Empezaremos por enumerar de forma sucinta las etapas recorridas por las redes: la primera generación de sistema de telefonía móvil (1G) se benefició de dos inventos técnicos de la década de 1970, el microprocesador y el transporte digital de datos entre el teléfono móvil y la estación base. Con el 2G llegaron los primeros intercambios SMS (Short Message System), en 1991. La aparición de 3G en 2001 con la web móvil permitió servicios de comunicación más rápidos, especialmente para voz, fax, Internet, en cualquier lugar y en cualquier momento. Fue en 2010 cuando fue posible la comunicación entre objetos, datos y vídeo HD, a través de 4G. Finalmente, y este es el meollo del asunto, el campo de posibilidades parece no tener límites gracias a 5G (10 Gbit/S), que es de 10 a 100 veces más rápido que 4G. En particular, introduce vídeos en 3D y habilita un millón de objetos conectados por kilómetro cuadrado. Las características del 5G son simplemente extraordinarias: 1 o 2 milisegundos de latencia, 1.000 veces más ancho de banda, 100 veces más dispositivos conectados, 90% menos de consumo de energía, 99, 999% de disponibilidad, 100% de cobertura, vida útil de 10 años para las baterías de los objetos conectados de bajo consumo.

La geopolítica del mundo digitalizado se caracteriza por tres tendencias principales: una erosión del poder estadounidense, un aumento del poder de China y una competencia entre estas dos entidades por la colonización cibernética del resto del mundo.

Empieza a percibirse una toma de conciencia por parte del sector tecnológico occidental de que se necesita que el sector público financie y regule la infraestructura de la economía moderna que se supone deben promover – como demostró el fracaso del 5G, dejándoles seriamente atrás frente a China, tal y como se reconoce en este documento de la Comisión Europea, por ejemplo.

Hay que subrayar un hecho muy remarcable, uno de los elementos claves en el debilitamiento de los Estados y que impulsan hacia un mundo global se halla detrás de las siglas que se corresponden a GAFAM (Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft), las llamadas Big Five o FAAMG, que están quedándose ya claramente detrás de la contraparte China, que se oculta tras el acrónimo BATX (Baidu, Alibaba, Tencent, Xiaomi), llamadas The Four Biggest. al respecto de las cuales recomiendo repasar las posiciones establecidas en este enlace. La clave es que las compañías chinas, a la que habría que añadir la "némesis" de Apple, que sería Huawei, se benefician de las inversiones en infraestructura, y el 5G es tan sólo una, cosa que explica los retrasos en la puesta en marcha en Occidente.

No obstante, hay que tener muy presente que la estrategia de ambos, norteamericanos y chinos, es clara:

1/ Los datos valen dinero... y son parte intrínseca del nuevo dinero digital

2/ La economía de las ciudades o clústeres de ciudades generan datos y concentrarán la actividad industrial especializada

3/ La Inteligencia Artificial es la tercera parte y elemento conector e impulsor junto al 5G, en este momento, en un contexto de una nueva y disruptiva Revolución Industrial

Quien domina las tres partes, domina el mundo.

Debemos recordar que el 80% de los datos generados pasa por Estados Unidos, y cuenta con un pequeño espejo en Reino Unido, retomando la importancia mencionada por las grandes compañías tecnológicas norteamericanas cabe apuntar un hecho relevante, y que las GAFAM se comportan como un Estado, y así las trató Dinamarca, que les envió un embajador en 2017, y su negocio fundamental es el control de datos, y se mueve en el plano ideológico entre el libertarismo de izquierda conjugado con el determinismo tecnológico de la derecha. Su financiación parte de los fondos de inversión y sabemos que GAFAM como bloque gastó alrededor de 58.000 millones de dólares en I + D.

El monopolio de GAFAM se materializa en la explotación de los mejores cerebros de India y de China en Silicon Valley (veamos la presencia de directivos de esas nacionalidades o de esa ascendencia). No obstante, el primer desafío real para GAFAM es el de China, sin descartarse que un día India siga el mismo camino, pero mientras India necesite de Occidente para equilibrar a China, el quid pro quo establece, seguramente, uno de estos requisitos. China representa el primer desafío mediante su competencia de BATX, cosa que los lleva a una situación de bloqueo, que podría ser similar al que vivió Estados Unidos con la Unión Soviética en las esferas nuclear y espacial. Y a ello se suma Huawei.

