesario acceder y/o recuperar más y mejor componentes esenciales. Un mayor peso del coche eléctrico, cosa que hay que achacar, hoy por hoy, a las baterías, exige liberar mayores cantidades de energía para moverse, y esto también debe ser tenido en cuenta.

Se aprecia el fallo, en términos generales, de una alta dependencia asiática, pero ante todo de China, en sectores críticos para la seguridad, prosperidad y paz social global, pero también local.

Siguiendo el modelo francés, por consiguiente, y aplicándolo a España, pero también a Europa y a Occidente, cabe asegurar el suministro de materias primas minerales a la industria francesa, y lo hicieron fijando tres objetivos fundamentales:

1/ Evaluar con industriales el nivel de seguridad de los suministros metálicos;

2/ Especificar sus respectivas necesidades; y,

3/ Proponer una organización del trabajo de los actores públicos y privados para mejorar la resiliencia a los metales críticos en las cadenas productivas.

Todo este trabajo debe orientarse de una forma principal hacia los metales de las baterías (níquel, cobalto, litio) y los imanes permanentes (tierras raras), que son especialmente críticos para la electromovilidad y las nuevas energías, y para poder lanzar la Revolución Industrial 4.0.

Si observamos el modelo francés al respecto podemos obtener una gran lección, pues el Gobierno mantiene los siguientes ejes estratégicos:

A/ En un enfoque conjunto público/privado, lanzamiento de trabajos preparatorios para la constitución de un fondo de inversión en metales estratégicos para la transición energética.

El objetivo de este fondo será contribuir a asegurar el suministro a los fabricantes franceses y europeos, a través de inversiones de capital y el establecimiento de contratos de suministro a largo plazo, junto con los operadores industriales, partiendo desde arriba de la cadena de valor de la transición energética (minería, refinación, procesamiento primario, reciclaje) con, como primera prioridad, el upstream de la movilidad eléctrica.

B/ Establecido en estrecha colaboración con el Comité Estratégico del Sector Minero y,

C/ Metalurgias, un observatorio de metales críticos, que aglutina los correspondientes recursos de industriales y administraciones.

D/ Designación de un delegado interministerial para asegurar el suministro de metales estratégicos que coordine la actuación de las administraciones en la ejecución de las decisiones adoptadas, con la estrecha implicación de los industriales.

E/ Desarrollo, en el marco de la estrategia de aceleración dedicada a las baterías y bajo la gestión conjunta de la CEA y el CNRS, de una hoja de ruta tecnológica compartida entre los fabricantes y la investigación pública relativa a los metales de las próximas generaciones de baterías.

F/ Traducción a un estándar o una etiqueta certificable del concepto de "minería responsable", en relación con la regulación de baterías actualmente en revisión a nivel europeo.

También se ha fortalecido la dinámica de los ecosistemas locales para los establecimientos industriales relacionados con las etapas intermedias de valor agregado (refinación, componentes de baterías, reciclaje).

El gobierno francés apoya muy decididamente las iniciativas tomadas a nivel regional y por los industriales, para la constitución de plataformas industrial y ecológicamente eficientes.

Es decir, los proyectos deberán reducir el grado de dependencia nacional de proveedores no europeos y desarrollar los sectores del futuro garantizando la creación de valor en Francia y en Europa.

Los proyectos de inversión pueden tomar la forma de:

A/ Creación de nuevas unidades productivas;

B/ Inversiones en unidades productivas existentes para transformar significativamente sus procesos o capacidades productivas, haciéndolas más productivas y flexibles; y,

C/ El desarrollo e implementación a escala industrial de procesos tecnológicos innovadores que ahorren materias primas y energía.

¿Por qué la Agencia Espacial Española puede tener un efecto generador de gran calado? ¿Y cómo?

La competencia por establecer la sede nos enseña una lección que Occidente debe aprender de una vez: la competencia está muy bien, pero con los rivales, nunca en el mismo bloque, y más cuando el rival es China+Rusia. Esto debe estar meridianamente claro a ambos lados del Atlántico, en Europa... y aunque les parezca mentira (con una profunda carga de ironía) en España también.

No obstante, sí que entre las ubicaciones candidatas todas ellas cuentan con ventajas que deben usarse en red, de una manera coordinada para asegurar un gran salto.

El sector aeroespacial andaluz cuenta con la facturación de 152 empresas  y más de 2.400 millones de euros, esto significa que el segmento espacial emplea a 14.500 personas y exporta productos por valor de 1.100 millones de euros.

Además, Andalucía es uno de los cinco principales hub aeronáuticos de Europa, detrás de Madrid en España.

La industria andaluza aeroespacial genera un 32,6% de empleo y cuenta con 179 empresas del sector, segunda comunidad en número de compañías aeroespaciales tras la Comunidad de Madrid.

La provincia de Teruel prueba motores de cohetes y cuenta con la calidad del cielo certificada. La proyección tecnológica en el diseño de drones, la calidad de los cielos, la climatología y espera para ser acreditado como el único aeropuerto espacial de Europa.

El sector aeroespacial turolense cuenta con una facturación de 1.300 millones de euros anuales y proporciona empleo a 7.000 personas, 2.000 directos y 5.000 indirectos, comunica la AERA (Clúster aeroespacial de Aragón).

Las particularidades de León a nivel industrial con empresas punteras y estudios universitarios relacionados en la Universidad de León. La ciudad cuenta con gran colaboración científica junto con la Agencia Espacial Europea donde la comunidad cuenta con uno de los tres hub de innovación aeronáutica de España. Castilla y León tiene 18 empresas en el sector aeroespacial, según ICEX España.

Cebreros ha participado en exitosas misiones entre la NASA y el INTA junto con su apoyo al programa Pioner y Apolo, misión que consiguió la llegada del ser humano a la Luna.

Además, Cebreros dispone de la única antena del espacio profundo en Europa, una de las tres antenas singulares y desde mayo de 2021 es la más moderna del mundo.

El municipio cuenta además con la Estación de Seguimiento de Satélites de Espacio Profundo. Esta terminal, conocida como Estación de Cebreros, proporciona apoyo a operaciones satelitales como la de Venus Express y al Mars Express con copias de seguridad. Desde su inauguración en 2005 una de las misiones más importantes ha desarrollado ha sido el seguimiento del satélite Rosetta.

Puertollano cuenta con el Centro Nacional del Hidrógeno junto con la empresa Deimos.

Esta compañía líder en diseño y construcción de satélites del sector aeroespacial está centrada en ingeniería de alta tecnología. Deimos ha construido varios satélites, el primero de ellos dedicado a la vigilancia marítima.

La tecnología de vanguardia de la compañía les ha llevado a la creación de un vehículo espacial para la Agencia Europea del Espacio. La facturación del sector aeroespacial en Puertollano es del 49,2% con la presencia de 33 empresas y genera el 43,1% de puesto de empleo, según ICEX España.

Y lo mismo se puede decir de la Comunidad Valenciana, la Comunidad de Madrid o de las Islas Canarias, etcétera.

Por consiguiente no debe ser visto como una competencia: debe ser visto como un gran lanzamiento que necesita de varios motores para que tenga éxito.

Pero esto trasciende la ubicación directa de la Agencia Espacial Española, y está íntimamente relacionado con la cuestión de industrializar España, Europa, y de paso, crear las condiciones por las cuales se pueda llegar a la convergencia absoluta de intereses y factores que vertebre el continente europeo, de norte a sur, de este a oeste; y de paso, prepare los medios de gran competencia usando varios elementos transoceánicos.

