Introducción:

Las siguientes páginas tratarán de realizar una breve aproximación a la figura de Georgios Gemistos Pletón, o como a él le gustaba llamarse, el nuevo Platón. Un personaje la mar de singular del siglo XV y un exponente de la más alta calidad del profuso, vivo y tormentoso final del Imperio Bizantino encuadrado dentro de lo que se ha venido a llamar el “Renacimiento cultural Paleólogo”.

En las siguientes páginas miraremos de responder algunas de las preguntas e incógnitas siguientes, si bien siempre de una forma superficial debido a las limitaciones del artículo y teniendo en cuenta que las fuentes utilizadas son de carácter secundario, aunque a veces haya referencias a fuentes primarias que hayan podido ser trabajadas en las anteriores.

¿Cuáles fueron las motivaciones que le llevaron a tomar la drástica decisión de abandonar al Dios de los cristianos y proponer la restauración del paganismo helénico? Será el principal eje sobre el que versará este breve ensayo. En el transcurso, miraremos de aportar información concisa sobre el hombre y su tiempo. Con la esperanza de poder aclarar algunas incógnitas y hacer algo más accesible a este desconocido filósofo para occidente, pero muy prolífero en su tiempo; y que esto ayude a tener una mejor imagen del cuadro general: La Caída de Constantinopla en 1453, y el fin del Imperio de los Romanos.

Un repaso por la vida de Pletón:

No se sabe exactamente cuándo nació Pletón, y es por ello por lo que tenemos dos fechas para señalar: 1355 o 1360. Lo que, sí que tenemos más claro, es que en 1380 estuvo realizando una estancia en la corte del sultán turco, donde recibió una iniciación en la doctrina del islam. Por lo que es probable que conociese en persona a Murad I el Divino (1356-1389) y a Bayezid I El Rayo (1389-1402) Después, y entorno 1400 viajaría de nuevo a Constantinopla  y establecería una profusa relación con el Basileos Manuel II Paleólogo[1].

Pocos años después, en 1407 sabemos que llegará a la capital del despotado de Morea, (un territorio semiautónomo bajo autoridad bizantina) lo que se conoce como el Peloponeso Bizantino de los siglos XIV-XV. la ciudad de Mistrás situada a muy pocos kilómetros de la antigua Esparta y a los pies del famoso desde la antigüedad, Monte Taigeto.  Allá, y bajo autoridad del déspota Teodoro II Paleólogo realizará las funciones de juez, intervendrá en los asuntos del territorio y fundará una escuela filosófica. Dicha experiencia de gestión en primera línea política, y estando al tanto de las dificultades por las que atravesaba lo que quedaba del Imperio le llevan a redactar unos tratados en torno la situación política del Peloponeso, que ya apuntan a una reforma a muchos niveles.

La importancia que toma su figura hace que sea llamado por Manuel II para asistir como miembro de la delegación imperial romana a participar en el Concilio de Ferrera-Florencia en 1437, que debía dirimir la unificación de las iglesias latina y ortodoxa, solventar el cisma del siglo XI, y granjear una muy necesaria ayuda militar para la supervivencia del Imperio y alejar en concreto la amenaza Turca que ya había realizado sendos intentos de asedio a la propia Constantinopla en 1391, 1394-1402, 1411 y 1422[2].

Después de un periplo por Italia, que a parte de la misión diplomática le llevó a entrar en contacto con los círculos intelectuales del renacimiento italiano en ciernes, cosa que le sirvió para profundizar sus estudios sobre Platón y defenderlo frente a Aristóteles, como su tratado titulado “Sobre las diferencias entre Platón y Aristóteles”.[3]Regresará a Mistrás finalmente en 1441, donde empezará a escribir la que es considerada su obra cumbre “Las Leyes”.

Finalmente, moriría en 1452[4]lo que nos indicaría que no vio el final de su pueblo como él anticipaba. Aunque hay otras fuentes que apuntan a 1453 y en fecha posterior al 29 de mayo del mismo año, por lo que si hubiera sido consciente de la caída de la Capital y la muerte de Constantino XI tratando de defenderla.[5] Podría parecer baladí, pero teniendo en cuenta al personaje y la importancia de esta fecha, los últimos días del filósofo habrían discurrido de forma muy diferente en un caso u en otro.

Lo que sí ocurrió sin duda alguna, es que un antiguo alumno suyo, y por entonces Patriarca de Constantinopla Genadio II (Jorge Scholarios) ordenó quemar todos los ejemplares de “Las Leyes” de su antiguo maestro aduciendo que atentaba contra la ortodoxia. Aunque la afirmación conforme esta obra sería de publicación póstuma a Pletón, nos llevaría a mover de nuevo la fecha a un hipotético 1453 o incluso una fecha posterior, ya que el nombramiento de Scholarios como Patriarca de Constantinopla sería en 1454, siendo pues el Primer patriarca ecuménico de la Constantinopla bajo dominación otomana y sustituyendo al fallecido Anastasio II (1450-1453).[6]  Si bien no tenemos espacio en este trabajo para tratar este tema, que lejos de ser poca cosa tiene importantes implicaciones.