No obstante, hablemos algo más de Huawei y de la guerra abierta entre China y Estados Unidos partiendo de esta compañía.

Huawei

Huawei Technologies Co., Ltd es una empresa china de alta tecnología, que se centra especialmente en el campo de la investigación y el desarrollo, la producción electrónica y el marketing de equipamientos de comunicaciones, entre otros aspectos. Fue fundada por Ren Zhengfei en 1987 en Shenzhen, aprovechando la Zona Económica Especial (ZEE), creada por el gobierno chino en 1980 para la región.

Partiendo de su posición como oficina de representación para la importación de centrales telefónicas a China desde Hong Kong, Huawei se convirtió en 2013 en uno de los líderes mundiales en tecnologías de la información y la comunicación (TIC), además de consolidarse como uno de los dos principales fabricantes de equipos de telecomunicaciones del mundo, el proveedor de la mayoría de los principales operadores mundiales (British Telecom, Deutsche Telekom, Orange, Telefónica y Vodafone) con tres actividades principales: equipamiento para operadores de telefonía, redes telefónicas de empresas y, desde 2009, venta de teléfonos móviles y tabletas a consumidores finales, en competencia frontal con los líderes Apple y Samsung.

Huawei tardó menos de 10 años a partir de su fundación en 1987 en diversificar su modelo de negocio, primero en el mercado chino y luego en el internacional. Por ejemplo, en 2018, la facturación de Huawei superaba los 92,2 mil millones de euros, de los cuales el 48,4% provenían a nivel internacional y en particular Europa-Oriente Medio-África (28,4%), Asia-Pacífico (11,4%) y América (6,6%).

Al respecto ha sido clave la visión pragmática del fundador Ren Zhengfei, una visión centrada en las necesidades del mercado, el papel de la innovación y la competencia internacional. Ren, que tenía 43 años en 1987, atravesó importantes transformaciones políticas, económicas y sociales en China antes y después de la apertura del país, y también participó en el espectacular desarrollo de Shenzhen. Con formación en la Universidad de Chongqing, Ren Zhengfei pasó a formar parte del Instituto de Investigaciones Militares, destacándose en su campo, la tecnología, dentro del ejército de dónde tuvo que salir por la reducción de efectivos emprendida en 1982. Ren Zhengfei tiene tres hijos: Meng Wanzhou, un hijo llamado Meng Ping que también trabaja en Huawei, y Yao Ling, la menor, de 23 años, que estudia ciencias informáticas en Harvard.

Shenzhen es a día de hoy, 40 años más tarde, uno de los símbolos más destacados de la política de reforma, apertura al exterior y transición a una economía de mercado de Deng Xiaoping. Es un centro de innovación muy poderoso, tanto para empresas chinas como extranjeras y centros de investigación universitarios, con un mercado financiero muy activo y presencia de inversores de capital riesgo. La capacidad de acumular recursos y conocimientos allí, además de atraer talento, es uno de los elementos que han contribuido al auge de Huawei y ZTE, uno de los principales competidores chinos de Huawei y además una de sus competencias e nivel internacional.

La expansión de Huawei

Hasta 1997 el principal objetivo de la compañía estaba en focalizarse en las necesidades que presentaba el mercado interno chino, centrándose en operadores telefónicos locales, con la finalidad de recuperar una participación de mercado en manos de empresas extranjeras. Podemos decir que, entre las primeras víctimas de Huawei estuvo Alcatel, que desde 1983 había invertido fuertemente en China, donde recordemos que el pacto de transferencia de transferencia fijado en 1978 propició precisamente la muerte de colosos como Alcatel primeramente en China, y después en los mercados globales.

Para 1997 Huawei empieza la exportación tanto a Hong Kong como a Tailandia. En este sentido, el traslado de Shenzhen a Hong Kong es el elemento simbólico que marca con claridad un cambio de posición desde que empezase la compañía una década atrás: ahora ya es Huawei quien tiene el papel de exportador. Este elemento marca la piedra angular de lo que podríamos llamar la segunda década de Huawei (1997-2007), que fijará la internacionalización de la compañía en una doble dirección, orientando sus esfuerzos así como hacia países emergentes como hacia países ricos: Europa, Norteamérica, Japón, Australia y Nueva Zelanda. Huawei tenía la fortaleza, y la inteligencia estratégica de no dar prioridad al dominio del mercado interno sobre la conquista de los mercados internacionales, más bien al contrario, pues se mostró con igual celo en la conquista de los mercados internacionales, también los más difíciles y los más lejanos desde cualquier parangón.