El espacio juega ya, y más en el inmediato futuro, un papel fundamental en nuestra vida diaria. Los satélites que orbitan la Tierra nos mantienen conectados, respaldan la defensa y seguridad, ayudan a navegar y monitorean el clima y el tiempo. De modo que se debería generar una estrategia para España, pero con la mente puesta en Europa y la cooperación transoceánica, por la que se potencien, desarrollen y coordinen en un crecimiento exponencial as fortalezas nacionales en ciencia y tecnología, defensa, regulación y diplomacia para perseguir una visión nacional, europea y transoceánica audaz.

Para ello, debe perseguirse una Estrategia Espacial española, europea y transoceánica que impulse de una forma muy intensa la colaboración internacional poniendo los primeros pilares de nuevas formas de multilateralismo (sobre la base de acuerdos con ESA, NASA, JAXA... sobre la base de lucha contra el cambio climático, cooperar en la protección de la seguridad alimentaria global, aspectos vinculados a la defensa y la inteligencia y un amplio etcétera, y que ha de tomar como base a la UE y sus diferentes organismos y planes defensivos, de desarrollo..., la ONU, la OTAN... y amplio etcétera), adquirir un aspecto de gran potencia científico-tecnológica en la inminente competencia que se va a desatar contra China y su espacio, todavía más de lo que es ahora; desarrollar servicios y capacidades espaciales resilientes; y, por consiguiente, desbloquear el crecimiento del sector espacial en íntima relación con otros sectores industriales y tecnológicos, además de mineros.

Por el momento no hay una definición estandarizada y global para “sector espacial”, pero la OCDE, la Agencia Espacial Europea y otras agencias espaciales consideran que tras esta expresión se cubre toda la cadena de valor de una nave espacial, desde la I+D inicial pasando, como es natural, por la fabricación, el lanzamiento, la operación para la que se ha enviado y, finalmente, el procesamiento y aplicación de datos y señales de satélite en el consumidor, los productos y los servicios.

Los ejes, de una forma esquemática, y de acuerdo con la Estrategia Espacial del Reino Unido que puede servir perfectamente de referencia, son:

1/ Fabricación de naves espaciales

Diseñar, desarrollar y fabricar cargas útiles, plataformas y naves de exploración:

- Integrar, ensamblar y probar el producto

- Proporcionar soporte posterior al lanzamiento y servicios de actualización

2/ Lanzamiento de fabricación y servicios

Diseño, desarrollo y fabricación de vehículos de lanzamiento de cohetes (motores y elementos estructurales).

Comercialización del servicio (por ejemplo, viajes compartidos) y la gestión de los lanzamientos (por ejemplo, el puerto espacial).

3/ Fabricación y servicios del segmento terrestre

Diseño, desarrollo y fabricación de sistemas y/o equipos terrestres (terminales de usuario final y puertas de enlace y/o antenas) e integración hardware y software de terceros.

Proporcionar servicios con la finalidad de consolidar la señal y conectar las naves espaciales a Internet.

4/ Operaciones especiales

Vender capacidad satelital a proveedores de servicios (por ejemplo, datos brutos, ancho de banda mayorista):

- financiar los satélites

- operar y mantener naves espaciales a través de centros de operaciones

Administrar actividades en el espacio (por ejemplo, servicio en órbita, minería espacial).

5/ Servicios y aplicaciones especiales

Proporcionar conectividad o servicios de datos y/o análisis a los usuarios finales:

- Comprar capacidad de los operadores

- Obtener y entregar terminales de usuario final

- Instalar, administrar y mantener el equipo del segmento terrestre necesario para brindar el servicio

- Servicios de valor agregado

- Vender y dar servicio a usuarios finales

6/ Servicios auxiliares

Servicios profesionales que permitan lo anterior, por ejemplo:

- Lanzamiento y seguros

- Servicios legales y financieros

- Software y servicios de TI

- Investigación de mercado

- Formulación de políticas y regulación

Sirva el siguiente dato como reflexión: se prevé que la economía espacial mundial crezca desde los 302.365 millones de euros (350.000 millones de dólares) en 2019 hasta los 544.257 millones de euros en 2030 (630.000 millones de dólares). Esto supone un crecimiento de alrededor del 80% en 11 años o, lo que es lo mismo, una tasa de crecimiento anualizada compuesta del 5,6%. De hecho, Morgan Stanley estima que la industria espacial global podría generar ingresos de más de 1 billón de dólares o más en 2040. Sin embargo, las oportunidades más importantes a corto y mediano plazo pueden provenir del acceso a Internet de banda ancha por satélite.

Se estima que la banda ancha satelital representará el 50% del crecimiento proyectado de la economía espacial global para 2040, y hasta un 70% en el escenario más optimista. El lanzamiento de satélites que ofrecen servicios de Internet de banda ancha ayudará a reducir el costo de los datos, justo cuando la demanda de esos datos se dispara por la Revolución Industrial 4.0, a través del Internet de las cosas, el de los vehículos y el industrial, junto con la inteligencia artificial, la realidad virtual y el video

La demanda de datos está creciendo, y cada vez lo hará aún más, a un ritmo exponencial, mientras que el costo de acceso al espacio (y, por extensión, a los datos) está cayendo en órdenes de magnitud. En análisis de Morgan Stanley:

"Creemos que la mayor oportunidad proviene de proporcionar acceso a Internet a partes del mundo con servicios insuficientes y desatendidos, pero también habrá una mayor demanda de ancho de banda de los automóviles autónomos, el Internet de las cosas, inteligencia artificial, realidad virtual y el vídeo".

De hecho, a medida que aumenta la demanda de datos, una tendencia impulsada particularmente y por el momento por los vehículos autónomos, Morgan Stanley estima que el costo por megabyte de los datos inalámbricos será menos del 1% de los niveles actuales.

Si bien los cohetes reutilizables ayudarán a reducir esos costos, también lo hará la producción en masa de satélites y la maduración de la tecnología satelital. Actualmente, el costo de lanzar un satélite se ha reducido a alrededor de 60 millones de dólares, de 200 millones de dólares, a través de cohetes reutilizables, con una posible caída a tan solo 5 millones de dólares. Y la producción en masa de satélites podría reducir ese costo de 500 millones de dólares por satélite a 500.000 dólares.

De hecho, la pandemia no ha resultado particularmente agresiva con los fabricantes de satélites y los dos fabricantes destacados de Europa, hablamos de Airbus Defence & Space y Thales Alenia Space, cuya demanda ha tenido su origen particularmente en clientes situados en la zona extraeuropea, en forma de satélites de telecomunicaciones, donde el año 2020 ha sido una demostración de la fortaleza de Airbus Defence & Space,  o también podríamos señalar el caso de los módulos de estaciones espaciales para Thales Alenia Space, donde se ha juntado el programa lunar de la NASA y su estación llamada Gateway, y a lo que cabe sumar a Axiom Space y su programa para construir módulos para una estación orbital privada.

En lo que se refiere a la demanda dentro de Europa el volumen es con claridad menor, pero continúa siendo visible y podría darse el caso de que creciera si la Unión Europea se lanza a desarrollar y a hacer operativo su propio programa de mega constelación de satélites, algo que es crucial para aplicar en la Revolución Industrial 4.0.