Independientemente de la polémica respecto la fecha de su muerte, si que sabemos que fue enterrado en Mistrás antes de que los otomanos tomaran el territorio en 1460. Y poco tiempo después, y a iniciativa de varios de sus discípulos que vivían en el exilio italiano en 1466 se adentraron en Mistrás, saquearon sus restos y los llevaron a enterrar a donde reposan en la actualidad, en el Templo Malatestiano, en Rímini. Italia, pero cerca y mirando a Grecia.

El nuevo Platón.

Porque él mismo se consideraba el nuevo Platón, y por eso se llamó de esta forma, Georgios Gemistos Pletón, “Γεμιστός” el relleno. Evolucionó a unas posiciones filosóficas conforme él estaba encargado de asentar las bases de una “Restitutio Graecarum” que vendría después de su muerte, y que en el centro de la misma establecería una “Restitutio Hellenismi”.[7]¿A qué se debe esto? ¿Qué paralelismo histórico pretendía Pletón? Pues parece ser que en su concepción de la historia y de nuevo volviendo a Platón, es justo después de la muerte de este, que aparece un “príncipe” que fue Alejandro Magno que hizo que los griegos se convirtieran en la potencia suprema del mundo antiguo y que, además, extendió el helenismo y con él la cultura y modelo de civilización griegas fuera de las fronteras de lo que había sido la Grecia arcaica y clásica. [8]

En definitiva, no era tarea del propio Pletón y así parecía entenderlo él, como el destructor del aristotelismo y por ende el cristianismo con él para los “griegos”. Simplemente, su vida y obra serviría para asentar las bases sobre las cuales se construiría la reconstrucción y salvación de “Grecia” frente a sus enemigos externos e internos. Aquí deberíamos hacer un breve inciso y señalar la lógica de este pensamiento histórico-filosófico del autor:

Durante largos años, la polémica neoplatonista contra aristotélicos, había nutrido las discusiones de intelectuales y religiosos en el mundo del Imperio Bizantino. Para ello basta con mostrar un poco de Pselo, Focio, Palamás, Mauropo, Miguel el Gramático y tantos otros. Sin embargo, si bien existía dicha confrontación de ideas esta no venía a ser un combate a muerte entre Aristóteles y Platón. Es decir, las discusiones se adaptaban para el saber antiguo y pagano que estos representaban, como podían adaptarse al debate teológico y filosófico, no lo olvidamos nunca, de una sociedad profundamente cristiana. Y aquí viene precisamente la ruptura que puede representar Pletón respecto este debate en la sociedad del imperio romano oriental. Ya que él si plantea directa y abiertamente que Platón es mejor que Aristóteles, a quien equipara y califica sin ambages como sofista. Además, Pletón realiza una comparativa muy profunda y diversa de los dos modelos filosóficos y abarca una gran cantidad de campos en su “De Differentiis”, una obra redactada por lo visto durante la estancia de Pletón en el concilio Ferrara-Florencia en 1439 y destinado a los humanistas latinos.[9]De ahí seguramente las estrechas relaciones con Marsilio Ficino, que se podría considerar el más grande alumno de Pletón y uno de los mayores representantes del neoplatonismo italiano.

Es esta animadversión intelectual hacia Aristóteles, la que le llevará a un choque de trenes directo hacia el cristianismo (seguramente potenciado por el hesicasmo imperante en aquellos años)[10] a quien vincula inexorablemente al aristotelismo, y por ende, a la tradición de escuelas sofistas. [11]

¿Pero qué pretende señalar Pletón asociando el Aristotelismo y el Cristianismo a la escuela de los sofistas? Pues porque considera a los sofistas como negadores de la sabiduría ancestral a quienes incluso en su obra “Las Leyes” estipula claramente que: “será quemado vivo todo sofista encontrado culpable de predicar contra nuestras doctrinas”[12].  Considera a los sofistas como fundadores del cristianismo, por ello también al resto de religiones reveladas como el judaísmo y el islam. Se los considera como responsables de la derrota de la razón y el intelecto y negadores de una verdad ontológica. Y en ello, el autor señala que está la causa de la postración cultural y política de Grecia ante sus enemigos.

En la concepción histórica de Pletón nos vendrían a señalar una especie de periodos sucesivos de “iluminación” o “luz” frente a otros de “sombras” o “tinieblas”. Los primeros asociados a la inteligencia y la virtud del periodo anterior al dominio de Aristóteles, y los segundos a la ignorancia y el vicio asociado al periodo de dominación intelectual del aristotelismo-cristianismo.[13]Basta con señalar en la Réplica a Scholarios en la que acusa a Aristóteles de:

“Aristóteles ha destruido la continuidad histórica del espiritualismo, la cadena de oro de la sabiduría mística”.[14]

Acusa al discípulo de Platón se haber leído al maestro, pero haber retorcido sus enseñanzas, no para mostrar la verdad y hacer filosofía, sino que con excusa de la misma y dominado por la vanidad convertirse en cabeza visible de una “secta personal”, subvirtiendo y corrompiendo las enseñanzas de su maestro. Un maestro, Platón, a quien el autor considera como heredero de las transmisiones de las verdades filosóficas transmitidas desde el origen de los tiempos.