Aunque más abajo hablaré de las fortalezas políticas y estratégicas en este plano que permitieron ya no sólo a Huawei, también a una pléyade de compañías de los sectores más estratégicos globales, sí que hay que señalar un aspecto fundamental, y es el papel determinante de las inversiones masivas en innovación para alcanzar y luego superar a los competidores internacionales con cada nueva generación de tecnología de la comunicación. Sólo de esta manera en un tiempo menor a una década Huawei pasó de la etapa de imitador tecnológico preciso a la etapa de líder tecnológico demostrando una capacidad de absorción de conocimiento tecnológico internacional fuera de toda duda. A medida que se desarrolla su capacidad de venta de sus productos y servicios lo hace en la misma proporción la creación de centros de investigación y desarrollo (I + D) en China y en todo el mundo, en particular en Europa, Rusia e India, un país doblemente atractivo para Huawei: pues resulta ser el más gran mercado emergente después de China, con una capacidad demográfica capaz de consolidarlo muy por delante de China en las décadas venideras, pero también resulta en una ubicación perfecta en términos de recursos humanos para el desarrollo de tecnologías, aspecto este del que hablaré más abajo, pero baste avanzar que desde 1998 Huawei ha podido explotar los recursos humanos indios en lo que a Software y el campo de las TIC se refiere, contratando a cientos de ingenieros y especialistas en el mercado indio de Shenzhen; algo que también hace Estados Unidos. De hecho, Bangalore resulta ser su centro de I + D más grande del mundo fuera de China, ha crecido de 500 personas en 2008 a 4.000 en 2019, y está desarrollando Software y servicio al cliente en India y en todo el mundo.

De hecho, el campo de la investigación y la innovación es el secreto de la ventaja competitiva de Huawei, ya que más de 80.000 personas trabajan en ello, además de presentar una política de un marcado carácter sistemático en lo que a presentación de patentes para proteger sus innovaciones se refiere, ya sea en China como en el extranjero. En Europa, Huawei tiene centros de I + D en Alemania, Gran Bretaña, Finlandia, Suecia, Bélgica, Francia e Italia. Pero la fuerza de trabajo de estos centros europeos de I + D está muy por debajo de las cifras que presentan los equipos de I + D de Shenzhen. De ello se desprende que entre sus principales funciones están las de comprender plenamente las necesidades de los clientes locales, el entorno regulatorio y competitivo local, además de adaptarse de esta manera al país en lo que a desarrollos llevados a cabo principalmente en Shenzhen se refiere y, por último, ofrecer servicio a los clientes locales.

Huawei en los mercados globales y su búsqueda de talento

Huawei no ha seguido el proceso habitual de internacionalización que concede una mayor atención y privilegios en los esfuerzos de la compañía a los países objetivo cercanos al mercado nacional en términos de nivel de desarrollo, cultura, sistema político, económico y social. Huawei utilizó parte de los recursos generados en el mercado chino para enfocar sus esfuerzos en los mercados externos, construir de esta manera una fuerte presencia comercial, pero también una organización muy estructurada y flexible para adaptarse a las circunstancias sobre el terreno. Los éxitos iniciales estuvieron inicialmente ligados a la ventaja de costes de Huawei, que ofrecía un muy buen servicio a un precio inferior al de los históricos campeones europeos. Pero hay más que eso: un vínculo notable entre el centro de Shenzhen y sus departamentos especializados de marketing, finanzas, fabricación,

Ya en 1995, Ren anticipó la internacionalización y el desarrollo de equipos de gestión internacionales. La estrategia internacional no se concibe separadamente de la estrategia nacional y las dos estrategias van de la mano. La política de recursos humanos está diseñada para atraer a los mejores talentos y motivarlos en sus funciones, forjando así la imagen de una empresa muy innovadora tanto en tecnología como en recursos humanos. Los jóvenes ingenieros proceden de las mejores universidades chinas con puestos de trabajo muy atractivos en cuanto a función, remuneración, responsabilidades, perspectivas de carrera y misiones en el extranjero, una alternativa muy seria a un trabajo en una multinacional extranjera o conjunta. aventurarse en China, a veces menos prometedora.