Si hablamos de los satélites de observación, las demandas europeas se centran en el mantenimiento del programa Copernicus, con satélites Sentinel, y a los programas estatales, como es el caso de Pléiades, de Francia. Copernicus proporciona gran cantidad de datos con poca disponibilidad de satélites, sin embargo, en lo que se refiere al resto de los programas su fundamento está en el suministro de imágenes a la carta más que en la observación masiva, lo que requiere muchos más elementos, como sería el caso de Maxar o Planet y BlackSky que pretender desafiar, entre otros, las capacidades de Maxar.

Dentro del sector espacial, se prevé que algunos segmentos crecerán significativamente más rápido que otros, con tasas de crecimiento anualizadas que van desde el 1% para la fabricación de naves espaciales hasta el 25% para la banda ancha.

Hoy día, se están planificando y construyendo nuevas estaciones espaciales estatales y comerciales.

Uno de los aspectos claves, por consiguiente debe ser que España lidere el lanzamiento de satélites pequeños comerciales y públicos desde Europa y el espacio de la Unión Europea. Esto implica desarrollar puertos espaciales, sentando las bases para la construcción, lanzamiento y operación de pequeños satélites de servicios integrales trabajando en estrecha colaboración con la industria para implementar regulaciones modernas y crear condiciones favorables para el lanzamiento.

Una apuesta mayor desde los sectores público y privado en la dirección de lanzar el sector de los semiconductores en España, con la finalidad de cerrar el circuito y completarlo, sería muy interesante.

A ello se suma la situación geográfica de España, su alto valor geoestratégico en las rutas de todo tipo, además del estrecho de Gibraltar y las posiciones, además de las peninsulares y de las dos ciudades autónomas, las de los archipiélagos Balear y de las Canarias, y los centros de tecnología, por ejemplo asociados a Google, IBM, Microsoft y otros que están o puedan llegar atraídos por la construcción de este gran "hub". De hecho, conviene fijarse en que China construirá un "puerto de libre comercio de datos" en el distrito de Nansha (Guangzhou, Guangdong) para 2025. La instalación servirá como proyecto piloto para la transferencia de información digital entre China y el resto del mundo.

Beijing persigue crear un primer cuello de botella, a la manera de los que se pueden observar en la navegación y comercio marítimos, a través del cual retener datos confidenciales para su propio interés nacional y recopilar lo que es útil en nombre de los rivales, Estados Unidos sobre todo, pero no solamente, que acceden a la República Popular de China.

Al respecto, China no hace más que dar forma a una serie de medidas que apuntaban en esta dirección desde 2017, hasta ahora en un sentido legislativo: ha adoptado tres leyes al respecto, respectivamente sobre ciberseguridad, seguridad de datos y protección de información personal. Esta terna de leyes han constituido el núcleo del sistema creado por Xi Jinping para transformar al país en una potencia cibernética y defenderlo de amenazas externas e internas. Las empresas extranjeras temen que el marco legal permita que Beijing acceda a sus datos y las haga menos competitivas en el mercado de la República Popular de China. A su vez, hallará su pleno potencial en la Revolución Industrial 4.0.

Se espera que este proyecto piloto de Nansha, con un financiación estimada que ronda los $ 5 mil millones, incluya un centro de datos, un parque industrial para big data y un laboratorio de comunicaciones en la llamada Broad Bay, que involucra partes de Guangdong, Hong Kong y Macao. El puerto digital se conectará a la red de cable submarino en el extranjero.

De hecho, Hong Kong puede conectar el Área de la Gran Bahía con el resto del mundo, jugando exactamente el mismo papel que San Francisco en el Área de la Bahía de San Francisco/Silicon Valley.

Ambas ciudades son lugares de reunión, según un informe conjunto publicado por el grupo de expertos estadounidense Bay Area Council Economic Institute y el Hong Kong Trade Development Council (HKTDC). El informe, "El Plan del Área de la Gran Bahía de China de bahía a bahía y sus sinergias para los negocios de EE. UU. y el Área de la Bahía de San Francisco", se centra en las conexiones entre las dos regiones.

Al igual que San Francisco es el lugar de encuentro entre Asia y Estados Unidos, Hong Kong es el lugar de encuentro de otros países de la corona de influencia de China y más allá con la China continental. Piensen en España en estos términos.

Además, el que Beijing haya optado por establecer una estructura similar en Guangzhou tiene que ver con el siguiente aspecto: la mayoría de los gigantes tecnológicos de China se concentran en la parte sureste de la República Popular, comenzando con Alibaba y Tencent. Colosos a los que Beijing ha dejado claro que sus recursos (datos y conocimientos) deben ponerse al servicio de los intereses estratégicos chinos y no deben utilizarse para crear centros de poder alternativos al Partido Comunista.

Adicionalmente, Guangzhou se encuentra a pocos kilómetros de Hong Kong que, a pesar de las fuertes tensiones internas, sigue siendo un punto de acceso privilegiado para las multinacionales extranjeras que desean invertir en China. Y es por consiguiente un teatro relevante para la competencia tecnológica entre Beijing y Washington.

El área que comprende Guangdong, Hong Kong y Macao fue fundamental en el lanzamiento de la política de reforma y apertura en 1978. Hoy su narrativa se reescribe para marcar el vínculo entre el presidente y el desarrollo económico de China.

El delta del río Pearl, que incluye la provincia de Guangdong y las Regiones Administrativas Especiales de Hong Kong (HKSAR) y Macao (MSAR), y ha venido jugando hasta el momento un papel esencial en la geopolítica china, al menos tres razones, a las que hay que añadir ahora el puerto de datos:

1/ Es una de las zonas económicamente más dinámicas de la República Popular de China, con planes para convertirla, puestos ya en marcha, en una gran aglomeración urbana, con el nombre de "Bahía Ampliada".

2/ Incluye a la antigua colonia británica, que Beijing quiere incorporar a la economía nacional, al mismo tiempo que amortigua sus demandas democráticas, y su movimiento.

3/ El dominio del inestable Mar de China Meridional, una parada obligatoria en los flujos comerciales mundiales, a lo que ahora se añaden los "nuevos cuellos de botella" a lo Mahan de los datos, además de ser un posible escenario de confrontación entre el Ejército Popular de Liberación (EPL) y las Fuerzas Armadas de Estados Unidos.

El paralelismo es claro, por el estrecho de Gibraltar contamos con el paso de un tráfico marítimo cada vez más importante, a lo que hay que añadir el paso de cables submarinos, algo compartido con otros puntos de la península Ibérica. Sumémosle los archipiélagos de las Canarias y de las Baleares, los recursos de primera magnitud y absolutamente claves en el plano estratégico, y deberíamos impulsar con socios, para impulsar, crear y coordinar un perfil dentro de otros que se creen y que vaya a competir con los planes de China para su respectiva zona de amplia dominio y hegemonía. Se trata de unir dimensiones, recursos, capitales, espacios. La Unión Europea, el Reino Unido, Estados Unidos deberían estar totalmente volcados al respecto, uniéndose a los corredores euroafricanos:


Pero además debe pensarse en términos de gran conexión y ensamblaje.

Un factor que cabe destacar la riqueza minera de España, un país que por su formación geológica es particularmente interesante en cuanto a este sector que gana en peso en el contexto abordado en estas líneas, de avanzar hacia una economía circular, sostenible, capaz de dinamizar un país hasta convertirlo en una pieza de gran importancia, dependiendo de lo que haga también con esa riqueza, en el contexto europeo, pues es donde estamos ubicados y donde podemos retroalimentarnos mutuamente en una relación gana-gana, y que se ha de manifestar en la construcción europea y en la presencia internacional de España.