La sabiduría mística: no sólo de Platón vive Pletón.

Hemos comentado, siguiendo el concepto histórico que muestra Pletón, que según él, Platón era el heredero de una filosofía que se remonta al origen de los tiempos. Es tirando de este “hilo de la historia” que podemos encontrar otras fuentes sobre las que Pletón se inspira para articular su sistema filosófico y de creencias. En su réplica a Scholarios precisamente nos da una idea de por donde iba en el momento en el que dice:

“No era una filosofía suya lo que Platón comunicaba, sino la de los discípulos de Zoroastro que había llegado a él a través de los Pitagóricos […] debe ser [Zoroastro] el más antiguo de aquellos que reciben el nombre de sabios y legisladores, con la excepción de Min [en Egipto], legislador poco sabio.”[15]

Para Pletón, Zoroastro se convierte en el primer depositario, una primera memoria, de un pasado del que no tenemos vestigio. Este conocimiento pasa por toda una retahíla hasta los Heráclitas[16], Hermes Trismegisto, Orfeo, los Pitagóricos y que acaban en el mismo Platón. [17]Esto llevaría a la concreción de un “calendario pletónico” cuyo año 0 sería nuestro 332 a.C . durante el reinado de Alejandro Magno. Esto lo obtengo a través del estudio de Miguel A. Granada, donde consta que Pletón nombra el año 1765 después de Alejandro Magno (que corresponde a su vez al 1433 de la era cristiana) y que es el año que Pletón utiliza para su tablas astronómicas, señalando además, que sería el año 6942 desde la creación. [18]En todo caso, el año 332 a.C coincide con la toma de Tiro y Egipto por parte de las huestes alejandrinas en su guerra contra la Persia Aqueménida, y es el año que es aclamado como Faraón ¿Escogería este año por eso mismo? ¿Cómo el punto de creación del Gran Imperio Helenístico Alejandrino? [19]

Esta citación del año 6942 desde la creación es importante a la vez para poder comprender otra cosa. Pletón dice siguiendo una citación de Plutarco, que Zoroastro había vivido 5000 años antes de la Guerra de Troya, o según “6000 años antes de los Heraclidas”[20]. Lo curioso es que siguiendo el cómputo de las tablas astronómicas antes citadas, pone el nacimiento o vida de Zoroastro unos 594 años antes de la creación del mundo según el cómputo cristiano, y para más inri, hay que recordar que para él, Zoroastro, no es siquiera el primer ser humano de la historia, sino simplemente el primer depositario de esa primera memoria que él mismo había heredado de un pasado del que no tenemos vestigio. [21]Señalar también la aparente, según estudiosos como Granada o Signes, faltas de referencias hacia Moisés. Seguramente como un intento de desvincular a Platón de aquellas teorías de filósofos cristianos como Pselo y otros que en sus estudios sobre Platón (y siendo neoplatonistas) justificaban ante las autoridades eclesiásticas (y así evitar la categorización de heréticos) que en realidad, Platón tuvo contacto con la doctrina del judaísmo en vida y que por ello, su cuerpo teórico enlaza con Moisés y es perfectamente asimilable a la doctrina cristiana.

Otra influencia que nos puede parecer curiosa es la del islam. Basta recordar que Pletón estuvo en la corte del Sultán otomano entorno 1380, y se cree que allá entre otros menesteres, se inició en la religión islámica, o también de un judío renegado de nombre Eliseo que pudo haber transmitido conocimientos relacionados con cultos orientales. Eso ayudaría a explicar cierto jugueteo con el islam o el judaísmo que el propio Scholarios más tarde le echa en cara en su intercambio epistolar[22]y a tenor de algunas proposiciones que el propio Pletón propondría para su “revival” helenístico como realizar 3 oraciones al día, en lugares puros y sin cadáveres, las genuflexiones o incluso la poligamia, aunque esta última la podemos vincular más a Platón[23]que no al islam.

Para acabar esta breve aproximación al legado filosófico de Pletón, cabría destacar que el propio autor era consciente que replantear una restauración del helenismo como tal, era imposible. ¿De ahí los coqueteos con el islam, el judaísmo y el propio cristianismo a quienes decía rechazar? Es decir, parece que era bastante consciente que, para poder ser un proyecto atractivo, su propuesta debía ser capaz de ser atractiva, o mejor dicho que esta sonase a conocida a la población que eventualmente la adoptase como propia. Es por ello, que se señalan varios elementos sincréticos de esta religión y corpus pletónico. Como es el señalar a Zeus como un dios nacido sin madre, padre de todas las formas e ideas del mundo que viene a recordar a cierta caracterización de Cristo visto como Hijo de Dios en San Agustín de Hipona (muy influenciado por el platonismo) o que el nombre de Zeus es simplemente el nombre dado “en la lengua de nuestros padres”[24] o que su concepto entorno las ideas y su defensa, se utilicen términos parecidos al de la defensa de la teología iconódula ortodoxa respecto que las “ideas son sólo análogas porque son eternas y los seres visibles no.”[25]

Pletón el reformador.