El otro objetivo de Huawei es pasar de una empresa internacional a una empresa global y tener una fuerte presencia en términos de personal en los mercados extranjeros. Huawei ha estado contratando desde finales de la década de 2000 tanto a ejecutivos como a ingenieros en el extranjero, dando prioridad a la localización, pero también a extranjeros en Shenzhen, un fenómeno nuevo. Este paso clave en la cultura de Huawei es una prueba de su deseo de apertura y su necesidad de evolucionar con habilidades multiculturales.

Los hechos que abrieron formalmente las hostilidades con Huawei

Meng Wanzhou (1972), hija de Ren Zhengfei, también conocida como Sabrina Meng, que no Ren, pues tomó el apellido materno, Meng Jun, al divorciarse sus padres cuando ella contaba con 16 años, se la detuvo en Canadá a petición de Estados Unidos, en concreto de un juzgado de Nueva York que emitió una orden de extradición contra la señora Meng, con el conocimiento, según John Bolton, entonces Asesor de Seguridad Nacional, de la Administración Trump. Según un portavoz del Departamento de Justicia de Canadá, Meng Wanzhou fue detenida el sábado 1 de diciembre de 2018 en el aeropuerto de Vancouver mientras realizaba una escala de Hong Kong a México, fecha en la que Donald Trump y Xi Jinping estaban cenando juntos durante la celebración de la cumbre del G-20 en Buenos Aires para, supuestamente, rebajar la tensión de la guerra comercial entre ambas superpotencias.

Meng Wanzhou finalizó sus estudios universitarios en 1992, pasando a trabajar para el Banco de la Construcción de China, para unirse posteriormente a Huawei, ejerciendo puestos como secretaria, contable o telefonista. Tras cursar el Máster en Ciencia y Tecnología de la Universidad de Huazhong en 1997 se volvió a incorporar al departamento de contabilidad de Huawei, ascendiendo en 2018 a una de las cuatro vicepresidencias de la compañía que controla un consejo de administración con presidentes rotatorios.

Según parece, y así informaban varios medios, Meng Wanzhou, directora financiera de Huawei, tenía orden de detención de Estados Unidos por haber intentado violar el embargo impuesto por las sanciones contra Irán, sobre lo que la multinacional china se manifiesta negándolo en forma de comunicado, donde afirmaban: "Huawei cumple con todas las leyes y normas aplicables allá donde opera, incluyendo el control sobre las exportaciones y las sanciones de la ONU, EE.UU. y la UE  (...) Recientemente, nuestra directora financiera, Meng Wanzhou, fue detenida provisionalmente por las autoridades canadienses en nombre de EE.UU., que busca su extradición para enfrentarse a cargos sin especificar en el Distrito Este de Nueva York". Al respecto Meng Wanzhou, que está casada y tiene dos hijos, uno de ellos estudia en Estados Unidos, no había vuelto a entrar en el país norteamericano desde marzo de 2017. No obstante, Huawei viene presentando investigaciones públicas en Estados Unidos desde 2012.

Ya el 25 abril de 2018 The Wall Street Journal publicaba que el Departamento de Justicia estaba investigando a la multinacional china bajo sospecha de haber violado las sanciones impuestas por Estados Unidos contra Irán. Estos hechos habrían sucedido hace una década, cuando usando a la compañía Skycom, los norteamericanos sostienen que Meng Wanzhou intentó vender material de Hewlett Packard por valor de un millón de euros a la principal operadora telefónica iraní aprovechando su cargo en la junta directiva de Skycom entre los años 2008 y 2009. En el mes de agosto de 2018, un juzgado de Nueva York solicitó la detención de Meng Wanzhou acusada de mentir a las autoridades de Estados Unidos sobre la naturaleza de la relación entre Huawei y Skycom, además de exponer a sanciones a bancos que empleó para ello, entre los que se encuentra el británico vinculado a China, HSBC.

Lo relevante, según se reconoce en la propia documentación judicial es que TAL TRANSACCIÓN NO SE PRODUJO EN NINGÚN MOMENTO. Por tales motivos, la Embajada china en Ottawa emitió el siguiente comunicado: "A petición de EE.UU., Canadá ha arrestado a una ciudadana china que no ha violado ninguna ley americana ni canadiense. China se opone firmemente y protesta con fuerza contra este tipo de acciones que dañan gravemente los derechos humanos de la víctima". Por cada cargo de la que se acusa a Meng Wanzhou supondría una pena máxima de prisión de hasta 30 años.