Las materias primas minerales resultan además fundamentales para los ciudadanos de España y de Europa, aportando un efecto multiplicador en empresas de todo tipo y tamaño, repercutiendo en el empleo y dando un valor añadido bruto. No olvidemos que más pronto que tarde habrá que cerrar las minas de carbón de España, entre otros países, luego precisamos de una alternativa de futuro, y que para ello, también se halla en formación desde las instituciones europeas el Fondo de Transición Justa.

Por un lado, España presenta una variedad de materias primas de rocas y minerales, 70 tipos diferentes, que podemos dividir en 7 productos metálicos como son el oro, la plata, el cobre, el estaño, el plomo y el wolframio; 25 minerales industriales, tales como la arcilla refractaria, atapulgita, bentonita, caolín, celestita, cloruro potásico, cuarzo-arenas silíceas, espato-flúor, esteatita, feldespato, glauberita, leonardita, magnesita cruda, mica, óxidos de hierro, piedra pómez, puzolana, sal en gema manantial o marina, sepiolita, thenardita, trípoli, turba y wollastonita; además de 7 rocas ornamentales y 27 productos de canteras. Es esta una industria que impulsa la economía circular de acuerdo con los planes fijados por la Comisión Europea y de España, asegurándonos alcanzar los Objetivos del Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.

A esto suma España yacimientos de tierras raras, cobalto, litio o telurio, que además se concentran en las zonas de la España llamada vaciada, pues el 80% de los indicios de yacimientos de minerales esenciales de acuerdo con el Instituto Geológico Minero de España está precisamente en la franja que abarca Galicia, donde hay arenas monocíticas en las rías de Vigo, Pontevedra y Arousa, y en aluviones de Orense y Pontevedra, y más allá del sur de Extremadura si se suman a las tierras raras la mayor reserva europea de coltán, que está en Ourense, Cáceres que tiene un interesante proyecto de litio, pero es que también hay que señalar la franja Pirítica, desde Sevilla hasta la costa portuguesa, se existen acumuladas enormes concentraciones de sulfuros masivos polimetálicos con minerales muy apreciados para fabricar teléfonos móviles, tabletas, pantallas planas, imanes y otros dispositivos o componentes electrónicos; en Ciudad Real, la sociedad Quantum Minería considera que existen recursos geológicos de 40.000 toneladas de óxidos de tierras raras en un yacimiento de monacita gris dando ocasión para el desarrollo de infraestructuras de todo tipo, ya que no sólo se trataría de desarrollar el corredor del Mediterráneo, también habría que dotar con una buena planificación e inmediato trabajo en el desarrollo que podríamos llamar gran región “Ruta Vía de la Plata-Portugal/Galicia”, ya que en las cuencas mineras de Asturias predominan los yacimientos de cobalto, en definitiva, en esa región que abarca Galicia, Asturias, Zamora, León, Salamanca, Cáceres, Badajoz, Huelva y Sevilla nos encontramos pues que todo ello, además de contar con todo lo necesario para la industria española y europea, tendríamos la ocasión para impulsar una estrategia vertebradora para el conjunto de la península ibérica, con elementos conectivos entre los diferentes conectores mediante ferrocarril, aprovechando la riqueza con la que se cuenta en la península ibérica, con miras a explorar una relación de buena vecindad y estratégica ante la Unión Europea de España y Portugal, también en espacios como Iberoamérica, Asia y África.

A ello hay que sumar que, en Canarias, pues de acuerdo con la publicación de la revista Journal of Geochemical Exploration, hay cerca de dos millones de toneladas de tierras raras en el suelo de la isla de Gran Canaria, y existe constancia ya también en las zonas Pájara-Betancuria en el centro y de Esquinzo-Agua Salada en el norte de Fuerteventura. En los montes sumergidos de Amanay, El Banquete y Banco de la Concepción, en aguas al centro y al norte del archipiélago canario y lejos de las pretensiones de Marruecos, por consiguiente, pues está dentro de la Zona Económica Exclusiva española, que abarca 200 millas náuticas) hay en sus abisales montañas submarinas el mayor yacimiento del mundo de telurio, vital para la implantación de la energía solar, así como cobalto, vanadio, níquel o itrio. También, en los montes submarinos al suroeste de Canarias, también lejos de las pretensiones de Marruecos, hay establecido un yacimiento de unos dos millones de toneladas de tierras raras, que tienen por sí mismos la capacidad de poder abastecer la demanda mundial durante diez años, pero hay que trabajar en métodos de minería de muy alto valor para extraerlos reduciendo al mínimo el coste ambiental, no sólo en este caso. En todos ellos. Esto requiere investigación público-privada a gran escala, porque el premio merece muchísimo la pena y ha de implicar a todas las instituciones europeas y españolas interesadas, además de empresas multinacionales. Además, el corredor euroafricano occidental nos conecta con Marruecos en varios aspectos... quizás va siendo hora de adoptar un enfoque realista y estratégico al respecto.

Al respecto, cabe señalar el ejemplo de Japón, pues compraba a China, como todos nosotros, los recursos de tierras raras, pero en 2011 hallaron tierras raras en lodos submarinos del Pacífico que se hallaban dentro de sus aguas territoriales, particularmente alrededor de la isla de Minami Torishima, que les aseguran unos 200 años de autonomía de consumo y hallaron la forma para que casi no tenga impacto medioambiental submarino. Insisto como antes decía respecto a Suecia o Finlandia en la superficie terrestre pero ahora lo aplico a los yacimientos submarinos, observemos cómo lo han hecho, apliquemos sus lecciones y mejorémoslas.

Además, es evidente, que hay una ocasión magnifica para lanzar un programa decidido de apoyo a la robótica, los drones, vehículos eléctricos de todo tipo y uso, tanto civil como militar, además de los astilleros, y desde luego, con la mente puesta también en el sector espacial, pues se estaría en condiciones de producir por completo cualquier elemento, cerrando el ciclo completo aquí, desde el trabajo de acería hasta de tecnología, atrayendo a socios destacados para nuestras empresas, por ejemplo la microelectrónica alemana, las tecnológicas tales como Nokia o Ericsson, las acereras europeas, Movistar/Telefónica, Cellnex y un largo e interesante etcétera, que reforzaría la economía nacional, la europea y facilitaría la cohesión europea.

Son materias primas muy escasas y, por ende, vitales para la Unión Europea y su transición ecológica que impulsará la industria y también la fabricación de altas tecnologías.

Hay que insistir en que, hasta donde sabemos, España abunda en ellas, de hecho, poner en marcha esta región implicaría que España sería el segundo país de la Unión Europea productor de tierras raras por detrás del liderazgo de Finlandia, a la que se podría estudiar para mejorar la forma de gestionar el impacto medioambiental de tales yacimientos. Explotar las minas supondría una inversión de hasta 8.000 millones de euros y crear alrededor de los 25.000 nuevos puestos de trabajo que se sumarían a los 28.000 ya existentes en la minería metálica, según cálculos de CONFEDEM.

Explotar este tipo de yacimientos es rentable y lo será más por el encarecimiento de este tipo de minerales, imprescindibles para la tecnología móvil, la generación de energía renovable y la fabricación de baterías y motores eléctricos.