Para Pletón, el hombre está hecho a imagen del mundo de las ideas, en el que la parte racional del alma humana se interconecta y activa la básica formal y substancia material de la naturaleza humana. Y que el ser humano se trata de una criatura que contiene una parte mortal e inmortal, donde estas coexisten. [26]En ellas, la parte inmortal es eterna y ontológicamente superior a la corporal, mientras que la mortal considera que es necesaria para la experiencia humana. La muerte significa la separación de dichas dos naturalezas. Y teniendo en cuenta que, para él, todo lo realizado por Zeus es bueno por naturaleza, las dos naturalezas del hombre lo son por propia definición. Sólo a través de dicha síntesis entre cuerpo y alma, puede el ser humano participar en la harmonía universal. [27]Y es esta idea de harmonía, que se verá reflejada en la propuesta política y religiosa que él plantea para solventar la grave crisis que vive el Imperio en el siglo XV.

Si bien, esta reforma a gran escala que planteaba Pletón y que dejó bien clara en su libro “Las Leyes” que se hizo público póstumamente y por petición expresa al déspota de Morea Tomás Paleólogo, vino a suponer una novedad en varios frentes.[28]El primero, era que expresaría una fuerte disidencia, acusada directamente de Herejía por Scholarios, en el ámbito religioso. Ya que propugnaba una restauración de paganismo, si bien no una restauración total y mimética del históricamente existente. El segundo elemento, es que siguiendo a su maestro Platón, vendría a proponer esa sociedad perfecta y emularía en cierto sentido a “La República”. Es de suponer que la proximidad de Mistrás de Esparta (apenas unos kilómetros) hizo que también Pletón, como Platón, tuviera en mente el modelo de organización clásico Espartano más que el Ateniense. Se trata pues, de una utopía filosófica en toda regla y es tentador querer compararla con otras como la propia “Utopía” de Tomas Moro.

Teniendo en cuenta que una de las grandes preocupaciones de Pletón era la salvaguarda del genos helénico de los enemigos internos (sofistas, aristotélicos) y externos (latinos y turcos) propone una revitalización de una moribunda administración imperial para poder afrontar así los retos planteados. Si bien, Signes nos indica que la exposición de dichas ideas no es muy clara por parte de Pletón, debido a que debía expresarlas y a la vez convencer al emperador mientras se protegía de sus adversarios. Pero son expuestas en 4 categorías: Extranjeros, Iglesia, Aristocracia y Gobernante. [29]

Sobre los “extranjeros”, se apuntan una serie de medidas que vienen a querer fortalecer la capacidad militar del imperio, y a la vez, hacerlo económicamente viable. De ahí, que uno de sus focos sea un elemento bastante habitual en los ejércitos feudales europeos del momento, y también en el Imperio Bizantino, sobre todo después de 1204: El uso de fuerzas mercenarias, que representaba a parte de cierta ineficacia para la defensa del territorio, unos gastos económicos considerables que podrían dedicarse a otros menesteres. Aquí, viene a proponer una especie de vuelta al sistema temático que había quedado ya en desuso a final del periodo de los Macedónicos y con los Comnenos. A su vez, propone renunciar a la flota (si bien se entiende que momentáneamente y mientras el Imperio recupera territorios perdidos) para poder así, financiar mejor la reforma del ejército.[30]También a su manera, viene a recuperar ideas de organización militar más propias del primer período imperial y del período mesobizantino, y la construcción de un ejército-milicia constituido por la propia población local. Podría parecer y salvando las distancias, que plantea las semillas de un ejército proto-nacional que en la Roma clásica comenzó a existir a partir de las reformas de Cayo Mario y que no existiría en Europa hasta las guerras de la Francia revolucionaria y napoleónica.

En cuanto a la “Iglesia”, podemos llegar rápidamente a la idea que Pletón la consideraba un obstáculo de primer nivel, un poder paralelo propio dentro del estado, que drenaba capacidades y recursos al mismo.  A su vez, la polémica tan dura que realiza contra la iglesia se centra en los monjes (potenciadores entre otras cosas del Hesicasmo imperante) a quienes llama sin miramientos “enjambre de vagos”. La propuesta viene por ello a que los costes de los asuntos relacionados con la iglesia corran a sus expensas y no del erario público y que como mucho, se les libere de pagar impuestos al estado. Siempre que no le drenen recursos ni se aprovechen del mismo.[31]

Este ataque furibundo a los monjes, y más viniendo de un “filósofo” no era nuevo de esta época, y podemos encontrar precedentes ya desde el siglo VIII en adelante. Como muestra para ver el nivel de la inquina entre los dos sectores, y que Pletón en este sentido no es más que deudor de otros que vinieron antes de él, basta echar un vistazo a la profusa literatura bizantina.[32]

Para la “Aristocracia” reserva lo que seguramente son las medidas más enérgicas, y se centra en la nobleza del Peloponeso (por otra parte, el único territorio a parte de la capital con cara y ojos que todavía poseía el Imperio). Vendría a limitar enormemente el poder que esta venía disfrutando, sobre todo con la “revolución aristocrática” fomentada por los Ducas y Comnenos ya en los siglos XI y XII y de las cuales los Paleólogos no dejan de ser herederos. Resumiendo mucho, vendría a querer poner fin a lo que algunos historiadores como Ostrogorsky han categorizado como el “feudalismo bizantino”.