La fiscalía norteamericana disponía de un plazo de 60 días para ofrecer a la Corte Suprema de Columbia Británica en Canadá las pruebas de las que supuestamente dispone sobre los supuestos delitos y en base a la validez que el tribunal otorgue a tales hechos y pruebas concederá o rechazará la petición de extradición. La audiencia comenzó el viernes 7 de diciembre de 2018, y por más de seis horas de audiencia la justicia aún no ha tomado una decisión, con lo que la comparecencia continuó a partir del lunes 10 de diciembre de 2018.

Desde el Capitolio se han venido pidiendo sanciones, y no se ha dudado en acusar a Huawei de espionaje industrial y de servir los intereses del Gobierno y Ejército de China, caso del senador demócrata por Virginia Mark Warner, quien afirmaba en diciembre de 2018 que «hace tiempo que está claro que las empresas chinas Huawei y ZTE son una amenaza para la seguridad nacional de EE.UU.» En el mismo sentido se pronunciaba el entonces Asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, afirmando que las compañías chinas están robando tecnología de Estados Unidos y de sus empresas de referencia en sectores estratégicos. Otro senador, en este caso del partido republicano por Arkansas, Tom Cotton, afirmaba en Twitter que: "La detención de una ejecutiva de Huawei debería ser el primero de muchos pasos del mundo libre contra Huawei; un brazo del Partido Comunista de China".

La pugna previa

De hecho, para comprender la cuestión haríamos bien en remontarnos, por lo menos, hasta 2009, momento desde el cual se vive una conflicto cibernético entre la NSA y Huawei, ya que se percibían indicios que llamaron la atención de los norteamericanos. Así, según Brian Shields, ex asesor senior de seguridad de redes de la compañía de telecomunicaciones canadiense Nortel, la compañía había sido víctima de un espionaje industrial a gran escala por parte del emergente gigante chino de telecomunicaciones Huawei, que con el tiempo había acabado con la ventaja competitiva de Nortel (aunque Shields se vio obligado a admitir que no tenía evidencia directa de la culpabilidad de Huawei), de acuerdo con esta noticia de la CBC News, del 11 de octubre de 2012.

Esta noticia de 2012 se encuadra en la influencia de los servicios de inteligencia estadounidenses en los medios informativos, pues China y Estados Unidos sospechan ya entonces de forma mutua que ambos cometen importantes ciberataques contra sus redes nacionales. En realidad, muchos de estos ataques pueden provenir de piratas informáticos de terceros países que hacen uso de las direcciones IP para China y Estados Unidos con la finalidad de cometer más ataques. Ante tales ataques de terceros, ambas partes emiten juicios que podrían comprometer los intereses de la otra debido a la falta de confianza mutua y mecanismos de comunicación. Parece que las preocupaciones de Estados Unidos sobre la amenaza de China a la ciberseguridad estadounidense están en su punto más alto hasta el momento, pues un informe de 2011 de la Oficina del Ejecutivo Nacional de Contrainteligencia declaró que China es el perpetrador "más activo y persistente" de ataques cibernéticos contra Estados Unidos. En su informe "Estrategia para operar en el ciberespacio", el Departamento de Defensa de Estados Unidos también nombró a China como fuente de las amenazas a la seguridad de las redes, aunque sin detallar evidencia específica.Este tipo de desconfianza en el campo de la ciberseguridad se ha extendido incluso al comercio internacional.

En 2008, Huawei intentó comprar la empresa estadounidense de telecomunicaciones 3Com, pero desistió debido a las preocupaciones de "seguridad nacional" alegadas por parte del gobierno estadounidense. En agosto de 2010, ocho senadores estadounidenses, todos ellos republicanos, escribieron al presidente Barack Obama pidiéndole que investigara la venta de equipos de Huawei a un operador de telecomunicaciones estadounidense, Sprint Nextel, para evaluar una posible amenaza a la seguridad nacional. Ese mismo año, Huawei volvió a intentar comprar algunas empresas de telecomunicaciones estadounidenses como 3Com y el departamento de equipos de red de Motorola, entonces avanzado en la investigación del 5G, pero se vio obstaculizado por preocupaciones de seguridad similares, tal y como recogía la prensa china.