Lo que está claro es que impera el establecimiento de una economía circular, basada en la reutilización de los recursos naturales, para lo que se precisa situar in situ todo el proceso: desde la extracción, la energía para activarlo, la tecnología para hacerlo eficiente y seguro a cualquier escala, sostenible, y que traslade en proximidad en un transporte barato y sostenible, la materia prima para ser transformada, diseñada, y llegado el caso, reciclada para ser reutilizada y reducir el impacto medioambiental, mejorar la cantidad, calidad y variedad de puestos de trabajo directos e indirectos de estos sectores implicados, con las consecuencias muy beneficiosas que se desprenden para otros sectores, que se verán reforzados e impulsados hacia mejores estándares de calidad, duración de contrato y remuneración.

Y hablando de energía, si nos fijamos en Andalucía, todas las provincias se mueven entre las 3.100 horas y las 3.527 horas de sol al año, en Aragón Huesca y Teruel superan las 3.000 horas, y Zaragoza se queda en las 2.139; Murcia está en las 3.348 horas de sol al año, Extremadura entre las 3.224 y las 3.365, las Islas Canarias superan las 3.300 horas de sol al año… con la excepción de Asturias (1.962), Cantabria (1.639) y las provincias de Vizcaya (1.694) y Guipúzcoa (1.906), el resto de provincias está por encima de las 2.147 de Álava y las más de 3.000 horas de sol al año. Pero, adicionalmente, España cuenta con ríos, además de 7.661 kilómetros de longitud de costa para aprovechar como energía mareomotriz. Cabe sumar la eólica terrestre y marítima, aspectos en los que España también podría mejorar mucho sus datos.

Las fuentes de energía son claves en toda revolución industrial, y esta conoce una energía que podríamos calificar de “puente”, que es el gas natural; a ella se sumaría la fotovoltaica, la eólica, la mareomotriz… pero luego, contamos con el hidrógeno.

Cabe destacar en el aspecto industrial las Gigafactorías, por otro lado; y, por último, pero no por ello menos importante, la tecnología de la fusión nuclear, donde tenemos ya a China, que ha tomado la delantera al activar el primer reactor de fusión nuclear. Nada tiene que ver con la fisión nuclear, de hecho, se la conoce como el “Santo Grial de la energía”. La tecnología imita la forma de funcionar del sol y es capaz de proporcionar energía a un precio incomparable, de una forma totalmente segura y es clave para evitar la contaminación. La capacidad minera de España en uranio resulta clave para nuestro país y para apuntalar el sector energético estratégico para el conjunto de Europa.

En todo ello, España tiene un papel clave, no sólo para la industria nacional: también para la industria europea, de tal manera que asegura, y que tiene que servir para liderar de forma conjunta una economía industrial, con énfasis en la digitalización, y con una infraestructura eléctrica europea garantizada y protegida, pues es un elemento tan estratégico si cabe, por no decir más, que las redes de telecomunicaciones, y que ha de propiciar, en definitiva, el surgimiento de una mayor y más profundo grado de solidaridad energética europea en un primer y vital paso.

Por otro lado, se contaría con medios energéticos para mantener en marcha las diferentes industrias e instalaciones, además contar con los elementos que permitirían crear el combustible necesario para lanzamientos espaciales, en base al hidrógeno, o bien trenes de mercancías y de pasajeros.

En este sentido, hay que entender que, como decía, se han tomado una serie de malas decisiones, desde pretender competir con la industria que ha quedado de forma residual con poco I+D fruto de la orientación económica de este país, la falta de visión estratégica que se puede achacar a no haber consolidado con más fuerza gigantes energéticos nacionales agitando el espíritu de unos contra otros, tanto dentro de España como entre las socios europeos, y que se ha manifestado no ya a partir de la crisis de 2010, también con el proceso de enfrentar los desafíos de todo tipo que sólo podemos superar, tanto en España como en Europa, todo juntos. Es fácil de entender.

España tiene capacidad para producir el hidrógeno verde más barato del mundo, pero hay que trabajar para mejorar esta capacidad todavía más y rebajar el umbral de los años 30 de este siglo, con lo que no queda más remedio que investigación e inversión de agentes público-privados que estemos interesados en ello, que somos todos.

Se ha fijado la prioridad de desarrollar una economía del hidrógeno. En cuanto a las baterías, los asiáticos cuentan con una acaparadora ventaja inicial y Europa tiene que hacer un gran esfuerzo con las baterías de iones de litio tradicionales, pero necesitamos fabricar baterías compuestas de manera más sostenible, más abajo hablaremos de ello. También sería posible contar con acerías (a 52:40) funcionando con hidrógeno, abaratando costes y reduciendo las emisiones globales, con sabias políticas industriales y de I+D al respecto.

El hidrógeno lleva camino de ser una fuente de energía para aerolíneas, navegación marítima, automóviles y trenes, y no debemos olvidar que China ya está trabajando en un tren de hidrógeno, gracias a las pilas de este combustible, y en el sector espacial. El hidrógeno se puede transportar a largas distancias sin pérdida de energía y luego se puede convertir nuevamente en electricidad. Imagínense las posibilidades que tenemos disponibles.

Otro aspecto clave del que tenemos que hablar al respecto del hidrógeno es que Naturgy y Enagás participan también en un megaproyecto en España que ofrecerá hidrógeno verde a un precio muy competitivo gracias a la energía solar fotovoltaica, que lo harán junto a la también española Dhamma Energy, dentro del proyecto ‘HyDeal Ambition‘, para impulsar una cadena de valor integrada para distribuir hidrógeno verde a precio competitivo y que tendrá su base en España, en la que participan otras grandes corporaciones europeas de diversos países como Falck Renewables, Vinci Construction, Hydrogène de France, Gazel Energie, McPhy Energy o Snam, entre otras. Esto es, por el lado positivo, un ejemplo de lo que propongo hacer aquí, en España, para lograr una mayor financiación, pero también alcanzar a un mayor mercado, más cohesionado y con mayor capacidad de compra al contar con mejores salarios y estabilidad laboral.

España debe contar, pues cuenta con lo necesario, con Gigafactorías, más allá de la fabricación de baterías para coches. Esto apoya a la industria en varios aspectos, con lo que en un contexto de necesidad de industrialización va a suponer reforzar, junto a nuestra capacidad con el hidrógeno, el perfil industrial de España y las condiciones para influir en la industria europea y global. Escoger buenos socios y tener un plan reporta muchos y notables beneficios, y nos convierte, como todo lo señalado en este documento, en simplemente imprescindibles.

Aunque hay proyecciones que apuntan hacia la fabricación de baterías en Europa y que ésta se acelerará en los próximos años, con todo y con ello será una auténtica sorpresa si alcanza al nivel del mercado asiático. Para el 2026 se estima que la región la región de Europa y MENA representará prácticamente 228 gigavatios-hora de capacidad de fabricación de células de ion-litio por año, en comparación con la región de Asia y el Pacífico, con casi 345 gigavatios-hora de capacidad de fabricación de células por año. Este aumento es impulsado en gran parte por el crecimiento esperado en el mercado mundial de vehículos eléctricos. Según Bloomberg New Energy Finance, la demanda anual de baterías de ion-litio de las nuevas ventas de EV podría alcanzar casi 1.400 gigavatios / hora para 2030. Los fabricantes chinos tienen la mira puesta en satisfacer la mayor parte de las necesidades del mercado.

Los principales productores de baterías de EV en China, BYD Co. y Contemporary Amperex Technology Co. (CATL), ya tienen planes muy bien construidos para aumentar exponencialmente su capacidad de producción de baterías en este 2021 en el que acabamos de entrar. Con nuevas Gigafactorías en obras, BYD y CATL están listos para superar los niveles de producción de Tesla / Panasonic. Y a medida que mejora la calidad del producto, estas y otras empresas chinas se convertirán en proveedores líderes de baterías de EV en todo el mundo, no solo a nivel nacional.