Y aquí vemos otro símil con la República de Platón. Si este proponía en su polis ideal la división de la sociedad en tres estamentos o círculos: bronce (agricultores y artesanos), plata (ejército) y oro (aristócratas/gobernantes con el Rey Filósofo en la cúspide)[33], Pletón también propone una división de 3 estamentos de la sociedad bizantina. La de los “ilotas”[34]como primer estamento, un segundo formado por artesanos, comerciantes y artesanos y un último formado por lo que él llamaba gobernantes. Las obligaciones fiscales recaen en los dos primeros, si bien con la excepción que, si se está sirviendo en el ejército, esta persona queda exonerada de pagar impuestos al fisco. Y los nobles, si bien quedan exentos de pagar impuestos, estos deben a su vez mantener un pequeño ejército parecido al temático, según la población de ilotas y otros contribuyentes que tengan asignados en las tierras y propiedades en su posesión.

Para acabar, las medidas dedicadas a los “gobernantes”, siguiendo también el principio del “Rey Filósofo” platónico y una larga tradición estrictamente piramidal del sistema monárquico romano oriental. Para él, fortalecer al monarca, es fortalecer al estado frente a los aristócratas y la “feudalización”. Sin embargo, introduce algunos elementos que son novedosos y el primero de ellos es que no hay soberanía divina en la figura del Basileus. Un monarca sustentado y limitado sólo entorno la constitución (Πολιτεία) del cual se hace responsable en proteger y mantener vigente[35]. Un monarca a la vez, aconsejado por un nutrido y sabio grupo de consejeros[36]. Y aunque pudiera parecer extraño para la tradición romana oriental  hay ecos que podrían recordar en esta propuesta, que el monarca no estaba sólamente sometido a una “justicia transcendente”, sino a la tradición jurídica romana, tal como apuntaba ya Focio en el siglo IX.[37]

Una conclusión rápida de estas medidas apunta a que Pletón buscaba con ello favorecer claramente a la estructura del Estado, por encima de particularismos de todo tipo. Incluidos los del propio Basileus. También, que respecto la aristocracia tradicional plantea una “trampa” y es que si bien el sistema fiscal y militar se basa en la propiedad de la tierra, este, para liquidar el comentado “feudalismo bizantino” establece que la tierra es propiedad de todos los seres humanos y que el único requisito para acceder a ella, es la capacidad de cultivarla.[38]Una medida que podríamos categorizar sin fisuras de revolucionaria y que recuerda también a las peticiones y pretensiones de la “reforma agraria” de los Graco en el período bajorepublicano. Una propuesta pletónica que de haberse llevado a cabo, hubiera significado seguramente la desaparición de las grandes propiedades agrarias y con ello, el poder de la aristocracia y el nacimiento de una poderosa clase campesina sobre la que además, se sustentaría el fisco y la potencia militar.[39]

La polémica entorno la identidad griega y helénica en el último Bizancio

Otro de los puntos interesantes del filósofo es su papel en el debate entorno la identidad en el Imperio Romano de Oriente en el siglo XV. Un debate entorno el ser “griego” o “heleno”[40]que rompe en cierta manera con la identificación del propio sistema todavía como “Ῥωμαῖοι”, esto es, romanos. Una identificación que se había mantenido prácticamente durante más de un milenio.[41]

Este se trata de un debate espinoso, ya que es relativamente fácil caer en ciertos postulados presentistas y que en realidad tienen más en común con la construcción del Estado-Nación Griego actual, surgido con la revolución de 1821 y la independencia efectiva del control del Imperio Otomano en 1832. Pero no por ello, deja de ser interesante y hay que preguntarse ¿Qué es lo que provoca está recuperación de lo griego o “Restitutio Graecarum” que comentábamos al inicio del artículo?

Ya hemos visto, aunque de una manera superficial, la lógica que hay detrás de la identidad “Helena” y “Griega” de Pletón. Sin embargo, haríamos bien en señalar que Pletón no era un “rara avis” en torno este debate de vuelta a lo griego. Si bien, no siempre partiendo de las mismas posiciones o preceptos. Baste señalar para ello al propio Scholarios, Apostolis, Trapezuntios o Argyropoulus.