En julio de 2010, Motorola presentó una demanda enmendada que nombraba a Huawei como coacusado en su caso contra Lemko por presunto robo de secretos comerciales, tal y como recogían Reuters y The Wall Street Journal.

El 8 de octubre de 2012, el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes de EE. UU. Huawei y ZTE por sus supuestos vínculos con el ejército chino, que, según ellos, podrían haber amenazado la seguridad nacional de Estados Unidos.

A su vez, China nombra a Estados Unidos como fuente de su ciberseguridad debido a los ciberataques que se originan en Estados Unidos, tal y como se recoge en el trigésimo informe estadístico sobre el desarrollo de Internet en China. También en ese momento China se siente insegura sobre el dominio de Estados Unidos en el campo de la infraestructura de red global y su influencia en la ciencia y tecnología de redes. Por ejemplo, Internet depende de trece servidores raíz, la mayoría de los cuales son administrados por entidades en Estados Unidos. Y hay que sumar la revelación de Edward Snowden sobre el ciberespionaje de la NSA y el FBI en China, que es una preocupación muy seria. El gobierno de China también está seriamente preocupado por la influencia de empresas como Microsoft y Oracle y está considerando restringir su uso para aplicaciones gubernamentales.

Según documentos proporcionados por Snowden y ampliamente divulgados en la prensa, Estados Unidos estaba pirateando activamente las empresas de telecomunicaciones chinas, propietaria de la red de cable submarino de fibra óptica más extensa de China, y la Universidad de Beijing, hasta el punto de que Newsweek reflexionaba el 1 de noviembre de 2013 sobre la forma en que sus revelaciones contribuyeron a escalar la ciberguerra con China.

Cabe señalar que un objetivo muy señalado para los estadounidenses, según documentos revisados por The New York Times, era el gigante de las telecomunicaciones Huawei. La NSA instaló puertas traseras en las redes operadas por Huawei, que supuestamente sirven a un tercio de la población mundial, no solo para recopilar información de los chinos, sino para vigilar a los usuarios en otros países que utilizan las redes de Huawei y para realizar operaciones cibernéticas ofensivas.

En palabras de Jack Goldsmith, ex fiscal general adjunto y fiscal especial del Departamento de Defensa durante la administración de George W. Bush, “las revelaciones de Huawei son refutaciones devastadoras a las quejas hipócritas de Estados Unidos sobre la penetración china en las redes estadounidenses, y también hace que las protestas del gobierno de Estados Unidos sobre no robar propiedad intelectual para ayudar a que la competitividad de las empresas estadounidenses parezca tan egoísta como es".

También resulta bastante evidente que los funcionarios chinos (y no sólo ellos) no siempre ven la clara división que Estados Unidos afirma que existe entre la seguridad nacional y el espionaje industrial. Peter Singer, de Brookings Institution, concluye que "para los chinos, obtener ventajas económicas es parte de la seguridad nacional". Además, la campaña estadounidense contra Huawei no solo prohíbe a la empresa operar en Estados Unidos, sino que al presionar comprar equipos de Huawei y presionar a otros países para que excluyan a la empresa de los mercados extranjeros tiene claros efectos competitivos y económicos, esté o no motivado por preocupaciones de seguridad nacional.

Por si fuera poco, Edward Snowden ha alegado que la NSA intervino las comunicaciones chinas a través de la columna vertebral de una universidad civil y penetró a fondo la sede del conglomerado de telecomunicaciones Huawei, como se puede repasar aquí y aquí.

De modo que lo sucedido es fruto de una suerte de "guerra fría cibernética", jugada años antes de las sanciones, entre China y Estados Unidos, y que ahora adquiere una dimensión cada vez más determinante. Realmente, Donald Trump no ha declarado ninguna guerra, como es normal en el equilibrio de poderes propio del sistema federal norteamericano, simplemente la ha continuado. Como el mismo presidente Trump escribía manifestando su punto de vista, "No estamos en una guerra comercial con China, esa guerra se perdió hace muchos años", más bien estamos ante una fase distinta.

Puede leer el siguiente artículo de esta serie aquí.

La serie completa de estos artículos temáticos consta de las siguientes partes: [1] [2] [3] [4] [5] [6] [7] y [8]