En cuanto al caso europeo de la industria de baterías para satisfacer la fuerte demanda de vehículos eléctricos, a diferencia del modelo expuesto para el caso asiático en general, y en particular el brillante ejemplo de China, en el caso europeo nos encontramos exactamente con los mismos problemas que siempre nos hemos encontrado al hablar de Europa: demasiado fragmentado, demasiados competidores, demasiado disperso...

Un consorcio privado en torno a la empresa sueca Northvolt, fundada por Peter Carlsson y Paolo Cerruti, ambos ex ejecutivos de Tesla, debe inaugurar una primera Gigafactoría en la Laponia sueca. Financiada entre otros por Volkswagen por una suma de mil millones de euros, la compañía recibió un préstamo de 350 millones de euros del Banco Europeo de Inversiones (BEI) y una garantía del Estado alemán de unos 450 millones de euros. Una buena idea sería, quizás, dado el carácter estratégico que ha de seguir Europa, entrar con capital español en dicha empresa, además de disponer de territorio, y evidentemente de la producción industrial que precise de este producto.

Así, tanto para el hidrógeno, como para una Gigafactoría, minerales tecnológicos, el 5G etcétera, y para compensar y hasta mejorar el hueco dejado por Nissan, quizás sería una buena idea hablar con el grupo FIAT para que vuelva a España, o con Volvo, ya que incluso, Volvo y Mercedes firmaron un acuerdo vinculante para desarrollar conjuntamente y fabricar pilas de combustible de hidrógeno para camiones eléctricos de este combustible y de gran tonelaje.

Cuando los fabricantes europeos iniciaron la fabricación de sus modelos de vehículo eléctrico optaron por utilizar las baterías de fabricantes asiáticos, que dominaron la tecnología de iones de litio desde la década de 1990, e invirtieron muy pronto en grandes fábricas que permitieron ahorrar costes a escala, como se detalla en un informe del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI).

El elemento aeroespacial es también destacado realmente en España, lo mismo que el naval, por cierto, pues contamos con los minerales para, no tan sólo fabricar, también para dotar de “alma” tecnológica lo producido, como ya he dejado claro varias veces a lo largo de este documento.

En cuanto a la forma de impulsar la industria, elevar los cánones de calidad y sostenibilidad, y al mismo tiempo proteger el medio ambiente, cabe salir de la trampa que nos hace desear este tipo de industria, o a veces es simplemente lo que se desea la producción eléctrica, sin más, pero se obvia que los aerogeneradores, componentes esenciales que son vitales y que se utilizan han sido extraídos sin demasiado cuidado, pero queremos creer que como ese hecho no lo vemos no está sucediendo. Pues no, debe que, si desea que nuestra economía sea más sostenible y circular, que proporcione puestos de trabajo estables, que cuide el medio ambiente en todas las partes, se debe saber de dónde provienen los productos primarios y si se producen de manera sostenible o no. Más aún, estipular un control mediante un etiquetado que no sólo reconozca ello, también qué condiciones laborales y de seguridad imperaban, si se han reducido al máximo los daños medioambientales, e incluso premiar a las empresas que, además, desarrollen programas de recuperación del entorno, repoblamiento de masas forestales, impulsen zonas verdes en los municipios, etcétera. Se trata de que todo producto que se haga en Europa tenga esta calidad y que se la exijamos, de una manera fehacientemente demostrable, a cualquiera que desee vender en nuestro mercado.

Por último pero no por ello menos importante, no se debe perder de vista los siguientes componentes, pues son el futuro, y en ellos Japón está tomando una posiciones muy interesantes: E-amoniaco, amoníaco azul y bio-metanol, aspectos estos que no deben ser dejados de lado.

¿Cómo llevar todo esto adelante con garantías?

Además de la planificación, ejecución, cooperación entre instituciones de diferente nivel administrativo y público-privado, es preciso fijarse en el "American System" y en el federalismo, como ya tuve ocasión de explicar aquí.

Se puede afirmar que las bases del ascenso y desarrollo económico quedaron fijadas por el primer secretario del Tesoro que tuvo Estados Unidos con la administración del presidente George Washington, Alexander Hamilton. Hamilton razona que para asegurar la independencia de Estados Unidos, se ha de crear una política que desprenda solidez para alentar el crecimiento industrial y, de este modo, asegurar el futuro como característica permanente, y debe subrayarse especialmente el adjetivo “permanente”, del sistema económico de la federación de Estados.

Para lograr sus objetivos, de acuerdo con Hamilton, se debía establecer un sistema que combinase recompensas o subvenciones a la industria, una regulación del comercio con protección arancelaria moderada que no detuviese las importaciones, más bien que aumentase los ingresos, y con ello trasladarlos hacia el apoyo de la fabricación de la industria estadounidense (además de que así se desata una carrera por mejorar y superar al competidor). El resultado ha de ser: crecimiento de la industria, oportunidades de empleo diversificadas y estables, y el impulso de la demografía de la federación, pues el propósito era también asegurar sueldos altos en comparación con los de Europa, que generarían más consumo, más estabilidad laboral, un aumento demográfico y la atracción de jóvenes de Europa que apuntalasen la demografía y las capacidades de Estados Unidos. No descuidaba la aplicación del progreso científico y técnico para todos los sectores, incluyendo el sector agropecuario, pues recuerden también que no hay revolución industrial sin revolución verde. En su informe también defiende el recompensar a todo el aporte “mejoras y secretos de valor extraordinario”: es decir, inteligencia industrial.

A Alexander Hamilton se le sumaron en su apuesta estratégica Henry Clay, Henry y Matthew Cary, John Calhoun y Abraham Lincoln. Por ejemplo, las ideas principales del Informe sobre las Manufacturas de Hamilton pasaron a añadirse con posterioridad al programa del "American System" por parte del senador por Kentucky Henry Clay y su Partido Whig, además de ser una de las piezas básicas del programa de Abraham Lincoln junto su oposición a la institución y expansión de la esclavitud.

La visión de la formulación de políticas económicas de Hamilton y los que la siguieron fue vista como ingenua, e incluso de locos o tontos, por la mayoría de los economistas académicos estadounidenses, educados en las doctrinas del laissez faire entonces de moda en Reino Unido. Las facciones jeffersoniana y jacksoniana se opusieron con todas sus fuerzas a la aplicación de tales ideas… aunque la postura jeffersoniana favoreció originalmente una economía "agraria", sí que cambió con el tiempo para abarcar muchas de las ideas originales de Hamilton, y también es cierto que la administración de Madison ayudó a dar lugar al primer arancel verdaderamente proteccionista de la historia de Estados Unidos.

El modelo de Hamilton recoge también, de forma implícita, el debate en Francia que condujo a una de las innovaciones financieras más importantes del siglo XIX, la creación del Crédit Mobilier en Francia en 1852.