El primero de todos, Mijail Apostolis (c- 1420-1478) fue un fiel seguidor de la doctrina pletónica. Siguiendo pues a su maestro, defendía que la escolástica estaba basada en una mala filosofía, esta es la aristotélica. Compartiendo los prejuicios en torno a ella. Y al igual que su maestro, guardaban silencio en torno al uso de elementos aristotélicos como hizo Pórfido, Simplicius y tantos otros.[42] Baste recordar como Scholarios echa en cara al propio Pletón que utilice a Proclo a quien no cita.[43]

El caso es que no dudaba en llamarse a sí mismo y a sus contemporáneos como “Hijos de los Helenos” y la diferencia con Pletón estribaría en que Apostolis no encontraría una contradicción entre el Helenismo y la religión cristiana. Es más, que no existe una diferencia entre los griegos modernos y los antiguos (οἶα οὐδείς τῶν Ἑλλήνων, οὒτε τῶν παλαιοτέρων  οὒτε τῶν νεωτέρων ).[44]

El segundo mencionado, Georgios Gennadios Scholarios (c. 1400 - 1473) si bien fue un gran crítico de Pletón como ya hemos comentado, no quiere decir sin embargo, que no aceptara como una de sus identidades múltiples la de ser griego. Como señala un diálogo mantenido con un judío a quien responde entorno quién es él, que se considera a sí mismo como un cristiano, mientras que habla la lengua griega aunque no piensa como los helenos. Aquí cabe señalar la diferencia entre el término heleno que quiere decir pagano (y su gran confrontación con Pletón), aunque fuera del ámbito religioso sí que usaba el término para referirse a sus compañeros bizantinos y a la patria, que llamaba con el antiguo topónimo de “Ἑλλάς”, señalando además que Constantinopla era la madre patria del genos helénico.[45]

Es pues interesante señalar que tenía puntos de unión con Pletón, ya que al igual que este último, Scholarios estaba preocupado en torno a la problemática de la supervivencia de genos griego. Sin embargo, la diferencia estribaría en dos elementos principales: El primero, que no consideraba a los latinos como un peligro, al contrario, eran un elemento revulsivo que podía dar un vigor muy necesario. Más bien tenía miedo de la literal extinción de este mismo. Así pues, su visión no sería como muchas veces se ha podido interpretar por su polémica con Pletón, como de antihelenista, sino de un helenismo diferente en el que no hay contradicción entre la identidad griega, helénica, cristiana y romana; el cual además debía ser vigorizado por la influencia latina y occidental.[46]

El siguiente que citábamos, Georgios Trapezuntios Cretensis (c. 1395 - c. 1472) que inició sus andaduras precisamente en el platonismo y vino a ser una versión contraria a Pletón, ya que en su “Comparatio Philosophorum Platonis et Aristotelis” de 1458 vino a ser una especie de respuesta contraria al “De Differentiis”. Una defensa a ultranza de Aristóteles y un ataque furibundo a Platón. Parece además, que este cambio que se fue gestando en su estancia en Italia a partir de 1416 y que no empezó a desarrollarse claramente hasta 1430, vino después de un estudio del Gorgias de Platón, en el cual el pupilo de Sócrates atacaba sin reparos al arte de la retórica. Como parece ser que Trapezuntios había llegado a la conclusión que la retórica en Italia de aquellos años estaba en un estado todavía embrionario desarrollo y que él, podía de esta forma, labrarse un futuro en ese campo. El choque con Platón le llevó , digámoslo así … por “necesidad vital” responder punto por punto a Platón.[47]Esto es cuanto menos curioso, ya que vendría a defender por ende las posiciones Aristotélicas y nos podría parecer que las acusaciones pletónicas a Aristóteles de “sofista” y de maquillar la verdad para con ella, colpar su vanidad, se cumplen para este caso.

Es interesante el paralelismo que se puede hacer con Trapezuntios y su defensa a la crítica platónica (y socrática) que se realizaba a Temístocles, Cimón, Miltíades y el mismo Pericles. En la defensa que realiza Trapezuntios de estos, viene a salir un amargor por un ataque tan directo a quienes considera salvadores de Grecia de la invasión y amenaza persa. Una especie de “padres fundadores”, ya fuese de los EE.UU. o de los “próceres” latinoamericanos en la independencia de sus respectivas colonias entre el siglo XVIII y XIX. El autor utiliza las guerras médicas como símil con la amenaza turca del momento y con ello, mostrar su Helenidad. Precisamente por esos ataques de Sócrates a los héroes del periodo clásico ateniense, Trapezuntios considera que el platonismo es un peligroso adversario a la moral griega en aquellos tiempos difíciles del s. XV, el gran peligro interno al genos, casi como si fuese acto de traición.[48]Curiosamente, aunque contrario a Pletón en cuanto la solución y el análisis, estaban de acuerdo en que el mayor peligro venía por la alienación cultural del “ser” griego.

Siguiendo con esto, la defensa de lo griego mostrada por él, podía tener carácter étnico y al igual que Scholarios, consideraba la influencia latina como positiva. Es más, en su concepción sobre lo griego, lo vinculaba a la propia Europa Cristiana y trataba a los “Greci” como un baluarte, una fortaleza que defendía a Europa de las huestes asiáticas-pérsicas-otomanas y que el destino de Grecia estaba pues, intrínsecamente unido al de dicha Europa Cristiana.[49]Este elemento, será algo que también se verá en el argumentario nacionalista de los griegos en la guerra de independencia del siglo XIX.

Para acabar este breve repaso de algunos autores destacados en la polémica tenemos a Ioannes Argyropoulos (c. 1405 - 1487), quien era un gran aristotélico en la Italia del renacimiento y un entusiasta de la identidad helénica. Tanto, que nos han llegado numerosas referencias del autor (como sus cartas a Juan VII Paleólogo o al propio Constantino XI) conforme los habitantes del Imperio Romano de Oriente, eran los helenos (a quienes también vinculaba con los de la antigüedad sin ruptura histórica) y que el Basileos o Emperador, era el Rey de los Helenos (Ὦ τῆς Ἑλλάδος ἢλιε βασιλεῦ) en un tono que nos sorprendería por su intenso “patriotismo”. Si bien, esto es lo que le hacía diferente al Helenismo pletónico. [50]


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● Tambrun, Brigitte. “Byzance, Platon et les platoniciens”. Texte de la conférence “Platon et l’Orient” Fondation Boghossian – Villa Empain. 8 septembre, 2012. Bruxelles.

Web:

- Web Oficial del Patriarcado de Constantinopla.



[1] Juan Signes en su obra “Jorge Gemisto Pletón (ca- 1355-1360 – 1452)” fecha la muerte de Pletón en 1452.

[2] Editor: Sephard, Jonathan. “The Cambridge History of The Byzantine Empire c. 500-1492”. Cambridge University Press. Revised Edition. 2019.

[3] Signes Codoñer, Juan “Jorge Gemisto Pletón (ca- 1355-1360 – 1452)” Biblioteca Filosófica. Ediciones del Orto. Madrid. 1998. Pág. 8

[4] Ibid. Pág. 28

[5] Para más información sobre la polémica y fijación de la fecha de la muerte de Pletón: Monfasani Albany, John “Pletho’s date of death and the burning of his laws” Byzantinische Zeitschrift.nº 98. 2006.

[6] Listado de Patriarcas en la web oficial del Patriarcado de Constatinopla.

[7] A señalar las diferencias entre Griego y Helenista, que realiza el propio autor.

[8]Citando a Minfasini en: A.Granada, Miguel “Jorge Gemisto Pletón y la eternidad del mundo (la polémica contra Aristóteles y el cristianismo). ÉNDOXA: Series Filosóficas, nº34, pp. 341-376. UNED. Madrid. 2014. Pág. 368.

[9] Signes Codoñer, Juan “Jorge Gemisto Pletón (ca- 1355-1360 – 1452)” Biblioteca Filosófica. Ediciones del Orto. Madrid. 1998. Pág. 16-18.

[10] Aunque el hesicasmo es una doctrina divulgada por Evagrio Póntico ya desde el siglo IV d.C. este sufrió un gran desarrollo seguramente a través de las comunidades monásticas del Monte Athos a partir del siglo X y en especial el XIV, cuando se aprueban como ortodoxas las defensas del mismo realizadas por Gregorio Palamás en 1341 y 1351. La polémica venía servida por el “quietismo” que este propugnaba, en una sociedad asediada en todos sus frentes.

[11] Como curiosidad también hace referencia a los poetas, a quienes pone al mismo nivel que los sofistas, como enemigos de las verdades fundamentales acerca de los principios del ser.

[12] A.Granada, Miguel. “Jorge Gemisto Pletón y la eternidad del mundo (la polémica contra Aristóteles y el cristianismo). ÉNDOXA: Series Filosóficas, nº34, pp. 341-376. UNED. Madrid. 2014.  Pág. 363.

[13] Ibid. Pág. 365.

[14] Ibid. Pág. 360. Citando a “Réplica a Scholarios”. Pág. 381 (Lagarde).

[15] Ibid. Pág. 358. Citando a “Réplica a Scholarios”. Pág. 379 (Lagarde).

[16] Según un viejo mito dorio (Espartano), los Heráclitas o hijos y descendientes de Heracles, conquistaron el Peloponeso a los reyes Micénicos de Argos, Micenas y la propia Esparta, en lo que se conoce también como “la invasión Doria”, alrededor del año 1100 a.C. siendo prácticamente coetáneos de los llamados “Pueblos del Mar” que marcaron el final del Período del Bronce Tardío a finales del segundo milenio antes de nuestra época.

[17] Platón, al que a contrario que Aristóteles, no considera un sofista por no buscar la vanidad y un protagonismo injustificado, sino simplemente transmitir los conocimientos adquiridos de su maestro.

[18] A.Granada, Miguel “Jorge Gemisto Pletón y la eternidad del mundo (la polémica contra Aristóteles y el cristianismo). ÉNDOXA: Series Filosóficas, nº34, pp. 341-376. UNED. Madrid. 2014.  Pág. 357

[19] En la obra consultada parece hacer referencia al año de la muerte de Alejandro, pero haciendo los números no me da el 323 a.C.