De modo que el American System se basa en:

1/ Subvenciones a la Industria naciente

2/ Mejoras internas

3/ Un sistema apropiado de finanzas nacionales

1/ Subvenciones a la industria naciente

Hamilton establece este principio porque la capacidad manufacturera de Estados Unidos no puede competir con la superior calidad británica. De acuerdo con las teorías imperantes, por cierto, tanto en el momento de Hamilton que fue contracorriente tal y como ya se ha señalado más arriba, y también ahora (reflexionemos al respecto con calma), que se basaban en Adam Smith y en David Ricardo los norteamericanos tenían que especializarse en las áreas en las que destacaban respecto a los británicos, que era el sector primario. Con lo que la política económica de Estados Unidos debía dirigirse en convertir la agricultura de Estados Unidos en la producción de cultivos comerciales en un contexto mercantilista: arroz, tabaco, azúcar, trigo y, ante todo, el algodón maximizando la producción de estos productos e intercambiándolos por los artículos manufacturados británicos que eran más baratos y superiores, a pesar del flete del transporte.

De acuerdo con Ricardo, tanto entonces como ahora, si se asume una distribución estática de ventajas comparativas, con cada país volviéndose un especialista en su respectiva ventaja comparativa, la producción global se maximiza y a través del efecto regulador del comercio, en este caso concreto, tanto británicos como norteamericanos estarán mejor.

Dejando a un lado la evidencia de la creación de un “Sur” europeo, y de un “Sur” global, con la permanente ventaja de un “Norte” europeo, y de un “Norte” global, la Revolución Industrial 4.0 y la pléyade de transformaciones, tecnologías y segmentos que se requiere controlar por cada agente que participe en la misma y no quiera ser tragado por los competidores, etcétera estas circunstancias en el mundo que se dibuja ya hoy día no sirven para nada. La Revolución Industrial 4.0 exige el desarrollo y gestión autónoma, la investigación y la transformación sin depender de otros en la gran zona de hegemonía regional (véase China y su expansión a través de los datos, su carrera espacial, el NewSpace, la Inteligencia Artificial… ya no vale ser muy bueno en unas cosas, hay que ser extremadamente bueno en todas las facetas, que incluyen el campo de la industria militar, por cierto, y que requieren unas capacidades que superan al Estado-Nación, sea este Estados Unidos o el que sea, y más cuando se compara con China y su gran espacio, como señalé aquí).

Esta situación generó en Estados Unidos un choque debido al establishment de los diferentes estados de la Unión, que vino del punto de partida de dos modelos agrarios que se diferenciaron enseguida. En el Sur se siguió a los académicos estadounidenses, seguidores de las doctrinas británicos porque eran productores de materias primas y les interesaba el libre comercio, la esclavitud, y el apoyo a Alexander Hamilton y su Partido Demócrata. Sin embargo, en el noreste la configuración de la propiedad agraria llevó a aplicar las medidas de Hamilton. Los diferentes puntos de vista sobre el libre comercio, la esclavitud, los derechos estatales y el funcionamiento de la federación versus la confederación, generaron un conflicto Norte-Sur que se saldó en Guerra Civil. Esto demuestra la importancia de la construcción y articulación política, y que el federalismo es la mejor opción posible.

Es interesante observar como en la Unión Europea tenemos la misma situación: una diferencia de establishments regionales que persiguen objetivos diferentes, y que son una rémora para avanzar en la línea de la integración europea, la industrialización, etcétera. Se trata de élites que financian lo opuesto, es decir “el soberanismo”, entendiéndose como lo que es, la perpetuación de sus intereses por encima de la lógica del tiempo, y para ello se valen del nacionalismo. El ascenso de partidos obsesionados con la idea de identidad, y realmente no de comunidad, más bien de “la tribu” que me protege de los cambios, a lo que se añade el euro como unidad monetaria pero no fiscal, etcétera son elementos que tienen el potencial de empujar hacia el conflicto, sea este conflicto de las características que llegue a dar, y alcance los campos que lleguen a alcanzar. Una lección más que la Unión Europea debe aprender de Estados Unidos: si no se comparten los mismos intereses en todas partes no se puede ir en la misma dirección. Extiendan la industrialización, los centros creadores de conocimiento y tecnología, la investigación, unos salarios óptimos, etcétera. O demostrarán no haber entendido nada; más aún, si atendemos a la magnitud de los desafíos y a la potencia de los nuevos colosos de las finanzas y de las industrias disruptivas, algo más que "simplemente" Estados Unidos o la Unión Europea hacen falta para asegurar prosperidad, seguridad, paz, justicia... y todo aquello que es necesario para una vida humana decente.

Hamilton estaba rotundamente convencido de que era importante que Estados Unidos desarrollara su propia base de fabricación porque, tal y como explicó en su informe del Congreso de 1791 ya mencionado, defendía que era probable que el crecimiento de la productividad fuera mucho mayor en la industria manufacturera que en la agricultura o la extracción de minerales, que se debían integrar las tres en un solo sistema. Estos posicionamientos lo sitúan en la antítesis de David Ricardo porque Hamilton creía que la ventaja comparativa no era estática y que podía verse obligada a cambiar de manera que beneficiara a los países menos productivos. Es más, pensó que la manufactura podría emplear a una mayor variedad de personas, en mayor número y que no estaba sujeta a fluctuaciones estacionales o fluctuaciones en el acceso a los minerales.

Entonces, ¿cómo vencer a los británicos? Pues copiándolos cuando los británicos tuvieron que vencer a los neerlandeses un siglo atrás y los sustituyeron como los que detentaron la hegemonía global desde Occidente. Había que imponer aranceles y otras medidas para aumentar el costo de los fabricantes extranjeros lo suficiente como para permitir que sus contrapartes estadounidenses los subvencionen en el mercado estadounidense. Además, los estadounidenses tenían que adquirir tanta capacidad y experiencia tecnológica británica como fuera posible.

La idea de que los países se enriquecen en condiciones de libre comercio tiene muy poco apoyo histórico. De hecho, al igual que le pasó al Reino Unido, es más probable que los países ricos descubran los beneficios del libre comercio sólo después de hacerse ricos, mientras que los países pobres que abrazan el libre comercio con demasiado entusiasmo casi nunca se enriquecen. Al respecto, recomiendo que lean el artículo de Michael Pettis en la revista Foreign Affairs de noviembre/diciembre de 1996.

Un elemento clave es la mezcla de la protección de la industria de la competencia, pero tal y como dice Hamilton, tiene que haber un estímulo para la innovación nacional y en el fondo es, tal y como he mencionado más arriba, la competencia que conduce a grandes avances en la productividad y la organización de la gestión, algo clave en el ascenso de las multinacionales norteamericanas y alemanas cuando discutieron la hegemonía global del Imperio británico.

En general, los países que protegieron la industria nacional, pero permitieron que sus mercados nacionales fueran capturados y dominados por sus campeones nacionales nunca se desarrollarían como lo hizo Estados Unidos en el siglo XIX.

Al igual que las empresas que reciben subsidios sustanciales del Estado tampoco logran desarrollarse de la manera necesaria porque, en lugar de obligar a la administración a mejorar la eficiencia económica como una forma de superar a sus rivales nacionales, estos países alientan a los gerentes a competir tratando de obtener más beneficios por el acceso a esos subsidios, y hoy día, también por “los subsidios” que reparte Wall Street captando capital y mediante la recompra de acciones, por ejemplo.

Para quien desee profundizar en la materia, aconsejo la lectura del artículo de Michael Roberts sobre proteccionismo y libre mercado, como base del dilema keynesiano y ofreciendo una interesante respuesta marxista a partir de Engels, que afirma:

Pero lo peor de la protección es que una vez que la tienes, no puedes deshacerte de ella fácilmente.”