[20] Signes Codoñer, Juan “Jorge Gemisto Pletón (ca- 1355-1360 – 1452)” Biblioteca Filosófica. Ediciones del Orto. Madrid. 1998. Pág. 26.

[21] A.Granada, Miguel “Jorge Gemisto Pletón y la eternidad del mundo (la polémica contra Aristóteles y el cristianismo). ÉNDOXA: Series Filosóficas, nº34, pp. 341-376. UNED. Madrid. 2014. Pág. 357.

[22] Signes Codoñer, Juan “Jorge Gemisto Pletón (ca- 1355-1360 – 1452)” Biblioteca Filosófica. Ediciones del Orto. Madrid. 1998. Pág. 24.

[23] Cuando en “La República” habla sobre el concepto de paternidad y maternidad en la polis.

[24] Signes Codoñer, Juan “Jorge Gemisto Pletón (ca- 1355-1360 – 1452)” Biblioteca Filosófica. Ediciones del Orto. Madrid. 1998. Pág. 31.

[25] Signes Codoñer, Juan “Jorge Gemisto Pletón (ca- 1355-1360 – 1452)” Biblioteca Filosófica. Ediciones del Orto. Madrid. 1998. Pág. 22.

[26] Matula, Jozef “Georgios Gesmitos Pletho and the Idea of Universal Harmony”.  Intervención en “Proceedings of the international congress of Plethon and this time”. Mistras, 26-29 de junio de 2002. Atenas. 2003. Pág. 162. Donde cita el Epitafio a la Reina Elena Paleóloga.

[27] Ibid. Pág. 163.

[28] En concreto, unos memoriales enviados al Déspota Teodoro Paleólogo en 1407 y al Basileus Manuel II Pelólogo en 1418.

[29] Signes Codoñer, Juan “Jorge Gemisto Pletón (ca- 1355-1360 – 1452)” Biblioteca Filosófica. Ediciones del Orto. Madrid. 1998. Pág. 48.

[30] Ibid. Pág. 49-50.

[31] Ibid. Pág. 50-51.

[32] Para muestra, se recomienda: Amado Rodríguez, Mª Teresa; Ortega Villaro, Begoña. “Poesía lúdico-satírica bizantino del siglo XI”. Ediciones Cátedra. Madrid. 2016.

[33]Platón “Diálogos IV: La República”. Trad. Conrado Eggers Lan. Editorial Gredos. Madrid. 1988. Libro III. 414 Mito de las clases

[34] Nombre que recoge de los esclavos de la Esparta clásica, que fomentaría en gran medida su capacidad militar y posibilidades de hegemonía en el mundo griego antiguo hasta la derrota contra los Tebanos de Epaminondas en Leuctra en el 371 a.C. Signes en su resumen escribe “Hilotas” en vez de “Ilotas”. He decidido mantener la típica traducción y forma de escribirlo en lengua castellana.

[35] Esto en concreto, si bien con mucha cautela, parece que esté proponiendo una Monarquía Constitucional siglos antes de “La Gloriosa” inglesa del siglo XVII.

[36] Pudiera parecer que Pletón se autoasigna también un papel a desarrollar en dicha sociedad.

[37] Signes Codoñer, Juan “Jorge Gemisto Pletón (ca- 1355-1360 – 1452)” Biblioteca Filosófica. Ediciones del Orto. Madrid. 1998. Pág. 53-54.

[38] Ibid. Pág. 52.

[39] A esto, se le ha venido a llamar “el comunismo” pletónico. Si bien, insisto en los parecidos con “La República” de Platón y como desde sectores de estudiosos en la actualidad, sobre todo en el siglo XIX y XX, también se categoriza de “comunismo” la propuesta inicial platónica.

[40] Que ya hemos ido tratando y exponiendo en este artículo.

[41] Signes Codoñer, Juan “Breve guía de la literatura griega desde Hesíodo hasta Pletón”. Ediciones Cátedra. Madrid. 2019. Pág. 58-59.

[42] Steiris, Georgios “Byzantine Philosophers of the 15th century on Identity and otherness”.Chapter eight in “The problem of Modern Greek identity: From the Ecumene to the Nation-State”. Cambridge Scholars Publishing. 2016. Pág. 176-177.

[43] Signes Codoñer, Juan “Jorge Gemisto Pletón (ca- 1355-1360 – 1452)” Biblioteca Filosófica. Ediciones del Orto. Madrid. 1998. Pág. 25

[44] Steiris, Georgios “Byzantine Philosophers of the 15th century on Identity and otherness”.Chapter eight in “The problem of Modern Greek identity: From the Ecumene to the Nation-State”. Cambridge Scholars Publishing. 2016. Pág. 178.

[45] Ibid. Pág. 180.

[46] Ibid. Pág. 181.

[47] Ibid. Pág. 183.

[48] Ibid. Pág. 186.

[49] Ibid. Pág. 188.

[50] Ibid. Pág. 192.