2/ Mejoras internas

Hoy serían las infraestructuras. Y la inversión en infraestructura es como cualquier otra inversión en que sólo se justifica económicamente si el valor económico total creado por la inversión excede el costo económico total asociado con esa inversión. Si un país gasta más en infraestructura que el aumento de productividad resultante, más infraestructura lo hace más pobre, no más rico, pero sí que se enriquece el contratista, dándose normalmente en una ecuación que señala la existencia de fuertes incentivos políticos y/o pecuniarios para expandir la inversión, además de cuando hay poca transparencia y responsabilidad.

Brasil, por ejemplo, se dirigió hacia el oeste y el norte en las décadas de 1950 y 1960, a medida que se expandía desde las ricas áreas costeras del sur hacia el Amazonas y el Caribe. La Unión Soviética hizo algo similar después de la Segunda Guerra Mundial cuando se dirigió al este hacia Siberia. España durante el aznarismo y una parte del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Sin embargo, en Brasil, la Unión Soviética o España había pocos incentivos para que los particulares dirigieran el proceso. Fue el gobierno el que dirigió, y las empresas privadas lo siguieron sólo porque el gasto público creaba grandes oportunidades de lucro mediante contratas y subcontratas.

El valor de la infraestructura principalmente estriba en ser valorada como una función del valor del trabajo ahorrado. En países con niveles muy bajos de productividad, cada hora de trabajo ahorrada es menos valiosa que cada hora ahorrada en países con altos niveles de productividad.

Reflexionando, Norberto Bobbio, dentro de una reedición de las obras de Gaetano Mosca, introdujo una lúcida reflexión que ilustra especialmente este punto.

Norberto Bobbio toma una crítica que hace Mosca al mecanismo electoral-parlamentario. Bobbio explica de una forma sucinta que un joven Mosca cargaba contra la idea que transforma el mecanismo electoral simplificando a "mercado", y añadía lo siguiente:

"De lo que no se daba cuenta el joven Mosca era que el mal del que se lamentaba era inherente al sistema democrático en cuanto tal, más específicamente al sistema de la democracia representativa (...) La idea, por lo demás, nada nueva, de que la democracia pueda ser parangonada a un grande y libre mercado en el que la mercancía principal es el voto no es nada digno de exaltar; sin embargo, debe tenerse siempre presente para entender el comportamiento de los políticos, especialmente al aproximarse las elecciones. Al igual que el mercado económico, también el político se escapa a todo control que se le quiera imponer desde arriba y también desde este punto de vista la analogía es un hecho comprobado". Norberto Bobbio. "Mercato politico", La Stampa (Torino), 3 gennaio 1983.

El hecho de competir en la carrera electoral implica que, por la lógica de un dilema del prisionero, si uno de los actores concurrentes va a utilizar los medios extra para lograr la influencia necesaria para ganar las elecciones mediante la búsqueda remunerada de simpatías en medios de comunicación, personas concretas, mejores publicistas, etcétera. Es evidente que todo ello comporta un coste, y es evidente que, contando con un presupuesto y una prerrogativa normativa, el poder permite dar concesiones, contratos públicos, tomar decisiones, escoger proveedores, compañías que ejecuten obras o que concurran en la gestión de servicios variados. Es un simple quid pro quo, como ya tuve ocasión de reflexionar en el pasado.

Esto significa que una mayor inversión a veces genera más riqueza, en determinadas condiciones, y en otras no. En lugar de suponer simplemente que siempre funciona o nunca funciona, creo que es mucho más útil considerar las condiciones básicas en las que una mayor inversión aumenta la productividad y la riqueza y las condiciones en las que no.

El supuesto clave aquí es que el límite superior de la capacidad productiva de una economía, que podemos considerar como su capacidad para aprovechar productivamente la mano de obra, el capital, la tecnología y otros recursos, no es uniforme en todos los países. En cambio, depende del conjunto de instituciones formales e informales (educativas, financieras, políticas, legales, tributarias y sociales) que gobiernan el comportamiento económico.

Este nivel de capital y tecnología viene muy bien descrito por Albert Hirschman, que escribió de manera tan brillante y extensa sobre este proceso, por ejemplo, Hirschman (2014), (1972) y (1958), y también por Rodrik (2004).

Más capital, en otras palabras, generará un mayor crecimiento real siempre que el país esté por debajo de su nivel de inversión de acuerdo con Hirschman, pero una vez que alcanza ese nivel, el desarrollo adicional no proviene de una mayor profundización del capital, sino más bien de la reforma institucional, incluyendo una transformación o cambio de las élites.

Este es el caso que señalaba al principio del artículo: en este caso más inversión significa perder riqueza, salvo que se produzcan los cambios necesarios, y la renovación de las élites que entiendan el modelo y por eso puedan aplicarlo correctamente, momento en que habrá un fuerte rendimiento en donde se han hecho las inversiones que impulsará un mayor crecimiento del conjunto interconectado.

3/ Un sistema apropiado de finanzas

Un buen punto de partida para esta sección nos lo ofrece el historiador de las finanzas belga Raymond Roover cuando constata que:

“tal vez se podría decir que la banca imprudente, mientras causa muchas pérdidas a los acreedores, aceleró el desarrollo económico de los Estados Unidos, mientras que la banca puede haber retrasado el desarrollo económico de Canadá ".

Canadá contaba en el siglo XIX, al ser miembro del Imperio británico, con un sistema financiero mucho mejor que el de Estados Unidos sobre el papel, al ser administrado desde Inglaterra, todo un ejemplo de solidez y además con el papel del patrón oro de la libra esterlina.

Unas muy interesantes reflexiones vienen, de nuevo, por parte de Michael Pettis, quien en el Financial Times del 25 de marzo de 2013 explicaba por qué el mundo necesita “banqueros imprudentes”, en la estela de lo que tratamos en estas últimas líneas.

Esto de debe a que el sistema financiero de Estados Unidos destaca, de la misma manera que el británico respecto al francés, en el crédito. En el caso norteamericano, ha sido muy bueno proporcionando dinero a nuevas empresas con riesgo, ya que proporciona capital sobre la base no solo del valor de los activos sino, lo que es más importante, de las expectativas de crecimiento futuro, y la toma de riesgos se acaba viendo recompensada de forma activa, con una clara tendencia a corregirse muy rápidamente mediante las crisis, con lo que los préstamos que no se podían cobrar se amortizaban y liquidaban prácticamente de inmediato.

La liquidación, en otras palabras, proporciona un valor económico importante a la economía. Permite cambiar el precio de los activos, lo que crea un impulso a la economía y evita que esos activos actúen como una pérdida irrecuperable.

De ahí que sea imprescindible una unidad monetaria, pero también fiscal y bancaria para Europa con el euro y la búsqueda de un nuevo Bretton Woods con Estados Unidos, Japón, Australia, Reino Unido, etcétera.

Y por todo ello: salarios más altos

El sistema estadounidense se desarrolló en oposición a las teorías económicas entonces dominantes de Adam Smith y David Ricardo, en parte porque la teoría económica británica clásica implica que las reducciones en los salarios eran positivas para el crecimiento económico al hacer que la manufactura fuese más competitiva en los mercados internacionales. Sin embargo, un enfoque principal del sistema estadounidense fue explicar qué políticas tenía que diseñar Estados Unidos, con sus salarios mucho más altos que en Europa en ese momento, para generar un crecimiento rápido. Mantener salarios altos, de hecho, se convirtió en uno de los aspectos clave del sistema estadounidense. Y es que tomar medidas para forzar los salarios y mantenerlos altos, impulsando así el crecimiento de la productividad y creando un gran mercado de consumo interno para los productores estadounidenses.

Bibliografía

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